Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de los cuáqueros.
0:00:03 Prepárense.
0:00:04 Vamos a seguir servilmente a Volter, que ha escrito en sus cartas filosóficas
0:00:12 las primeras cuatro dedicadas a los cuáqueros.
0:00:16 Lo primero que hay que decir, ya no siguiendo a Volter,
0:00:20 es que los cuáqueros no son los hijos de un fabricante de avena,
0:00:25 sino como su nombre indica, personas que tiemblan.
0:00:29 Ya veremos por qué, pero en cualquier caso los cuáqueros son una secta,
0:00:34 la que vale la pena ocuparse aunque sea por un rato.
0:00:38 Para esos Jesucristo fue el primer cuácaro.
0:00:42 Y siguen diciendo que la religión se corrompió
0:00:46 inmediatamente después de la muerte del Cristo,
0:00:49 y así permaneció corrompido durante 1600 años.
0:00:53 En esa época oscura siempre hubo cuáqueros ocultos en el mundo
0:01:00 que conservaban ese fuego sagrado,
0:01:04 hasta que ese fuego vino a encenderse y extenderse en 1642 en Inglaterra.
0:01:11 Eran tiempos difíciles desde el punto de vista religioso
0:01:16 y desde otro punto de vista también.
0:01:18 Existían tres o cuatro sectas que desgarraban la Gran Bretaña en guerras civiles.
0:01:25 Y en esa época apareció un señor que se llamaba George Fox,
0:01:29 el Sorro Fox.
0:01:31 Era de Leicester, era hijo de un obrero de la seda,
0:01:36 y se dedicó a predicar como un verdadero apóstol según el mismo pretendida.
0:01:41 Tenía 25 años cuando empezó con este asunto de la predicación.
0:01:47 Tenía costumbres irreprochables.
0:01:51 Por ejemplo, no sabía ni leer ni escribir, con eso le digo todo.
0:01:55 Y estaba, según dice Volter, santamente loco.
0:01:59 Vestía de cuero, de pieza a cabeza,
0:02:03 e iba de pueblo en pueblo gritando en contra de la guerra
0:02:07 y en contra de los clérigos.
0:02:10 Un día lo detuvieron y lo llevaron ante el juez,
0:02:14 se presentó y no se sacó el sombrero.
0:02:17 También se negó a jurar y además tuteaba al juez, decía, ¿qué hace el juez?
0:02:22 Tu señoría.
0:02:24 ¿Qué hace tu señoría?
0:02:28 Bueno, esto se lo explica a Volter un supuesto quáquer,
0:02:35 que le dice, ¿qué es eso de hablar con personas plurales?
0:02:43 Sin darse cuenta de que en algunos idiomas esto no es posible,
0:02:46 pero no importa, es una consideración que no viene al caso.
0:02:50 Los cuáqueres tuteaban a todo el mundo.
0:02:54 Viendo el juez que lo tuteaban,
0:02:57 pensó que el tipo estaba loco y lo mandó al manicomio del Derby
0:03:01 para que fuese asotado, porque allí los manicomios funcionaban de ese modo.
0:03:07 Bueno, lo asotaron.
0:03:09 Cuando terminaron de dársela,
0:03:11 Fox pidió a sus verdugos que le dieran algunos golpes más por amor de Dios.
0:03:18 Los muchachos no se hicieron rogar y le siguieron dando para que tuviera.
0:03:24 Se rieron de él, pero al rato empezaron a escucharlo
0:03:28 y como el entusiasmo es una enfermedad que se contagia,
0:03:33 algunos de los que lo habían asotado fueron sus primeros discípulos.
0:03:39 Respecto del entusiasmo, como estamos siguiendo a Volter,
0:03:42 hay que decir que para Volter un entusiasmo era un fanático,
0:03:46 era algo detestable.
0:03:50 Libres ya lo largaron,
0:03:53 corrió Fox a los campos y predicó allí,
0:03:58 junto a una docena de seguidores,
0:04:01 muchos de los cuales eran como ustedes ya,
0:04:04 sospecharán a aquellos que lo habían fajado.
0:04:06 Un día estaba, lo habían metido acá otra vez,
0:04:09 y lo habían puesto en la picota,
0:04:11 a tanto se lo llevaban acá al tipo.
0:04:13 Lo metieron ahí y desde la picota
0:04:16 arengó a la muchedumbre que estaba mirando,
0:04:18 a ver cómo lo surtían,
0:04:20 y los arengó con tanto fervor
0:04:23 que convirtió a unos 50 añatos que estaban ahí mirando,
0:04:29 y los 50 añatos lo sacaron tumultuosamente
0:04:33 del aprieto en el que se encontraba.
0:04:36 Convertió también algunos soldados de Cranwell,
0:04:39 que abandonaron las armas
0:04:41 y rehusaron desde ese momento prestar juramento.
0:04:45 Esto enojo mucho a Cranwell, que lo persiguió,
0:04:49 pero las persecuciones parecían agrandar la serpa.
0:04:54 Pero ahí sucedió algo.
0:04:56 Fax se sentía inspirado
0:04:59 y pensó que tenía que hablar de una manera diferente,
0:05:02 que era su deber hablar de un modo distinto.
0:05:05 Y se puso a diestrarse en una forma de discurso
0:05:12 que consistía en hablar un poco con Ponlanarisch
0:05:16 a retener el aliento y a expulsarlo con violencia
0:05:19 y a temblar, a hacer contorciones mientras hablaba.
0:05:25 A Volterre esto no le cae muy simpático
0:05:28 porque le hacía acordar a los jansenistas
0:05:31 que solían montar un número con contorciones
0:05:34 en el cementerio de San Medardo.
0:05:37 Y como Volteros ya va a los jansenistas,
0:05:41 se le transmitían poco ese desprecio a los cuáqueros, ¿sí bien?
0:05:45 Todas las cartas que se refieren a los cuáqueros
0:05:48 son más bien elogiosas.
0:05:50 Bueno, el caso es que este tipo empezó a entrenarse
0:05:53 para hablar de un modo raro.
0:05:55 Cada vez que hablaba hacía todo eso que acabo de decir
0:05:58 y este fue el primer...
0:06:01 el primer consejo que comunicó a sus discípulos
0:06:04 porque todos los discípulos empezaron a repetir estos temblores
0:06:09 y de ahí tomaron su nombre, cuáqueros, los que tiemblan.
0:06:14 Sin embargo, hay quien decía que este nombre
0:06:17 venía de una frase de Fax,
0:06:19 que es, «Tiemblen en el mundo del Señor».
0:06:22 Pero a mí me parece mejor siquiera a los efectos de este programa
0:06:26 que creer que les llamaban cuáqueros
0:06:29 porque temblaban cuando hablaban.
0:06:31 Los chicos los cargaban e imitaban estos temblores
0:06:36 y en esta forma ganaron a ser por la naves.
0:06:40 El caso es que todos se creían poseídos por el Espíritu Santo.
0:06:44 Pero, claro, hacían falta algunos milagros.
0:06:47 Si usted tiene una secta y no se manda tres o cuatro milagros,
0:06:51 las cosas empiezan a matar.
0:06:53 Se le van a ir todos.
0:06:55 Pero un día, uno de los tantos días en que lo llevaban en cana,
0:06:58 Fax le dijo al juez,
0:07:00 «Mira, juez, muy pronto te va a castigar Dios
0:07:03 por andar persiguiendo santos como yo».
0:07:06 Y el juez, que entre paréntesis era un borracho espantoso,
0:07:10 murió de apoplejía dos días después.
0:07:14 Esta muerte súbita hizo más cuáqueros que mil sermones.
0:07:20 Ya se sabe cuando es la gente,
0:07:23 como es la gente cuando ve que un juez amenazado
0:07:27 muere dentro del plazo prefigurado por el vaticino.
0:07:31 Bueno, la gente cuando ve eso se hace cuáquera.
0:07:39 Cranwell quiso atacar a los cuacers,
0:07:42 viendo que su número aumentaba.
0:07:45 Los quiso incluso sobornar,
0:07:47 viendo que no podía destruirlos,
0:07:49 pero eran incorruptibles.
0:07:51 Después de la restauración, el nuevo rey Carlos II,
0:07:54 también los persiguió,
0:07:56 los persiguió porque no querían pagar los diezmos.
0:07:59 En realidad no querían nada.
0:08:01 No querían pagar el impuesto,
0:08:03 no querían jurar,
0:08:05 tuteaban a todo el mundo,
0:08:07 no se bautizaban,
0:08:09 no tenían sacerdotes,
0:08:11 no se sacaban el sombrero ni saludaban a nadie,
0:08:14 no comulgaban.
0:08:16 En realidad no admitían ningún sacramento.
0:08:19 Llevaban un traje sin botones,
0:08:21 ni marcas de dignidad,
0:08:23 como forma, diré,
0:08:27 algo que es un obsímodo,
0:08:29 de hacer notar su humildad.
0:08:32 Una humildad que se hace notar,
0:08:35 parece una paradoja.
0:08:37 Tampoco iban a la guerra,
0:08:39 hablaban en contra de la guerra todo el tiempo,
0:08:44 todo esto que acabo de decir,
0:08:46 imagínense, le granciaría una gran circpartida
0:08:48 entre esas autoridades,
0:08:50 si todos fueran cuáqueros,
0:08:52 pobre país, decían las autoridades.
0:08:54 Los cuáqueros son a los efectos
0:08:56 de ciertos órdenes jurídicos,
0:09:00 por no decir que de todos, antisociales.
0:09:03 Tampoco conseguían laburo,
0:09:07 porque no podían cumplir
0:09:09 con las solemnidades que algunos trabajos exigían.
0:09:12 Por ejemplo, si querían ser empleados públicos,
0:09:15 me imagino que tendrían que jurar alguna cosa,
0:09:17 y como no juraban, no los podían nombrar.
0:09:20 No podían ser miembros del Parlamento,
0:09:22 ahí tiene usted, porque hay un juramento que le cumplir.
0:09:25 Succedió que Robert Barclay, en 1675,
0:09:30 presentó al rey una apología de los cuáqueros,
0:09:33 que tenía una carta de dedicatoria al propio rey,
0:09:40 y esta carta tuvo su efecto,
0:09:42 y la persecución cesó por un tiempo.
0:09:45 Y más o menos por esa época,
0:09:47 aparece otro señor,
0:09:49 que es William Penn.
0:09:52 William Penn era el hijo único del vice-almirante Penn,
0:09:56 un tipo de almirantargo, ¿no?
0:09:59 Lord.
0:10:02 A la edad de 15 años,
0:10:04 William estaba estudiando en Oxford,
0:10:07 y encontró un cuáquero allí, y se convirtió.
0:10:10 Te dio un compañero cuáquero,
0:10:12 vais a saber cómo habría entrado en Oxford,
0:10:14 y lo convirtió.
0:10:16 Este joven, William Penn, era muy elocuente,
0:10:20 convirtió él mismo a algunos de sus camaradas,
0:10:23 estableció una sociedad de jóvenes cuáqueros,
0:10:26 que se reunían en secreto en Oxford.
0:10:28 Fue jefe de esta secta, a la edad de 16 años.
0:10:32 Un día, volvió a casa de su padre,
0:10:35 y en vez de pedirle la bendición o ponerse de rodillas,
0:10:40 le dijo al almirante que era un padre,
0:10:42 un padre que no admitía el trato demasiado campechano de los hijos.
0:10:51 Y el hijo vino y le dijo al padre que se fiera.
0:10:54 Y el vice-almirante creyó que su hijo se había vuelto loco,
0:10:58 y pronto se dio cuenta de que el peyote se le había vuelto cuáquero.
0:11:06 Entonces, bueno, trató de inducirle a vivir como una persona cualquiera,
0:11:11 y el joven le retrucó pidiéndole al padre que él se hiciera cuáquero.
0:11:17 Empecé a pedirme a mí que me haga como las otras personas,
0:11:20 hasta el cuáquero o padre.
0:11:23 Y iba a sabrá.
0:11:25 El padre escuchó atentamente lo que el hijo decía,
0:11:27 y después lo echó a faltar.
0:11:30 El joven agradeció a Dios los que estaba sufriendo por su causa,
0:11:34 y se fue a predicar por ahí.
0:11:36 Tuvo éxito.
0:11:38 A los sermones de la Iglesia Anglicana cada vez iba menos gente.
0:11:42 Se iban todos a escucharle a los cuáqueros.
0:11:45 Las mujeres iban a oír a Penn, porque parece que además de ser el ocuente tenía pinta,
0:11:50 y ya se sabe cómo son las mujeres cuando un cuáquero tiene pinta.
0:11:54 Se dejan comenzar más fácilmente.
0:11:56 Ah, sí, señor.
0:11:59 Este era Penn y Fox, o yo hablaba de Penn y vino a Londres para entrevestarlo.
0:12:04 Los dos resolvieron entonces ir a predicar al extranjero.
0:12:08 Y se van a predicar al extranjero, y se fueron a Holanda.
0:12:13 Allí estuvieron con la princesa Elisa, que era tía del rey Jorge.
0:12:17 Casi la convirtieron, pero hasta ahí nomás.
0:12:20 Pero Penn se volvió en la terra, al tener noticias de la enfermedad de su padre,
0:12:24 el almirante aquel, ¿no?
0:12:26 Y llegó justo para verlo morir.
0:12:28 Allí estaba el viejo, la catrera muriéndose,
0:12:32 y Penn lo exhortó a que se muriera cuáquero.
0:12:36 Se en vez de andar pidiendo que...
0:12:39 En tremorción.
0:12:40 En tremorción morite cuáquero.
0:12:43 El padre le hizo caso a medias.
0:12:45 Se murió.
0:12:46 Pero no cuáquero.
0:12:48 William heredó entonces grandes bienes,
0:12:59 y trillos deuda de la corona.
0:13:02 La corona le debía gritar al viejo almirante,
0:13:05 y ahora pasaba de verse la pan.
0:13:09 Entonces se vio obligado a Penn a ir a tutiar muchas veces al rey Carlos II
0:13:15 para que el legar pase.
0:13:17 Si tu majestad te acordaba de la vieja, le decía.
0:13:20 ¿Qué vieja? Le decía,
0:13:21 la vieja deuda que tenés conmigo.
0:13:25 Iba a predicar a veces a la casa del rey,
0:13:28 y le decía a todos los ministros,
0:13:30 ¡Paganos, paganos!
0:13:33 Pero el gobierno como no tenía como pagarle,
0:13:47 dice vamos a hacer un lindo negocio,
0:13:50 le dieron una provincia de América en el sur de Medellas.
0:13:54 Entonces Penn partió con un barco cargado de Quackers,
0:13:58 y fundó un país allí,
0:14:00 y ese país se llamó en Pennsylvania.
0:14:02 Y así fundó la ciudad de Philadelphia,
0:14:05 hizo un tratado con los indios que fue el único de los tratados
0:14:09 que el hombre blanco hizo con los indios,
0:14:11 y no fue violado.
0:14:15 La primera ley en Philadelphia era,
0:14:17 no habrá de maltratarse a nadie por motivo de su religión.
0:14:21 Contrariamente a lo que ocurría con otros colonos,
0:14:25 tenían una buena relación con los indios,
0:14:29 y fueron muy prósteros.
0:14:32 Calcule el negocio, el mal negocio que hizo la corona,
0:14:34 no, regalarle toda una provincia.
0:14:39 La capital de Pennsylvania no es Philadelphia,
0:14:46 es Harrisburg.
0:14:50 Y me parece que hay una ciudad que se llama Pittsburgh,
0:14:56 que es un puerto muy importante,
0:15:00 que también queda ahí, es todo muy propio.
0:15:02 Una prosperidad que viene después,
0:15:04 porque me parece que hay, no sé si carbón o acero,
0:15:08 o acero no, hierro.
0:15:12 El caso es que quedaron los Quackers,
0:15:16 aquellos Quackers que no curaban,
0:15:20 que no eran miembros del Parlamento.
0:15:23 Hay un director de cine que se llama Penn,
0:15:28 y que, si no me falten las asociaciones hoy,
0:15:32 es el tipo que dirigió Bonnie and Clyper,
0:15:35 el director bastante bueno, el cine americano.
0:15:39 Y me parece que nació en Philadelphia,
0:15:42 y que nació en Philadelphia, ese tipo.
0:15:45 Así que por ahí es pariente de este.
0:15:47 ¿Tiembla?
0:15:48 Es un tipo que tiembla, no.
0:15:50 Las películas movidas, las tiemblan.
0:15:53 Él no, pero le tiembla a las películas.
0:15:56 Son películas temblorosas.
0:15:58 No se sabe si por el proyector, por la cámara o por los actores.
0:16:03 Cuando uno ve que una película tiembla,
0:16:06 puede ser que tiemble el proyector del cine.
0:16:08 O sea que esa película únicamente tiemble
0:16:10 en el Océan de Santo Lugar, y no en otro cine.
0:16:13 Que tiemble el camarógrafo,
0:16:15 en el que yo caso la película temblará en todas partes,
0:16:17 pero también que tiemblen los actores.
0:16:19 Así que la cámara esté perfectamente fija,
0:16:21 que no haya una dificultad técnica,
0:16:23 pero sí que los actores se enchan poco cuáqueros.
0:16:28 En eso creo, en el actor tembloroso.
0:16:32 En el actor tembloroso.
0:16:34 Y esta es la historia de los cuáqueros
0:16:36 que proferaron en Estados Unidos, mucho,
0:16:39 y que caceron en Inglaterra.
0:16:42 Después de esa partida,
0:16:45 la secta de los cuáqueros,
0:16:47 la melóquica como quiera,
0:16:50 se confundió con otras,
0:16:52 cambiaron de rey, después viene el otro rey,
0:16:55 Jacobo,
0:16:58 después vinieron libertades,
0:17:03 que al principio los cuáqueros no aceptaron,
0:17:06 después aceptaron, pero no les fue bien.
0:17:08 No les fue tan bien en Inglaterra
0:17:10 como en los Estados Unidos,
0:17:13 pero en la historia debe haber cuáqueros,
0:17:15 algunos en el sentido religioso y otros en el sentido literal.
0:17:19 Gente que tiembla y siempre.
0:17:21 No nos engañemos, no hace falta tener esa idea que ellos tenían.
0:17:26 No hace falta rechazar los sacramentos,
0:17:28 negarse a jurar y a usar botones para temblar.
0:17:31 Gente que tiembla pero no de fervor religioso
0:17:33 ni de frío simplemente.
0:17:35 Digo, ¿para qué este programa no se convierte
0:17:37 en una cosa supersticiosa?
0:17:40 Bueno, ¿a quién quiere dedicar
0:17:43 esta temblorosa charla que hemos tenido?
0:17:46 Y bueno, de algún modo, a Penn,
0:17:49 parece ser Alejandro que no eran tan fanáticos
0:17:52 como creía Volter,
0:17:53 digo, a la luz del acuerdo que hicieron con los indígenas,
0:17:55 todo el que respetaron.
0:17:57 No, a Volter no es simpatizado, no, ya que no eran.
0:17:59 Por eso, se ve que cierto respeto
0:18:01 tenían por los demás y eso a nosotros nos gusta.
0:18:03 Y siendo que, además, eran antisociales,
0:18:06 no podían comprometerse en ocuparse de nada,
0:18:08 que se la pasaban temblando,
0:18:10 se parecían bastante un enamorado, si usted me permite.
0:18:13 Sí, que es un tipo antisocial,
0:18:14 que siempre está pensando en otra cosa
0:18:16 y dos por tres no temblando.
0:18:17 Así que, ¿cómo se me trae una buena asociación?
0:18:19 Esa es la Amigo Penn y los Cuáqueros.
0:18:29 Cualquiera hubiera pensado
0:18:31 para ilustrar esta charla
0:18:34 en el balz temblando.
0:18:38 Pero se nos ocurrió homenajear al territorio,
0:18:42 a este territorio, a la Pennsylvania,
0:18:45 donde se cumplían los tratados con los indios
0:18:48 y donde se respetaban las creencias
0:18:51 de los demás.
0:18:53 Se que respetar la propia no es mérito ninguno.
0:18:57 Y, entonces, escucharemos el tango
0:18:59 que se llama Tierra, querida,
0:19:01 que se olvidó de componer Penn,
0:19:05 pero que vino a componer remediando
0:19:08 esta falta Julio de Caro,
0:19:11 muchos años después, sin haber oído,
0:19:13 probablemente, hablar jamás de los Cuáqueros.
0:19:15 Pero, por eso, un mérito del autor.
0:19:18 Un autor que venga a aludir con tanta precisión
0:19:21 a algo de lo cual jamás he oído hablar
0:19:24 es ciertamente un profeta.
0:19:26 Escucharemos la versión de Don Horacio Salgan,
0:19:29 de este hermoso tango de Julio de Caro,
0:19:31 que se llama Tierra, querida, adelante.
0:19:35 Y, entonces,
0:19:37 el que se llama Tierra,
0:19:39 es el que se llama Tierra,
0:19:41 que se llama Tierra,
0:19:43 que se llama Tierra,
0:19:45 que se llama Tierra,
0:22:51 que se llama...
0:23:16 tierra querida de Julio de Caro
0:23:18 en la versión de Horacio Salgan.
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