¿Vieron cuando Dolina habla de la falta de una planificación urbana, de los arquitectos avariciosos, de la fealdad de las medianeras de 20 pisos y de la necesidad de tirar abajo y construir toda de nuevo la avenida Córdoba, acaso el lugar más feo del mundo?
El siguiente párrafo (que no es de ficción) parece escrito a propósito. ¡Mirá!:
Estos edificios que esta[rán] a metros de la torre del Parque de la Ciudad tendrán distintos diseños, ya que serán construidos por distintos arquitectos. Justamente, la idea es que en este nuevo barrio [...] no prime un solo diseño; por el contrario, que sea similar al de cualquier barrio porteño, donde conviven distintos estilos arquitectónicos.
"Se intentará que quede un barrio igual a cualquier otro barrio. Incluso, no queremos que se llame barrio Olímpico, por ejemplo. Que sea una zona más de Villa Soldati y que pueda ser aprovechado por la gente", dijo Chain.
No es un fragmento de un cuento satírico, son los proyectos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, bajo la forma de no-proyectos. Nótese como hay implícita la idea de que los barrios porteños son en general hermosos, y de que la gente (pobres y ricos, porque en esto no se salva nadie) se los merece así. Borges y Bioy hablaban de "nuestra arquitectura instintiva".
El edificio de la calle Deán Funes es una interesante masure de principios de siglo, uno de tantos monumentos de nuestra arquitectura instintiva, en el que invenciblemente persiste la ingenua profusión del capataz italiano, apenas refaccionada por el severo canon latino de Le Corbusier.
(para daril_dada y su quinta del Dr. Abenjaldún)