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6 de Febrero de 2009

Las primeras amantes de Napoleón Bonaparte

Transcripción automática

0:00:00 Una linda historia que hemos contado más de una vez aquí en el programa, pero me gusta tanto, me gusta tanto.
0:00:07 Era en Francia en tiempos inmediatamente anteriores a la caída definitiva de Napoleón
0:00:15 y posteriores a la guerra de los 100 días.
0:00:18 ¿Por qué dice acá la guerra de los 100 días?
0:00:22 Fue aquel período en que Napoleón retornó entre una prisión y otra, escapado de la isla de Elba,
0:00:33 volvió, asumió el gobierno durante 100 días y después fue derrocado.
0:00:38 Derrotado definitivamente en Báthar, lo vía.
0:00:42 Finalmente, cuando terminó ese período, Napoleón resolvió marcharse América
0:00:51 y salió desde París con rumbo a Roussefort con la idea de embarcar allí.
0:00:57 Cuentan que cuando tomó esa decisión se le acercaron muchísimas de sus antiguos amantes para pedirle que no lo hiciera, que no se fuera.
0:01:06 Además, por devoción, incluso las menos avispadas en asuntos políticos se convirtieron en espías, en consejeras
0:01:15 y le hicieron advertencias, muchas de las cuales debieron ser seguidas.
0:01:20 Napoleón la escuchó poco y la asamó mucho en esas jornadas de despedida.
0:01:26 Con quien más se encontró, fue con una dama de lectura de Ortencia de Holanda, a quien según las crónicas le gustaba dejarse acariciar, como a tantos de nosotros.
0:01:41 Bien, Ysa le advirtió a Napoleón que en el puerto de Roussefort lo esperaba una trampa.
0:01:48 Lo esperaba una trampa. Y sabemos que efectivamente lo esperaban así unas embarcaciones inglesas, que en lugar de llevarlo a América,
0:01:56 lo llevaron a la famosa isla de Santa Helena donde terminó sus días.
0:02:01 Pero en el viaje de París a Roussefort tuvo lugar una aventura estupenda en la que participó Napoleón como cómplice involuntario de un levante.
0:02:14 Y la historia es esta. En la localidad de Nord, cercana a Roussefort, desde hace un tiempo había un hombre llamado Louis Souffin,
0:02:27 que cortejaba a la viuda de un panadero que había devenido en panadera titular de la dama.
0:02:35 La dama que era hermosa se llamaba Leonor Sabier y había pasado a ser evidentemente la dueña de la panadería.
0:02:43 Pero aquella dama, aquella viuda, no correspondía en lo más mínimo al amor de Louis.
0:02:50 Según el cronista, a fin de darle larga, el tipo que se le insinuaba, que se yo, era para que no molestara,
0:03:00 la mujer adoptó la costumbre de contestar a cada uno de los requerimientos de Louis,
0:03:05 que se convertiría en su amante el día en que Napoleón se parase delante de la panadería.
0:03:14 ¿Cómo quien te dice el día que chifle en los charcos? Claro.
0:03:20 Pero hoy caballero, que no eran metáforas muy mucho, jamás entendió estos dichos como un rechazo
0:03:29 y sintió surgir en su alma una insensata esperanza de que algún día Napoleón pasara por ahí,
0:03:39 se detuviera delante de la panadería. Esperanza que se acresentó cuando yo decir que el emperador
0:03:47 pasaría por la ciudad en su escape. Louis, su fan, se informó entonces sobre la ruta exacta
0:03:56 que seguiría Napoleón para dirigirse al hotel La Bola de Oro, donde iba a hospedarse.
0:04:04 Sentiró que Napoleón para llegar al hotel debía pasar por la calle de los negocios,
0:04:10 donde estaba también la panadería. Era muy difícil que la Caleza Imperial se detuviese
0:04:18 en aquel preciso paraje, así que Louis resolvió ayudar a la casualidad.
0:04:26 La hueste de Napoleón que derrotada acompañaba al emperador hasta el puerto, atravesó Chamburg,
0:04:33 atravesó Valdome, Poitiers y finalmente llegó a la pequeña ciudad de Nord en julio de 1815.
0:04:43 Unas horas antes de pasar Napoleón por la panadería, Sufan se dirigió a un estanque cercano
0:04:51 y capturó unas ranas. Pesco unas ranas, ha hecho unas cuantas ranas, metió dentro del tacho.
0:04:59 Después fue a la calle indicada a esperar a que pasara el carruaje real.
0:05:04 Se mezclo con la muchedumbre que ya estaba reunida, esperó, de repente llegó hasta sus oídos un rumor,
0:05:14 luego los gritos, el clamor de la gente que recibía la Caleza de Napoleón
0:05:20 y cuando el carruaje estaba a unos metros de la panadería,
0:05:26 y el enamorado Louis Sufan soltó las ranas y las ranas asustaron a los caballos imperiales
0:05:35 y los caballos se le tuvieron.
0:05:39 Napoleón asomó la cabeza, teniendo que haya algún atentado,
0:05:44 el cochero le comunicó el incidente con las ranas, le dijo,
0:05:48 si les las ranas asustaron a los caballos, por eso nos hemos detenido.
0:05:52 Había mucha gente amontonada, la detención fue efímera
0:05:56 y Louis Sufan supo que aquel momento no podía valer para efectuar reclamo alguno,
0:06:02 y se dijo, no basta con esta detención.
0:06:05 Pero entonces se produjo el milagro, tranquilo por la ausencia de cualquier amenaza
0:06:11 y tal vez educido por el olorcito que venía de la panadería,
0:06:17 Napoleón decidió bajarse a comprar un obicocho.
0:06:27 Louis Sufan, loco de contento, se mezcló entre los hombres de Napoleón
0:06:31 y entró casi junto con el emperador a la panadería.
0:06:35 Y buena parte llegó a ser su pedido cuando Louis,
0:06:39 que era experimentado en cuestiones panaderiles,
0:06:43 y haciéndose el íntimo, le gritó al Leonor a la panadera,
0:06:47 sirva al emperador aquella ogaza del medio.
0:06:51 Napoleón agradeció la sugerencia, cruzó dos palabras con Louis
0:06:57 acerca de aquel pueblo, de las condiciones del camino,
0:07:00 y se retiró alegremente.
0:07:04 Leonor quedó estupefata.
0:07:07 El cronista dice, leo al cronista,
0:07:11 intentó creer, Leonor, que la operación de aquel milagro
0:07:14 la debía enamorar inmediatamente de Louis,
0:07:18 pero luego supo que su condición había sido mal elegida,
0:07:22 porque no había nada que pudiera hacer para que Louis le gustaba.
0:07:31 Entonces, al ver que Louis se acercaba, quiso huir.
0:07:36 Louis le dijo, ahora ya no tienes derecho a negarte,
0:07:40 y Leonor se asustó más todavía y salió corriendo.
0:07:45 Pero sucedió algo curioso.
0:07:48 Los vecinos, que la habían oído más de una vez hacer esa falsa promesa,
0:07:53 la rodearon y la instaron a corresponder a Louis,
0:07:57 indignados por aquel incumplimiento.
0:08:02 La panadera, entonces, fue empujada hasta una granja
0:08:06 por la muchedombre,
0:08:09 y todos le dijeron que debía pagar su deuda.
0:08:13 Dice el cronista,
0:08:15 poco después, bajo la custodia de un pueblo exilante,
0:08:19 Louis su fan se unió alegremente y por única vez a la panadera.
0:08:27 Y, traudinario, cuentan que la panadería cerró.
0:08:35 Y que su dueña, obligada a cumplir con desires y no oportunos,
0:08:40 pasó a vivir en bandón y se hizo borbónica ferviente,
0:08:45 es decir, opositora de Napoleón.
0:08:49 Linda historia, que por supuesto tiene su moraleza,
0:08:52 porque una negativa debe ser siempre totalmente clara.
0:08:57 No es no.
0:08:59 Sin embargo, hay gente que no entiende las negativas
0:09:03 por claras que estas vinieran a resultar.
0:09:07 No entienden un no, ni un nunca, ni nada de eso.
0:09:12 Y creen que siempre hay una posibilidad, una dilación,
0:09:17 creen que el que dijo no era porque en realidad tenía ganas de decir sí.
0:09:23 Y este malentendimiento es padre y madre de muchas desgracias,
0:09:32 de muchas desgracias, ¿no es cierto, Rolo?
0:09:35 Sí, claro, las personas que confunden una obsesión patológica
0:09:39 con un deseo, ¿no es cierto?
0:09:42 Porque les parece que van a poder torcer de alguna manera
0:09:47 el deseo ajeno justamente con la fuerza del propio.
0:09:50 Y no es así imponerle esto a alguien, es ya de una gravedad tremenda, Alejandro,
0:09:55 porque la pobre persona que es clara,
0:09:58 pues como bien dice usted, yo creo que en el amor hay mucha metáfora,
0:10:01 pero en la negativa no debe haber ninguna, debe ser muy clara.
0:10:04 Y la persona es clara, es así.
0:10:06 Pero bueno, usted sabe cómo son las cosas de las enfermedades psíquicas
0:10:09 que a veces no le permiten a la gente comprender.
0:10:12 Me quedé pensando en esto que usted contaba,
0:10:15 que estoy muy... me he hecho enlojarme en Dígne,
0:10:19 mire, con el pueblo de ese lugar,
0:10:22 porque siempre uno tiene derecho a negarse.
0:10:27 ¿Qué es esto de que ahora no tiene derecho a negarse?
0:10:30 Y justamente este enamorado que usted cuenta
0:10:33 es como estas personas que decíamos que confunden una casualidad con un milagro.
0:10:38 El amor es el milagro, el resto no es así.
0:10:41 Milagro hubiera sido que el honor hubiera empezado a desear.
0:10:48 Y si hubiera sido un milagro.
0:10:50 La detención de Napoleón frente a una paradería, no es un milagro, es muy lejos.
0:10:55 Hemos sido a la discoteca y vamos a escuchar a Carlos Gardel
0:10:59 en una canción mejor dicho, que casi nunca escuchamos,
0:11:03 y que por ahí se escucha mucho, y que corresponde exactamente a esta historia,
0:11:08 que es el día que me quiera.
0:11:12 Adelante, don Carlos.
0:11:33 Todo el mundo se quiere respirar.
0:11:38 Y si es mío el alfado, el torre saleve,
0:11:43 es como un calezar en la fiesta de mi herida.
0:11:51 Todo, todo se adivina.
0:11:59 El día que me quiera, la rosa se enganara.
0:12:06 La ventina de pieza, con su mejor color.
0:12:14 Ya me viene toda la calvana, mirar que el veredmilla
0:12:22 en lo que la corredara, se recorre estará de su amor.
0:12:34 La noche que me quiera desde el azul del cielo,
0:12:42 las hecerías se enojan, nos mirarán pasar.
0:12:50 Y un rey de miserioso, para nido en tu pelo,
0:12:59 lo tierna que curioso, que vera su corazón.
0:13:15 El día que me quiera, no habrá más que armonía.
0:13:23 Era clara la aurora y alegre el maranteal.
0:13:28 Era quieta la brisa, rumor de melodía,
0:13:32 y nos darán las fuentes, tu canto de cristal.
0:13:36 El día que me quiera, te endulcerá sus cuerdas,
0:13:40 y el empate a roja y mi cor, lor de ser a la vida,
0:13:44 no es que estirad mi dolor.
0:13:51 La noche que me quiera desde el azul del cielo,
0:13:59 las hecerías se enojan, nos mirarán pasar.
0:14:07 Y un rey de miserioso, para nido en tu pelo,
0:14:16 lo tierna que curioso, que vera su corazón.
0:14:37 Era Carlos Gardel en la venganza, será terrible el día que me quieras.

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