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2 de Julio de 2012

Los delirios de John Nichols Thom, mesías autodeclarado

Transcripción automática

0:00:00 Continuamos en la venganza Será Terrible, estamos en San Martín en el Teatro Plaza,
0:00:12 haciendo el programa aquí, por supuesto.
0:00:16 La semana que tiene...
0:00:17 No hay tanta gente esta noche como la otra vez.
0:00:19 No, no hay gente hoy.
0:00:21 Porque apagaron las luces, no existía.
0:00:23 Sí, hay mucha gente.
0:00:24 Sí, hay mucha gente.
0:00:28 Y arrojan cosas.
0:00:31 Son cuatro, pero qué cuatro.
0:00:33 Qué pena que no se vea.
0:00:41 Están colgados de los palcos acá.
0:00:43 Hay desmanes.
0:00:45 Hay manes y woman también.
0:00:49 Hablaremos de los delirios de John Nichols-Pom.
0:00:54 Tiene este tipo de hang, a los gritos desde las últimas filas del Teatro Plaza
0:01:02 y también los oyentes de la ciudad de Córdoba o de la ciudad de Montevideo.
0:01:07 Ubiquemos en Inglaterra a fines del siglo XVIII.
0:01:11 Allí nació en 1799 John Nichols-Pom, que era uno que se creó iluminado,
0:01:20 y me hizo desastre.
0:01:22 Digo para que vayan preparándole espíritu para recibir esta clase de información.
0:01:27 El padre de John era dueño de una hostería.
0:01:31 Su madre quedó perturbada tras el incendio de esa misma hostería.
0:01:36 Esto no quiere decir que sea peligroso poseer hosterías.
0:01:41 Todo esto puede devenir en la locura de la mujer que se ha casado con uno.
0:01:49 No estoy haciendo docencia ni instando a las personas que una hostería poseer en a vender.
0:02:02 No está bien, señor, está claro.
0:02:03 Bueno, si debaño.
0:02:04 El caso es que el padre de John tenía una hostería.
0:02:07 Se le prendió fuego la hostería y ya se sabe lo que sucede.
0:02:12 La mujer se volvió loca.
0:02:13 Bueno, John creció solo.
0:02:15 Tenía una vida tranquila, trabajó como oficinista.
0:02:18 Pero en 1820 se mudó a una localidad cercana.
0:02:24 No sé si sabe a qué.
0:02:25 Por cuestiones de negocios.
0:02:27 Y empezó a interesarse por asuntos religiosos.
0:02:31 Religiosos y políticos.
0:02:33 Fundó una sociedad de pensamiento que según él aspiraba a reformar los abusos del poder.
0:02:43 Dándole al pueblo el poder directo.
0:02:46 Y también a trabajar siempre dentro de la misma sociedad en la abolición de la jerarquía episcopal.
0:02:52 Bueno, no estaba tan mal.
0:02:54 Parecía razonable.
0:02:55 Y John Nicholstown surgía como un militante tardío de la Revolución Francia.
0:03:02 Bueno, justamente en tiempo antes en Francia se había propuesto esto.
0:03:09 Pero nadie sabe por qué un día John clausuró esta sociedad de pensamiento.
0:03:16 Y empezó a delirar solitario por allí.
0:03:20 Llegó a Londres al kilo una pequeña habitación en Pentonville.
0:03:24 Allí donde estaba la cárcel.
0:03:26 Se puso un nombre ficticio.
0:03:29 Sidney Percy.
0:03:31 Se hacía llamar.
0:03:33 Se pasaban los días enteros en la cama, como tantos que no conoce.
0:03:38 Un día le explicó al dueño de la pensión en tono grave, como se hacen estas explicaciones,
0:03:44 que en realidad estaba tramando un plan para salvar a la humanidad.
0:03:49 Le dijo, mire, nos va a correr la bolilla.
0:03:52 Digo, yo le habrá dicho.
0:03:54 Pero acá donde me ve, acá donde me ve ese trozo.
0:03:57 Y es lindo.
0:03:58 Estoy trabajando en un plan para salvar a la humanidad.
0:04:02 Dijo y cerró la poza.
0:04:05 Después abrió de nuevo y agregó, como una nota de color para dar un poco de énfasis a sus enunciados,
0:04:13 que era hijo oculto del duque de Norzumbar, lo cual según él,
0:04:19 le parecía que avalaba cualquier opinión.
0:04:23 Sin embargo, esta prestigiosa genealogía no le impidió a nuestro amigo Jean-Néu-Costom
0:04:31 marcharse a aquella pensión sin garpar.
0:04:35 Un día de septiembre de 1832, los habitantes de Canterbury vieron llegar a un individuo extrafalario.
0:04:44 Tenía una larga barba negra, un traje colorado que parecía de carnaval,
0:04:50 el desconocido, que no era otro que Jean-Néu-Costom.
0:04:55 Yo no había sospechado.
0:04:58 No lo quise decir.
0:04:59 Cuando lo vio Venissa.
0:05:00 Lo hubiera dicho y me ha notado un por otro.
0:05:03 Bueno, afirmó que en realidad se llamaba William Kurtenein.
0:05:10 Le gustaba ponerse nombres.
0:05:12 Y que era caballero de Malta, duque de Devon, rey de Jerusalén y de los gitanos.
0:05:18 Eres decir, ciertamente no era el hijo oculto del Ducarino.
0:05:21 No estaba por la pena.
0:05:23 En la región de Canterbury se presentó en las elecciones como candidato al Parlamento.
0:05:30 Durante la campaña se vestía con aquellas ropas que hemos descrito.
0:05:35 Su campaña se basaba en la supresión de los impuestos.
0:05:39 O sea que cambió de partido.
0:05:42 Porque la supresión de los impuestos no es una buena noticia.
0:05:45 Y es una reivindicación de ricos en general.
0:05:48 Sí, nos abrimos.
0:05:50 Bueno, con ese disfraz, con su aire noble oriental, con su locuencia y con sus promesas, se hizo bastante popular.
0:05:58 Y obtuvo el tercer puesto en las elecciones, pero no le alcanzó para acceder al Parlamento.
0:06:04 Sin dejarse desanimar por aquellos resultados, abandonó los procedimientos electorales y comenzó a evangelizar.
0:06:14 ¿Qué trata de elección?
0:06:16 Ahora evangelizo.
0:06:17 Si hacía llamar el Redentor de los Pueblos.
0:06:19 Modestamente.
0:06:21 Usted, presenteme sencillo, le digo lo gusto.
0:06:26 John Nicolas Tom, el Redentor de los Pueblos.
0:06:30 Un día se detuvo en la granja de la familia Colbert y así conoció a la mujer de su vida.
0:06:42 Y dice el cronista, que se llamaba asada.
0:06:46 El cronista.
0:06:51 Que la mujer, el cronista no sabemos cómo.
0:06:55 Pero la mujer se llamaba asada y que no había sido particularmente bien tratada por la naturaleza.
0:07:04 Parece que esta chica era bastante romusta, un poco masculina en su aspecto.
0:07:11 Tanto es así que tenía un espeso vivote.
0:07:15 Todo esto no impidió que Tom se enamorara de ella.
0:07:20 Y ella de él.
0:07:22 Y se convirtió en la esposa del Redentor.
0:07:25 Pronto empezó a hablarse de ciertos milagros hechos por Tom.
0:07:29 Ya se sabe lo que ocurre cuando uno es Redentor.
0:07:32 70 y empieza a ser milagro.
0:07:34 Uno aquí y otro allá.
0:07:36 Cada vez que hablaba en público, la gente decía oír una música celeste.
0:07:55 Sara.
0:08:00 Para favorecer su fama, Tom se hizo en las manos unas heridas.
0:08:06 Las heridas.
0:08:07 Los estigmas.
0:08:08 Un estigma.
0:08:09 Las heridas de la crucifixión.
0:08:10 Y así como portador del estigma, el convenció a unos cuatro.
0:08:15 Se desplazaba a este Mesías montado en un caballo blanco.
0:08:20 Llevaba en el cinto dos pistolas y una espada por si fallaba la persuasión.
0:08:27 Del cuiso llevaba a coordenada una trompeta que según él mismo decía...
0:08:38 Era nada menos que la trompeta de Jericó.
0:08:42 Recuerdes, aquella trompeta que hizo caer las murallas de Jericó.
0:08:46 No la tocaba.
0:08:49 En la inteligencia de que cualquier sonido emergente de aquel instrumento podía derribar cualquier muralla cercana.
0:08:56 Ahora bien, lentamente se fue operando un cambio.
0:09:00 Su mensaje empezó a poner cada vez más agresivo.
0:09:06 Y junto a él marchaba una tropa de seguidores que eran unos campesinos armados con garrotes.
0:09:12 Cuando se convocaba a una reunión, el Niato Este, incitaba a hacer correr ríos de sangre.
0:09:22 Reclamaba abiertamente la cabeza de los ricos ingleses.
0:09:26 Semejantes discursos no dejaron indiferentes a los jueces.
0:09:32 Había un juez llamado Pur que basándose en el testimonio de un artesano que había participado en las reuniones,
0:09:42 ordenó que detuvieran a Tom.
0:09:46 Y así, de mañana del 31 de mayo de 1838, el guardia mayor, John Mills, así se llamaba el tipo,
0:09:54 se presentó en la casa del Redentor, junto con dos ayudantes.
0:10:02 John Nicole Stone preguntó si eran guardias, obtuvo una respuesta afirmativa.
0:10:11 Y entonces, se fundó sus pistolas, disparó y mató a uno de los guardias.
0:10:17 Y el otro salió rajando en busca de refuerzos.
0:10:20 Esa es mi chingado.
0:10:23 Pues John Nicole Stone en ningún momento pensó en escapar.
0:10:29 Aprovechó la ocasión para decirle a sus adeptos que estaban allí,
0:10:36 que había salvado el alma del guardia muerto en realidad.
0:10:40 Y que no se preocuparan por nada porque él era Cristo.
0:10:45 Aprovechaba para decirse lo al mismo momento.
0:10:48 No, el guardia muerto.
0:10:52 Una tiza buena y una mala.
0:10:54 No se preocupe porque yo soy Cristo.
0:10:57 Así que, ¿qué clase de problema vamos a tener con la policía?
0:11:03 Ahora bien, el guardia sobreviviente regresó hasta el lugar que estaba Tom,
0:11:08 junto con cuatro magistrados, 100 policías y miles de curiosos.
0:11:13 Había incluso un sacerdote que pidió a los adeptos de Tom
0:11:17 que abandonaran a su jefe.
0:11:19 En respuesta, él me siguió y abrió fuego.
0:11:23 La noticia llegó a la reina Victoria, la noticia de que había abierto fuego.
0:11:29 Que envió dos compañías del ejército para terminar con Nicole Stone.
0:11:33 Y lo lograron, imagínense.
0:11:35 El redentor caso muerto.
0:11:37 Tanto Leo lo mataron.
0:11:39 Su discípulo fue una presa entonces de una locura colectiva,
0:11:44 ya que eran muchos.
0:11:46 Demasiados para una locura individual.
0:11:49 Ya me quiso frene.
0:11:51 Se negaron a admitir el fin de su Cristo
0:11:54 y creceron lo que Tom les había dicho un poco antes.
0:11:58 A saber que eran invulnerables.
0:12:00 Yo me olvide de decírselo, pero parece que se lo dijo.
0:12:03 Y sin miedo a las balas,
0:12:06 si lanzaron sobre los soldados con una increíble ferocidad,
0:12:10 murieron 140.
0:12:15 Algunos se hacían clavar en las hojas
0:12:18 vallonetas riendo a carcajadas.
0:12:21 Bueno, finalmente cuando todos estaban muertos o de ser tores,
0:12:25 los soldados vieron una escena incomprensible.
0:12:28 Una mujer de bigotes salió de su escondite
0:12:32 y comenzó a echar sobre la cabeza de John Nicole Tom agua.
0:12:37 Parece que Tom le había dicho que si moría
0:12:42 bastaba con echarle un poco de agua sobre el rostro
0:12:46 para devolverlo a la vida.
0:12:49 Después de varios baldes,
0:12:52 Sara empezó a sospechar que aquiso no estaba resultando.
0:12:57 Hombre de poca fe.
0:13:00 Y finalmente, resignada,
0:13:02 resolvió terminar con esto, ya que Tomó una de las pistolas del Mesías
0:13:07 y se mató.
0:13:09 Es decir, ésta fue el final de la vida.
0:13:12 ¿Por qué se mató?
0:13:14 Es decir, ésta fue el final de la historia.
0:13:17 Una tremenda historia.
0:13:19 Usted que se burlaba tanto.
0:13:22 Loca de amor, ésta muchacha se mató.
0:13:27 John Nicole Tom pasó a engrosar
0:13:32 esta colección de falsos Mesías
0:13:35 que hemos expuesto durante tanto tiempo en este programa.
0:13:41 No es que uno se oponga a los falsos Mesías.
0:13:45 No. Ayer estuve recordando una conversación
0:13:51 en que alguien me dijo lo sigue.
0:13:53 Me parece que era Jorge Duáctico.
0:13:57 Me dijo que él prefería mantener cierta generosidad
0:14:06 en el análisis artístico
0:14:08 y ante la duda sobre los méritos de un artista
0:14:11 prefería equivocarse por considerarlo más de lo que era
0:14:16 que por considerarlo menos.
0:14:18 Por miedo que la historia viniera a señalarlo
0:14:21 como el que negó a Jorge, el que no reconoció a Jorge.
0:14:27 Está bien, ¿no?
0:14:29 Pero con los Mesías no sucede lo mismo,
0:14:32 porque no es lo mismo un falso artista que un falso Mesías.
0:14:36 Por la siguiente razón, todavía está por verse
0:14:39 si existen los verdaderos Mesías.
0:14:41 En cambio sí es obvio que existen los verdaderos artísticos.
0:14:46 Entonces podemos decir que Nicole Tom era un farzate.
0:14:56 Sin temor a que justo mañana se le ocurra resistar
0:15:00 y salvar a la humanidad y como quedamos.
0:15:03 No, dígalo.
0:15:07 Ahí está el que no creyó el Redentor de los Pueblos.
0:15:10 ¿A quién tiene que dedicar esta horrible historia?
0:15:14 Porque fina una historia que termina con una mujer robándole la pistola al marido
0:15:21 que ella creyó toda la vida que era el Mesías y no era.
0:15:24 Cualquier historia de falso Mesías termina mal.
0:15:27 No puede terminar nunca.
0:15:29 Y la de verdaderos también.
0:15:31 Pero yo lo iba a decir.
0:15:38 Díamos que este amigo John ya había llegado a medio a ser.
0:15:43 Recordemos que tenía agujeros en las manos de los estigmas.
0:15:45 Terminé con un agujero en la cabeza,
0:15:47 que fue una manera de errónea interpretar los evangelios probablemente.
0:15:50 Pero yo creo que para buscarlo, dedicando a Alejandro,
0:15:53 sería bueno pensar en todos aquellos europeos
0:15:56 que no fueran ingleses en aquellos tiempos.
0:15:58 El único lugar, leyendo hoy a lo respecto,
0:16:01 que al comienzo del siglo XIX tenía una República, era Suiza.
0:16:05 Todavía no lavaban dinero incluso.
0:16:08 Y el resto de Europa insistía en creer en algo como la monarquía.
0:16:12 Hay pocas cosas más locas que la monarquía como ideas.
0:16:15 Digo esto de pensar que a un tipo,
0:16:17 además que se parece tanto a sus parientes,
0:16:19 que era seguro que cometieron incestos,
0:16:21 sobre todo por la falta de capacidad intelectual,
0:16:23 creer que a esas personas eligió Dios para rejir los destinos de un pueblo,
0:16:27 ciertamente es una locura.
0:16:29 Pero es una locura.
0:16:30 Bueno, pero Carla podía decir que no menos loca es la democracia en ese sentido.
0:16:36 Y quizás tuvieras razón.
0:16:39 Si se trata de no acertar con locos en el poder,
0:16:43 hay muchas maneras de no lograrlo.
0:16:45 Pero por lo menos democracia permite corregir el trans
0:16:48 y todo el cambio de la democracia.
0:16:50 Claro, es lo bueno de democracia.
0:16:52 Que permite corregir en caso de error, no que permite acierto.
0:16:55 No permite demasiado acierto.
0:16:56 Pero nunca hay garantías.
0:16:57 Apenas enmienda de algunos errores.
0:17:01 Ahí la teoría del caos funciona de una manera comprobable.
0:17:04 De todo modo me gusta, John, al comienzo,
0:17:06 cuando se hace pasar por el hijo de Northumberland,
0:17:08 o después cuando se nombra caballero de Malta y Redentor de los Pueblos,
0:17:11 no me gusta cuando pide bajar los impuestos,
0:17:14 porque esto lo pone en la otra metida del pueblo,
0:17:16 me vuelve a gustar cuando se enamora,
0:17:18 y eso sí es un milagro, enamorarse de una chica
0:17:21 que seguramente le garantizó la fidelidad de los amigos.
0:17:23 Eso que dicen, la mujer de mi amigo tiene bigotes.
0:17:25 Bueno, sí, en este caso...
0:17:27 En este caso era verdad.
0:17:31 Creo que justamente cuando se enfrenta la justicia,
0:17:35 la justicia de una monarquía,
0:17:37 de algo donde la primera ley, que es la del poder soberano,
0:17:40 que radica para algunos de nosotros en el pueblo, falla,
0:17:42 la justicia no puede garantizar otra cosa que perder el juicio.
0:17:46 Y perder el juicio es lo que le pasa a las personas que se vuelven locas.
0:17:49 Es cierto, Alejandro, que a uno lo podría recusar
0:17:51 de haber pasado la vida mucho tiempo al lado de una loca
0:17:54 y de otra loca y de otra loca.
0:17:56 Quizás lo mejor en este caso, para cuando menos uno no irse solo,
0:18:00 no basta con no ser en mesías cuando uno se va,
0:18:02 más valga es que va a reventar acompañado,
0:18:05 y que la loca de siempre, por lo menos esta vez, sea una loca de amor.
0:18:09 Loca de amor...
0:18:11 Qué pierno.
0:18:13 Es la canción que vamos a escuchar
0:18:16 por nuestros queridos Horarios Algang,
0:18:20 igualdo de Liga.
0:20:20 Gracias Algang y Ubaldo de Lío, la venganza será terrible, loca de amor.

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