De hecho, hace poco me encontré ese libro en la biblioteca, y extraje esta cita:
Cuenta Borges lo que opinó el sacerdote pagano, en una asamblea de un rey sajón, en la que se discute si aceptar la religión cristiana.
"Dijo este dignatario:´Rey, ninguno entre tus hombres ha sido más diligente que yo en el culto de nuestros dioses, y, sin embargo, hay muchos a quienes tú favoreces más y cuyas empresas son más prósperas. Si los dioses sirvieran para algo, me habrían beneficiado más bien a mí, que puse tanto empeño en servirlos. Por consiguiente, si estas nuevas doctrinas pueden resultar más eficaces, conviene recibirlas sin más demora.´" ("Literaturas germánicas medievales").
Terminada la asamblea, procedió a la destrucción del antiguo templo y de los ídolos ya obsoletos.
Verdaderamente, un hombre práctico, para un religioso del siglo VII (aunque puede ser que su paganismo dé cuenta de su falta de fanatismo, actitud más común en nuestros monoteísmos triunfantes).