Cecilia Fernández y Luciano : podrían ser mi oído y mi cerebro sensibles a la risa anacrónica de la mujer, pero en ningún momento se puede calificar "temerariamente" ( House, me inclino por creer que quiere decir lanzarse a la oscuridad, al mal de una consecuencia impredecible ) de locura, la sensibilidad de otro, las vías expresivas de ese ser según sus circunstancias; sobre todo cuando, como en este caso, otro las provoca : Dolina en acción. ¿Acaso es su intención, hay que acusarlo de loco por lo que pudiere llegar a estimular ?, ¿ no podría tal vez él ser un anacronismo en el sistema psicofísico de ese espectador ?, ¿no podría ser esa risa y el hecho de que Dolina no se irritó sino inicialmente, y luego todo el programa siguió montado en esa risa? A mí me molestó, a ustedes les molestó, porque queríamos escuchar lo que ya teníamos programado escuchar en nuestro ánimo : pero el programa es así, hay gente viva, gente REAL, comprende un canon mucho más amplio que el de la comodidad de lo conocido; no es un modelo para armar, las instrucciones se borran de una noche a la otra; son los márgenes del "libreto" en borrador ( el de Dolina y sus pares, el de cada uno de nosotros ). Hace mucho se oía una risa desagradable en el programa, porque sonaba casi como -metafóricamente- un cuasimodo ( era femenina pero alejaba de todo lo femenino ). Se leyó el mensaje de un oyente o de alguien presente, con "el pulgar hacia abajo" contra ella. Y Dolina respondió : - Soy yo; esa risa soy yo. Por un segundo lo vi situado en un punto de enorme lejanía y profundidad, de piedad y melancolía; del que sabe y no puede hacer llegar lo que sabe. Y si lo hiciera, no serviría. Pues se puede estar en la misma habitación sin estar en la misma dimensión. Cuando la irradiación es amor o es simpatía o es bondad, surge un corredor.
Usen argumentos para cuestionar : pero por el bien de la palabra, la salud y honradez de las relaciones humanas, no echen mano al facilismo del impulso no pensante, dejen en "remojo" un tiempo los términos loco, borracho, drogadicto, homosexual, estúpido. Detrás de las imágenes provocativas, hay seres hechos del mismo barro, aunque por distintas manos.
Tal vez, la mujer a su manera, era feliz. Tal vez, Dolina, desconocía qué hizo. Porque no era una risa vacía. Creo que la acompañó, que se dedicó a "atender" por abajo de la mesa, mientras por arriba seguía el programa, tu programa, mi programa, etc.