Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de los dobles de Napoleón. Atención.
0:00:05 En los tiempos finales del Imperio, Napoleón buena parte envió, con toda discreción,
0:00:11 a algunos de sus representantes, a que recorrieron a Europa
0:00:15 para buscar a hombres que se les parecieran.
0:00:19 Temeroso de que el Imperio terminara con un asesinato, Napoleón quiso tener dobles
0:00:24 y se encontraron cuatro.
0:00:27 Uno de ellos fue asesinado en Báterlo.
0:00:30 Contro sucrió lesiones que lo dejaron al menos inservibles
0:00:33 para poder seguir haciéndose en Napoleón.
0:00:36 Pero los otros dos hombres que ciertamente parecían hermanos femelos del emperador
0:00:40 siguieron perteneciendo al personal de Napoleón
0:00:43 durante lo que le quedaba de Goya.
0:00:46 Uno de estos dobles se llamaba Ranswa robo.
0:00:50 Ranswa robo.
0:00:52 Según indicaciones de buena parte,
0:00:54 Ranswa robo permanecía encerrado en los galones de la corte
0:00:58 y solo era puesto a la vista en festividades, procesiones,
0:01:03 cuartos políticos, no muy importantes.
0:01:07 Después de la derrota de Báterlo, Napoleón quedó a merced de sus veicidores.
0:01:13 Los ingleses decidieron que debía permanecer prisionero en la isla de Santa Elena.
0:01:19 Mientras tanto, Ranswa robo regresó a su casa en Bálico, donde era granjero.
0:01:27 Según los relatos históricos, Napoleón vivió en el exilio hasta su muerte.
0:01:33 Pero una serie de coincidencias sugiere que pudo haberse escapado
0:01:40 y que pudo haberse hecho sustituir por un doble.
0:01:47 En 1818 sucedió algo fuera de lo corriente en Bálico.
0:01:52 Un carroaja muy elegante se detuvo en la casa del doble de Napoleón.
0:01:57 Y algunos aseguran que Ranswa robo recibió la visita de General Gurgot,
0:02:03 que acababa de ser relevado en el puesto comandante de Santa Elena.
0:02:07 No era de esperar una visita de semejante al cubrián, la casa de un simple doble.
0:02:16 Poco después, Ranswa robo quiso minimizar la visita
0:02:20 y les contó a sus vecinos que el hombre del carroaje era solo alguien que deseaba comprarle conejos.
0:02:26 Pero muy pronto, robo, no volvió a aparecer por aquella granja
0:02:30 en donde, según parece, algunos empezaban a sospechar algo extraño.
0:02:35 Los autoridades intentaron rastrear el paradero del doble de Napoleón
0:02:40 y supieron que Ranswa había partido en un largo viaje.
0:02:44 Yo la coincidencia de que un francés llamado Reval se estableció en Verona en 1818
0:02:51 poco después de la desaparición del robo.
0:02:54 Algunos investigadores aseguran que era el propio robo
0:02:59 que se había instalado en Italia.
0:03:02 Junto con un socio llamado Petrucci, supuesto Reval, abrió una tienda.
0:03:09 Parece que este reval se parecía tanto a Napoleón
0:03:12 que muy pronto los italianos lo apodaron en emperador.
0:03:16 Y ese nombre es el que adoptó el almacén que tenía.
0:03:21 Mientras tanto, en Santa Elena, el prisionero conocido como la auténtico Napoleón,
0:03:27 se volvió olidadísto.
0:03:29 Su escritura cambió.
0:03:31 Se volvió grosero.
0:03:33 Las autoridades francesas atribuyeron todos estos cambios sin duda
0:03:37 a las secuelas del encarcelamiento y a los padecimientos rástricos del emperador.
0:03:43 El 5 de mayo de 1821 Napoleón murió en Santa Elena.
0:03:47 Algunos no solo se preguntan si fue por envenenamiento,
0:03:51 sino se preguntan también si era el verdadera,
0:03:55 verdaderamente buena parte que murió en la isla.
0:03:58 La hipótesis de que el hombre que murió en Santa Elena fue envenenado
0:04:04 refuerza las conjeturas de los que hablan de un doble.
0:04:08 Aseguran que quien estaba en la isla debía morir lo más rápido posible
0:04:12 y que los legales a Napoleón se iban a encargar de matarlo
0:04:16 para que el verdadero Napoleón quedara libre de persecuciones para así.
0:04:22 Poco después de la muerte en Santa Elena, el tal Rebar, el parecido a una parte,
0:04:28 el dueño de la tienda del emperador, abandonó su negocio y jamás regresó a Verón.
0:04:34 Doce noces después de la desaparición del Rebar,
0:04:37 un intruso fue asesinado cuando se dirigía al castillo austrígaco de Somblund
0:04:43 donde el hijo de Napoleón Bonaparte estaba en cama cerca de la muerte
0:04:48 a causa de una fiebre esterlatina.
0:04:50 Como se sabe, casi prisionero de su propia madre,
0:04:54 y de la familia materna que eran los enemigos a cerrimos de Napoleón los aburros.
0:05:02 Bueno, pareciera que un intruso quiso entrar en Somblund,
0:05:05 la sombría mansión de los aburros y fue asesinado.
0:05:11 Cuando los funcionarios del Somblund vieron el cadáver,
0:05:14 quedaron impresionados por el parecido que tenía con Napoleón.
0:05:18 María Luisa, la viuda que había regresado a Viena,
0:05:22 insistió en que el cuerpo fuese enterrado en el castillo.
0:05:25 El misterioso intruso sin nombre fue enterrado en una tumba en línea recta con la parcela
0:05:31 donde llegaron su momento, se enterraría con María Luisa y su hijo.
0:05:35 Derromó al granjero y al Rebar el almacenero,
0:05:39 no se volvió a saber nada y de Napoleón tampoco.
0:05:43 30 años después, el hombre que había tenido el negocio en Verona con Rebar,
0:05:47 ese señor llamado Petrucci, confesó que le habían parado 100.000 coronas de oro
0:05:52 por su silencio acerca de la verdadera identidad de su socio en el almacenero.
0:05:59 Petrucci estaba convencido de que Rebar no era otro que Napoleón empecé.
0:06:04 Estas conjeturas llegan ahora a su fin.
0:06:08 Esto es todo lo que tenemos que decir y no tenemos su opinión que dar al efecto.
0:06:13 Pero son interesantes.
0:06:16 Bien, ¿a quién quiere dedicar esto?
0:06:20 A mi hijo de Napoleón.
0:06:22 Al pobre rey de Robles, que estaba ahí cautivo de los las Burgos,
0:06:27 no lo pudo volver a ver jamás.
0:06:29 Y murió muy jovencito.
0:06:31 Tal vez algunos también dicen que siempre pasa.
0:06:34 En estos casos, siempre inventan alguna historia de emvenenamiento, de desenfreno.
0:06:43 Es decir, un hombre en la circunstancia histórica, desde muchacho,
0:06:50 rey de Roma, no podía morir sin dejar yo pesa detrás.
0:06:57 Pero bueno, está bien dedicado a ese enfermizo muchacho que fue el hijo de Napoleón.
0:07:03 Hemos ido a la discoteca a buscar un tango adecuado.
0:07:08 Y hemos encontrado el que se llama Yo Soy Aquel Muchacho.
0:07:12 Y seguramente es lo que habrá dicho Rebar en nuestras confidencias con su socio Petrucci.
0:07:21 Lo canta nada menos que Hugo de Carles.
0:07:33 Yo soy la primavera con sus lones.
0:07:37 Volvón, dirías, en esta sierra, duro de mi sueño.
0:07:43 Hoy te hagas casi desde los mis amores.
0:07:47 Y no sé, yo subí a que con en serio.
0:07:52 Voy de fuera, con los tuyos para el cionero.
0:07:56 Me resulta en la tristeza de su brilla.
0:08:02 Quiero ser a tu regreso el cionero.
0:08:05 Que retenece el ciero prende un corazón.
0:08:10 Yo soy el muchacho que puso sin agráfico.
0:08:15 En su pintado de radio, de la gloria de mi mismo.
0:08:19 A que te intercalís, ya sorprendiste sus lindos.
0:08:24 Y que el destino quiso unirlo a ver su suerte.
0:08:29 Yo soy el que tuvo cospeñas de cincre.
0:08:34 Y yo soy la primavera y suelo toño en su rueda.
0:08:38 Que ha vuelto grandirina.
0:08:43 En lo que llueve es fallo.
0:08:49 Que juegó con palacio para mi sueño.
0:09:00 Si en el día te quisieras contar la sorbetas.
0:09:04 Y un engaño y con su frío que embalteras.
0:09:11 No le pongas cara fiera esta contesta.
0:09:15 De con risas al dolor que desbaras.
0:09:19 Y lo también cuando te fuiste con la nera.
0:09:23 A mí tanto lo ven que le conarela.
0:09:29 Y diré como una ríos a ser sentida.
0:09:33 Que la ven menos así la se ha muerto mi Dios.
0:09:38 Yo soy el muchacho que puso sin agráfico.
0:09:44 En su pintado de radio, de la gloria de mi mismo.
0:09:49 Aquel temper e carilla soren a los sonidos.
0:09:54 Y que el vecino que no me hubiera sufrido.
0:09:59 Yo soy aquel que tuvo cospeñas de cincre.
0:10:04 Y yo soy la primavera y suelo toño en su rueda.
0:10:09 Me ha vuelto con la nina.
0:10:14 El dos que se vuelve es cuauge.
0:10:20 Que fue como un palacio para vivir.
0:10:27 Tu venero.
0:10:36 Ha cantado Hugo del Carril.
0:10:39 Demora ruso y orsi.
0:10:42 Yo soy aquel muchacho.
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