Hay que considerarse dueño de una gran inteligencia para decir de otro que es una gran inteligencia. Las grandes inteligencias dejan de manipular las naturalezas ajenas, justamente porque comprenden que el daño es mayor y que no tienen derecho. Se dedican a investigar virus o a investigar estrellas y a ser con el misterio del amor, cuando lo encuentran o mientras lo conocen. Una gran inteligencia alcanza la Bondad y permanece en ella; la inteligencia, atrapada en sí misma y que se persigue la cola, comienza a corromperse. Cuando ocurre puede ser un signo de que estaba destinada a la gran inteligencia. Pero, la bondad no es prestigiosa, es algo ridícula, no causa admiración, ni envidia, ni codicia, ni deseo,... vamos, que no se gana un lugar en este mundo espectacular, con ella.
Nunca escuché a nadie hacer humor con los esqueletos que respiraban en los campos de concentración y de exterminio, ni con los monstruos de Hiroshima y Nagasaki, tampoco con el maltrato o violación de un niño. ¿Contaste un chiste sobre el aspecto de tu padre mientras moría, lo hiciste sobre los "cuetes de vieja" cuando del cuerpo muerto de tu madre el aire se deslizó afuera (hasta él abandona la materia que detuvo su reloj)? Si lo hiciste, si incitas a hacerlo con argumentos de abogado del diablo, eres un ser que ha degenerado o ha nacido incompleto...
Entonces, ¿por qué ensañarse en otros territorios? ¿Es menos grave si se trata de mujeres?, ¿si se trata del tiempo y la materia inexorables, los procesos contingentes que no controla el ser, con sus marcas expuestas?, ¿vale menos lo anónimo, lo personalmente no querido, el dolor de un alma, la vergüenza de un corazón, que resultan indiferentes pero "pueden servir para algo"? Todo esto por acostumbramiento cotidiano... ¿Vale menos el sufrimiento físico, moral, ocasionado por prejuicios, supersticiones, máquinas cerebrales donde la mente no entra, la boca babeante de la estupidez insensible, porque la sociedad y la moda o el clan o el capricho de un alguien lo dictan? O ¿porque el circo espectacular del que quieres ser triunfador o al menos famoso, sádicamente lo considera una condición excluyente si no la tienes o no te sometes a ella - el coach iluminado por designio superior cuya misión es quebrarte ? Hay que imitar si no quieres quedarte solo, si no quieres quedarte fuera hay que lograr que te aplaudan y hay que aplaudir si quieres entrar. Pero es esa imitación la que desolará, la que te dejará en el medio de la nada, cuando despiertes si obraste dormido, cuando - si estabas despierto - el pecho y la cabeza se te abran para que no colapses, por el peso del universo con su aprendizaje ineludible... que llega para todos, sin ninguna prisa; la cuestión es cómo llega. Todo esto suponiendo que eres inteligente y bueno y tiendes a la gran inteligencia y a la Bondad...
No hay ninguna forma buena de hacer algo malo, aquí el error es pecado y el pecado es un crimen cósmico, como lo es el robo y asalto a mentes y almas ajenas. ¿Que son unas tontas y se lo merecen porque lo permiten y son gratificadas con la atención? No lo permiten, es la inocencia de la necesidad y no del vicio; no hay gratificación, nace de una ambición, de una segunda intención del que las toma como un material a ser usado. Eso derrumba toda teoría de inteligencia y bondad : quien fue destruido, vaciado de autoestima y confianza, su rostro desdibujado por el abuso, no puede elegir, no puede consentir,... porque es, en estado de necesidad. Valerse de eso, es inmundicia; no importan las credenciales, los títulos, otros talentos, las condecoraciones de quien lo haga, valuado ricamente en "poseedor" de personas (que representa moneda circulable) o de libras y dinares. Es el triunfo de la cobardía, la mentira y la no inteligencia; abrir la puerta al mal cósmico, a través del mal humano.
Prefiero a alguien a quien este mundo le dé el valor de una remera de $8,90 , no "en remeras" $8,90. Porque entonces cabe la posibilidad que sea un gran hombre o una gran mujer; que sea un hombre bueno o una mujer buena; que sea un ser pacífico y constructor de un arte de sentir y obrar; un alma común que trata de vivir y de amar, pero no "beneficiándose" del mal humano o el mal cósmico, sino comprometido a intentar hasta el fin : el mandato superior de la evolución; en el misterio de los números, la ecuación exacta del salto o el leve movimiento que las fuerzas observan, esperan. Y que, si se queda solo-a, si se queda fuera, sea por ésto pero no de ésto.