Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arrible, estamos en el estudio Juan Alberto Valdía de Radio del Plata.
0:00:08 Aquí con Dolina, solos estamos porque no está a Dorio, hoy con nosotros, ni está el público, al menos aquí presente.
0:00:17 Pero sí, hay varios conectados por el Twitter, Arroba la venganza Radio y en el Facebook la venganza Serata Arrible, sitio oficial.
0:00:27 Hablaremos de las Valquirias.
0:00:31 Las antiguas naciones nórdicas, de las que hablamos muchas veces en este programa, consideraban la guerra como el más honorable de los oficios y el valor como la virtud mayor.
0:00:44 Era una heróica, la moral de los Vikings, tal como lo era la de los españoles que luchaban contra la ocupación musulmana.
0:00:54 Eran hombres que se ducaban en el ejercicio del valor, tanto es así que en castellano la palabra valor, que es la que designa el coraje, sirve también para designar a lo que vale.
0:01:05 Es decir, lo que vale es el coraje.
0:01:07 Bueno, lo mismo pensaban los Vikings, pero en otro idioma.
0:01:11 Los guerreros creían que siempre que una batalla fuera inminente, Odín, el Príncipe de los Dioses, enviaba sus ayudantes, que no eran otras que las Valquirias.
0:01:22 Las electoras de los caídos iban al campo de batalla, elegían a tres o cuatro y se los llevaban al cielo.
0:01:31 En realidad, seleccionaban a la mitad de los guerreros muertos y lo transportaban en unos caballos muy veloces a través del puente Bifrost, del cual hemos hablado algunas veces.
0:01:44 A través de ese puente los llevaban al Baljala, que era ese pez y de cielo del malevaje Viking.
0:01:51 Las Valquirias eran, o bien hijas de Odín, o tal vez descendientes de reyes mortales.
0:01:57 Eran doncesas que tenían el privilegio de permanecer, inmortales e invulnerables, siempre y cuando obedecieran a los dioses, y siempre y cuando, aquí viene la trampa de la inmortalidad, permanecieran vírgenes.
0:02:14 Los antiguos imaginaban que descendían estas Valquirias, descendían en el sentido no genealógico, sino que iban del cielo hasta la tierra, a la orden de Odín para elegir entre los caídos en batalla, a los más dignos de disfrutar de los placeres del Baljala.
0:02:36 Estas dos ellas eran representadas como jóvenes, el ruego y hermosas. Imagínense, nos van a poner como asistentes para el paraíso a unas señoras más bien rechonchas y bruscas.
0:02:48 Bueno, parece que las Valquirias tenían los brazos resplendecientemente blancos, es una virtud que yo no sé apreciar.
0:02:55 Y hasta ahora yo venía notando y...
0:02:57 No, yo no sé apreciar esa virtud.
0:02:59 Tenían cabellos dorados y sueltos, que es una virtud contingente, porque se puede ser muy atractiva con cabellos dorados y sueltos, pero también pueden ocerse.
0:03:08 Echa esta descripción que ya me predisponen contra, diré que se evaban lanzas y escudos, lo cual no ayuda mucho tampoco.
0:03:19 Se acercaban a los caídos y con el hueso de la muerte los elevaban al cielo.
0:03:25 Los caballos de las Valquirias eran como personificaciones de las nubes.
0:03:29 Era natural, no? Creer que el hielo y el rocío que habían... que habían sobre la tierra, desde las crines de aquellas caballos, mientras surcaban el aire.
0:03:40 No, no era natural.
0:03:43 No es el absoluto natural creer el hielo natural, es lo que creemos.
0:03:47 Que el rocío y la nieve caen desde arriba, vayas a saber por qué.
0:03:52 Eso es lo natural.
0:03:53 Qué es lo primero que se le ocurre.
0:03:55 Cuando se era chico no creía, con ningún punto de vista que había caballos de cuyas crines, se acudía oportunamente, pero venían el cienzo y la nieve.
0:04:04 No creía eso ni creía en realidad ninguna otra cosa.
0:04:07 Recibía aquellos fenómenos como que no se llogó.
0:04:11 No me importaba el empleo del asunto.
0:04:14 No es más a usted, no?
0:04:16 Una vez está el rocío y está.
0:04:18 Si, creer esas cosas hay que ser poetas.
0:04:20 Pasó un caballo, sacudió sus crines, cayó la nieve.
0:04:25 El pensamiento de lugar es cualquier cosa menos poético.
0:04:28 Uno dice, mire cómo está lloviendo.
0:04:30 ¿Y por qué llove?
0:04:31 Que se llova.
0:04:32 Vaya para adentro que se va a mostrar todo.
0:04:34 Bueno, no te dice tu madre que mire para adentro que los corceles de las Valquirias están sacudiendo sus crines.
0:04:41 Bueno, la misión de las Valquirias no solo se limitaba a los campos de batalla.
0:04:48 Mejor dicho, no se limitaba a los campos de batalla.
0:04:51 A menudo cabalgaban sobre el mar y tomaban a los vikings muertos en las embarcaciones que se hundían.
0:04:58 A veces esperaban en la costa y señalaban con el dedo, con este, algunos navegantes,
0:05:05 y eso era advertencia infalible de que la batalla que se aproximaba era la última, parece el tipo.
0:05:11 Todo esto era, recibió con gozo por todo héroe nórdico, porque se suponía que las Valquirias realizaban esta elección.
0:05:20 Era un honor, un alago, y significaba también que el Valjala estaba próximo.
0:05:26 También se decía que las Valquirias iban a la tierra muchas veces a tomar personas, pero no necesariamente caídos en batalla.
0:05:42 Bajaban a los campos con plumajes de cisne que se quitaban para pegarse una enjuagada.
0:05:49 Es decir, a veces bajaban a bañarse.
0:05:53 Y cualquier mortal que la sorprendiera de ese modo y obtuviera el plumaje que usaban, se quitaban las plumas.
0:06:02 Si venía un tipo, las veía ahí desnudas, bañándose, y se hacía con las plumas,
0:06:09 podía evitar que abandonaran la tierra, podía capturar a las Valquirias,
0:06:14 incluso si ese era su deseo, obligara a estas doncellas a casarse con él o alguna de ellas por lo menos.
0:06:20 Había gente que recorría los campos buscando Valquirias en plumada para casarse.
0:06:27 Cuentan que tres Valquirias llamadas Old Room, Albit y Svangbit fueron sorprendidas en su baño
0:06:35 y se casaron con los hermanos Egil, Slakfin y Bolund.
0:06:40 En ese orden.
0:06:41 Sí, el último era Bolund.
0:06:44 Las Valquirias vivieron con ellos durante nueve años,
0:06:47 hasta que se las arreglaron para recuperar las plumas perdidas y entonces regresaron al Valjala.
0:06:53 Ah, no los querían.
0:06:54 No, no, pero no se...
0:06:55 No los querían a los tipos.
0:06:56 El tema son las plumas.
0:06:59 Bueno, ahora, los héroes que se morían eran recibidos por los hijos de Odin, Hermony Braggie
0:07:08 y eran conducidos al pie del trono de Odin y allí escuchaban los primeros elogios celestiales.
0:07:17 Odin los elogiaba y le daba las bienvenidas personalmente.
0:07:22 Bueno, los felicito, mi querido Scalagrinso por la forma en que lo amasijaron.
0:07:26 Me imagino que serían eso los elogos.
0:07:29 Además de la gloria de semejante distinción y el disfrute de la presencia de Odin,
0:07:34 más placeres esperaban a los guerreros en el Valjala.
0:07:37 Se les proporcionaban espléndidas diversiones en las largas mesas,
0:07:41 donde hermosas vírgenes, generalmente las mismas Valquirias,
0:07:45 que servían tanto para un barrido como para un pregado,
0:07:48 les presentaban sus respetos con dirigente Cortesilla.
0:07:52 Bueno, estas dolcellas, que según algunos mitógrafos eran nueve,
0:07:57 pocas me parece para atender a tanto herbo y muerto.
0:08:01 Y, si, bien.
0:08:03 Y les llevaban a los guerreros grandes cuernos,
0:08:06 rebosantes de hidromiel.
0:08:09 Algunas dicen que las Valquirias eran dieciséis,
0:08:12 ahora que me hacen señas del equipo de producción.
0:08:15 Sigan sin alcanzar.
0:08:17 La bebida de los nórdicos en realidad era la cerveza,
0:08:20 pero consideraban que la cerveza era demasiado ordinaria
0:08:23 como para andares que había andola en la Esfera Silestial.
0:08:26 Por lo tanto, imaginaban que Odin mantenía sus mesas
0:08:29 con abundante suministro de hidromiel,
0:08:33 el cual era producido en grandes cantidades por la cabra Hydrun,
0:08:37 la cual pasía continuamente las ocas y ramas del Lérald,
0:08:41 que era la rama más elevada del fregno Iqdásil.
0:08:45 Su fregno tenía nombre Iqdásil, una de sus ramas también, Lérald.
0:08:50 La carne con la que disfrutaban del perpetua gasajo
0:08:54 provenía del jabalí divino llamado Sherimnir,
0:08:58 un animal prodigioso que era matado diariamente por el cocinero
0:09:04 Andrihimnir y hervido en la gran caldera que se llamaba Eldigimnir.
0:09:11 El jabalí divino volviaba a la vida cada jornada,
0:09:16 lo mataban todos los días,
0:09:19 revivía y le creció otra vez la carne y lo carneaban de nuevo y así.
0:09:23 Siempre el mismo.
0:09:24 Sí, de este modo los suministros nunca se acababan.
0:09:27 La renovación milagrosa de la comida
0:09:30 no era el único hecho prodigioso que ocurrían al Valhalla.
0:09:33 Se contaba que los guerreros después de haber comido y bebido
0:09:37 la saciedad, tomaban sus armas, iban al campo
0:09:41 y se mataban en una simpática batalla.
0:09:45 ¿Qué les gustaba aquello, guerreros?
0:09:47 ¿Le gustaba combatir?
0:09:49 No eran jugadores de pelotas al sexto.
0:09:51 Bueno, aquí combatían.
0:09:54 Iban a cielo y hacían lo que más les gustaba que era combatir.
0:09:57 Con una ventaja, al cabo de la jornada,
0:10:00 las heridas se curaban y los muertos resucitaban
0:10:03 al sonido del cuerno que anunciaba la cena.
0:10:12 ¡Qué cuerno!
0:10:14 Bueno, esto, naturalmente, producía algunas consecuencias desagradables
0:10:21 porque en aquel juego, en aquella guerra de todos los días,
0:10:26 como era por nada y si te matabas, resucitabas,
0:10:30 nadie tenía cuidado.
0:10:32 Iban todos al frente y nadie tomaba ningún tipo de transversión.
0:10:36 Entonces ya te aburrías, ¿no?
0:10:39 Me imagino un héroe después de lo que les quiero matar a 60, 70 veces,
0:10:43 ya se empezaba a aburrir, ya se pierde el entusiasmo,
0:10:48 y estás aburrido de morir todos los días.
0:10:51 Todas las tardes me matan.
0:10:53 Parece un inciso poético, pero en este caso verdadero.
0:10:57 Y al principio me gustaba...
0:10:59 ¡Probar!
0:11:00 ¡Probar! Sí, andar con la cabeza en la mano, pero ya estoy podrido.
0:11:03 ¿Cómo hacer para no pudrirse de los placeres?
0:11:06 Hice toda una pregunta para el constructor de cielos
0:11:09 y para el que no construye cielos también, ¿no?
0:11:12 Para que únicamente aspira cielos.
0:11:16 También es una pregunta.
0:11:19 La pregunta puede formularse así.
0:11:22 ¿Cómo hacer para no aburrirse de los placeres
0:11:25 que duran mil años?
0:11:27 ¿Cómo hacer para no aburrirse de los placeres que duran un año?
0:11:33 La respuesta es que nadie lo sabe.
0:11:36 Algunos optan por cambiar de placeres
0:11:40 hasta que se dan cuenta de que todos los placeres son el mismo.
0:11:44 Y bueno, entonces ¿cómo es esto?
0:11:47 Y que todos los placeres son el mismo, especialmente si uno los cambia.
0:11:51 La única manera de que todos los placeres no sean el mismo
0:11:54 a caso sea no cambiar de placera.
0:11:57 Pero eso solamente lo saben algunos guerreros,
0:12:00 que desde luego no son yo.
0:12:03 Finalmente, ya que tales placeres eran los más elevados
0:12:06 que la fantasía del guerrero viking podía imaginar,
0:12:09 imagínese, no era muy creativo.
0:12:12 La mayoría de los muchachos juraban morir con las armas en la mano.
0:12:16 Incluso llegaban a herirse ellos mismos
0:12:18 cuando sentían la muerte cerca.
0:12:20 Para ellos se dio una vez al Valhalla a hacerse agasejar por las valquídeas.
0:12:24 La otra muerte, la muerte en la cama, se llamaba, disculpen ustedes,
0:12:30 la muerte de Paja, porque los catres,
0:12:34 los colchones o jergores donde apolillaban los vikings
0:12:37 estaban hechos justamente de ese material.
0:12:41 Se aburrían de los placeres también, como los otros.
0:12:45 Bien, esto es lo que teníamos que decir acerca de las valquídeas,
0:12:48 que por otra parte es un número muy interesante de la tetralogía de Wagner.
0:13:04 Hay que dedicar esto a las valquídeas, nada más.
0:13:11 No me se impactan mucho.
0:13:14 Estas damas que solamente aparecen en el campo de batalla.
0:13:19 Y el papel que tienen en el placer del Valhalla
0:13:25 no es tan interesante como el papel de las huries en los infernos musulmanes,
0:13:30 aquellas mujeres que están hechas pensando en el placer de los hombres injustamente de Lüeck.
0:13:37 Hemos dicho que el paraíso musulman parece demasiado injusto para las mujeres,
0:13:43 pero alguna explicación teo lo que habla ahora al respecto.
0:13:47 Lo que quiero decir es que estas valquídeas son más oscas que las huries.
0:13:51 Parece que trabajara al reglamento.
0:13:53 Sí, el simbante, el hije, te sirven cervezas.
0:13:58 No es la idea del placer que uno tiene.
0:14:02 Incluso no parecen muy bellas cuando las describen.
0:14:06 Esto de tener los brazos muy blancos y los cabellos dorados y sueltos.
0:14:13 Dejaba algunas puleras que uno conoce.
0:14:16 Y se tapan con plumas, abrastos.
0:14:18 Se tapan con plumas, se visten como gallinas cuando bajan a vanearse a la tierra, es horrible.
0:14:25 Pero finalmente es todo espantoso lo que siento.
0:14:28 Sí, todo muy espantoso, como la muerte se espantó.
0:14:31 La muerte en una batalla solamente los Vikings pensaba que era aventuroso.
0:14:36 Bueno, de todos modos el camino que se llevaba al Maljada era el puente, aquel puente Bifrost.
0:14:47 Un especie de puente fantástico por el cual surcarán en el último día,
0:14:53 en el día de los casos de los dioses, el día del Ragnarok,
0:14:57 con el cual aparecerán las fuerzas del mal dirigiendose al campo de batalla,
0:15:06 de esa batalla entre el bien y el mal,
0:15:08 cuyo resultado ya está absolutamente previsto, que es la aniquilación del mundo y de los dioses.
0:15:15 Ese puente es una obra maravillosa de ingeniería divina,
0:15:22 es decir, la obra de ingenieros omnipotentes.
0:15:26 Entonces es un camino que conduce al Maljada, que es el cielo,
0:15:31 un camino que en aquellas regiones donde el sol aparece tanto en tanto,
0:15:36 está sin embargo perpetuamente soleado.
0:15:40 Por eso la canción que escucharemos hoy se llama Caminito Soleado y ha sido compuesta,
0:15:46 justamente pensando en aquel camino que conducía desde los campos de batalla del norte de Europa hasta el cielo.
0:15:55 Lo lita Torres.
0:16:25 ¿Dónde viste pasar?
0:16:31 Mientras los pastos amigos que saben mi anhelo
0:16:40 con mondón, seco al suelo,
0:16:46 su verde saludo
0:16:52 me hacían llegar.
0:17:00 Usando montes y valles con alas venías mi pobre carneta,
0:17:07 con su carga de esperanza las ruedas hacía el albiento candeta.
0:17:14 Cuando ya atravesaba la Hondura del Valle,
0:17:18 lleve en esta corriente una congojada siempre de tu impulso para nos guantar,
0:17:28 porque en ese arrollito obese sus ojos se saben miro.
0:17:48 Y así que vi su casita de buroceloso, me sobre el pantero,
0:18:03 para contarle chismoso que traigo en mi apero mi emprenda de amor,
0:18:10 para su pelo una cinta que llevo escondida o de lento color,
0:18:16 para sus labios mi antojo y por sus ojos un claro cristal.
0:18:23 Y pa' su blanca garganta de criollo que cantar tienes que cantar.
0:18:40 Claro que a mí mi cocreo yo florido y soleado.
0:18:50 Yo quiero que sea sombre,
0:18:55 cuando ella me lo hondre,
0:19:02 al verme posó.
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