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22 de Diciembre de 2008

Las reliquias de Constantinopla

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de las reliquias de Constantinopla.
0:00:06 En el contexto de la Cuarta Cruzada, allá por el año 1204,
0:00:11 sucedió algo muy curioso en Constantinopla.
0:00:16 Los cruzados, los francos, los que venían de la Europa Occidental,
0:00:20 que debían llegar a Jerusalén, pasaron por Constantinopla, hicieron allí escala,
0:00:25 y se tentaron con las riquezas.
0:00:28 Miren qué ciudad, esta ciudad está buena no para descansar sino para saquearla.
0:00:35 Y decidieron tomar la ciudad bajo la excusa de que Constantinopla debería transformarse en base
0:00:42 para expediciones ulteriores a Tierra Santa.
0:00:47 En verdad se apoya intención al principio, pero después todo se desvirtuó y acabó en una interminable lucha
0:00:54 entre los distintos países de Europa Occidental por hacerse con las riquezas de Constantinopla.
0:01:03 Esta ciudad guardaba la mayor cantidad de reliquias y objetos acerca de los que se decía
0:01:09 que estaban santificados por el contacto.
0:01:12 Duselier en el libro El drama de Visancio cuenta que estos objetos tenían, o se creía que tenían,
0:01:19 una virtud muy apreciada que era.
0:01:23 Por simple contacto se multiplicaban, comunicaban en su potencia a una infinitaria de objetos
0:01:31 que podían a su vez transportar el milagro a cualquier parte.
0:01:34 En verdad lo que dice el historiador es que este era el modo de explicar la demacía de estas reliquias.
0:01:41 Había por ejemplo docenas de clavos de la cruz.
0:01:45 Es decir, explica el amigo Luz el Díe en el drama de Visancio
0:01:56 el motivo de esta exagerada cantidad de reliquias con un chiste no muy eficaz.
0:02:01 El caso que la transferencia de reliquias desde Constantinopla alcanzó proporciones de verdadera colecta religiosa.
0:02:13 Desde los cementerios donde se habían enterrado los primeros cristianos se inició un movimiento masivo
0:02:19 hasta la primera capital del imperio que era Roma.
0:02:22 Todos los religiosos y funcionarios se encargaban de hacer llegar a Roma la relica que fuera.
0:02:29 La colaboración en este berretín era tal que se cuentan algunas historias impresionantes.
0:02:36 A la princesa Pulqueria se acuerdan, hemos hablado de ella, se le aparecían santos en sueños.
0:02:43 Le indicaban el lugar donde estaban enterrados los tesoros y las reliquias.
0:02:49 Pulqueria ordenaba excavar en dicho lugar y con enorme alegría se disipicaba el descubrimiento.
0:02:56 Allá por el siglo XII las reliquias contenidas en Constantinopla habían sido catalogadas y eran unas 4.000.
0:03:06 Una concentración inaudita que nunca antes ni después fue alcanzada en ningún lugar.
0:03:10 Cuando hablamos de reliquias hablamos de objetos sagrados y milagrosos, clavos de la cruz
0:03:15 pero también fragmentos de los cadáveres de los santos, un dedo de San Esteban, la unia de San José, cosas por el hecho.
0:03:26 Había incluso registros y manuales para indicar a los peregrinos dónde estaban las reliquias y cuál era el camino a seguir para encontrarlas.
0:03:34 Había alrededor de esta proliferación una orfebrería religiosa que también crecía porque para poner la cabeza de un santo, por ejemplo,
0:03:45 se construían unas pequeñas vitrinas doradas, los brazos y piernas, se cubrían de molduras de oro y vainas de plata.
0:03:54 En todas partes se incrustaban gemas, sapiros, alajas, de toda índole, los sarcópagos de los santos incorruptos, se vestían con paños de hilo áureo, etc.
0:04:06 Dichos adornos contaron incluso con justificaciones intelectuales.
0:04:12 Nicolás Caliocles escribía en el siglo II que las perlas representaban a Cristo, el oro a la virgen, las gemas, la ligación que unía a uno con otro y así.
0:04:24 Los arjiropratáe eran orfebres de Constantinopla y ocupaban el primer tramo de la Mese, la calle principal.
0:04:33 Tenían por estos artesanos muchísima estima.
0:04:38 Las relíquias habían sido concentradas con cierta especialización.
0:04:47 Por ejemplo, en las iglesias más cercanas al gran palacio había un puñado de relíquias relacionadas con la pasión.
0:04:55 La Santa Lanza, la Santa Esponja, la Corona de Espinas, la Cruz, una gota de sangre de Cristo, un poco más lejos del palacio en la capilla San Miguel,
0:05:07 estaban las relíquias del antiguo testamento, el hacha de Noé, el bastón de Moisés, la demoledora trompeta de Josué,
0:05:17 la trompeta que alcanzó a derrumbar los muros de Gricó.
0:05:23 En la iglesia, nuestras señoras de las Blacernas, estaba el manto de María.
0:05:30 Todos estos tesoros fueron para los cruzados de 1204 una invitación al saqueo.
0:05:39 La ortodoxia romana, que estaba separada de la iglesia, que casualmente también se llamaba ortodoxia, decía que las relíquias no podían estar en manos de los debiados,
0:05:50 los emperadores griegos de Visancio.
0:05:52 Desde Roma se explicaba que las relíquias no recibían la honra que les era de vida y que sufrían una contaminación que podía desencadenar la ira de Dios.
0:06:03 Entonces, se dijeron que era necesario solucionar este problema afanándose.
0:06:08 Un veneciano, Enrico Dándolo, invadió con Santinopla o participó de aquella invasión general, pero era el que estaba al mando.
0:06:18 En realidad, era así. Venecia ponía los barcos. En todas estas cruzadas, en la mayoría, Venecia ponía los barcos.
0:06:32 Algún día hablaremos de eso, del transporte, del transporte y de cómo se malgastaban los fleques.
0:06:43 Porque, por ejemplo, en las cruzadas los europeos de Occidente peleaban con armadura.
0:06:56 Y como peleaban con armadura, necesitaban caballos grandes, caballos grandes que no había en el Medio Oriente.
0:07:04 Entonces, se lo tenían que llevar en los barcos.
0:07:09 Los árabes peleaban sarracenas, musulmanes, peleaban casi desnudo.
0:07:17 Y en caballos muy veloces y muy pequeños. Pero un tipo con armadura pesaba como 300 kilos.
0:07:24 Por lo menos 250 kilos.
0:07:28 Y entonces ya venían dando mucha ventaja en el peso.
0:07:33 Y tenían entonces que traer los altos caballos franceses.
0:07:39 Y entonces necesitaban barcos y barcos y barcos y barcos y el negocio era peso.
0:07:46 Pero Venecia ponía muchos barcos.
0:07:48 Alejandro, algún día habría que hablar que seguramente lo que era sostener un ejercito invasor.
0:07:55 Todo el entramado alimenticio sanitario.
0:08:00 Claro, la autística que aquello implicaba.
0:08:02 Claro, que piden a época.
0:08:04 Yo siempre pienso.
0:08:05 En el tenero, pero en miles y miles del tiempo.
0:08:07 En general, de todos modos se confiaba mucho en el saqueo.
0:08:12 Ah, se confiaba mucho en el saqueo.
0:08:14 No es que mandaban comida desde Francia, pero se confiaba mucho en el saqueo.
0:08:21 Pero igual, había que sostener un aparato muy grande.
0:08:26 Y una de las cosas que había que renovar continuamente en los caballos.
0:08:30 Así que bien.
0:08:31 El caso es que Enrico Dándolo, el veneciano invadió con Santinopla.
0:08:38 E instauró lo que vino a llamarse el Imperio Latino, que duró poco, desde 1204 hasta 1261.
0:08:45 Durante esos años saquearon Santinopla de tal modo que no quedó en ella ni una sola de sus religias.
0:08:54 Cuentan que entre los francos que invadieron, el obispo nivelón de sozón se hizo cargo de la Cruz.
0:09:01 Directamente la Cruz, no otra que la Cruz verdadera, y la remitió a su sede cardinalicia en Francia.
0:09:08 El señor de Sicón obtuvo la mano derecha del bautista.
0:09:12 De Juan Bautista, la mano derecha estaba con Santinopla.
0:09:16 Con rado de Albert Staubt se quedó con un par de apóstoles enteritos.
0:09:25 Los venecianos más cautos especularon con las religias.
0:09:30 La gente se retuvieron un tiempo y las vendieron luego a precios exorbitantes.
0:09:35 La prosperidad de Venecia, en aquellos tiempos, dicen algunos, se debió a esas ventas.
0:09:41 Enrico Dándolo era calculador, pero aún así pudo regalar algunos molares de santos a sus familiares.
0:09:49 Aparecieron algunas confusiones con las religias.
0:09:54 La ignorancia del idioma y del alfabeto griego fueron causa de muchos problemas.
0:09:59 Los saceadores no sabían con certeza a quién se estaban afanando.
0:10:04 Entonces se ponían el nombre que les parecía,
0:10:10 mandaban los pedacitos a Venecia, a Francia, a Roma,
0:10:14 y algunos traslados fueron tan precipitados que la memoria de saceador flacaba
0:10:22 y después resurgía equivocada y muchos santos fueron rebautizados.
0:10:27 Lo que creían que era San Pantaleón resultó ser en Venecia una mezcla de huesos diversos,
0:10:33 de los que nunca pude saberse cuáles eran del santo y cuáles no.
0:10:37 De todos modos las relíquias afanadas se recibían en el occidente con una gran solemnidad,
0:10:42 sermones apasionados, toques de campanas, oraciones místicas.
0:10:48 El único modo que tuvieron algunos biciantinos de sobrevivir ante la caída de su economía
0:10:56 fue trabajar en talleres en los que empezaron a hacer relíquias nuevas,
0:11:01 en reemplazo de las antiguas para ser vendidas allí donde se demandaran.
0:11:08 En el Cuarto Concilio de Letran, mil 215,
0:11:11 se consideró necesario dar instrucciones precisas sobre la distinción
0:11:16 entre falsos y verdaderos vestigios sacros,
0:11:20 pero esas indicaciones no funcionaron nunca.
0:11:23 Ninguna de la iglesia de Constantinopla pudo volver a su antiguo esplendor.
0:11:29 En mil 261, la mayoría estaba reducida a simples oratorios de barrio,
0:11:36 despojados de todo ornamento y de toda pieza milagrosa.
0:11:41 Algunos sacerdotes biciantinos intentaron resistir al saqueo.
0:11:47 Los torturaron para que dijera dónde escondían los objetos santos,
0:11:53 y los que no hablaban eran liquidados.
0:11:56 Después de la entrada de dándolo, muy poco fueron los sacerdotes griegos que quedaron en la ciudad.
0:12:02 El cronista biciantino Brienius escribió que durante la dominación latina
0:12:08 con las relíquias se fueron también los milagros,
0:12:11 ya que ninguna maravilla ni prodigio se produjo en Constantinopla después de esos años.
0:12:17 Último detalle. Enrico dándolo en realidad obraba impulsado por la codicia, pero también por la venganza.
0:12:25 Su padre había combatido con los griegos de Constantinopla en más de un entrevero,
0:12:31 y le habían sacado los ojos. Había caído prisionero,
0:12:37 y los griegos de Biscancio eran griegos, o del imperio romano de Occidente,
0:12:43 los de Constantinopla hablaban griegos y eran griegos.
0:12:48 Bueno, así que quería vengar a su padre que había sido cegado por esta gente.
0:12:56 Y el otro detalle es el que siempre recordamos en este programa,
0:13:00 cuando hablamos de relíquias, que mencionara a San Luis, el rey de Francia,
0:13:06 el generador de relíquias compulsivo.
0:13:10 Y todo buen vencedor de relíquias enseguida lo encaraba San Luis porque compraba todo.
0:13:15 Pero no solo era comprador, sino que también era el mismo generador de relíquias,
0:13:22 porque ya en vida tenía fama santo, y la gente le afanaba pedazos de ropa,
0:13:27 la tierrita, si se sentaba en el suelo, le afanaba la tierrita sobre la cual se sentaba.
0:13:34 Es decir, estaba siempre perseguido por vendedores de relíquias,
0:13:38 y por aquellos que consideraban que él mismo era una relíquia,
0:13:43 entonces le afanaban pedazos de ropa.
0:13:46 Bien, hemos ido a la discoteca, le hemos contado todas estas cosas,
0:13:53 e inmediatamente el discotecario para evitar problemas.
0:13:58 Nos dio el tango al pie de la Santa Cruz.
0:14:02 ¿Cómo relíquias se lo dio?
0:14:04 Me lo dio como relíquias.
0:14:07 Qué curioso eso de la Santa Cruz entera, o aquella sobrepo.
0:14:11 Sin embargo, al pie de la Santa Cruz es un tango que fue compuesto en ocasión en contra
0:14:18 de la ley de Residencias, que era una ley que permitía que los extranjeros
0:14:29 fueran deportados o mandados de Uruguayas, si se los sorprendían en actividades como
0:14:36 huelga, así cosas por el extrema.
0:14:38 La ley patronal, en general.
0:14:41 Pero de todos modos, eso fue paradisimular.
0:14:46 Al pie de la Santa Cruz es un tango de protesta contra la proliferación de falsas relíquias.
0:14:53 Escuchamos la estupenda versión de Carlos Verdel de 1933.
0:15:23 Los viejos no saben que lo condenaron o asmieles te piados a su posor en mujer.
0:15:38 Quizás un milagro le lleve al indulto y vuelvo en su casa la villa de ayer.
0:15:48 Mientras tanto al pie de la Santa Cruz, una anciana desolada, un sonar no implora Jesús.
0:16:03 Por tu llaga que solsarta, por mi pena y mi dolor, el pie de nuestro hilo,
0:16:14 protege los señores.
0:16:19 Y el anciano, que no sabe la reza, con acento tembloroso, también protege la paz.
0:16:35 En Martisimos nosotros un pagarlo tan todo lo, y a su ventis se la almezciara, protege los señores.
0:16:52 Los pies engrillados por una sola planchada, la esposa lo mira y llena a gritar.
0:17:00 Y el pibino siente que lleva en los brazos le dice llorando lo quiero a papá.
0:17:10 Lo regalo la marra y el último cabo y cruel desprenderse en todo su ser.
0:17:25 Se pierde desde vista la nade baldita y cae despallada a la pobre mujer.
0:17:36 Mientras tanto al pie de la Santa Cruz, una anciana desolada, sonando implora Jesús.
0:17:50 En Martisimos nosotros un pagarlo tan todo lo, y a su ventis se la almezciara, protege los señores.

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