Quería compartir esta reflxion de Alejandro Dolina que hiciera el lunes pasado en su programa radial. Me tome el trabajo de trascribirlo ya que me parece puede hacer que movamos algunas neuronas. Espero respuestas comentarios y aportes.
Un abrazo
Alexis Sorda
Yo estoy muy asustado por la falta de pensamiento crítico, incluso en los estamentos en donde se toman decisiones. Estoy asustado porque todo sea una acusación o peor por que todo sea una respuesta a una acusación y no hay una discusión política, por ejemplo. ¿Qué es una discusión política? No es: “el diputado fulano mejor no hable por que…”. La discusión política es, por ejemplo, alcance del Estado. ¿Qué queremos?, retrocedamos. No discutamos a partir de la última consecuencia de una discusión política, como puede ser el volumen de un impuesto. Vayamos a ver como empieza uno a pensar políticamente y como uno apoya a éste o aquél. Entonces usted puede encontrar posiciones distintas, pero fundamentadas en una idea central que va orientando y articulándose con otras. Entonces habrá unos que dirán: “Yo creo que el Estado no debe intervenir en el mercado, soy liberal y es mi manera de pensar. De esa forma se puede generar más riquezas y siempre habrá algo que rebalsará”. El otro dirá: “Es cierto eso que dice pero lo que se producen son grandes desigualdades, y mucha gente queda afuera y el desborde del vaso todavía estamos esperando que se produzca.”
Se puede ser una cosa o la otra, pero allí es donde empieza la discusión y allí es donde uno decide si es intervencionista o no lo es, si es de derecha o si no lo es. Cuando se defina debe decirlo y defender su posición con argumentos, que ciertamente los hay. Pero si la discusión política está en la ultima arborización, que puede ser la corbata de un diputado o el tono de un discurso, estamos fritos…por que no sabemos quién dijo que le molestaba la corbata verde: Si lo dijo el mas recalcitrante de los fascistas de derecha o el mas recalcitrante de los fascistas de izquierda. Entonces nos confundimos. Debe hacer discusión política en esos términos y en ningunos otros. ¡Los argumentos que me han dado a mí personas doctoradas! Personas con títulos de la Universidad de Buenos Aires me han discutido la actualidad política argentina en términos del tono de los discursos…le voy a decir más: Hace algunos años, cuando se dio el auge de la influencia mediática en la sociedad argentina, uno, por allí, se asustaba o se reía de que algunos tipos evidentemente tan poco dotados obtuvieran tanto éxito. Yo siempre he dicho: “y bueno pero es simpático, no hace mal a nadie…se divierten, vos le vas a dar la mano y el tipo la saca y todos se ríen”. A uno no le causaba gracia pero podía entender que a organizaciones psicofísicas menos exigentes esto le podía producir gracia y no hacían daño. De golpe esos tipos dejan de sacarte la silla cuando te vas a sentar y empiezan a ser mentores ideológicos de la sociedad. No ya Ezequiel Martinez Estrada, ni Jaureche, en ambas veredas del pensamiento argentino, sino esos tipos. Empiezan a opinar y esa opinión entra mas que la opinión de los maestros o de los académicos que han estudiados esos asuntos. Y ahí nos encontramos con que realmente sí podían hacer daño y que a lo mejor el diablo tiene cara de estúpido. Y que hay una rima siniestra entre ese chiste que uno desprecia por demasiado simple y esa visión del mundo que uno desprecia por demasiado simple y egoísta. Y también encuentra uno una relación entre tantos males y odios que son hijos de la malevolencia, pero también de la estupidez. Así que habrá llegado el momento de preocuparse un poco, no sólo por los malvados que hay muchos, sino por los estúpidos que hay más. Se lo digo desde las colinas de mi propia estupidez. Una estupidez que, a veces, no me deja reconocer cabalmente el peligro que un verdadero entupido implica. Yo invito a buscar visiones de la vida en donde pueden encontrarse y no en los decires automáticos de personas simpáticas, que pueden ser nuestro cuñado, nuestro tío.
Alejandro Dolina en La Venganza será terrible del 30-03-09