Fue un hermoso programa, en todos sus tramos. Un lugar especial siempre para El Sordo, esta noche aún más.
De todas formas, extraño a Alejandro en vivo.
Si uno aparta el rostro de la radio, si aparta los oídos del parlante, si uno atiende saliendo de esa frontera donde el clima es ideal, el contexto y la realidad que lo contiene : comprende algo terrible.
Y entonces, extraño aún más a Alejandro, al Alejandro con el que buscaba la verdad, la belleza, la compasión, la alegría, la esperanza y la construcción de un hondo anhelo, de un gran sueño : el amor y el arte, la amistad.
Y el respeto por la palabra. El amor por la palabra. La fraternidad de las almas en la Música
He permanecido un tiempo equivocado en lugares que no me construyeron, me lastimaron.
El programa, es otra cosa, es de otro modo.
Aquí no está Alejandro. Y hay un sólo Alejandro.