Transcripción automática
0:00:00 Vamos a hablar de torneos medievales, también llamados justas.
0:00:07 Tuvieron lugar en Europa aproximadamente a partir del siglo X, vamos a contar cómo se desarrollaban.
0:00:14 Había unos caballeros que de forma individual o en grupos,
0:00:18 entraban en combate simulado, con qué propósito, bueno, con un propósito agonal, como iglesia,
0:00:25 propósito de mostrar su valor, su lealtad o su destreza en el manejo de las armas.
0:00:31 Estos torneos o justas contemplaban un estricto reglamento, atención
0:00:37 y una serie de costumbres que debían ser tomadas en cuenta seriamente.
0:00:43 El que transgredía aquellas reglas, muchas veces era desterrado
0:00:49 y no pocas veces le tocaba la muerte, así que ojo.
0:00:58 Esto tiene antecedente en Roma, como bien sabemos todo el pueblo romano
0:01:05 amaba las fiestas del circo, ahí se veían todas clases de batallas,
0:01:12 batallas de hombres desnudos contra leones, que eran batallas injustas,
0:01:19 desparejas sería mejor decir, en donde...
0:01:24 No eran justas injustas, no.
0:01:27 Duraban pocos estas batallas, porque leones seguían.
0:01:33 El león no sabe hacerlo durar al rival.
0:01:39 300 kilos de peso.
0:01:43 Sí, lo comen seguidas.
0:01:45 No te estudia incluso, león.
0:01:48 No tiene raro un estudio.
0:01:50 Pero había otras luchas que duraban muchísimo, por ejemplo,
0:01:54 dos gladiadores que por ahí estaban todo el día, terminado con la muerte de alguno.
0:01:59 Pero esta aficionante circo, si bien no terminó con la caída del imperio,
0:02:05 tuvo como gran enemiga la Iglesia.
0:02:09 La Iglesia hizo que aquellos duels de gladiadores se suavizaran hasta el punto de evitar la muerte.
0:02:17 Pero entiéndase bien, solo evitar la muerte, ya que los violentos se encontró nazos de quienes participaban
0:02:23 en estos torneos herederos de algún modo, de los gladiadores.
0:02:28 Por ahí estos encontró nazos, digo, dejaban terribles secuelas.
0:02:34 Por ahí incluso te liquidaban.
0:02:36 Se asegura que los torneos estuvieron sucuna en Francia.
0:02:40 Y así terminaron, también, como vamos a ver.
0:02:43 El primero tuvo lugar ante la vista del rey Godofredo II, señor de Prilly, allá por 1066.
0:02:51 Se daba el nombre de Gualdanas, a unas tropas formadas por jóvenes de las mejores familias del país,
0:02:59 formadas por niños bien, que se reunían a caballo con traje y armas, y fingían combates en la ciudad.
0:03:08 Hacían dos bandas.
0:03:10 En los torneos de las Gualdanas solían lancerse por ahí a combate dos caballeros,
0:03:16 con las denominadas armas corteses, es decir, lanzas y espadas sin filo ni punta.
0:03:21 Y ahí se daban de a caballo.
0:03:25 El objetivo era hacer lo que era el otro a caballo.
0:03:30 Si hacían muchos de estos torneos cuando había solemnidades eclesiásticas,
0:03:35 la Pascua de Pentecostés, las coronaciones de los reyes, bautismo, boda de los príncipes,
0:03:42 una victoria, una paz, a cada rastro.
0:03:46 Bueno, se anunciaban con un heraldo, iban a correr Bébide,
0:03:52 y recorría a los castillos.
0:03:54 Venían siempre el heraldo acompañado por dos hermosas doncellas,
0:03:58 y llevaban cartas a los nobles, que tuvieran más nombradía por su valor,
0:04:05 que fueran a las líderes más eficaces.
0:04:08 Y el heraldo también invitaba a todos los caballeros que se encontraban en el Camino.
0:04:12 Se empezó a dar con uno y dice, ¿qué le parece si viene al torneo, aquí, en Rines?
0:04:17 El que quería entrar en la lista, debía presentarse a los heraldos
0:04:23 y acreditar su nobleza y su experiencia.
0:04:26 Para lo primero mostraba el escudo.
0:04:28 Para lo segundo, es decir, la experiencia heridas.
0:04:31 Mire, mire esta reunión que tengo aquí, mire esta marca, no, esa no, esta, y así.
0:04:39 Y también se examinaban los antecedentes, el tipo.
0:04:43 Iban a la comisaría y miraban los antecedentes.
0:04:46 Si usted había sido acusado de cobardes, no lo dejaban entrar.
0:04:50 O si había tratado mal alguna mujer, si había sido indigno del amor de una dama, también lo echaban.
0:04:58 Se levantaban, imagínense, unos pabellones, se construían barracas para dar abrigo a la muchedumbre.
0:05:06 Estas barracas se revestían con tapices, todo muy...
0:05:10 No vio las películas, antes daban películas.
0:05:13 En las películas de Robin Hood hay de esos torneos, hay Van Houtenberg.
0:05:18 Unos corrales para los caballos.
0:05:23 Sí, esos torneos que van con una lanza.
0:05:26 Van con un anillo de cada punta con un...
0:05:30 Hay como un palo en el medio, ¿no?
0:05:32 Hay como un seto en el medio.
0:05:34 Y usted viene cada uno por un caminito.
0:05:36 Y la lanza tiene una pelota en la punta para no hacer ranzas.
0:05:40 Para acertarlo como churrasco de croto al que viene del otro lado.
0:05:43 Ésa era una de las competencias, pero había otra, por ahí se caían del caballo y se seguían dando los tipos, vio.
0:05:50 Había jueces, las mujeres.
0:05:55 Solían presentarse muy seductoras.
0:06:00 Habían ajustados corpiños.
0:06:05 Pero por qué, qué necesidad.
0:06:07 Vestidos cubiertos de escrituras de todas clases, de toda clase.
0:06:13 Incluso vestidos con versos de oro en honor a los caballeros que iban a pelear.
0:06:20 Versos que podían cantarse ya delante o ya detrás de ellos.
0:06:28 Claro, le bordaban versos con hilos de oro, ¿no?
0:06:32 Pero aquella que se podía encantar ya delante, ya detrás del caballero.
0:06:37 Y versos por adelante, por ejemplo, era el caballero más valiente por adelante.
0:06:46 Sí, entrancia.
0:06:52 Reguardábolo oscuro secreto.
0:06:54 Por atrás.
0:06:57 Estaba enamorado del Ley de Kimberly.
0:07:02 Pero tenía miedo del marido.
0:07:05 Por atrás.
0:07:12 Bueno, había otros lugares los ocupaban, los caballeros, los jueces.
0:07:21 Vendedores de dulces, me imagino yo.
0:07:25 Vendidas, vendedoras de manzanas.
0:07:28 Manzanas, manzanas.
0:07:31 Soy una viejecita que vende manzanas.
0:07:35 En aquellos torneos era frecuente la siguiente situación.
0:07:39 Aparecían mujeres que, con sus encantos, arrastraban,
0:07:43 inducían algunos hombres, incluso los menos capaces,
0:07:46 a participar de las violentas disputas.
0:07:53 Y ellas le daban una señal distintiva.
0:07:57 Le daban un pañuelo.
0:07:59 Algo de ellas.
0:08:01 Algo de ellas, un ar o una peineta.
0:08:04 Y los tipos iban a luchar.
0:08:06 Y por ahí iban verdaderos incompetentes.
0:08:11 Un tipo que entusiasmaba con la mina y se amenaba algo.
0:08:14 Le daba un pañuelo y salía para allá y lo reventaba.
0:08:18 Y se cuenta la historia de Pierre de Montmorency,
0:08:21 porque era francés, un noble que, encandilado por Manmohacer Josinan,
0:08:28 empezó a pelear en su nombre.
0:08:30 Ella primero le dio un brazalete y Pierre perdió.
0:08:33 Luego una banda, pero perdió otra vez.
0:08:36 Más tarde un rizo de sus cabellos, después un lazo,
0:08:40 después otro rizo, un pedazo de su falda,
0:08:43 una perla de su collar y luego otra.
0:08:45 Pero el que perdía tenía que entregar esa prenda.
0:08:47 Y el tipo seguía y perdía en todas.
0:08:50 Al final, Madal le arrojó un zapato y se fue.
0:08:55 Muj, para mí, en este al tipo.
0:08:57 En un torneo que sucedió en los jardines del viejo Louvre,
0:09:01 sucedió que la mitad de las mujeres se vieron despojadas de todo adorno y abrigo,
0:09:08 porque las habían entregados para los campeones de ahí del barrio
0:09:14 y perdieron todos y quedaron medio desnuda las menas.
0:09:18 Bueno, era costumbre que apareciera juglares también
0:09:25 y celebraran al vencedor con sus cantos.
0:09:31 Con sus canciones.
0:09:33 Que maldice.
0:09:34 Con sus canciones.
0:09:35 Que a los señores.
0:09:36 Mira, era más célebre.
0:09:39 Como es célebre que a los señores.
0:09:40 Y presenté más sencillo.
0:09:42 Mientras escuchaban las canciones,
0:09:45 los indicaban a los luchadores siguientes,
0:09:48 todas y cada una de las leyes de la buena caballería.
0:09:51 No se debía herir de punta,
0:09:54 sino con el corte del espado o la lamza.
0:09:57 No se debía dirigir golpes al caballo,
0:10:00 tampoco al rostro del oponente,
0:10:03 ni al interior de los muslos.
0:10:05 Mal caballero aquel que no respetaba aquello.
0:10:10 Aquello que te dije.
0:10:12 Bueno, el triunfador solía correr hacia el sitio,
0:10:15 no se ubicaba a su amada o a la mujer
0:10:17 a quien él había dedicado el triunfo.
0:10:20 Y luego devolvía la prenda obsequiada.
0:10:23 Y el caballero podía recibir una recompensa
0:10:26 que era un beso en la frente.
0:10:29 ¿No está cargando?
0:10:31 Se jugó la vida.
0:10:32 Me jugué la vida un beso en la frente.
0:10:34 Bueno, por lo general, esas mujeres estaban casados con otros.
0:10:37 ¿Presada con otros? Sí, señor.
0:10:39 ¿Un beso en la frente?
0:10:42 Más tarde, rodeado de los trofeos de las armas de los vencidos,
0:10:47 al ganador...
0:10:48 La escúcheme, perdí por el pime.
0:10:51 Le hago una pregunta filosófica.
0:10:54 Sí, las mujeres estaban casadas.
0:10:57 ¿Por qué le daban un corpino, una bombacha?
0:11:00 El corpino no le daban.
0:11:02 Estamos hablando del orden del panoel.
0:11:05 El brasalete.
0:11:06 El brasalete o del lijo.
0:11:08 Era un interiqueo.
0:11:10 ¿Le dijo?
0:11:11 Lo que dije.
0:11:13 Después lo llevaban y ocupaban el puesto de honor en un banquete.
0:11:18 Las damas más encantadoras le daban de beber
0:11:22 y le servían delicados manjares.
0:11:26 Y el vencedor tenía la obligación de mitigar la derrota
0:11:30 de sus adversarios con palabras corteces.
0:11:33 Señor, le voy a mitigar la derrota con palabras corteces.
0:11:37 Ah, le daban ánimo al vencido.
0:11:39 La verdad que estuvo bastante bien.
0:11:41 Cuando me pegó ese cabellazo en el puño.
0:11:52 Bueno, los más excelentes golpes, las proveasas,
0:11:55 los actos de generosidad, eran anotados en un registro.
0:12:00 Y después lo repetían de castillo en castillo.
0:12:04 Y le venía un tip y le diga.
0:12:06 Y todo se vino al tip y le pegó y así.
0:12:08 Va aburrilísimo.
0:12:09 ¿Cómo ahora?
0:12:10 Más o menos como estudio fútbol.
0:12:12 Pero castillo por castillo, una cosa más aburrida.
0:12:16 Imagínense, no era el fútbol.
0:12:19 Había lucha de carros también.
0:12:21 Se corría también la carrera a sortija.
0:12:28 Cuántate.
0:12:31 Sucedió algo en el siglo XVI que terminó con estos torneos.
0:12:37 Algo de lo que hablamos el otro día.
0:12:40 La muerte del rey francés Enrique II.
0:12:43 Todo sucedió cuando el rey decidió casar a sus dos hijas.
0:12:49 Isabel evaluó con Felipe II de España
0:12:52 y Margarita con el duque Manuel de Sabolla.
0:12:55 Y festejar unos torneos de estos.
0:13:00 Unas profecías.
0:13:03 Encontró y dice al rey.
0:13:05 Le van a atravesar, no sé qué, con la lanza.
0:13:08 Y las profecías las hizo un señor que se llamaba Nostradamus.
0:13:14 Pero la reina que era Catalina de Mérici, la mujer de Enrique,
0:13:18 no hizo caso.
0:13:20 Estaba aterrorizada en el día de la reina.
0:13:22 Y que en eso el caso fue.
0:13:23 Y dice no, vamos, vamos, vamos.
0:13:25 Y Enrique participó de los torneos.
0:13:29 Primero peleó contra el duque de Sabolla,
0:13:32 después contra el duque de Guisa.
0:13:34 Todo iba fenómeno.
0:13:36 Y la reina le dijo, mirá, Enrique Vichérez.
0:13:38 La parte es Nostradamus.
0:13:41 Mirá lo que dijo Nostradamus.
0:13:43 No, no, no, Orangel.
0:13:45 El ojo pone, da.
0:13:49 Pero el rey dice, bueno, voy a jugarle a última.
0:13:53 Y dice, contra el duque de Montgomery.
0:13:57 Bueno, corrieron de una punta a la otra, así como le dije yo.
0:14:01 Se cruzaron la lanza, y la lanza del duque de Montgomery
0:14:05 le entró por el casco del rey, por el agujero que tienen para mirar.
0:14:11 Un desastre eso.
0:14:12 Y la insertó en un ojo.
0:14:15 Se lo insertó en un ojo.
0:14:16 Calló Enrique con el rostro ensangrentado y dijo,
0:14:20 era un tipo que tenía una capacidad de diagnóstico extraordinaria.
0:14:24 Dijo, estoy muerto.
0:14:28 Y el cirujano a quien nombramos el otro día, Ambrúaz Paré,
0:14:32 intentó una trepanación para curar al rey.
0:14:36 Le hizo un agujero arriba del marote por el rey.
0:14:39 Casi peor la medicina que la premedad.
0:14:42 Por ahí lo mató.
0:14:43 Ahora sí está muerto, le dijo el médico.
0:14:46 Al que no.
0:14:48 Era el año 1551.
0:14:51 Para prevenir estos accidentes, los combates fueron prohibidos.
0:14:56 Y se llegó incluso a negarse cultura cristiana a los que murieran en ellos,
0:15:01 ya que estaban prohibidos.
0:15:03 También hubo, poco antes, un caso interesante,
0:15:08 que era el de Lord Sari,
0:15:11 quien pereció víctima del rey,
0:15:16 de Enrique Octavo, Charles Lotham.
0:15:18 Parece que el Lord Sari había desafiado
0:15:22 a todo el que cruzara el puente del Tamay,
0:15:25 a fin de probar que su amada Garaldina
0:15:30 era la más hermosa entre las hermosas.
0:15:32 A todo el que cruzaba el puente le preguntaba,
0:15:34 le obligaba a decir que Garaldina
0:15:36 era la más hermosa entre las hermosas.
0:15:38 Pero el rey dijo no, la más hermosa es Ana Bolena.
0:15:41 Y entonces disputaron,
0:15:44 y Enrique lo mató.
0:15:47 Así que está prohibido.
0:15:49 Lamentablemente, eso es todo lo que tenía que decir
0:15:51 sobre el reglamento de los torneos medievales,
0:15:54 sobre las personas que iban allí,
0:15:57 estas las costumbres,
0:15:59 y también sobre la prohibición.
0:16:01 No deje que sus niños jueguen al torneo medieval,
0:16:04 porque se van a sacar un ojo, señora.
0:16:07 ¿Se gustó?
0:16:12 Bueno, los campeones que participaban, Alejandro,
0:16:15 esto de ir demostrando o jugándose
0:16:18 en pos del valor, la lealtad, la destreza,
0:16:20 Dios una de las competencias interesantes.
0:16:22 Pero se daban, ¿sabés cómo?
0:16:25 También, bueno, el más grande,
0:16:27 o el más famoso de todos los campeones,
0:16:29 o campeadores, al sí.
0:16:32 Pienso que también como los griegos,
0:16:34 ellos tenían en cuenta o creían
0:16:36 que las cosas se hacían para ser contadas.
0:16:38 Por eso iban después de...
0:16:40 En el ápice de la moral heroica,
0:16:43 y entre yaba su renombre.
0:16:46 Y si usted me permite que ya que habló
0:16:48 de esta gente que, como experiencia,
0:16:50 mostraba las heridas,
0:16:51 le voy a dedicar esto a Donald Poldo Marallal,
0:16:54 pensando en aquel episodio en el cual
0:16:56 adan cuenta que su abuelo, siendo unitario,
0:16:58 es capturado, recuerda,
0:17:00 y llevado frente al restaurador mismo,
0:17:02 y él dice que es federal,
0:17:04 y entonces el restaurador le dice,
0:17:06 ¿y dónde está la marca Punzó?
0:17:08 Se muestra la sangre que le había caído
0:17:10 del tanto que le había fajado,
0:17:11 dijo, acá está, señor.
0:17:12 ¿Sabes cuál es el héroe de la independencia
0:17:14 que más heridas tenía?
0:17:16 Aragos de la madrid.
0:17:18 Es el héroe de la independencia
0:17:20 que más heridas tenía, sí?
0:17:22 Podemos dedicárselo a él.
0:17:23 ¿Cómo que?
0:17:26 vamos a escuchar una milonga,
0:17:29 que está dedicada...
0:17:31 A torneos.
0:17:33 A los torneos.
0:17:34 A torneos y competencias también lo podemos dedicar
0:17:37 a nuestro amigo Ávila.
0:17:42 Y también,
0:17:44 quiero decir lo que empecé a decir,
0:17:46 a saber que la milonga que vamos a escuchar
0:17:48 está inspirada en los corrales,
0:17:50 en donde atendían a los esquinos,
0:17:53 que también iban a participar,
0:17:55 de las gustas.
0:17:57 Dándoles de comer la correspondiente al falfa,
0:18:00 cepillándolos, ensillándolos,
0:18:03 cuidándolos y prodigándoles mismos,
0:18:06 y dándoles, incluso, llegado de caso,
0:18:08 terrones de azúcar.
0:18:10 Terrones.
0:18:11 Terrones de azúcar.
0:18:12 A los caballos le gusta mucho el azúcar.
0:18:14 ¿No es verdad, Rolón?
0:18:15 Sí, sí, le gusta mucho el azúcar.
0:18:17 Corrales viejos se llama esta milonga
0:18:19 que vamos a escuchar,
0:18:20 interpretada por Juanjo Dominguez,
0:18:23 que seguramente pensaba en los viejos corrales
0:18:26 que en la Edad Media
0:18:28 abrigaban a los esquinos de estos campeones.
0:18:30 Adelante, Juanjo.
0:19:36 Cómo se puede ver,
0:19:38 el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:19:42 el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:19:46 el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:19:48 Y, por lo tanto, el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:19:50 Y, por lo tanto, el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:19:52 Y, por lo tanto, el azúcar se ha hecho un poco de suerte.
0:20:46 En la venganza será terrible, hemos escuchado corrales viejos en la versión de Juanjo Dominguez.
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