Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de los libios y el soborno de los oráculos.
0:00:06 Este historia transcurre el Livia y su protagonista, o uno de ellos, es el famoso rey llamado Creso.
0:00:16 Esta región de Livia tenía como capital a la ciudad de Sardis y estaba rodeada por el enorme Imperio Persa.
0:00:26 Antes de los sucesos centrales, allá por el año 700 a.C., los reyes de Livia eran muy poderosos.
0:00:37 El que ocupaba el trono era Candáules, el señor Candáules.
0:00:46 Es un nombre raro si bien se le diga.
0:00:49 Este rey Candáules se esactaba de la belleza de su esposa.
0:00:53 Y el rey tenía por costumbre también de su esposa y tanto le gustaba que se armiera esa belleza,
0:01:04 invitar a algunos amigos o algunos de sus guardias para que les piaran a la mujer.
0:01:10 Lo escondía ahí en un ropero cuando la mujer se cambiaba y le llamé a mi, me decía al amigo,
0:01:18 y después todo contento.
0:01:20 Le gustaba eso, le gustaba eso.
0:01:22 Lo amorectaba a nadie.
0:01:27 Un día se ocultó con uno de sus guardias, llamaba Giges, en los aposentos de la reina.
0:01:38 Quería al rey que esta vez Giges viera el cuerpo desnudo de su mujer.
0:01:44 Pero la reina ya sabía lo que sucedía y estaba un poco harta de esta costumbre que tenía a Candáules
0:01:53 de llevarle a un amigo para que le espiaran cuando se lavaba o cuando se cambiaba.
0:02:00 Entonces al otro día la reina se hizo a la hotaria.
0:02:04 Pero al otro día se llamó a la guardia, Giges, y le dijo que tenía que morir el hombre que había planeado esta acción,
0:02:14 o el que le había visto desnudo sin tener derecho a hacerlo, y que él, Giges, tenía que elegir.
0:02:21 O sea, tenía que elegir entre matar al rey y casarse con ella o ser muerto el mismo en ella.
0:02:27 Y luego Giges eligió matar al rey Candáules.
0:02:31 El rey Candáules fue asesinado y empezó otra dinastía conocida con el título de los nernadas.
0:02:40 Se llamaron los de la dinastía que comenzó con Giges.
0:02:45 Desde luego el pueblo lidio se mostró indignado por el asesinato del rey,
0:02:51 pero Giges los convenció para que consultaran al oráculo de El Elfo para ver qué decía sobre esa cuestión antes de armarles.
0:03:02 Entonces todos consultaron al oráculo, que el oráculo se pronunció a favor de Giges,
0:03:07 si bien quizá no fuese ajena esta declaración, la circunstancia de los generosos regalos en oro y plata que el propio Giges hizo a la sacerdotisa de Elfo.
0:03:18 Pero más allá de los regalos, la sacerdotisa indicó que la dinastía de Giges perecería en la quinta generación.
0:03:27 El asesinato estaba bien, el oráculo se lo perdonó, pero en la quinta generación esa dinastía se cortaría violentamente.
0:03:39 Actualmente en ese momento Giges y los lidios prestaron poca atención a que la profecía,
0:03:45 y se va a preocupar de lo que le va a pasar un tipo de cinco generaciones más adelante.
0:03:50 Y así los tres primeros descendientes de Giges, Ardis, Zaviatas y Aliathe, gobernaron tranquilamente un total de 118 años.
0:04:00 Estos tres reyes de Lidia, consecrados la mayor parte de su tiempo, hacer la guerra a su vecino del Sur y del Oeste,
0:04:08 Lidia quedan en lo que hoy es curquera, quedaban en lo que hoy es curquera, que entonces era Grecia, junto con toda la silla,
0:04:15 que están pegadas a la costa surta.
0:04:21 Hicieron la guerra, acresentaron el territorio líneo y los habitantes vivieron tiempo de gran prosperidad
0:04:29 y cobraban tributo en la nación aconquital.
0:04:32 Pero en el año 560 a.C. llegó al trono Creso, el hijo de Aliathe y Tataraníatores, Giges.
0:04:39 Era un hombre inteligente y rico y según el cronista era el individuo que la mayoría de los lidios pretendían emular.
0:04:48 Pero Creso cargaba con un programa también, un problema.
0:04:53 Encarnaba la quinta generación de los mernadas, lo que suponía una circunstancia incortunada.
0:05:01 También había pasado tanto tiempo que ya casi nadie se acordaba de las propesías de las acerotisas de Delpos.
0:05:09 Lo cierto es que Creso tenía un poco de miedo.
0:05:15 A los quince años de su reinado, Creso notó que los persas acrecentaban poco a poco, si por ahí,
0:05:24 gran imperio persa, que siga cercando a los mosanos, no se ve en aquel tiempo, a Grecia.
0:05:29 Naturalmente a través de la Asia menor, a través de la península de la Turquía.
0:05:39 El rey de Persia, Ciro, ya estaba cerca del individuo.
0:05:45 Y Creso decidió optar por la ofensiva y ser cenado y poder persar antes de que se volviese indestructible.
0:05:55 Para diseñar la estrategia militar, Creso decidió consultar a distintos oráculos.
0:06:01 Pero como no sabía que oráculo consultar, resolvió hacer la siguiente prueba.
0:06:08 Envió mensajeros a siete u ocho oráculos, entre los cuales estaba el Delpos natural.
0:06:16 Para comprobar la exactitud de las propesías, encargó que cada mensajero contar a cien días desde su partida
0:06:24 visitase entonces el oráculo y le preguntara a la sacerotisa qué era lo que Creso estaba haciendo en ese momento.
0:06:33 El mensajero que regresara con la respuesta correcta daría cuenta de haber visitado un oráculo confiado.
0:06:43 Entonces bueno, contó Creso los cien días y mientras los mensajeros estaban frente a los oráculos
0:06:49 eligió realizar un acto cualquiera que nadie sería capaz de imaginar.
0:06:55 Lo que hizo fue despedacer una tortuga y un cordero y coserlos en un caldero de once.
0:07:02 Cuando los mensajeros regresaron con la respuesta de las pitonizas, les sorprendió saber que una de ellas había acertado.
0:07:10 Creso en ese momento estaba despedazando una tortuga y qué es eso.
0:07:16 Se trataba justamente del oráculo de Heredia del Fueso.
0:07:22 Creso quedó contento por el prodigio pero abrumado porque precisamente ese oráculo había sido el que había determinado
0:07:28 que la dinastía de los merminadas se arrumbaría justamente con el que encarnara la quinta generación, que era esa.
0:07:36 Creso no perdió tiempo y mandó unos regalos al oráculo de Del Fueso.
0:07:48 Le obsequió 117 lindones de oro puro y un león de oro que pesaba de 170 kilos.
0:07:56 Ordenó además que todos los lívios hicieron sacrificio por el oráculo.
0:08:00 Bueno, entonces recién fue al oráculo y le preguntó cómo le iba a ir frente a los pernos.
0:08:08 Y ahí viene la famosa respuesta oracular.
0:08:12 Un gran imperio se destruirá.
0:08:16 Creso creyó que el oráculo podía ser sobornado.
0:08:21 Jamás pensó que se refería al imperio olivio y no al perso.
0:08:28 Bueno, satisfecho y seguro Creso salió a batallar con los persas.
0:08:32 El primer se lo que fue terrible pero terminó empatado.
0:08:36 Creso pensó entonces que le convenía retirarse a las puertas de Sardes y a guardar a Ciro allí.
0:08:42 Y Ciro llegó.
0:08:43 Cuando el líder perso sabió que Creso había colocado en vanguardia su podreza caballería,
0:08:51 utilicó los camellos, mandó a sus guinetes en camellos.
0:08:57 Los caballos tenían a los camellos y no soportan su olor o no lo soportaban en aquel entonces.
0:09:04 Y la caballería de los lívios se desordenó y todo el ejército huyó al interior de Sardes
0:09:12 que sucrió una serie durante 14 días.
0:09:15 Al final ganaron los persas.
0:09:17 El imperio que se derrumbó fue el imperio de Creso.
0:09:22 Ciro entonces decidió celebrar su victoria involando a Creso.
0:09:26 En una pida dice aquí como frena los dioses persas que eran uno.
0:09:32 No había los dioses persas.
0:09:34 El dios persa era hermoso y no otro.
0:09:38 En todo caso que le vayan a que aprende fuego, le vayan a aprender fuego.
0:09:43 No importa el honor de quién.
0:09:45 Pero cuentan que en el momento en que la pira fue encendida, Creso se acordó de Solón, el líder ateniante,
0:09:52 y durante su reinado lo había exhortado a la prudencia e invocó su nombre por tres veces.
0:09:58 Crito, hay Solón, Solón, Solón.
0:10:03 Y Ciro quiso saber quién era Solón.
0:10:06 Ciro, si dares, sin pensarles en estos tiempos, ¿no?
0:10:10 Y mandó a desatar al prisionero y sacarlo de la llama,
0:10:13 para preguntarle quién era Solón.
0:10:15 Hoy no conseguís que nadie te pregunte quién era Solón.
0:10:21 Y aunque no estés en una pida.
0:10:25 Bien, algunos explican que Creso tenía buena información acerca de lo que sucedía.
0:10:31 Aunque sucedía al otro lado del eje, o decir, en la hela de propiamente dicha,
0:10:36 con lo que hoy agresa, que es precisamente donde quería llegar Ciro.
0:10:41 Y Creso salvó su vida, pero no su imperio.
0:10:44 Pasó al resto de sus días como alcahuete de los persas, dando información acerca del mejor modo de llegar a las cosas asenias.
0:10:55 Y que resulta de esta falla y la previsión,
0:11:04 que Creso hemos comprendido que es imposible sobornar al Ejercito,
0:11:09 que no hay manera de arreglar con unos más.
0:11:15 Esta es una mala noticia para los corruptos, que no se pueda sobornar al Ejercito.
0:11:29 Por ejemplo, se está hundiendo un barco de Titanic, si por leía.
0:11:33 Y usted, claro, tiene mucha vista, por eso está en el viaje inaugural del Titanic.
0:11:37 Pero si se vuelve mucho hecho, se está hundiendo el barco de ese capitán.
0:11:40 Pues si usted se le aprueba el capitán,
0:11:42 saca ahí 1.500 libras esterlenas y disculpe, señor capitán.
0:11:47 ¿Cómo que se está hundiendo? No podemos arreglar esto de algún modo.
0:11:51 No, dice, se está hundiendo.
0:11:53 No, dice, se está hundiendo.
0:11:55 Llegamos. 2.000 libras esterlenas, que le parecen.
0:12:08 ¿A quién dedicar la historia de Cresa?
0:12:12 La historia de que quiso sobornar a los que predecieron el futuro.
0:12:16 Como si la predicción fuera el futuro.
0:12:20 Eso se le arroja.
0:12:23 El que predeciera el futuro no lo hace él.
0:12:27 Claro, alude, ¿no?
0:12:28 Claro, como si el futuro fuera hijo de la predicción y no al revés.
0:12:32 La predicción hija de insobornable e inexorable.
0:12:40 Pero bueno, es una idea que ha acompañado a muchísimos mentecastos durante la historia.
0:12:45 Y pues se enojaban con el que les predecía calamidades.
0:12:49 Entonces a los que han baticinado calamidades,
0:12:56 y le han pasado mal por esa causa,
0:13:01 les dedicamos este programa.
0:13:03 A los que baticinaron calamidades,
0:13:06 incluso en contra de su conveniencia, especialmente.
0:13:10 Porque siempre es mejor recibido el que baticina tiempo pasos.
0:13:16 Y va el recibidor que dice que se viene el tiempo difícil.
0:13:21 El discotecario supo de nuestra inquietud
0:13:28 y se hizo contar la historia enteramente, varias veces.
0:13:33 Y le gustó más un episodio de inicia.
0:13:36 A mí también me gustó mucho el episodio del rey,
0:13:43 no de Cristo, sino como se llamaba, cobrane.
0:13:48 No, el que hacía la mujer, ¿sí usted?
0:13:50 Claro, el que tenía una mujer linda le gustaba que otros la mirara.
0:13:56 Entonces se llevaban a los amigos, los escondían en el ropero,
0:14:01 cuando la mujer se denuda o se la va a la pata,
0:14:04 el tipo, pero decía, mira, mira, ¡oh, mira, mira!
0:14:08 Eso le gustó al discotecario.
0:14:11 Y si tengo una canción criolla,
0:14:14 que creo que está ella pensando en esos episodios.
0:14:18 Y se llama, mirala como se va.
0:14:21 Y es justamente lo que le decía,
0:14:24 candables a sus amigos en determinados momentos de la hiciera de su esposa.
0:14:31 Que según parece, era más linda al retirarse.
0:14:36 Escucharemos entonces la canción criolla que se llama,
0:14:43 mirala como se va, en la vida versión de Carlos Javier.
0:14:51 Y si no, es que el que se llama,
0:14:53 es que el que se llama,
0:14:55 es que el que se llama,
0:14:57 es que el que se llama,
0:15:19 es que ahesar a unitecto,
0:15:22 que oye a mi,
0:15:24 es que el alabillo,
0:15:26 él me cuara,
0:15:29 una misionilla,
0:15:32 Occasiona como se va.
0:15:49 Si ya te vas y me besas, hay de mí, todo te quiero quedar.
0:16:01 Si ya te vas y me besas, hay de mí, todo te quiero quedar.
0:16:09 Y aunque sea el apetamia y de mí, no me celebrar.
0:16:19 Porque te vas y nada como te vas.
0:16:39 Si ya te vas y nada como te vas.
0:16:45 Supuesto que ya te vas, hay de mí, solo un atoso te pido.
0:16:53 Supuesto que ya te vas, hay de mí, solo un atoso te pido.
0:17:02 Que no te vas, hay de aquella agua y de ti, todo en la juaneta.
0:17:12 No se olvido, mira como se va.
0:17:26 Ha cantado Carlos Gardel de Salinas, mirala como se va.
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