Mauricio Ureta : también por ÉSO digo que el arte es moral.

Sé que Alejandro me entenderá más allá de las palabras.
¿Obra de arte ? : el ápice cúlmine de lo justo.
¿Belleza? : La conmoción que actualiza, al ser testigo y partícipe.
La verdad y el amor nos afectan como intencionalidad cósmica; no son humanos, humanizan. Cuando hablan en el arte, pueden ignorarse su destello, su señal, a cambio de artilugio, divertimento, artificio... Ser, eslabón soltado en la oscuridad, viajera dimensión humana que permanece en el radio de la aureola del fuego, seducida por el círculo de calor y de luz, sensualidad y sueño nada más...Y estará bien igual : la mayor virtud en el campo de lo sensible, es la piedad.
El arte es defensa de la verdad inmanifiesta, como modo puro, inaferrado, ajeno, a expensas del sistema neuro-biológico y, aún, sin sus recompensas. Es el método de la esencialidad humana, su reactor, carece de ego, no es un fin en sí mismo. Sólo existe porque debe existir la humanidad : la ciencia en cambio, existe sin ella.
El arte usa la fealdad que es el escalofrío de la mentira, la subversión humoral y eléctrica; crea la disonancia : el reclamo superior, por oposición, de la verdad moral, que incluye su camuflaje de "inútil".
Existe con una condición en la forma : afectar por justicia geométrica. En la revelación de su presencia, consiste la belleza. Sin esa justicia es sólo geometría; ficción de la materia que niega otras realidades.
El acto de justicia se siente como la culminación de la obra de arte, la irradiación que lo envuelve es belleza.
A veces, defender un amor es común a la defensa de esos valores : cuando se hace ficción su materialidad pura, por negadora de las otras realidades del amor; la vida de ese amor y de ese arte, es su integridad cuerpo-alma desde el principio hasta el fin.