Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos sobre raptos perpetrados por las hadas.
0:00:05 Son cuentos de hadas los de hoy, pero vamos a ser específicos porque ya hemos hablado de hadas algunas otras veces.
0:00:12 Entonces éludiremos, por ejemplo, los testimonios de Conan Doyle que sabía mucho de hadas.
0:00:22 Sir Arthur creía en la existencia de las hadas, pero ya hablamos de él.
0:00:28 Eludiremos también la descripción de la burocracia de los reinos subterráneos
0:00:33 y solamente contaremos casos en los que las hadas raptaron personas.
0:00:39 Lo curioso es que estas historias de raptos, al menos en sus consecuencias judiciales,
0:00:44 figuran en los archivos como creencias ciertas,
0:00:48 incluso como alegato testimonial de quienes se veían perjudicados por semejantes actos.
0:00:53 Es decir, hay declaraciones en la comisaría de los tipos que fueron raptados por las hadas.
0:00:58 Nuestro cronista ha sido nada menos que el ser Walter Scott.
0:01:02 Bien sabemos que las hadas roban niños que hacen las hadas.
0:01:06 Y especialmente se afanan a los chicos no bautizados.
0:01:11 En cuanto a los adultos, en verdad era preciso que hubieran cometido alguna mala acción
0:01:17 o que directamente molestaran a las hadas en su territorio para que fueran raptados.
0:01:23 Dormir, por ejemplo, en una montaña donde las hadas tuvieran su corte era muy peligroso
0:01:30 porque uno podía terminar raptado por las hadas.
0:01:34 Debe decirse que lo terrible de ser raptado y llevado al reino de las hadas
0:01:39 era que uno no podía escapar jamás y así, que eran un rapto perpetuo, no te devolvían nunca.
0:01:45 El incauto tenía suerte si las hadas se contentaban con un traslado aéreo,
0:01:55 pero por ahí te dejaban caer.
0:02:01 Tiraban por el aire y te dejaban caer, pero no sabrían qué altura.
0:02:05 Bueno, ya vamos a ver de qué manera te raptaban.
0:02:09 Cuentan que en una oportunidad el cóndere Obrey envió a su ayuda de cámara,
0:02:16 ni a toque tenía ahí, a comprar naipes al tiosco, imagino.
0:02:24 Siempre se lo ocurrió, uno está colaseando y se pierde poner el TRE DE ORO.
0:02:29 Entonces, qué sé yo, se lo morfó el perro o queda marcado por alguna cosa,
0:02:36 y a algunos se le cayó un pedazo de pisa arriba el TRE DE ORO y arruino el maso,
0:02:40 porque ya todos saben cuando tenés el TRE DE ORO.
0:02:43 Se tengrase el TRE DE ORO.
0:02:46 Digo el TRE DE ORO porque es una carta de cierto valor.
0:02:49 El cuatro copa no importa porque hasta lo podemos tirar.
0:02:53 Bueno, el cóndere Obrey mandó a su ayuda de cámara a comprar naipes
0:02:59 y se andaba al tiosco y hasta el pueblo y trae un maso de naipes victoria.
0:03:05 Sí, que voy a comprar.
0:03:07 De eso que estás mezclando y se te parte la carta por la mitad.
0:03:11 Si nos ponemos gasto hoy.
0:03:13 Traeme victoria, eracto y ofurné.
0:03:16 Bueno, el ayuda de cámara acertó a pasar por unos campos
0:03:21 y en los campos vio una mesa tendida y servida con unos comensales
0:03:28 que lo saludaron y lo convidaron a tomar parte del feste.
0:03:34 Pero uno de los asistentes que tenía un rostro muy melancórico le dijo,
0:03:40 no haga nada de lo que le digan.
0:03:43 Es otra musa, ¿eh?
0:03:45 No haga nada de lo que le digan.
0:03:48 Y entonces la ayuda de cámara se negó a comer.
0:03:51 La mesa desapareció inmediatamente, pero los comensales quedaron
0:03:55 y se pusieron a bailar.
0:03:57 Otra vez lo invitaron, ni siquiera bailar
0:04:00 y él se negó otra vez, la ayuda de cámara.
0:04:03 El hombre que le había dado el consejo volvió a hablarle
0:04:06 y le dijo, he vivido relajadamente
0:04:11 y me he visto obligado a seguir sin descanso la compañía
0:04:14 que usted ha visto hasta el día del juicio final.
0:04:18 Y le recordó a la ayuda de cámara que no era bueno salir
0:04:22 a comprar nightpes por la noche, ¿no?
0:04:26 Para los escolaços de el condo de rábales.
0:04:29 El hombre, el mensajero, la ayuda de cámara, volvió a casa de su señor
0:04:34 y contó, más terrorizado lo que había sucedido.
0:04:38 Dijo, mire, no le puedo traer los nightpes porque
0:04:41 por el camino me encontré con una mesa bien servida, etcétera, etcétera.
0:04:45 Parece que las hadas lo persiguieron.
0:04:48 Y cuando la ayuda de cámara estaba contando esto al cóndere a Obre,
0:04:56 lo levantaron por el aire.
0:04:59 El tipo estaba contando, bueno, mire, una mesa, así, así,
0:05:02 y en eso sienten que algo lo levanta por el aire a la ayuda de cámara.
0:05:06 El cóndere, entonces, con dos obispos que estaban junto a él,
0:05:09 que eran los que iban a escolasear, me imagino,
0:05:12 tomó al ayudante por los vestidos, por las patas
0:05:15 para que no fuera definitivamente arrebatado.
0:05:18 En medio de este tira y a floje, las hadas tiran, que tiran,
0:05:23 y el cura llora, que llora, finalmente las hadas,
0:05:27 que estaban arriba y dejen, bueno, terminemos con este tironeo.
0:05:30 Dice, basta, dice.
0:05:32 Vamos a jugarnos a este hombre a la baraja.
0:05:35 Bueno, dice, podría ser, pero los nightpes que tenemos
0:05:39 tienen marcado el tres de oro.
0:05:41 No importa, dice, las hadas, vamos a jugar igual.
0:05:46 No sabemos qué jugada.
0:05:48 Probablemente un juego en el que el tres de oro,
0:05:51 mucho no va a leer, ¿no?
0:05:53 Pero jugaron a Berri y los dos obispos contra tres hadas.
0:05:59 Un truco de seis, me imagino, ¿no?
0:06:02 Ahora bien, las hadas son divinidades menores,
0:06:05 no tienen tanto poder,
0:06:07 y no tienen poder, según parece, sobre la suerte,
0:06:10 porque perdieron.
0:06:12 Perdieron, ganaron a Berri y los dos obispos,
0:06:16 le ganaron a las tres hadas.
0:06:18 Entonces, la ayuda de cámara se quedó en el mundo que conocemos.
0:06:21 Y durante toda su vida,
0:06:23 Berri atestiguó hactancioso la verdad de toda aquella historia.
0:06:28 A cada rato contaba eso, y todo el mundo le creía.
0:06:37 ¿Este le creía?
0:06:42 Para mí, que decían que le creían, pero no le creían nada.
0:06:45 Es el primer raptor, ¿no?
0:06:47 Oh, intento de raptor, a la ayuda de cámara de Berri,
0:06:50 que fue a comprar a nadie parezca, o al pueblo.
0:06:55 Se paga una pregunta.
0:06:58 Disculpenme que lo voy a interrumpir, no es mi costumbre,
0:07:00 pero ¿qué función cumplen las hadas en todo esto?
0:07:06 ¿Por qué lo querían llevar en el momento que él daba el testimonio?
0:07:10 ¿Y aquí comprometía a los que lo invitaron?
0:07:13 No, probablemente no querían que supieran
0:07:16 de aquella mesa misteriosa que tendría en el campo
0:07:20 y de que ellos andaban por ahí.
0:07:22 Además, las hadas se llevaban a los hombres para someterlos.
0:07:28 Me imagino yo, a una vida de comisiones humillantes,
0:07:35 que tenían como estragos.
0:07:38 Muy buena respuesta.
0:07:41 Ahora vamos a ver si los siguientes relatos esclarecen un poco esto.
0:07:46 Algunos que pasaron su vida en las intrigas de la política
0:07:50 o las estrategias de la guerra,
0:07:52 fueron transportados también al país de las hadas.
0:07:56 Por ejemplo, la bruja Allison Persant
0:07:59 declaró haber reconocido en la Corte de las Hadas,
0:08:03 a la que fue arrebatada oportunamente,
0:08:05 al caballero de Buckle, uno de los más infatigables
0:08:08 partidarios de la reina María en Inglaterra.
0:08:12 Pero el caso más curioso, que seguramente hemos contado
0:08:16 que alguna vez, es el de Robert Kirk,
0:08:19 que era ministro de Evangelio
0:08:21 y primer traductor de los almos en versos gaélicos.
0:08:25 El vivo a fines del siglo XVII.
0:08:27 Fue miembro de parroquias montañezas en Escocia.
0:08:34 Kirk, que significa algo así como Iglesia en Escoces,
0:08:37 como si fuera Church, pero en Escoces es Kirk.
0:08:41 Bueno, aseguró este amigo, este señor,
0:08:45 que toda aquella región estaba llena de hadas
0:08:49 y escribió un libro llamado
0:08:51 Ensayo sobre el Pueblo Subterráneo en el año 1691.
0:08:56 Sita Borges, lo que le pasó al rebrendo Kirk.
0:08:59 Dice, este hombre describió minuciosamente
0:09:02 el mundo de las hadas
0:09:07 y las hadas se ofendieron muchísimo
0:09:11 por aquella temeridad.
0:09:13 El tipo dijo, unidos sus secretos.
0:09:16 Entonces, en un extremo del cementerio del pueblo,
0:09:19 de Iberfual se llama, creo,
0:09:23 hay un monumento ericido a la memoria de Kirk
0:09:27 y allá está la tumba.
0:09:29 Y los que conocen la verdadera historia
0:09:31 no creen que Kirk goce de un reposo real.
0:09:34 Parece que Kirk paseaba por un monte
0:09:37 y de pronto casó redondo.
0:09:39 Todos creyeron que se había muerto.
0:09:42 Pero después de la ceremonia del entierro,
0:09:45 el reberendo Kirk se le apareció a un deudo
0:09:49 con la siguiente indicación.
0:09:51 Un pariente, ¿no?
0:09:53 Mira, dice, soy el final Kirk.
0:09:56 Me voy a dar una demanda de decirle a mi primo Graham,
0:09:59 que es el sucesor de la parroquia,
0:10:01 había heredado la parroquia de Kirk,
0:10:04 que en realidad no me he muerto.
0:10:06 Que estoy cautivo en el país de las hadas
0:10:09 y sólo falta una cosa para verme libre.
0:10:12 Es una prueba que hay que hacer.
0:10:15 Yo voy a entrar en un cuarto
0:10:17 donde va a estar mi primo Graham.
0:10:20 Si la roja por arriba de mi cabeza,
0:10:22 un punial que tendrá en la mano,
0:10:24 me veré restituido al mundo.
0:10:26 Esa es la única forma.
0:10:28 Yo me le voy a aparecer,
0:10:30 él siempre tiene que estar con un puñal en la mano.
0:10:32 Cuando me vea,
0:10:34 que me lo tire porque me pase por arriba de la cabeza.
0:10:36 Y es la única forma
0:10:38 para que eso pueda huir del mundo de las hadas.
0:10:41 Si dejas escapar esta ocasión, estaré perdido para siempre.
0:10:47 Por escéptico,
0:10:49 o por mala voluntad,
0:10:51 o por lo que sea,
0:10:53 Graham no ejecutó lo prescrito,
0:10:56 no lo hizo.
0:10:58 Y como lo dejó,
0:11:00 me parece que el reverendo que él está todavía cautivo
0:11:04 en el país de las hadas por culpa del primo.
0:11:07 Que es la moralega de esta ultimistoria,
0:11:09 que uno no debe confiar en su primo.
0:11:12 Mucho menos cuando uno ya sea muerto.
0:11:15 Porque primos que han sido muy confiables,
0:11:18 mientras uno estaba vivo,
0:11:20 en cuanto a ti tú no se mueres, ya se aprovechan.
0:11:23 Se aprovechan de que uno está muerto.
0:11:26 Y se hacen dueño de tu parroquia.
0:11:29 Bueno, estas son las historias de ratos de personas
0:11:32 por hadas.
0:11:38 Kirch, me gusta Alejandro.
0:11:41 Al finado que...
0:11:43 Sí, que describió un poco, nos contó un poco como en ese mundo.
0:11:46 Pero también porque...
0:11:48 que cosa, no?
0:11:50 Parece ser que era un gesto tan sencillo el que podía salvarlo.
0:11:54 Pero vio como son los premios.
0:11:57 No crees ya, mire si va a aparecer.
0:12:00 Y por ahí apareció y el tipo en vez de tener un puñal en la mano,
0:12:03 va a saber que te niega la mano.
0:12:05 Un 3 de oro, te digas.
0:12:07 Así que a él y al caballero de Buckle también me gustó.
0:12:10 En esta historia.
0:12:12 Y debe estar todavía rumiando su veneno
0:12:15 en el país de las hadas con el estrilo de los rejugados.
0:12:18 ¿Qué es lo que hacen las personas cuando son raptadas
0:12:21 y pasan largos años en ese país?
0:12:25 Las hadas deben ser una compañía burourísima.
0:12:28 Yo creí que las hadas eran buenas.
0:12:31 No, no. Graso error.
0:12:34 De la época de la revista Antiojito que siempre...
0:12:37 Elada Patricia, dice usted.
0:12:40 Propaganda favora.
0:12:42 ¿Y la de la verdad?
0:12:44 ¿Y la de Patricia era buena?
0:12:46 ¿Elada Morgana? No.
0:12:50 Elada negra, se acuerda, de la visa durmiente.
0:12:52 La que no fue invitada.
0:12:54 No la invitaron a un casorio.
0:12:56 No la invitaron a un casorio, el chao.
0:12:58 Le hizo la cruz para todo el viaje.
0:13:00 Y ahí la tenés a la bella durmiente
0:13:02 con una manzana atravesada, no sé dónde.
0:13:05 A un bautismo no la había invitado.
0:13:08 No, el caso era chiquita todavía.
0:13:10 ¿Y ahora la van a casar?
0:13:12 Al bautismo.
0:13:14 Y todas fueron, yo le voy a dar esto,
0:13:16 yo le voy a dar el otro.
0:13:18 La otra pregunta técnica.
0:13:20 Disculpe, no es mi costumbre interrumpir.
0:13:24 ¿Las hadas? ¿Tienen algún parentezco con los niomos?
0:13:30 Porque hay un negocio en Carilo que vende nada sin niomos.
0:13:32 En el mismo negocio.
0:13:34 Tiene que ver.
0:13:36 En el Valle del Bosque Carilo,
0:13:38 los niomos producen una cierta setatura, me han dicho.
0:13:43 Así que ver uno en Simáforo.
0:13:46 Sí, los niomos de jardín, todo eso.
0:13:50 Así no hay que ponerlo.
0:13:52 Las hadas, no sé.
0:13:55 Incluso cuando le regalan un niomo,
0:13:57 una estatuita de niomo, no.
0:14:00 Estatuitas de hadas no hay.
0:14:02 Sí, venden ahí en Carilo.
0:14:04 ¿Qué dirección, por favor?
0:14:06 Porque a mí me gustaría comprar.
0:14:08 Los alerces, esquinas, pinar.
0:14:11 Es que no sé, no me derrubo.
0:14:13 Es todo escar.
0:14:15 Todo el nombre de árbol.
0:14:17 Como el Pina Amar, que son todos nombres de pescado.
0:14:21 Te espero en la Luguina del Besugo, esquinas en Surubí.
0:14:25 Entre Surubí y la Raya.
0:14:37 Bueno, por lo cierto, se ha puesto muy de moda.
0:14:41 Ahora, Alejandro, esto de obsequiar pequeñas hadas con niomos.
0:14:46 ¿Por qué no me regalaron ninguna?
0:14:48 Porque ustedes, después, se deshacen las cosas que les regalan.
0:14:52 Incluso usando como regalos personales.
0:14:55 Pero se ha puesto muy de moda.
0:14:58 Usted va a que se va a algún lugar que, en teoría,
0:15:00 no sé cuánto tiene que ver con los niomos o las hadas.
0:15:03 Que son Villa General del Grano, algún lugar así.
0:15:06 No sé, algún puesto de artesanías en Villa Ventana.
0:15:13 Puesto de artesanías, buenas tardes de Villa General del Grano.
0:15:18 Don Manuel.
0:15:23 Usted sabe que a mí me regalaron un amigo mío que...
0:15:26 Que me regaló en realidad.
0:15:28 Me regaló este negocio.
0:15:30 Me gustó mucho.
0:15:32 Yo quería llevar ahora uno para una chica.
0:15:35 Yo tengo una simpatía.
0:15:37 Y le quiero llevar una hada para que...
0:15:41 Porque me gusta que la tenga colgando.
0:15:43 Ah, mire, mire.
0:15:45 A ella le debe pasar lo mismo.
0:15:47 Puesto para colgar.
0:15:49 Elada que salvo a pinotcho.
0:15:51 Ah, esta es?
0:15:53 Elada protector.
0:15:55 Ah, la de Cucucita.
0:15:58 La de Cucucita.
0:16:02 Gnomos.
0:16:04 Gnomos, sí.
0:16:06 Claro, gnomos.
0:16:07 No somos italianos.
0:16:08 Claro, gnomos.
0:16:09 Gnomos.
0:16:11 Tenemos el gnomo pimentón con el polvo mágico.
0:16:13 No gusta.
0:16:16 Y Gnochis tiene.
0:16:18 Tenemos Gnochis.
0:16:20 De papa.
0:16:22 Espera, espera, que lo llamo a mi ayudante.
0:16:25 Gnato.
0:16:31 Bueno, le voy a traer de regalo en serio.
0:16:34 Bueno, yo quiero dedicarlo también a Walter Scott,
0:16:38 a quien ya fanamos esto.
0:16:40 Es el autor de Van Hau, un lindo libro.
0:16:42 Es un escritor de cierto interés.
0:16:45 Y a todos los que creen en las hadas,
0:16:47 como Arthur Conan,
0:16:49 que creen en las hadas.
0:16:51 Caso aunque no me encuentro, pero bueno.
0:16:54 Hemos ido a la discoteca a buscar tangos de hadas.
0:16:58 Que cantan tangos de hadas las bocas del souterráneo.
0:17:01 A ver cómo es.
0:17:03 A ver si me acuerdo cómo es.
0:17:06 Pero me voy a dejar.
0:17:08 Pero sé cuando resuelve aquí.
0:17:13 Siempre y cuando, siempre en su patio.
0:17:18 Le cantan tangos de hadas.
0:17:23 Las bocas del souterráneo.
0:17:28 La vieja mi tondería.
0:17:33 Que luz de los lúmpardarios.
0:17:38 No sé qué a mi paría.
0:17:42 Y otro al lobo de su gato.
0:17:47 De la milonga carriguera de María de Buenos Aires.
0:17:51 Que sola.
0:17:52 Gracias para la.
0:17:53 Que lindo que se soltaba.
0:17:57 Es muy bonito.
0:18:00 Bueno, de ley.
0:18:02 Bueno, pero no teníamos la milonga carriguera.
0:18:05 No teníamos la milonga carriguera, no teníamos nada.
0:18:07 Así que tuvimos que recurrir.
0:18:12 Teníamos un lindo disco que queríamos pasar.
0:18:15 Y que tiene que ver con algo, Alejandro, de esta historia.
0:18:18 Y yo pienso, en ese hombre, que más que hombre, era una voz.
0:18:21 Que le decía, no haga lo que le dicen.
0:18:24 Una voz pálida, palida y melancólica.
0:18:26 Como una voz de alguien.
0:18:28 Que está obligado a pasar toda una vida en el mismo lugar.
0:18:32 Y escucharemos a Horacio Molina.
0:18:35 Que ha grabado, no hace mucho.
0:18:37 Este bellísimo vals.
0:18:39 Que se llama, Tu Paliavoz.
0:18:41 Adelante, Horacio.
0:18:44 Te oí decir, adiós, adiós.
0:18:51 Cerrer los ojos y oculte el dolor.
0:18:56 Sentí tus pasos cruzando la tarde.
0:19:01 Y no te atajaron mis manos, cobaldes.
0:19:07 Mi corazón, lloró de amor.
0:19:15 Y en el silencio resonó tu voz.
0:19:21 Tu voz querida, lejana y perdida.
0:19:26 Tu voz que ramina, tu paliavoz.
0:19:32 En las noches desoladas que sacudé el viento.
0:19:37 Grilla en las estrellas ferias del remordimiento.
0:19:42 Y me engañó que amará de volver otra vez.
0:19:47 Desandando el olvido y el tiempo.
0:19:53 Siento que tus pasos vuelven por la senda mía.
0:19:58 Oigo que me nombra llena de mortal fatiga.
0:20:03 Para que, si ya sé, que es inútil mi afán.
0:20:08 Nunca, nunca, no entrarás.
0:20:16 Te vi partir, dijiste adiós.
0:20:22 Temble de angustia y oculte el dolor.
0:20:27 Después, pensando que no volverías,
0:20:32 para te de alcanzarte y ya no eras mía.
0:20:39 Mi corazón, sangro de amor.
0:20:44 Y en el recuerdo, resonó tu voz.
0:20:50 Tu voz querida, lejana y perdida.
0:20:54 Tu voz, atería, tu paliavoz.
0:21:01 En las noches desoladas que sacudé el viento.
0:21:06 Grilla en las estrellas ferias del remordimiento.
0:21:11 Y me engañó que amará de volver otra vez.
0:21:17 Desandando el olvido y el tiempo.
0:21:23 Siento que tus pasos vuelven por la senda mía.
0:21:28 Oigo que me nombra llena de mortal fatiga.
0:21:33 Para que, si ya sé, que es inútil mi afán.
0:21:39 Nunca, nunca, no entrarás.
0:21:47 En la venganza será terrible hemos escuchado a nuestro amigo Horacio Molina interpretando tu paliavoz.
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