Podría pensarse que para sofisticar el mensaje o agiornarlo a las aguas por donde navega la imaginación ( juego, fútbol, deporte,vocabulario afín) alguien ha estado "jugando" con la analogía con adornos ( sin que le sean propios ) de univocidad, equivocidad y anfibología.
En el juego retórico de la equivocidad que sugiere la analogía de palabras ( a veces somos más analógicos que lógicos y viceversa) y, la anfibología de los términos, se crean oscuridades sin necesidad de mentir o decir falsedad plena.
Tener o no tener en cuenta al que oye y bajo qué influencia se encuentra, posibilita la confusión o favorece la intención no hermenéutica, pues no necesariamente la interpretación se corresponderá proporcional al modo del emisor, indiferenciando verdad y mentira conceptual, sino al "ambiente" que sujetó la percepción y el pensamiento hasta ese momento,a menos que sabiéndolo el emisor lo use voluntariamente ( juegue con ) y no también bajo la misma influencia.
Fuera de la poesía, me parece que toda lingüístuca debería aspirar a la hermenéutica.
viyi.v.pelayo el viernes, 27 de junio de 2014 a las 01:25 PM
en La venganza será terrible del 26/06/2014 dijo: