Estaba hoy en un bar y escuche (indiscretamente) el siguiente diálogo:
- Ché, qué haces Santiago!!, cómo andás.
- Hola Kaspar, estoy esperando a unos amigos pero parece que ya no llegan así estaba repasando unos tangos fenómenos que me bajé de la compu.
- ¿Me dejás escuchar?
- Claro, ponete éste auricular... (escucharon por más de 2 minutos...)
- ¿Y qué opinás Santiago?
- Qué se yo Kaspar, creo que con un par de variantes sería perfecto.
- La parte de "esa vieja y torcida vitrola"?
- Claro!, y la de "los senderos cansados de mi viejo"...
- Mirá Santiago, vamos a mi casa que tengo un piano y arreglamos esto de una vez, además éste barucho me tiene harto, no soporto el día del amigo...
Y se fueron compartiendo auriculares...
curioso, ¿no?