Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de las eccentricidades de Anna Ivanovna. Anna gobernó Rusia a partir de 1730. Se había muerto el sar anterior Pedro II de Viruela a los 15 años y no había tenido hijos, naturalmente.
0:00:19 Anna era sobrina de Pedro el Grande, el otro Pedro, y la elección recayó en ella por decisión del Consejo Ruso. Todas los rusos, bueno, es que goberné.
0:00:28 La verdad es que Anna no estaba preparada para gobernar. Era viuda, vivía fuera de Rusia, andaba con un tipo, uno que se llamaba Jocham Bluren, que era de la Vespalia.
0:00:43 Cuando recibió el llamado al trono, se le indicó que debía abandonar a esteñato, al Bluren, para cumplir con su deber de sarina.
0:00:55 Y Anna fingió aceptar. Ella se ha estado bien, ella no está bien corto, lo largo.
0:01:01 Hizo su entrada en Moscú en febrero de 1730, pero no se sometió en absoluto al poder del Consejo de Estado que había, además de este asunto de la amante, había exigido una serie de prerrogativas para limitar las decisiones de la sardina.
0:01:20 Anna llamó a su amante y en cuantitos de Gualtrero barrió con todos los que intentaron limitar su poder y se quedó bien debuté con el Jocham Bluren.
0:01:33 Las excentricidades de esta mujer fueron notables. Tanto a ella como su amante, te gustaba el lujo, pero no eran muy escrupulosos en materia de higiene personal.
0:01:47 Dice la crónica que Anna, incluso apreciaba que Bluren, oliera a su dor o a establo.
0:01:58 Ella misma se empeñaba en limpiar su piel con manteca fundida y eso le garantizaba un olor nauseabundo.
0:02:08 Dice la crónica que le gustaba mucho comer y beber. Era muy alta de vientre voluminoso y pechos opulentos. Su rostro era hinchado y amotagado.
0:02:21 Le gustaba mucho los animales, pero también experimentaba un placer sádico matándolos o torturándolos.
0:02:32 Luego de ser coronada viajó de Moscú a San Petersburgo y se instaló en el Palacio de Invierno. Allí hizo poner escopetas cargadas en todas las habitaciones.
0:02:43 Hoy le gustaba tirar a la mena. A veces dominadas por un deseo irresistible, tomaba un arma, se acercaba una ventana a cualquier y... ¡Uah! Reventaba algún pájaro.
0:02:56 Le gustaba el humo de la pólvora invadía a los aposentos y la farina muchas veces convocaba a su dama de honor y las obligaba a tirar también a las menas.
0:03:09 A veces incluso le tiraban a los cuadros. Cuando se envalordaban con un padre de caña, cachaban a su escopeta y ¡Pah! ¡Pah! los cuadros, los antepasaron, todo agujería.
0:03:22 Dormía era así esta casi siempre, pero le gustaba despertarse con un cobro. Llamaba a los gritos a sus damas de honor y las obligaba a cantar alguna canción popular.
0:03:36 Estos momentos musicales se prolongaban tanto que las cantantes iban quedando sin voz.
0:03:42 Si alguna exhausta desafinaba o se callaba, Ana se incorporaba y le aplicaba un puñetazo, perdonamente les metía una peña.
0:03:54 No sentía la farina, ninguna necesidad de cultivarse y era muy grosera con todas las personas, especialmente con los sabios y eruditos de su corte.
0:04:06 En una oportunidad, Trediakovsky fue invitado a leer sus versos frente a la sabina.
0:04:13 Así relata el propio Trediakovsky en una carta de los procuros.
0:04:19 He tenido el honor de leer mis versos ante su majestad imperial.
0:04:24 Tras la lectura he gozado del insigne favor de recibir una bofetada de la propia mano de Ana.
0:04:31 Debo lamentar que luego un escupitajo imperial mal lanzado haya dado en la pared en vez de misolapa.
0:04:39 El honor hubiese sido mayúsculo.
0:04:43 El amante, Johann Buren, junto con algunos alemanes amigos de él, dirigía la política del imperio.
0:04:51 Los viejos hoyardos, los nobles, habían sido desplazados del gobierno.
0:04:57 Como Ana no tenía hijos y no podía tenerlos, se hacía necesaria un contraguneredero.
0:05:05 Ana Ivanovna tenía una sobrina llamada Ana Leopoldovna, que pertenecía lateralmente a la familia Romanov y que le era muy leal.
0:05:14 Ana eligió aquella sobrina para que engendrara al sucesor.
0:05:19 La sobrina era rubia, tenía 19 años, se le buscó un novio, el príncipe Antonio Ulrico de Bebern, de la casa de Brunswick.
0:05:30 La sarina lo observó para ver si podía ser capaz de embarazar a Ana.
0:05:36 Ana Leopoldovna, a la sobrina.
0:05:39 Dicen que no encontró un poco la andengue.
0:05:44 Yo le iba a rechazar, pero a falta de otro le sugirieron que lo aceptara más seh, total.
0:05:51 Y así Ana Leopoldovna, la sobrina, debió casarse sin conozarlo.
0:05:56 Cuando lo vio, se horrorizó.
0:05:59 El casamiento tuvo lugar el 14 de julio de 1739. La noche de bora fue un desastre.
0:06:05 Las damas más ilustres acompañaron en cortejo a la novia, a la cámara nuptial.
0:06:10 Así permanecieron hasta que los esposos comenzaron a abrazarse.
0:06:16 Se retiraron, permiso, y en ese momento Ana entró en pánico y salió rajando.
0:06:23 ¿A lo que se iba?
0:06:25 Salió rajando para los jardines de palacio y allí pasó a escondir a Isola su noche de bodas.
0:06:33 Escondía entre los lluvios porque no la encontraron al marido.
0:06:36 Cuando la sarina se enteró, la convocó y le exigió que cumpía con su deber sin demora.
0:06:41 ¡Vamos! Se cumpla con su deber, ¿qué tanto?
0:06:44 Y entonces reunió a los esposos y bajo custodia armada.
0:06:51 Nos obligó a amarse. Amesén.
0:06:57 Apuntándole. ¡Vamos!
0:07:06 Bueno, el 23 de agosto de 1740 nació Iván Antonovich, que fue declarado sucesor del imperio.
0:07:14 Poco después de su nacimiento, la sarina enfermó.
0:07:19 Los médicos no precisaron qué tenía. Algunos creían que era una afección renal.
0:07:26 Johann Blueren aprovechó la agonía de su amante para pedirle ser nombrado regente del imperio.
0:07:35 Digo, mira, nombrame el regente del imperio, porque mira, si es pichaz, lindo voy a quedar.
0:07:41 Blueren quería apoderarse de los negocios imperiales.
0:07:45 La sarina igual, poco antes de morir, le otorgó esa protestal y murió en octubre de 1740.
0:07:53 La despedida de Ana Ivanofna tuvo algo de teatral.
0:07:57 Conociendo la proximidad de su muerte, dio un largo discurso a quienes la rodeaban y lo remató con un adiós.
0:08:06 Adiós a todos. Y después no volvió a hablar creciendo que ya eran sus últimas palabras, pero no se moría.
0:08:13 Tardó tres días en morirse y como había decidido que aquellas fueran sus últimas palabras,
0:08:18 no dijo nada y se expresaba con gestos de lo más fantético.
0:08:23 Al día siguiente el amante, Blueren, se convirtió en regente.
0:08:29 Y se le ocurrió que era necesario alejar a Anita Leopoldofna y Antonio, que eran los padres del chiquito Iván Antoniovis.
0:08:41 Los quería alejar para tener control total de la situación, al menos hasta la mayoría de edad del Tzarevich.
0:08:48 Pero Ana Leopoldofna, de quien todos pensaban que era Timorata y Docile,
0:08:55 se reveló y decidió ejercer ella misma la regencia.
0:08:59 En noviembre de 1740, un grupo de guardias irrumpió en el aposento de Blueren
0:09:06 y tras molerlo a Palos, se lo llevó desmallado a una fortaleza.
0:09:15 Como excusa para encarcelarlo, se lo inculpó de haber precipitado la muerte de Ana Ivanofna
0:09:22 al incitarla a andar a caballo con mal tiempo.
0:09:26 Eso es un verdadero crimen.
0:09:28 Y le dieron pena de muerte, pero les pareció que era mucho.
0:09:32 Lo cambiaron por despierro a Siberia, era un poco más.
0:09:37 Y nunca volvió de allí.
0:09:40 Y así Ana Leopoldofna se convirtió en regente del imperio
0:09:45 y esperó que su hijo creciera para consagrarlo, salve a Rusia.
0:09:51 En realidad nunca lo consiguió.
0:09:53 Eso no ocurrió, pero eso da otra historia.
0:09:56 Lo que teníamos que contar hoy era lo simpática que era Ana Ivanofna
0:10:04 con su vientre prominente, su seno opulento, su olor a establo,
0:10:12 su piel recubierta por manteca fundida, su amante alemán,
0:10:18 no menos nauseabundo, etcétera.
0:10:23 Y sus hábitos, ¿no? Esos hábitos violentos.
0:10:26 En este programa estamos a favor de la Iglesia.
0:10:32 La mora leja queda feo no lavarse máxime si una es sarina de Rusia.
0:10:47 No solo queda feo no lavarse, sino ensuciarse con manteca.
0:10:51 ¿Es necesario la manteca o tenía algún uso secundario?
0:10:58 Usted siempre trata de encontrar un contenido orvisueno.
0:11:07 Para la Iglesia de los Gandules.
0:11:10 Está pensando Eje se mantecaba porque después venía su amante alemán
0:11:15 y se mantecaba con su pan de bienas.
0:11:21 Bien, viene a quedar Ana Austria por otra parte.
0:11:26 Señores, hemos ido a la discoteca.
0:11:29 No hay música de esto.
0:11:31 No hay música.
0:11:32 El amor que tenía ese hombre porque...
0:11:34 ¿Y qué hay? decía cuando recontaba los sucios que era esta mujer.
0:11:38 ¿Y qué hay? ¿Qué tiene?
0:11:40 Me miraba con aire sus picas como si pensara que nosotros contamos historias de gente sucia
0:11:46 para mencionar ese hábito que él mismo tiene.
0:11:51 ¿Y qué le dije? ¿Hay alguna canción?
0:11:55 No, ninguna.
0:11:56 Se limitó al tango Malajunta.
0:11:58 De hecho era una Malajunta, la de Ana Ivanofna y su amante alemán.
0:12:05 Así que nos dio la versión de Julio del Caro y no juró, juró él,
0:12:09 que aquel tango había sido compuesto en conmemoración de los 200 años de la muerte de Ana Ivanofna.
0:12:20 Y yo no resistía a crearlo.
0:12:25 De todos modos como no había otro lo acepté.
0:12:28 Y aquí escucharemos al Orquesta Julio del Caro el tango que se llama Malajunta,
0:12:33 un compañero de saludos para todos, para todos los que se lavan antes de ver a sus amantes.
0:12:43 Usted se lava antes de ir a ver a su amante, bueno está, vamos a hacer la pequeña encuesta.
0:12:47 Yo me lavo, me profumo y me entalco.
0:12:50 Me entalco y me digo, te voy levantando por barrera.
0:12:55 Y si va a ver a su amante, me dicen las personas mientras tratan de mirarme a los ojos en medio de la niebla.
0:13:02 Me parece demasiado, ¿eh?
0:13:05 ¿De demasiado qué?
0:13:07 Demasiadas cosas a usted.
0:13:09 ¿Uy qué? Ah, porque usted no se lava cuando va a ver a su amante.
0:13:12 No, sí, pero no mental.
0:13:13 Lo lamento por su amante, señor.
0:13:15 Qué vergüenza.
0:13:17 El talco no facilita el contacto físico, disculpe, mejor.
0:13:21 Fantástico, hace todo un poco como más resbaladizo, ¿no?
0:13:25 ¡Sacagrumo!
0:13:30 ¿Cómo se llama su amante?
0:13:40 ¿Quieres escuchar el tango?
0:13:42 No, no, no, estoy haciendo una encuesta.
0:13:47 Usted se lava antes de visitar a...
0:13:49 Sí, y a mí me encanta entalcarme mucho.
0:13:55 ¿Usted se ha sentalcar o sentalcarte?
0:13:57 No, no, me tacó yo.
0:13:59 Pero le diré algo, hay regiones, el cuerpo humano, ¿no?
0:14:03 Distritos, de difícil acceso, que quedan privados por su carácter lejano, privados del talco y su genocidio.
0:14:11 Yo tengo una especie de esponja, pero como de peluche.
0:14:16 ¿Accés de una talsina?
0:14:18 La entalcadora.
0:14:21 Sí, la entalcadora parece más bien el nombre de una...
0:14:24 Y una compañía.
0:14:27 La entalcadora andina.
0:14:31 Usted se llama cisne, ¿no?
0:14:34 Tocan unas games de acá, un cisne, que se le da para empolvarse el escracho.
0:14:38 Este se llama para todas las zonas, todas las zonas, ¿sí?
0:14:42 Sí, perfectamente.
0:14:44 Qué raro que con esos hábitos de entalcarse no existen duchas de talco, cosas por el estilo,
0:14:49 que hagan más fácil el distribuir el talco de mi hermana padre.
0:14:52 Y el talco de la entalcadora, talquiera misma que usted, te echa como quien se entra a sal.
0:14:58 Te condimenta.
0:15:00 Baño seco se llama.
0:15:02 Sí, el famoso baño polaco.
0:15:04 En Polonia se ahorra agua, no hay platicamente agua.
0:15:08 Y la gente se baña en seco.
0:15:11 El famoso baño seco de los polacos.
0:15:14 Y de entalco, como es la vista muy seca, la dieta polaca.
0:15:18 Oigo duro, gofio, vainilla.
0:15:26 Y como lo baño?
0:15:27 Sin agua.
0:15:28 Sin agua.
0:15:29 Cústame, son gente muy seca y que lo bajan con la piel muy seca también.
0:15:33 Y el talco termina de secarlo completamente.
0:15:38 Bueno, por ejemplo, los roedores, estaba pensando, se usa baño seco, por ejemplo, un hamster.
0:15:44 Sí, usted vive alguna vez como hamster.
0:15:46 Una brucha para hamster.
0:15:47 Una brucha, un baño de inmersión.
0:15:50 ¿Cómo usar el baño seco?
0:15:52 Se cosea una especie de ánfora.
0:15:56 Ánfora trústica.
0:15:58 Con un polvo blanco que vende la veterinaria.
0:16:02 Y dejarse se revuelca y sale limpio.
0:16:07 Más limpio que uno.
0:16:09 No va a comparar porque yo le digo, estoy vendiendo baños secos.
0:16:14 Ahora que vienen todas las casas de agua, que se vienen.
0:16:17 Se vienen, se vienen y se vienen.
0:16:19 Es una bolilla que están haciendo correr los de Villa Vicencio.
0:16:22 Y nos vamos a tener que bañar con talco.
0:16:28 Con talco el futuro de la humanidad y el baño seco.
0:16:31 Y esta o la industria de la toalla también.
0:16:34 Pero se viene abajo todo lo que es toalla.
0:16:38 Y la parte ya sale, pero hace un plumericto, ¿no más?
0:16:42 Y listo, ya queda.
0:16:45 ¿Y perfumado?
0:16:47 ¿Un aroma válvaro?
0:16:49 Está comprobado, no me acuerdo por quién.
0:16:51 Que es mucho más limpio el baño ese de la empolvada.
0:16:56 Que cualquier otra cosa.
0:16:59 ¿Sabe cuál es la peor forma de bañarse?
0:17:01 Pasarse una toalla mojada por las rodillas.
0:17:04 Eso es de gente sucia.
0:17:06 Esculpenme que se lo diga.
0:17:08 No hay otra cosa.
0:17:10 Digamos el baño tradicional.
0:17:13 Puede que, si uno es muy dejado con el tema de la toalla.
0:17:20 Ya la hora.
0:17:22 Tenemos que escuchar todavía el tema musical.
0:17:24 Pero termine con este concepto.
0:17:26 No, si uno se seca rápidamente, queda humedad en los pliegues del cuerpo.
0:17:32 Muchos pliegues tenedos.
0:17:34 Y queda humedad que después de proliferar hongos y cualquier cosa.
0:17:38 El baño seco queda nada.
0:17:44 Vamos a escuchar mal a Junta por Julio del Caro.
0:21:00 Era Julio del Caro con Mala Junta.
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