Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de dos muchachos grandes, gigantescos, los aloadas.
0:00:07 En las mitologías clásicas, en la mitología griega y en la escandinava,
0:00:12 los gigantes son enemigos de los dioses.
0:00:16 Entre los griegos fueron derrotados casi de un modo inaugural.
0:00:24 En los micos nórdicos, los gigantes todavía están allí
0:00:28 y amenazan permanentemente el cielo de Odín.
0:00:32 Son enemigos de los ases, continuamente tratan de apoderarse
0:00:40 de las garras que es la morada de los dioses y así mismo los dioses de las garras
0:00:45 visitan cada tanto el hot and time y tienen algunas aventuras
0:00:52 y en picarecas con gigantes, robancosas, están tan concenso en el ala 1,
0:00:58 están todavía en conflicto.
0:01:01 Lo que contaremos hoy tiene que ver con los micos griegos
0:01:05 y surge, según cuenta Robert Greys, como un vesticio de aquellas luchas
0:01:11 que los dioses griegos habían tenido con los gigantes al comienzo de los tiempos.
0:01:16 Diremos que una muchacha llamada Yphimedea se había enamorado de Posidón, el Dios del Mar
0:01:24 y para conseguir el amor de este destacado Dios,
0:01:30 Yphimedea solía soltar hacia la orilla del mar,
0:01:35 tomaba agua entre sus manos y la derramaba su regazo,
0:01:40 así como provocando al Dios del Mar.
0:01:45 Para algunos mitógrafos quedó embarazado de ese modo,
0:01:51 de solo echarse agua en el regazo.
0:01:55 Para otros mitógrafos y para los vecinos, Posidón la vio en esa actitud,
0:02:02 le preguntó qué estaba haciendo y bueno, la amó por no decir otra cosa,
0:02:10 imagínese, pues toda no era de madera, Posidón tanto.
0:02:15 De esta unión nacieron dos chicos, Otto,
0:02:22 una especie de alemán, y Esialte.
0:02:27 Se los llamó Alóadas porque Yphimedea, abandonada por Posidón desde luego,
0:02:33 se casó después con un señor, un tal Alóedo,
0:02:36 que había sido eso rey de la azotia de ósea, y que Policía mantuvo a estos chicos.
0:02:44 Ahora bien, Otto y Esialte empezaron a crecer, pero a crecer mucho.
0:02:49 Cuando cumplieron 9 años de edad, ya medían 17 metros de alto.
0:02:55 Qué grandes que están los chicos, decían los dos.
0:02:59 Pagar al del otro.
0:03:02 Como era costumbre, los muchachos consultaron un oráculo para saber algo de sus destinos,
0:03:07 que desde el día se le antojaban poco comunes.
0:03:10 Cuando uno ve que a los 9 años mire de los 17 metros,
0:03:14 puede apostar a que su destino no será muy común, muy usual.
0:03:22 Pues el oráculo les profetitó lo siguiente,
0:03:25 Ningún hombre ajero a la familia, ni tampoco ningún dios, podrá matar los muchachos.
0:03:31 Les dijo el oráculo.
0:03:33 No podrá matarlo a ningún hombre ajero a la familia, y tampoco un dios.
0:03:38 Bueno, se asmado por su tamaño, por su fuerza y por la prevención del oráculo.
0:03:46 Los hermanitos, los Alóadas, decidieron hacer algo digno de aquella circunstancia.
0:03:54 Y se pusieron de acuerdo para asaltar el olimpo, es decir, la morada de los dioses.
0:03:59 Nada menos que eso.
0:04:03 Pensaban como parte de aquella gesta, abusar de algunas divinidades que les gustaban mucho.
0:04:12 Así como a la mamá le había gustado posidón, a ellos les gustaban algunas diosas.
0:04:18 Y dijera, bueno, aprovechando que asaltamos el olimpo, abusamos en el entrevero de un par de diosas.
0:04:26 Decía al despeso uno de los hermanos, juro, por el ribusticia, casi todos juraban por eso,
0:04:32 que conseguía unirse nada menos que aera.
0:04:36 Papá, el que era más difícil, la mujer de Zeus, la reina del olimpo.
0:04:41 Y otro, juro otro tanto, nada menos que con respecto a Arce,
0:04:46 que a mi es que era todavía más difícil, porque era una divinidad que odiaba el trato amoroso.
0:04:52 Y era casta hasta la locura.
0:04:59 Cualquier simple piropo que uno le pudiera dirigir podía costarle a uno la vida.
0:05:06 Así de casta era, no como otras.
0:05:16 Los chicos decidieron además tomar prisioneros a Ares del Dios de la Guerra,
0:05:24 que andaban dando vueltas por trasia mezclados con los mortales.
0:05:28 Los fueron a buscar, lo encontraron, lo desarmaron, lo ataron, y lo encerraron en una vasija de bronce.
0:05:36 Se ocultaron en la casa de su madrastra, heridea, porque y fina idea se había muerto, pobrecita.
0:05:44 Y no lo hicimos porque estábamos preocupados diciendo cuánto me dieron de alto los chicos.
0:05:49 Pero ahí se murió.
0:05:52 Entonces ya en Cerrado Ares comenzaron el asedio al olimpo.
0:05:57 Hicieron un valuarte para su ataque poniendo el monte Peleón encima del monte Osa.
0:06:04 Es una estrategia interesante para acceder al olimpo, ¿no?
0:06:08 Pusieron una montaña arriba del agua para subirse.
0:06:13 Y después amenazaron con arrojar montañas al mar hasta convertirlo en descierto.
0:06:21 Eso es lo que dijeron desde abajo, ¿no? Para amenazar al olimpo.
0:06:24 Si ustedes no se rindan de una vez, nosotros vamos a empezar a tirar montañas al mar hasta convertirlo en un descierto.
0:06:34 Geólogos de estos tiempos y geógrafos mantienen que no hubieran conseguido convertir el mar en un descierto por muchas montañas que le echaran.
0:06:46 Por el contrario, es probable que el mar se hubiera extendido más todavía,
0:06:51 quizá teniendo menos profundidad, pero más esencial.
0:06:55 Pero de todos modos no hubo necesidad de llegar a ese extremo,
0:07:00 porque los dioses eran tan ignorantes de la morpología, de la eración del mediterráneo como yo mismo.
0:07:11 Y los dioses empezaron a defenderse hasta que se les ocurrió una estrategia para dividir a los atacantes, que después de todo eran amas de dos.
0:07:21 Se hizo lo siguiente.
0:07:23 Por consejo de Apolo, Artemis mandó un mensaje a los ciclos.
0:07:28 Si abandonaban el asalto, la diosa se reunía con ellos en la isla de Naxos y así se sometería a los abrazos de Otto, tal como el deseaba.
0:07:38 Aquí se pone claro que lo único que querían los tipos era recosar con las diosas, nada de apoderarse del mundo y su destino, nada de conterías.
0:07:49 Entirado el mensaje a Otto, saltó de contento, pero, es fiel antes que no había recibido un mensaje sinidad de era, se puso muy celoso y se enojo.
0:07:59 Y está de una pedida brutal entre los hermanos.
0:08:04 Es fiel antes insistía en que por ser el mayor de los dos tenía derecho a disfrutar primero de Artemis, aunque él no lo hubiera elegido.
0:08:12 Cuentan que la discusión estaba en su peor momento cuando Artemis apareció bajo la forma de una paloma blanca.
0:08:20 Apareció una paloma blanca y lo hicieron una paloma blanca, pero no era una paloma blanca, ya Artemis.
0:08:30 Al verla, justamente tuvieron la mala idea de resolver la disputa, merced a un concurso de puntería.
0:08:38 Debían tratar de ensartar a la paloma.
0:08:45 Hay cosas que son recurrentes en que uno no lo sepa.
0:08:52 Con la javelina, el que la insarte, se hará cargo de Artemis.
0:09:03 Y saber que decían una gran verdad.
0:09:10 Pero cuando tomaron sus javelinas, Artemis, siempre bajo la forma de la paloma, se lanzó un picado y pasó justo en medio de ellos.
0:09:20 En ese momento los alohadas soltaron sus javelinas y tal como ustedes ya estarán sospechando,
0:09:26 se ensartaron el hulo al otro como subasco el croto.
0:09:33 Y así quedó certificada la profecía de que ningún hombre ajeno a la familia y que ningún Dios podía darles muertes, muertes solamente.
0:09:42 Se mataron entre ellos, se mataron.
0:09:46 Los cadáveres de los alohadas fueron llevados a Antedón en debocia para ser enterrados allí.
0:09:53 Fueron recordados como los primeros mortales que adoraron a las musas del helicón, porque otros, obviamente, antes les habían dedicado un templo en la veosia.
0:10:03 Una vez levantado el asesio al olimpo, Hermes fue en busca de ares y obligó a la madras traerle aliberarlo de su vasija de bronce cuando el tipo yo estaba medio murmoso.
0:10:15 Las almas de los alohadas descendieron al infierno donde fueron, están por aquí, no lejos de acá de la bodega, fueron firmemente atadas a una columna con unas cuerdas, estas con serpientes vivas.
0:10:33 Allí siguen atados espaldas con espaldas mientras la ninvesticia asciese aciberamente desde lo alto de la columna para recordar sus faltas.
0:10:46 Eso dice Grace.
0:10:48 Grimal, Pierre Grimal cuenta que lo alto de la columna en realidad no está es tígea, sino una lechucha que los atormenta gritando sin cesar.
0:10:58 En sus notas eruditas, Robert Grace agrega que el asesinato mutuo de los hermanos gemelos recuerda la externa realidad por el amor de la Diosabla,
0:11:08 en canta el rey sagrado y su sucesor que alternativamente se mataban a un nuevo otro.
0:11:13 Pero bien sabemos que Grace siempre está de ese parecido entre los reyes sucesivos de la época matriarcal de la Diosabla.
0:11:28 Tiene su interés.
0:11:33 Bueno, ya que de gigantes hablamos a Atlas.
0:11:38 Y que todavía sostiene la bóveda celeste.
0:11:41 Y por eso mismo, porque estamos aquí gracias a Atlas que está sucediendo en un requerón cercano al peñón de fibraltad, la bóveda celeste.
0:11:51 Si no fuera por Atlas, también llamaba Artulama, te lo dices.
0:11:55 Es decir, lo que se caería, o al menos uno de sus costados caería, pero eso es decir, si uno de los costados del cielo afloja, las estrellas se vienen todas para ese lado.
0:12:07 Y la catástrofe universal sería inevitable.
0:12:13 Así que ese es un gigante benefactor, benefactor de la humanidad.
0:12:22 Que saludamos desde aquí.
0:12:25 No tengo nadie.
0:12:27 Ah, sí, a la mamá de los chicos.
0:12:30 Ahí fue una idea que tenía por costumbre, seritarse al costado del mar,
0:12:36 no dejarse aguas y tirarse agua.
0:12:43 ¿Le gusta hacer esto?
0:12:45 Me gusta, a la medida en que se llama un gesto amoroso.
0:12:48 Esto es provocación.
0:12:50 De provocación al dios del mar, que finalmente se salió de igual que él.
0:13:02 A todos los hermanos que crecen.
0:13:04 Pero yo también he llamado atención al padre, que siempre está inusiendo a los niños a comer para crecer.
0:13:12 No siempre es tan bueno, señora.
0:13:14 Miren si el nene le alcanza los 17 metros y se le ocurre asaltar a él o limpo para beneficiar a una o dos diosas.
0:13:24 Miren cómo termina, señora.
0:13:26 Una moralista intercantra.
0:13:28 No, bien absoluto.
0:13:29 No, bien absoluto.
0:13:32 Hemos tratado de encontrar un disco adecuado para esta cuestión.
0:13:39 Y nos llamó mucho la atención este recurso de artemis de convertirse en paloma.
0:13:47 En paloma blanca, en palomita blanca.
0:13:49 Así que descubrimos si se ve lo más de García Jiménez en realidad está ilustrando este episodio.
0:13:59 La letra parece hablar más bien de un enamorado que se marche alejos.
0:14:05 Pero las letras siempre parecen hablar de un enamorado que se marche alejos.
0:14:12 La verdad es que se trata de la disputa entre dos hermanos que pretendían prioridad en el disfrute de una diosa casta.
0:14:24 ¿Tanto lío para los inmediatos primero?
0:14:32 Hay gente que está le importan demasiado.
0:14:34 Sí, sí, es verdad.
0:14:36 Es una observación interesante.
0:14:39 Yo no estoy tan seguro de que la sea el primer.
0:14:42 No, eso pasa.
0:14:44 Pero tampoco tengo ninguna supervisión más de segundo o el último.
0:14:53 Me gustaría ser uno de ellos, a ver.
0:14:59 Palomita Blanca canta Carlos García.
0:15:21 Y a ver.
0:15:23 Y a ver.
0:15:25 Y a ver.
0:15:54 Y a Returns.
0:16:19 En un paquete, haciendo para ti, la ciencia, la credencia, la verdadera vida.
0:16:25 Cuando mi tablanca, vuelve la noche y día de mi la costa,
0:16:28 Dios te mire el cielo por ser el obelo,
0:16:30 La que ahora vida nunca, no lo pierde la verdad.
0:16:36 No sabía que el verdadero,
0:16:38 No paraba de la diferencia,
0:16:40 Que al empezar, que al maíz poniendo la miro,
0:16:43 Tu herido era verón,
0:16:45 Y abrazó la lomba, viviendo el tempero,
0:16:49 Y mirando hacia la sombra, los paro creó.
0:16:57 La evisión se liberó,
0:16:59 La herida a hacerle buena para ti,
0:17:02 El juicio para ti, tu alzada,
0:17:04 Y luego en un entrando,
0:17:06 Tu herida se liberó,
0:17:08 Mi herida a verandose,
0:17:10 Su encanto y esta pena,
0:17:13 Un pelo tener la mano.
0:17:20 Un pedazo para los guistas,
0:17:22 Que pasaron a todos,
0:17:23 Como las chistas donde salimos,
0:17:25 Para los guisas blancas,
0:17:26 Para el fin y al cien,
0:17:27 Se nos loco una clara,
0:17:28 Y se te retorna a Dios.
0:17:29 El fin, la vez, la nación,
0:17:31 Los fines, el cien,
0:17:32 El oro, la que el unidad,
0:17:33 Un pelo muy adorvo,
0:17:35 Que difícil es el ser de tu amada,
0:17:37 El que es claro.
0:17:41 Fija la vela,
0:17:42 Te escindas de mi vera,
0:17:43 Para que así un día te enterrarte,
0:17:44 Como el peor peor.
0:17:45 Y en un año,
0:17:46 Se hace como la vida,
0:17:47 Siendo la presencia,
0:17:48 Dando el barrio.
0:17:51 Cuando mi tabla,
0:17:52 Se vuelve la chidia,
0:17:53 Se viene la boca,
0:17:54 Y la escribí el cielo,
0:17:56 Con el ceno vuelo,
0:17:57 La tía le sigue la lucha,
0:18:00 Todo lo piensa en ti.
0:18:05 A cantado Carlos Gardel,
0:18:07 de Ayeta y García Sifén,
0:18:09 Palomíto Blanca.
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