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0:00:00 ¿Continuamos en la venganza? ¿Será terrible desde el auditorio de la radio pública en Maipú 555?
0:00:12 Bien, hablaremos entonces de las prostitutas de Boulogne.
0:00:18 Nos ubicamos en Francia en el año 1804.
0:00:21 Por esos tiempos Napoleón dejó París para dirigirse a Boulogne,
0:00:26 donde 60.000 hombres esperaban que la flota francesa fuera suficientemente poderosa
0:00:33 como para permitir un desembarco en Inglaterra.
0:00:36 En todos los puertos franceses del canal, me refiero al canal de la Mancha,
0:00:41 se construían apresuradamente barcos, botes, cañones, todos destinados
0:00:47 a trasladar la expedición más ambiciosa de todas cuantas había planeado Napoleón.
0:00:53 Llegó entonces Napoleón y empezó a inspeccionar el asunto y quedó encantado por cómo iba creciendo su fuerza.
0:01:00 Y en realidad estaba bastante contento porque ingresaba de nuevo en una atmósfera militar
0:01:06 después de ocho meses de no salir del palacio.
0:01:09 Meta intrigas, amores cortesanos, bailongos, fiestas de disfraces, cantantes.
0:01:17 Cuando salió y se juntó con sus compañeros de armas, le sintió un poco el gusto a esto.
0:01:22 Creí yo que tendría un tiempo para eludir asuntos de amantes
0:01:27 y concentrarse solo en la invasión en Inglaterra, pero no fue así.
0:01:32 Estos 60.000 hombres que estaban acantonados en Boulogne
0:01:36 ocupaban la preocupación de las damas en Boulogne.
0:01:41 En su mayoría, en realidad deseaban ser víctimas de las deliciosas frutalidades
0:01:47 de un artillero, de un furiel, de un granadillo o de un corneta.
0:01:53 Nunca falta un corneta en el ejército.
0:01:56 Cuando los regimientos llegaron a Boulogne, las ciudadanas más serias
0:02:01 habían salido, se habían asomado a los balcones
0:02:05 y al ver a los soldados se habían sentido como un delirio
0:02:10 que el solo patriotismo no alcanzaba a explicar.
0:02:15 Mucho fervor.
0:02:17 Dice el cronista, contemplando aquellos soldados,
0:02:22 algunas habían sentido por su espina dorsal un temblor voluctuoso.
0:02:28 ¡Oh! ¿Cómo me gustan las mujeres que sienten al asomarse a los balcones?
0:02:34 Temblores voluctuosos en sus columnas vertebrales.
0:02:39 Mira cómo te le timbla la espina, decía uno.
0:02:41 Después de una semana, como ninguna mujer había sido tocada por los soldados del emperador,
0:02:47 algunas más entusiastas se acercaron ellas mismas al campamento militar,
0:02:53 pero existía un problema.
0:02:55 Había un ejército de unas 200 prostitutas que rodeaban a los soldados
0:03:02 y creían tener exclusividad sobre ellos.
0:03:07 Si las damas que no eran prostitutas se entregaban por amor o por gusto a estos muchachos,
0:03:14 las prostitutas temían perder el negocio de esos 60.000 en el gumen.
0:03:20 Entonces, cuando estas señoras respetables se acercaron a los soldados,
0:03:24 fueron brutalmente desalojadas del lugar por aquellas que comerciaban con su amor
0:03:30 y hacían eso de un modo de vida, no por espor.
0:03:35 ¿A profesión?
0:03:36 Bueno, sorprendidas por la violenta expulsión de las damas del pueblo,
0:03:43 estas mismas llegaron a su casa, en regres, y se las tomaron.
0:03:47 Pero días después, desesperadas de amor,
0:03:50 vio como es una...
0:03:51 Claro, el aspirador salve, me acosa.
0:03:53 Algunas de ellas volvieron, y una, una sola,
0:03:58 logró entablar conversación con un militar.
0:04:01 La entrevista no duró mucho, porque una horda de prostitutas salió de una tienda de campaña
0:04:09 y se precipitó sobre el soldado con el que esta mujer estaba conversada.
0:04:14 Se armó la horda.
0:04:15 Sí, la mina tuvo que salir rajando.
0:04:18 Por unos días, las damas del pueblo no volvieron a entrometerse.
0:04:23 Cada noche, las prostitutas se disponían en sus tiendas respectivas,
0:04:27 y allá por las nueve de la noche recibían a los hombres.
0:04:31 Y llegaban de diez en diez.
0:04:34 Imagínense, éramos sesenta mil.
0:04:37 Teníamos que hacerlo rápidamente.
0:04:40 Cada una de estas muchachas de bulón consolaba a treinta o cuarenta.
0:04:48 Habían puesto unos cartelitos, además que decían cosas tales como
0:04:52 «Soy una chalupa inglesa dispuesta a ser hundida»,
0:04:57 «O prueba tus armas antes de la conflagración»
0:05:02 y otros carteles que me estoy imaginando.
0:05:07 Pero vino a suceder algo curioso.
0:05:10 Después de pasar ocho días entre los soldados,
0:05:13 Napoleón quiso conocer a una muchacha y le dijo al marical,
0:05:18 «Mira lo siguiente, que fue después un cuñado, ni que lo traicionó».
0:05:24 Me dijo lo siguiente, «Mira, murat, porque le decía así.
0:05:28 Desde hace algunos días no veo más que tipos bigotudos,
0:05:32 y ya estoy podrido».
0:05:34 El marical, mira, le dijo que conocía a una hermosa pueblo herina
0:05:39 que sentía los más grandes deseos de verlo.
0:05:42 Esos son amigos.
0:05:44 Napoleón se entusiasmó y preguntó qué tal era la men.
0:05:47 Mira que como buen cortesano ya había tomado la precaución
0:05:51 de sondear a la dama antes de proponerla.
0:05:53 Sondearle en un sentido visual.
0:05:56 Dio numerosos detalles muy estimulantes.
0:05:59 La misma noche el emperador envió a buscar a la dama,
0:06:02 que se presentó al galop pretendido,
0:06:05 y lo amó a los pocos minutos.
0:06:08 Sólo sabemos que se llamaba «Hungrye»,
0:06:12 que era verdaderamente hermosa
0:06:14 y que no pertenecía desde luego al grupo de las prostitutas.
0:06:18 ¿Cuándo las prostitutas se enteraron
0:06:21 de que una mujer había amado al emperador
0:06:23 y que no era de su bando?
0:06:24 Se armó la podrida.
0:06:26 Según el cronista, el bando de las enamoradas impagas
0:06:32 encaminó hacia el campamento de prostitutas
0:06:35 para burlarse maliciosamente por el triunfo que habían obtenido
0:06:39 al ser una de ellas homenajeada por Napoleón.
0:06:43 Cuando oyeron las burlas,
0:06:46 las prostitutas salieron de sus tiendas,
0:06:49 curiosas, y se precipitaron sobre las visitantes.
0:06:55 La colisión fue terrible.
0:06:58 Después de un par de horas,
0:07:00 cuando por fin pudieron ser separadas por los soldados,
0:07:03 una había muerto,
0:07:05 30 habían perdido los dientes,
0:07:08 18 estaban medios triangularas
0:07:10 y 15 no tenían pelo.
0:07:13 Este último dato es solamente una curiosidad.
0:07:18 Tenemos la visita de alguna de ellas incluso por aquí.
0:07:20 Qué informe prolijo, prevencioso.
0:07:22 Napoleón, al ser informado de estas terribles noticias,
0:07:25 se asustó porque no quiso que los soldados se distrajeran
0:07:30 respecto de la misión en Inglaterra,
0:07:33 por un inconveniente de esa naturaleza.
0:07:36 Entonces, hizo dos cosas.
0:07:39 Cuando no a Jean-Rier,
0:07:41 y luego ordenó que nadie amara a nadie
0:07:47 hasta que la salida al mar se efectuara.
0:07:50 Una medida drástica.
0:07:52 Prohibido cualquier clase de trato sentimental.
0:07:54 Leisto, chau.
0:07:56 Firmado Napoleón.
0:07:58 Así, entonces, las tiendas de las prostitutas de Boulogne
0:08:02 fueron desmanteladas y las muchachas se fueron
0:08:06 a otros lugares naturalmente.
0:08:08 Las otras chicas, las mujeres del pueblo,
0:08:11 tuvieron que clausurar su entusiasmo
0:08:14 y se limitaron a vitoriar tropas
0:08:17 desde los vaicones castamente.
0:08:20 Para ser loca y no ganar nada,
0:08:23 más vale ser honrada.
0:08:30 Como todos sabemos, la expelición a Inglaterra
0:08:32 nunca se concretó.
0:08:34 Napoleón decidió guardarse aquellos ejércitos
0:08:37 para luchar en el ring,
0:08:40 luchar contra los austríacos y los rusos
0:08:43 con las suertes cambiantes que ya conocemos.
0:08:47 Me gustó esta breve historia,
0:08:49 que el lude, lo general y lo filosófico
0:08:53 está contada por uno que estaba parado allí.
0:08:57 ¿Pero qué proviene de Michelet?
0:09:00 Y lo cuenta como alguien que estaba parado allí.
0:09:03 ¿Qué debe hacer el historiador con esta anécdota?
0:09:08 Me preguntó.
0:09:11 No sé, si tiene ganas integrarlas
0:09:14 a un corpus de otras anécdotas,
0:09:18 a lo mejor que apunten por el mismo lado.
0:09:21 Sí, por ejemplo, consultar a algunos de los oficiales
0:09:24 menores de Napoleón, porque tanto Ney,
0:09:26 como Murat, como esta gente,
0:09:28 estaban un poco comprometidos,
0:09:30 pero agarra un teniente bullard.
0:09:32 ¿Qué se usan daba por ahí?
0:09:34 Es probable, busque alguna coincidencia.
0:09:38 Y después narre y hirbane, como si fuese este.
0:09:41 Hirbane, y con qué hilo?
0:09:43 Con el hilo de una visión del mundo.
0:09:46 Sí, señor, muy bien, muy linda cita.
0:09:49 Ojalá que este programa tenga un poco de ese hilo.
0:09:54 ¿Y qué estas anécdotas de silachada que contamos?
0:09:59 ¿Signifiquen algo?
0:10:01 Algo que por ahí nosotros no sabemos del todo.
0:10:04 Y que a lo mejor alcanzamos a comprender tarde
0:10:07 cuando ya no estemos haciendo este programa,
0:10:09 o quizá sean comprendidas por otro.
0:10:13 Pero sí, ojalá haya un hilo secreto,
0:10:19 una mínima regularidad
0:10:22 que lo haga inteligible ante voluntades superiores.
0:10:27 Algo que hirbane justamente en una especie de bandera
0:10:30 que esté hecha de la maltería y que están hechos los sueños,
0:10:32 como los alcones y los malteses al mismo tiempo.
0:10:36 ¿A quién dedicar esta historia?
0:10:38 Yo quería decir, querido Alejandro,
0:10:40 que primero me dice la primera dedicatoria,
0:10:43 es Riqueta o Henriette,
0:10:45 que supo hacer las cosas de tal modo
0:10:47 de ir a ver al personaje adecuado,
0:10:48 que era Murat o Murat,
0:10:50 como para colarse en el lecho del emperador.
0:10:52 Porque si hay una cosa que una no olvida,
0:10:54 es haber pasado una noche con el sire,
0:10:56 con el sire y con el Magistral,
0:10:58 con Napoleón Bonaparte.
0:11:00 En segundo término,
0:11:02 a ese Murat, no que el traidor que vendrá,
0:11:04 sino que el que supo tener el ojo,
0:11:06 como para que Napoleunkt de la Viera,
0:11:08 que no me traiga este vicharrako.
0:11:10 Fue además un soldado muy valiente,
0:11:12 muy eficaz, hasta que en determinado momento
0:11:14 tal vez impulsado
0:11:16 por su mujer resolvió la racionalidad.
0:11:19 Sin duda.
0:11:20 Y finalmente también deberíamos pensar
0:11:22 en todos aquellos soldados,
0:11:24 militares que lejos de confundir los terrenos accedían al favor de esas buenas mujeres,
0:11:30 mujeres de Atenas pero pagas, en vez de confundir la prostitución con el servicio a la patria,
0:11:35 cosa que hemos visto muy de cerca, y que no confunden justamente en saciar sus bajos instintos
0:11:40 con el horario público, sino con una mujer a la que no volverán a ver. A la patria la
0:11:44 tenemos que sufrir todos y eso nos convierte en hijos de una gran siente.
0:11:49 Yo quiero hacer una mención a aquella mena que se había levantado al primer soldado,
0:11:54 aquella dama pueblerina, y que tuvo que salir rajando. Imagínese usted, la tipo estaba ahí,
0:12:01 bueno se me levanté un soldado y cayó en batallón a impedírselo.
0:12:05 Quiséramos también, deberíamos dedicarse también al amigo Scott Ridley, que es el único que
0:12:11 narró de una manera elegante, correcta, precisa, bella, además la forma en que se movían las
0:12:16 prostitutas con los soldados de Napoleón en una película llamada Los Duelistas.
0:12:20 Los Duelistas.
0:12:21 Una gran película. Aquí es en este mismo local.
0:12:25 Pero Los Duelistas está inspirada en el duelo.
0:12:27 Está en el duelo en el cuento de Joseph Conrad, con Radcliffe.
0:12:30 Sí, en una novela Corte.
0:12:31 La novela Corte es un buen cuento en una lubeza.
0:12:34 Eran dos tipos, estaban empecinados, embatirse.
0:12:37 Uno empe... en particular Gabriel Fernando.
0:12:38 Uno en particular, el otro no. Y se batieron como durante su vida, toda cada rato.
0:12:43 Sí, sí, sí, desde Alemania hasta...
0:12:46 Bueno, hemos ido a la discoteca y ahí nos hicimos rápidamente, en ausencia del discotecario.
0:12:53 Estaba seguramente en una casa de mala falta.
0:12:56 Probablemente, en una casa de tolerancia.
0:12:59 Con la milonga de... de la milonga de Mariano More, está quito militar para remomorar,
0:13:06 para conmemorar Lila Borges, esa especie de ansiedad castrenche de Napoleón, después
0:13:11 de tanto andar entre polleras.
0:13:13 Escuchemos a Don Mariano More en Taquito Militar. Adelante.
0:15:41 Mariano More, en la venganza, será terrible, Taquito Militar.
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