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4 de Septiembre de 2008

Las últimas aventuras galantes de María Luisa de Austria

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de las últimas aventuras galantes de María Luisa de Austria, la segunda esposa de Napoleón Monaparte.
0:00:07 Tiene una muchacha bastante aficionada a los placeres, pero hay que decir que como estas son las últimas aventuras galantes.
0:00:15 Deben estar acompañadas de un sentimiento melancólico. Guarda con lo que viene ahora, que es la melancolía.
0:00:23 Los últimos, la última novia. La condición última de una cosa cualquiera le proporciona una dignidad.
0:00:34 Una dignidad que a lo mejor si fuera la quinta no lo importaríamos.
0:00:40 La quinta novia y aún la primera novia es siempre más liviana que la última.
0:00:47 La última es. Es como la obra definitiva cuando se dice así.
0:00:51 Exactamente, pero además cuando se trata de placeres carnales los últimos suelen ser peores que los primeros.
0:01:04 Últimas aventuras galantes de María Luisa de Austria.
0:01:08 Hay que empezar a preocuparse y el libertino, no la persona bien establecida no tiene de que preocuparse.
0:01:15 Pero el libertino debe preocuparse cuando sus novias empiezan a sustituir a una más linda.
0:01:24 Que tiene una novia más fea que la que tenía antes, que fue otra más fea y más fea.
0:01:30 Entonces hay que empezar a preocuparse mucho y ahí es donde algunos deciden establecerse.
0:01:36 Para acá.
0:01:45 Me planto como es.
0:01:48 Este episodio que contaremos hoy tiene lugar tiempo después de su relación con Napoleón, ya con Napoleón Muerto.
0:01:54 Lo que contaremos transcurió incluso luego de la muerte del segundo esposo María Luisa de Austria, el general austriaco Nijper.
0:02:04 El obispo de Amiens tenía tres hijos.
0:02:11 Tenía tres hijos de un obispo porque en realidad no había recibido las órdenes sagradas hasta los 65 años.
0:02:19 Antes de ser obispo había sido oficial de mosqueteros.
0:02:22 Bien puede ser un oficial de mosqueteros tener hijos.
0:02:25 Incluso había sido embajador de Francia.
0:02:29 Uno de sus hijos que había emigrado a Austria era lugar teniente del ejército austriaco.
0:02:36 Coronel se llamaba Carlos de Bombell.
0:02:40 María Luisa había quedado viuda de Nijper en 1829.
0:02:47 Luego María Luisa viajó a Parma.
0:02:50 Allí se convirtió en la duquesa de Parma.
0:02:52 Siempre bajo el dominio del gobierno austríaco, los Afurgos.
0:02:57 En 1833, Metternich, el famoso canciller, envió a Carlos de Bombell a Parma.
0:03:04 Iba en calidad de jefe de tropa este hombre.
0:03:07 Como duquesa, María Luisa recibió en una fiesta a los distintos jefes.
0:03:14 Cuando lo vio a Carlos, sí, se enamoró inmediatamente.
0:03:19 Y le escribió incluso a una amiga confesándole que había conocido a un hombre que reunía todo lo que ella deseaba.
0:03:27 Creo que las mujeres dicen su verdad, monóxia únicamente a las amigas.
0:03:31 Especialmente porque responden.
0:03:35 María Luisa decidió entonces seducir al soldado y llevarlo lo antes posible a su aposento,
0:03:41 con el simple propósito de alborotar frazadas.
0:03:46 María Luisa empezó a dar más fiestas que nunca, solo para invitarlo.
0:03:51 Así es fiesta para invitar al tipo nada más.
0:03:55 En el momento en que llegaba a Carlos, lo miraba insistentemente, enarcando las cejas y porriéndolo sojopas dentro.
0:04:07 Cada tanto, cuando las miradas se cruzaban, María Luisa le sonreía.
0:04:12 Charles de Bombell supo que hay vuestrallo sucedía cuando, en una oportunidad, fue el único invitado.
0:04:20 Además, parece que ella lo recibió con un vestido que no dejaba nada a la imaginación.
0:04:27 Esa noche se hicieron amantes y, a partir de entonces, Charles la visitaba todos los días.
0:04:34 Finalmente, en febrero de 1834, se casaron en secreto.
0:04:39 En secreto... va, ellos lo sabían.
0:04:43 Pero solo ellos.
0:04:52 Charles de Bombell, pronto se quejó de la excesiva lujuria de su esposa y le escribió a un amigo.
0:04:59 Cada noche, creo que debo honrar a varias mujeres.
0:05:03 A la viuda del emperador, a la viuda de Nijper, a la duquesa de Parma, a la archivoquesa de Austria,
0:05:11 a la ex emperatriz de los franceses y, por último, a mi esposa.
0:05:16 Mirá cierto a la misma, ¿no?
0:05:18 Esto es demasiado para un hombre.
0:05:20 Después de un tiempo, Charles no tardó en parecerle a María Luisa decididamente insuficiente.
0:05:27 Entonces, el desesperado pensó que existía la posibilidad de que ella buscara satisfacer sus deseos de otra manera y en otros sitios.
0:05:36 Inventó un medio para tranquilizar a su esposa ardiente.
0:05:42 Le pareció que un viaje a Israel en Austria le vendría bien porque decían que en aquel lugar había unas aguas,
0:05:51 eran como una termas, digo, y se decía que esas termas propendían a la serenidad de quien allí se enjuagaba.
0:06:01 Le aconsejó también que bebiesen abundancia el leche de cabra porque, seguro había oído decir,
0:06:10 era un calmante para los ardores de sonestos.
0:06:13 Viene en el prospecto así.
0:06:16 Sí, sí, sí, calma los ardores de sonestos.
0:06:20 ¿Con trindicaciones tiene?
0:06:24 Para mí lo único que calma los ardores de sonestos es la deshonestidad.
0:06:30 Charles pensaba además que alejar a su mujer de parma le iba a tranquilizar y que un poco lo iba a extrañar.
0:06:42 Otro pretexto fue que ella podría estar bajo peligro ante la entrada parma de los carbonarios.
0:06:48 Le prometió tener una guardia constante en su habitación ahí en Israel.
0:06:54 Charles se encomendó a los hombres que cuidarían a su mujer que no dejaran entrar a ninguno a su habitación,
0:07:00 so pena de ir en cana.
0:07:03 Bueno, unos días después María Luisa saludó con un casto beso a su esposo y partió rumbo a la Austria.
0:07:11 Por la noche hicieron postas ahí en una posada y siguiendo las órdenes de Charles, un guardia se instaló en la puerta
0:07:18 de la habitación de María Luisa.
0:07:21 Llegó a la media noche con el muchacho que era un tiro led de unos 20 años, dormía con la cabeza pollada en el fusil,
0:07:26 un leve ruido lo sobresaltó.
0:07:36 Vio con estupor en el umbral de la puerta a María Luisa en camisón haciendo señales para que entrara.
0:07:44 ¿Y el ruido de que era de él?
0:07:47 Era cerrando la puerta del ropero.
0:07:50 El muchacho dudó un momento y entró.
0:07:53 Media hora después salió sin aliento.
0:07:56 Y fue a buscar a uno de sus camaradas que estaba al terminar el corredor.
0:08:01 El segundo guardia también fue invitado por María Luisa y lo mismo sucedió cinco veces hasta la mañana.
0:08:08 Los cinco guardias que debían cuidarla entraron en la habitación sucesivamente.
0:08:14 La noche siguiente luego de llegar a Isle, sucedió lo mismo y en todas las noches subcientes,
0:08:20 cada uno de los muchachos tuvo ya su rutina, su función y su sobrenombre.
0:08:30 La estaría en Isle fue para María Luisa altamente prasentera.
0:08:36 Su jornada estaba cuidadosamente programada
0:08:40 y luego de cada noche de la junta se pegaba una enjuagada en las aguas milagrosas para que le calma un poco.
0:08:49 Ahora estaría despaseada escuchaba música y por las noches durante la cena
0:08:55 se tomaba un gran tazón de leche de cabra.
0:09:01 Tiempo más tarde cuando el marido la vio volver tranquila y sosegada
0:09:06 pensó que había tenido razón en enviarla de viaje
0:09:10 así que más tranquilo el también fue muy feliz.
0:09:15 Otra vez sola porque parece que ya el viajó a no sé qué playa para ver la posibilidad de construir un balneario
0:09:23 y se quedó sola otra vez y María Luisa encontró como ocupar sus ratos libres
0:09:30 y anduvo con un tal Jul Lecompte un tenorino que la sedujo con su canto
0:09:35 era escritor también si es este, era escritor.
0:09:39 Escribió a un amigo en este momento sucedo a Napoleón
0:09:44 seguramente no se van a dar cuenta en las tuyarias que es el palacio
0:09:50 pero yo sí
0:09:52 también se quejaba
0:09:57 en realidad no le escribía su editor
0:10:01 era escritor este tipo y le escribía su editor
0:10:06 le decía que estaba un poco preocupado porque estaba era mujer muy exigente
0:10:11 durante toda la ausencia de Char de Bombelle
0:10:15 Jul Lecompte pasó todas las noches en el palacio de Parma
0:10:19 tiempo después Lecompte se aburrió de María Luisa y volvió a París
0:10:24 y los soldados de la Guardia local se peleaban entre ellos
0:10:28 y hacían méritos para que los atendiera María Luisa
0:10:32 bueno pero con el tiempo los soldados fueron
0:10:35 aminando en esa atracción y algunos empezaban a decir que María Luisa estaba un poco marchita
0:10:41 lo cual era cierto y hacía rato
0:10:45 aquí las aventuras con los soldados y con el tenorino fueron las últimas de María Luisa
0:10:51 Carlos de Bombelle le daba poca bolilla y ella deprimida
0:10:57 sin que nadie la correspondiera en el amor
0:11:01 murió el 18 de diciembre de 1837
0:11:06 ya a los 56 años de edad pero estamos hablando de esos mismos años
0:11:12 habrá ocurrido un par de años
0:11:15 y es una historia que parece alegre pero
0:11:19 como hemos dicho al principio a mí parece triste ver como los amantes de una se van aburriendo
0:11:29 es cosa ver que no era un amante si verles el aburrimiento
0:11:35 ver como se aburran de una
0:11:39 siempre desde el punto de vista del arte eso paga mucho
0:11:44 desde el punto de vista de la vida es un asco
0:11:47 pero también ella que ofrecía a parte de su cuerpo
0:11:51 su cuerpo ofrecía por eso estaban aburridos
0:11:54 ahí está
0:11:55 que otra cosa puede ofrecer un amante
0:11:58 dinero
0:12:00 puede haber una cosa
0:12:02 es una solución señor si usted ve que sus amantes se le aburren
0:12:06 es hora de poner una morena
0:12:10 fuimos a la discoteca para qué le voy a contar lo que fue aquella carrera
0:12:17 el discotecario me atendió y soró un poco porque sus amantes también estaban en estado de repliegue
0:12:27 en la época en el momento de poner excusas
0:12:32 mucho contestador encontrado
0:12:34 mucho que mañana no puede, mucho que estoy cansada, mucho que si no
0:12:39 mucho que me voy
0:12:43 mucho ya no te amo
0:12:46 mucho no porque
0:12:48 hay cantidad de canciones
0:12:53 la música, la canción mejor dicho la canción
0:12:57 existe porque existe la pérdida
0:13:03 la poesía es hija de la pármiga
0:13:05 si nadie perdiera nada no habría poesía
0:13:08 bien, ya voy
0:13:12 nos dieron finalmente un tango compuesto seguramente por María Luisa de Austria
0:13:19 aunque Don Héctor de Estampone ha dicho que lo compuso él
0:13:24 yo le creo a Estampone
0:13:26 se llama ¿qué me van a hablar de amor?
0:13:29 claro ¿qué le podemos hablar de amor?
0:13:31 a María Luisa después de Luisa Sasania
0:13:34 con los tipos que el marido había puesto para que no traga ninguno
0:13:39 entraron enlos
0:13:41 es una enseñanza también para los novios celosos
0:13:44 cuando un novio celoso delega una vigilancia
0:13:49 el principal peligro es el vigilar
0:13:52 que además lejos de provocarse o ciego
0:13:57 retroalimenta el canal de deseo
0:13:59 es verdad, es verdad
0:14:01 así que dedicamos esto a todos los que
0:14:05 a todos los que vigilan
0:14:14 escuchemos entonces ¿qué me van a hablar de amor?
0:14:17 la versión del autor de Don Héctor Estampone
0:14:23 al piano, solo el piano, vale
0:16:47 El piano
0:16:49 El piano
0:16:51 El piano
0:17:08 Héctor Estampone en la venganza será terrible
0:17:11 ¿qué me vas a hablar de amor?

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