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El hombre y la mujer verdaderamente civilizados - pero no ajenos a la térmica de la piel de la existencia, a las respuestas del tacto sensible, adiestrado en la inteligencia, sin despreciar emociones y pulsiones honestas - se avergüenzan de ceder a la presión del repudio moral reaccionando según términos que les son impropios y caer en usos que los separan, aunque fuere momentáneamente, del estado al que su conducta ética los elevó al entregar su integridad a la educación.
La persona falsamente civilizada, la que miente en cada acto de su vida en pos del triunfo de esa posición, se enorgullece de lo contrario.
Primera vez : "No es nuestra intención ofenderlo. Estamos preguntando."
Segunda vez : "Lamentamos que se ponga así."
Y aún tercera vez : "Sólo se lo estamos preguntando."
Sigmund Freud : El primer humano que insultó a su enemigo, en vez de tirarle una piedra, fue el fundador de la civilización.
Dos ejemplos de civilización,... confundirlos es definirse.
Dolina no es parakultural ni contracultura, es un hombre grávido del conocer, ama vivir en la gloria empírica del sol rompiendo las nubes e irrumpiendo entre la lluvia, pez sin naufragio, en la paz coherente de ser creído por veraz y no interrogado por psicopático desamor, donde se enseñorea la estupidez; pensar, sentir, hablar, obrar, crear, UNO rector, entre millones de sinapsis, caos-orden-caos-orden-caos... noble naturalización. Y es duro y es difícil. No quiere tierras que no ha conquistado. Pagaría rescate por el corazón de un león. No quiere más ser violentado en el camino que tomó, por caminantes de otros caminos que atravesó y abandonó.
¿Dolina fue freudianamente civilizado...? No, fue civilizado; confió como actitud básica de maestro y aprendiz del arte humano de conocer. El entrevistador fue freudianamente civilizado, pero según las brechas y cortadas insanas donde se avanza con tramperas : no es el conocimiento lo que se caza, es al cognoscente libre, limpio, moral.
Los respiradores de amor no se asfixian cuando hombres y mujeres a los que pertenece Dolina, no se mienten y no reflejan esa mentira haciendo daño a quienes miran y admiran... el brillo, el relámpago adelante de la tormenta que Dolina, como ellos y ellas, detiene.
Los años de crecimiento traen a esos hombres y mujeres, la intolerancia al escándalo contra el espíritu : la sucia civilización del entrevistador lo fue.
Como la de tantos comentarios subsidiarios, que no puede decirse que apoyen al pensamiento y la emoción noble.