Qué noche triste... Qué mal nos sentimos todos, por la persona que no dejaron entrar, por el programa, por el país, por los presentes, por los oyentes del otro lado de la radio,... y por Alejandro Dolina, Barton, Manuel, Vincent, los que conforman LVST y estaban o no ahí, multiplicado en el sentir multitudinario de los que participamos del programa esta noche. Si se lo hacen a uno, se lo hacen a todos.
Está haciendo falta que las chimenéas de los volcanes se activen, por el bien del núcleo mismo; es emergencia que el estrés bueno que mencionó Barton dé señales de vida.
Así que Dolina está vivo. Y es mejor que joven : es adulto y es maduro, su palabra y su persona no están ni desgastadas, ni vacías ni mutadas; se puede redefinir todo lo que no comprometa la conciencia y, esta noche fue una cuestión de conciencia.
"Qué es joven
La verdad es joven
El sol es joven
El amor es joven
Y se me acaba de ocurrir
que tú eres joven
Y que siempre me parecerás
Un niño.
Leonard Nimoy
No puedo quitar los tres últimos versos, pero sí aclarar el concepto niño rescatable como Niño, como hombre puro a la hora de hablar de una forma de amor. Pero esta noche correspondía a otra forma, de la que no es responsable de responder ni el niño ni el Niño.
Porque un niño e incluso el Niño, no habría hecho nada : hay un tiempo en que ser niño es fallar, es una ofensa.
La mujer para el hombre, la madre para el niño. Y aún la madre desea la hombría de bien para su hijo.
Borges decía que en la lluvia, hablaba con su padre. También con la madre - Alejandro... La lluvia, por un momento esta noche, dejó de llorar.