Él fue un gran hombre. Un gran estadista. El que necesitábamos en el país. Y el que necesita, estadistas de este tipo, América Latina. JUAN GELMAN
Kirchner era un venturoso gestor de desacuerdos. ( Ya saben quién lo dijo )
Él se atrevió a recorrer caminos que nadie se atrevía a transitar, que parecían alejarse de las concurridas avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global.
Y se metió por unas calles ya olvidadas cuyos nombres sólo se pronunciaban en los foros estudiantiles, en las reuniones de soñadores y en rincones que siempre estaban alejados del poder político.
Y este hombre que ahora se ha ido produjo un último acto de insujeción. Su muerte encendió la luz, y como en un refusilo vimos algo que la cerrazón de los medios había ocultado en la oscuridad : las calles laterales, las que no recomendaban los poderosos, estaban llenas de gente. ( Ya saben quién lo dijo )
No necesariamente hacer chistes, implica sentido del humor. Es algo mucho más fino y decantado, lo que pone en movimiento y, lo que lo pone en movimiento.
Una leona tensa y concentrada en el pastizal de la sabana, no hace chistes. A la siesta, echada en la tierra caliente, juega y ríe runruneando con los cachorros o con otras leonas.
El león, vigilante con sus fosas nasales, los radares de sus orejas y, las vibrisas erectas, con todos los músculos relajados sin embargo, y los ojos
entrecerrados, no está listo para los juegos: le va la vida, está ocupado ejerciendo el reclamo más importante de su naturaleza. Y sin embargo, sabe jugar.