Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en Italia, en la ciudad de Roma, aquí
0:00:07 en la vereda ancha dentro de una carpa al lado de la embajada argentina, en el evento
0:00:12 de primavera argentina en Europa.
0:00:14 Es verdad?
0:00:16 No queremos molestar a las personas que están hablando de manera que hagamos un sinlar.
0:00:21 Hay cualquier cosa.
0:00:24 Bueno, ahora somos menos y posiblemente podamos lograr algo.
0:00:31 Muchas gracias a todos por estar esta noche aquí, en este lugar tan lejano, en kilómetros,
0:00:36 no quizá en otros aspectos.
0:00:38 En muchos otros aspectos, estamos como en casa.
0:00:42 Vamos entonces a qué?
0:00:44 Que nos justinezvan con la cita del dosí.
0:00:47 Hablaremos esta noche, este es un programa de radio que se llama La venganza será terrible,
0:00:52 más que no aparezcan su nombre por allí, pero formamos parte de esta reunión, de lo
0:01:01 que sea.
0:01:02 Y habitualmente amueblamos parte del programa con una pequeña charla más preparada que
0:01:09 tiene a veces temas históricos, culturales, filosóficos, poéticos.
0:01:15 Esta noche, ya que estamos en Roma, hemos elegido un tema histórico que es la vida
0:01:23 noturna en Roma, pero en el siglo I antes de Cristo.
0:01:27 Esto sí.
0:01:28 No va a comparar con lo que se ha hecho.
0:01:30 Así que daremos algunos datos.
0:01:33 En Roma había un barrio donde se concentraba la prostitución.
0:01:41 Algunas personas escandalizadas.
0:01:46 Era el barrio de la Suburra que estaba en el monte Escuilino.
0:01:51 Si no me han dicho mal, es por acá, se dará.
0:01:54 Acá mismo.
0:01:55 A verlo sonido.
0:01:56 No trate, señora, de convencerme.
0:01:59 Me han dicho también que lo que era un monte ha sido desgastado, de tal manera, por la
0:02:05 erosión que ya no parece claro.
0:02:07 Es solo una plaza, claro.
0:02:09 Ahí había algunos lupanares, pero los más finos estaban en el aventino que aún sigue
0:02:17 siendo un monte, tal vez porque lo han tratado con mayor cuidado.
0:02:24 Había también una tercera clase de burdeles, de ínfima categoría que se llamaban pestilentes
0:02:35 y que estaban en el trastebre, allá de donde le dije.
0:02:39 La noche romana era mucho más ruidosa que el día, pero principalmente por una razón.
0:02:47 Julio César había dispuesto que los carros pudieran circular por Roma únicamente de
0:02:53 noche.
0:02:54 De día no podían hacerlo porque había demasiado ruido.
0:03:05 Entonces el ruido estaba de noche.
0:03:09 Lleva de noche el ruido y había una gran inquietud entre las personas que estaban haciendo cola
0:03:19 para entrar a los burdeles.
0:03:21 A los burdeles, claro.
0:03:22 Porque era a esa hora que te podía llevar por delante de un carro.
0:03:27 Es decir, cuál es la principal inquietud de un hombre que está esperando para entrar
0:03:31 a un burdeles.
0:03:32 Obviamente que se lo dio por delante de un carro.
0:03:34 Y como los carros solo circulaban por la noche, esa inquietud era mucho mayor.
0:03:40 Hay que decir también que había mucha taberna, había muchos juegos, se jugaban los dados,
0:03:47 de parado jugaban.
0:03:48 Esto me huele a que es mentira.
0:03:50 No se puede jugar de parado a los dados, sino hay mesa.
0:03:53 No, pero si es...
0:03:54 Y es una superficie plana que está debajo...
0:03:57 Es el piso.
0:03:59 ¿Cómo vas a jugar parado?
0:04:00 Como ves, lo que salió.
0:04:01 O sea, en el piso a los dados se juega hoy y en la antigüedad clásica también en cuatro
0:04:06 patas.
0:04:08 Había por aquellos varios rondas de aguas ireles que velaban por el orden, aunque algunos
0:04:15 ciudadanos acomodados llevaban su propia custodia y que usaban un palo.
0:04:21 Un palo, yo.
0:04:22 Un palo para protegerse.
0:04:26 Para concurrir al burdel, el ciudadano romano se vestía, no digo que de gala, pero se vestía
0:04:37 bien.
0:04:38 Se endomingaba, digamos.
0:04:39 No iba a ir uno al burdel de cualquier manera.
0:04:41 De cualquier manera.
0:04:42 La toga planchada.
0:04:43 Ya que estaba elegante, tenía que tener mucho cuidado de las aguas menores que las familias
0:04:49 solían arrojar desde lo alto de los balcones.
0:04:53 Vieja costumbre que pervivió hasta la Edad Media y ahí viene...
0:04:56 El aviso.
0:04:57 El aviso.
0:04:58 Agua va.
0:04:59 Según plauto, a veces no solamente vería el agua, sino que la tiraban con escupidera
0:05:05 y todo.
0:05:06 De manera que las personas que circulaban de noche corrían ese peligro.
0:05:13 Los faroles, los lupanar, eso había en tener un farol de aceite y a veces bajo el farol
0:05:18 algunos carteles con el nombre.
0:05:20 Con el nombre de la dama que atendía.
0:05:22 No, con el nombre del lupanar.
0:05:24 Que madre, por Dios mío.
0:05:25 Había varias damas, señor.
0:05:26 Perdón, pensé que no hubiera solo...
0:05:27 ¿Tienes que tener un lupanar de una dama?
0:05:30 No, los nombres eran sugerentes.
0:05:32 Por ejemplo, las cuatro hermanas.
0:05:34 No me parece un buen nombre, quieres decir.
0:05:37 Mucho peor es el sinado de las mujeres.
0:05:41 Los sueños espécimos.
0:05:44 Las leonas y los esclavos se escapen.
0:05:46 Están ahí.
0:05:47 Rondan el aplazo.
0:05:49 Pero el nombre es muy malo.
0:05:52 Bueno, a la entrada se bebía como si fuera una taberna.
0:05:56 Había, hay que decirlo, el olor denso, aceite rancio.
0:06:01 Bueno, más o menos como ahora.
0:06:03 Pero había un detalle que hice extraordinario señalarlo.
0:06:07 En aquellos tuburios no había humo.
0:06:11 No había humo porque todavía no se había inventado el tabaco.
0:06:13 ¿No se fumaba?
0:06:14 No se fumaba.
0:06:15 Entonces no existía algo que nuestra mente asocia a cualquier ambiente de pésima catadura.
0:06:24 Cuando un director de cine se propone hacernos saber que el lugar que estamos viendo es un
0:06:31 tuburio, le manda humo.
0:06:33 Le manda humo, le manda muchos tipos fumando.
0:06:35 Fíjese que en los años 60 se fumaba en los aviones, se fumaba en cualquier tipo de reunión,
0:06:39 la cual demuestra que eran todos protíbulos, los aviones y las casas.
0:06:43 Exactamente, eran todos ambientes poco recomendables.
0:06:45 Poco recomendables.
0:06:46 Hoy en día el camino que sigue el tabaco de la desaparición priva al director de cine
0:06:53 de una herramienta indispensable.
0:06:55 Incluso se han presentado los directores de cine a LINCA, que es una especie de dirección
0:07:02 de producción cinematográfica de Argentina, para protestar contra las campañas contra
0:07:09 el tabaco.
0:07:10 Porque entienden que desaparecido el tabaco no habrá forma de que puedan comunicar a
0:07:16 las personas que ven películas que el lugar que se está visualizando es un tuburio.
0:07:22 Bien, las paredes y aquellos lugares estaban cubiertas de frescos torpemente ejecutadas.
0:07:31 Como las piserías de hoy en día.
0:07:33 Con esa misma propuesta.
0:07:35 Con esa pisería de hoy en día donde hay un gaucho, que es cuatro veces más grande que
0:07:40 el rancho, encontraba su mismo estilo en el lupanal, donde también había gauchos que
0:07:48 eran más grandes que el rancho.
0:07:50 Había muchachas que danzaban de manera sensual para que los visitantes se pusieran a tono
0:07:57 con la exigencia de la casa, etc.
0:08:00 Y hay que decir que estas chicas solían ocupar unas celdas que se llamaban forniques.
0:08:06 Porniques de ahí de ahí, de ahí iba, me imagino yo la palabra fornica.
0:08:12 Vienen de horno, ¿no? Están como ornasinas, eran como pequeñas, como las siguientes.
0:08:16 Exactamente, sí, por las siguientes.
0:08:17 Ornitos.
0:08:18 Ornitos, vamos.
0:08:19 Ornitos.
0:08:20 Así que de ahí viene todo, del horno, evidentemente.
0:08:22 Estamos en el horno.
0:08:23 En las puertas de estas celdas, de estas ornasinas, de estos hornos, había una tablita con el
0:08:29 nombre de la pupila, por ejemplo, tamarra.
0:08:34 Ah, ¿cómo le hubo?
0:08:35 La morocha.
0:08:37 Cuando la morocha estaba ocupada, vamos a decirlo así, daban vuelta la tablita y el otro lado
0:08:43 aparecía la palabra ocupada.
0:08:46 Había distintas clases de prostitutas en Roma.
0:08:50 Con especializaciones, Alejandro.
0:08:52 Con especializaciones, este, o eran por categorías.
0:08:54 No tanto, sino categorías más bien relacionadas con un escarafón.
0:08:58 Más que con una destreza.
0:09:00 Las humildes busconas llamadas prostitutum, es decir, la que pasaban el día delante la
0:09:07 puerta, las delicatas, eran las más caras, trabajaban por cuenta propia, sin ningún
0:09:16 cafiolo.
0:09:18 Y tenían mayor categoría, probablemente, porque habían aprendido destrezas.
0:09:27 Seguían una tradición griega, evidentemente.
0:09:31 La prostituta griega era diestra.
0:09:34 La estaire, claro.
0:09:35 Ya había música, se había a conversar, asistía a los imposios donde la mujer griega no podía
0:09:43 asistir, pero la estaire sí.
0:09:45 Y hay los imposios que, como ustedes saben, eran unas reuniones donde se bebían, al
0:09:49 mismo tiempo vino.
0:09:50 No, se bebía vino.
0:09:53 Y al mismo tiempo se discutían asuntos filosóficos, como por ejemplo, ¿qué sucede con los bienes
0:10:02 de un resucitado?
0:10:04 Esa es un buen asunto para un simposio.
0:10:06 Esta clase de prostitutas aspiraban a esa distinción, esa cultura, esa inteligencia que tenían
0:10:14 las estayras griegas.
0:10:16 En la puerta de los burdeles, cuidando todo, estaba desde luego el leno, de donde viene
0:10:22 la palabra leno-síneo, incluso leno, que es uno de los nombres que tiene el cafiolo,
0:10:27 también llamado el café Isofioca, el rufián, el macro, el caralisa, el canfinflero, caferata,
0:10:35 todos los...
0:10:36 El proxenita, vamos.
0:10:37 Bueno, lo que usted se dio jugando.
0:10:40 El leno, según Plauto, era muy mal visto en Roma y era despreciado.
0:10:46 Solían ser hombres desalmados que reclutaban pupilas valiéndose de los procedimientos
0:10:53 más viles.
0:10:54 Seducían a las niñas pobres de los barrios humildes, con promesas que las hacían salir
0:11:00 de su barrio y después las hacían criar por un mercader de esclavos con vistas a dedicarlas
0:11:07 a la prostitución.
0:11:09 Es un tango.
0:11:10 Convente a abrir el bebín de paresiento.
0:11:12 Es un tango.
0:11:13 Es interesante rastrear el tango antes del tango, en su letra, en su espíritu, en su
0:11:23 música.
0:11:24 Si usted toca...
0:11:25 Esto solo nada más, ¿pique usted?
0:11:34 Esto es un tango.
0:11:40 Sí, señor, absolutamente.
0:11:42 Esto es un tango y opiné a no por más que ser un barrio.
0:11:45 Un barricito crioso.
0:11:47 Un tango.
0:11:48 Un tango.
0:11:49 ¿Qué da tango aquí?
0:11:50 Un acorde menor con el segundo grado.
0:11:56 Y ya todo eso nos sugiere, si es que creemos en la música de programa, nos sugiere que
0:12:07 el tiempo pasa.
0:12:09 Que la juventud se va...
0:12:10 Que la tristeza está en todas partes, sugiere.
0:12:13 Ese es una gran idea.
0:12:14 La tristeza está en todas partes, Dorio.
0:12:17 Usted pasa por la ciudad más hermosa del mundo y le parece que está alegre hasta
0:12:25 que un hombre mucho más triste que usted, un hombre pobre, está pidiendo limón.
0:12:33 Y ahí apareció la tristeza.
0:12:36 O si no, si usted no quiere condolerse del otro, usted está en la ciudad más hermosa
0:12:42 del mundo.
0:12:46 Y acá, cuando cambia el acorde, se da cuenta de que está más viejo.
0:12:54 Porque la juventud no va a regresar.
0:12:57 Así que es de hombre decente aprovechar los mejores momentos.
0:13:04 Cuando uno está muy contento, por ejemplo, cuando se ha escapado sin pagar de un restaurante
0:13:10 o cuando hace dosíduo una mujer que uno no merece, entonces ahí uno debe acordarse
0:13:18 de qué es mortal.
0:13:20 Como aquel esclavo, aquel esclavo que le decía cada tanto a Marco Antonio cuando entraba
0:13:27 en triunfo.
0:13:28 Esto es Cubo Bades, ¿no?
0:13:29 Cubo Bades, exactamente.
0:13:30 Recuerda que eres mortal.
0:13:32 Bueno, el tango sirve para eso, para recordarle a Marco Antonio que es mortal.
0:13:39 Terminemos esta historia, ¿no?
0:13:43 Había algunas prohibiciones en Roma para las prostitutas.
0:13:47 No podían vestirse como las mujeres decentes porque, ay, qué mala pensada, qué se llama.
0:13:53 Pero tampoco podían usar calzado.
0:13:56 Sin embargo, con el tiempo, las chicas de los lupanares empezaron a usar unas suelas
0:14:02 que adherían a sus pies si las pegaban a las patas y a veces en las suelas ponían unos
0:14:09 relieves que escribían.
0:14:12 Cuando ellas pisaban escribían.
0:14:14 ¿Qué escribían?
0:14:15 No sé, seguime, vas a ver lo que es bueno.
0:14:19 No te voy a desaldar.
0:14:20 Toma tus 20 centavos, yo qué sé, cosas así.
0:14:24 Otra cosa que sucedió es que en algún momento las mujeres decentes empezaron a imitar el
0:14:32 maquillaje de las...
0:14:36 De las prostitutas.
0:14:37 De las etáiras.
0:14:38 Está mal dicho, es de las prostitutas.
0:14:41 De las prostitutas, sí.
0:14:42 La matrona romana tradicional se presentaba a cara lavada.
0:14:46 Las prostitutas, por el contrario, tenían una capa de afeites que apenas permitía apreciar
0:14:51 las verdaderas facciones.
0:14:52 Bueno, en el tiempo en que estamos hablando, en el siglo I a.C., entre la salida de César
0:15:03 y la llegada de Augusto, ahí se puso de moda esto, que las mujeres decentes se pintaran,
0:15:11 ya que no se vestieran como las prostitutas.
0:15:16 ¿Plauto habla de la higiene?
0:15:18 No, nosotros...
0:15:20 No, nosotros...
0:15:22 Dice que Plauto, que las más sofisticadas, se lavaban varias veces al día las manos y
0:15:29 los dientes y gargarizaban con agua aromatizada y él hiciera.
0:15:35 Anda a gargarizar un cacho que viene de un ojo.
0:15:41 Ese es todo lo que puedo decir por ahora de estas prostitutas y de la vida desordenada
0:15:49 y loca que solía vivirse en los cabarutes de aquel siglo I.
0:15:55 En esta misma ciudad, justamente.
0:15:57 Aquí, en esta misma ciudad, ahí donde está sentado el señor...
0:16:00 Sí, en el Orinacio, por ahí.
0:16:01 Si usted me sabe lo que ha pasado.
0:16:03 No, ese señor no, el otro, y que está trinco.
0:16:06 Bueno, no se ofenda, caballero.
0:16:08 ¿Qué hay que decir, Alejandro, que hay dos aspectos de esto?
0:16:10 Por un lado, es porque usted señalaba el carpediem, lo es que es el paga a Dios, el garpediem.
0:16:15 Sí, no significa aprovechar el día a día el poder de ser felices en cada momento.
0:16:19 Pero después hay otra cosa y tiene que ver con esto del prestigio de ciertos lugares,
0:16:24 de ciertas plazas o de ciertos prostíbulos para que negarlo.
0:16:27 Gente que hoy en día todavía viaja y entonces dice, sí, puede ser que vos seas feliz por estos pagos,
0:16:33 a que no se veas donde estuve.
0:16:35 Y dice, por ejemplo, estuve en un prostíbulo romano, en un prostíbulo parisino, o en Nueva York, y qué sé yo.
0:16:40 Es curioso porque se destacan cosas que difícilmente han sido comprendidas.
0:16:45 Efectivamente, si uno no hubiese venido, guiado por la mano de Alejandro, a la salida de esta reunión,
0:16:52 difícilmente podría distinguir un prostíbulo caro y un prostíbulo barato,
0:16:56 hasta el momento que le cobre, en que ya va a ser bastante tarde.
0:16:59 Pero básicamente, sabemos que un lugar puede ser patrio para un hombre y exilio para otro.
0:17:04 Y que generalizas cosas se tienen con la vida.
0:17:06 Pero también es cierto que cada vez que uno llega a un lugar,
0:17:09 ese lugar va a ser procesado por uno en función de aquellas cosas que aprendió,
0:17:14 no solo cuando era niño, sino en la lengua con la que fue formada,
0:17:17 en las costumbres en las que fue educado, y en los valores en los que fue creciendo.
0:17:21 Por eso, a la hora de los bifes, está muy bien recorrer el mundo nuestra idea de secuménica,
0:17:26 nuestra idea escatólica en el sentido universal.
0:17:28 Pero para eso llevamos bien arregada una forma de ser y una personalidad
0:17:33 que tiene colores inevitables.
0:17:35 Por eso digo, a cada rato, cuando alguno viene alardear de algún viaje, de algún pasaje,
0:17:40 y no se da cuenta, no sabe explicármelo en el mismo sentido, en que él y yo nos educamos,
0:17:44 yo le digo, todo bien, pero a mí, a mí dejame mi barrio.
0:17:47 A mí, dejame mi barrio, es el tango que va a ilustrar esta pequeña charla que hemos dado,
0:17:51 y lo canta el mundo rivero, significa también una pausa para nosotros.
0:18:03 ¿Qué me hablás de New York?
0:18:14 ¿Qué querés comparir?
0:18:16 Palacenes de lujo, rascacidos sin fin,
0:18:20 que sos lama de alcunia, joder rango de sí.
0:18:24 Si yo sé que a mi lado nunca ha sido feliz.
0:18:28 Despertate, atendés, despertate y oí,
0:18:32 que me hablás de New York que querés comparir.
0:18:37 A mí, dejame mi barrio, de casitas de pareja,
0:18:44 rincones donde se amasa,
0:18:48 recuerda de cosas bienas,
0:18:51 si hasta el tapio se remosa de madres e dolorosa,
0:18:55 jajar o mande de rabar.
0:18:58 Y aquí las cares son canchas y el sol se tira a sus anchas,
0:19:02 en todo el calor de hogar.
0:19:05 A mí, dejame mi barrio,
0:19:09 aquí el luchante y el sufrir,
0:19:12 aquí a mí y aquí he vivido,
0:19:16 y aquí tendré que morir.
0:19:18 Vos naciste para hacer lo que sos nada más,
0:19:22 marimos andariegas, vientos alas llevás,
0:19:26 la inquietud y otros cielos y en el lujo quemás,
0:19:29 la nostalgia del barrio que ya nunca verás.
0:19:34 Despertate, atendés, despertate y oí,
0:19:37 que me hablás de New York que querés comparir.
0:19:42 A mí, dejame mi barrio,
0:19:46 de casitas, de parecas,
0:19:50 rincones donde se amansan,
0:19:54 recuerda de cosas bienas,
0:19:57 si hasta el tapio se remosa de madres e dolorosa,
0:20:01 jajar o mande de rabar.
0:20:04 Y aquí las cares son canchas y el sol se tira a sus anchas,
0:20:08 en todo el calor de hogar.
0:20:11 A mí, dejame mi barrio,
0:20:15 aquí el luchar y el suferir.
0:20:18 Aquí amé y aquí he vivido,
0:20:22 y aquí tendré que morir.
0:20:24 Despertate, atendés, despertate y oí,
0:20:28 que me hablás de New York que querés comparir.
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