qué buen programa estoy escuchando!
Suscribo con que lo prefiero a Dorio. No es que me gusten las interrupciones. PAARA DEJAME HABLAR... no es eso. Los programas que me gustaron cuando estuvo Schultz, no es porque esas veces éste estuvo iluminado. Resulta que en esas noches Dolina tenía accidentalmente un buen humor. Pero generalmente lo que resulta es un estado de solemnidad, de chatez, de desgano.
En cambio cuando está su viejo amigo Jorge Dorio, veo que el buen humor tiene su por qué. Y en consecuencia hay más dinámica, hay más firuletes en el decorado, hay más alegría y efusividad, en fin. Más allá de la tan discutida eficacia personal e intelectual de Dorio, lo importante es qué le aporta a Dolina, y en consecuencia derivada, al programa...
Y barton... etc