Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de los Lidios, es decir, los nacidos en Lidia y el soborno de los oráculos.
0:00:08 Esto les va a interesar mucho usted, Roland.
0:00:10 Como uno puede tratar de sobornar a las pitonizas, a los augures, a los que tienen las cartas e incluso a los iguananistas.
0:00:24 Vamos a situarnos en Lidia.
0:00:28 Para contar lo que pasó con un rey llamado Creso.
0:00:36 Esta región, Lidia, que está bien a lo oeste de Grecia, casi recostándose sobre Turquía,
0:00:43 esta región cuya capital era Sardes, estaba rodeada por el enorme Imperio Persa, que estaba en Persia.
0:00:54 Allá por el año 700 a.C., los Reyes de Lidia hacían remontar su genealogía a Heracles.
0:01:02 Nosotros somos descendientes de Heracles.
0:01:05 Y habían gobernado durante 22 generaciones hasta la llegada al trono del rey Candáules.
0:01:12 Este rey Candáules, que tiene el nombre de ocho de la Reserva de River.
0:01:23 Se hijactaba de la belleza de su esposa.
0:01:26 Era un rey primero muy seductor.
0:01:29 Y después, muy hijactancioso de sus seducidas, la primera de las cuales era su esposa naturalmente.
0:01:38 Entonces, andaba por allí y llevó, qué lindo, qué mi mujer, qué soy yo.
0:01:42 Un día, el rey lo llamó a un guardia, a su guardia más amigo, llamado Giges.
0:01:52 En los aposentos de la reina, en la pieza de la reina.
0:01:56 Se habían escondido con el siguiente propósito.
0:01:59 Candáules quería que su guardia viera a cambiarse a la reina para observar lo hermoso que era su cuerpo desnudo.
0:02:07 Bueno, cada cuarta se invierte como puede.
0:02:14 Pero los dos hombres, Candáules y Giges, el vedoya, ignoraban que la reina sabía lo que sucedía.
0:02:22 Y que ya estaba cansada de esta costumbre del esposo, el rey Candáules.
0:02:27 Estaba cansada de Candáules porque Candáules andaba con otras menas.
0:02:30 Le traía a amigos a que la espiaran cuando se jugaba.
0:02:36 La reina se hizo la autaria.
0:02:40 Incluso se bañó, se lavó, incluso se colocaba en los ángulos más favorables para que el rey y su amigo pudieran relojearla.
0:02:54 Pero al día siguiente lo llamó el guardia Giges y le dijo,
0:02:59 El hombre que ha planeado esa acción de ayer, a saber el mirarme al rey Candáules, y tú, debe morir.
0:03:10 Debe morir.
0:03:12 Y tú debes optar entre estas dos acciones posibles.
0:03:17 La primera es matar al rey Candáules y casarte conmigo para gobernar el rey, ¿no?
0:03:22 La segunda es ser muerto de inmediato por mi orden.
0:03:26 Aquel dilema no requirió mucha reflexión por parte de Giges.
0:03:31 Candáules, el seductor, fue asesinado.
0:03:35 Y así empezó la dinastía conocida con el título de los mermenadas.
0:03:41 Así se llamaron.
0:03:43 Aunque los lidios, los habitantes de aquel país se mostraron indignados por el asesinato de su rey, Giges,
0:03:48 los convenció para que aguardasen a oír lo que el oráculo de Delfos tenía que decir sobre la cuestión.
0:03:55 La gente empezó, como puede ser, como lo van a asesinar.
0:03:59 Y bueno, el tipo dijo, vamos a preguntarle a ver qué dice el oráculo de Delfos a ver si está bien o tan mal.
0:04:07 Eran formas.
0:04:09 Hoy en día se recurre al Supremo Tribunal de la ASA, era aquel tiempo al oráculo de Delfos.
0:04:16 No, no tiene, pero es que está bien.
0:04:19 Está bien. Lo que está bien es remitirse a la rendida superior.
0:04:23 La instancia, no tiene que ver la efectividad de esa instancia o la veracidad o el grado de raciocinio que esta instancia viniera a representar, es otra cosa.
0:04:33 El asunto es que nos pusimos de acuerdo para ir a consultar al oráculo.
0:04:38 El asunto es que nos pusimos de acuerdo para ir a consultar al Tribunal de la ASA.
0:04:42 Después, si los del Tribunal de la ASA son un ojile o el del oráculo de Delfos es un mentiro.
0:04:47 Eso ya es otra cosa.
0:04:49 Pero nuestro acuerdo es ese.
0:04:53 Candable.
0:04:54 Ah, no, candable es dealucienosana.
0:04:56 Bien, el oráculo se pronunció a favor de Jiges.
0:04:59 Pero algunos sospechan que Jiges hizo generosos regalos de oro y plata a la sacerdotisa de Delfos.
0:05:08 Y entonces consiguió una cierta benevolencia.
0:05:14 Pero más allá de los regalos, la sacerdotisa de Delfos indicó que la dinastía de Jiges perecería, perecería, digo, en la quinta generación.
0:05:26 Por el momento, imagínese, Jiges y los Lidios prestaron poca atención a esa propesía.
0:05:31 A mí que me importa si la quinta generación va a reventar para arriba.
0:05:36 Yo soy la primera.
0:05:38 Muy bien, los tres primeros descendientes de Jiges, que fueron Ardis, Zadiatas y Aliate, gobernaron un total de 118 años que gobernaron.
0:05:48 Estos tres Reyes de Lidia consagraron la mayor parte de su tiempo, hacer la guerra a sus vecinos, con el empeño de extender sus dominios a toda el Asia Menor Occidental, hasta las costas Cónias.
0:06:03 El Imperio Lidio creció alarmemente.
0:06:06 Los habitantes vivieron tiempos de gran prosperidad y cobraban flor de tributo a las regiones conquistadas.
0:06:14 En el año 568 a.C. llegó al Trono Creso, el hijo de Aliate y Tataranieto de Jiges.
0:06:23 Era un hombre inteligente y rico y, según el cronista, era el individuo que la mayoría de los Lidios pretendían emular.
0:06:31 Pero Creso cargaba con un problema.
0:06:34 Encarnaba la quinta generación de los Bernadas, lo que suponía una circunstancia infortunada, desde luego.
0:06:42 Tanto tiempo después nadie recordaba si las profecías de las Aserdotísales del Vos habían sido falsas.
0:06:50 Vista tampoco nadie recordaba el soborno de Jiges al oráculo.
0:06:56 Muchos creían que el oráculo había sido condescendiente con Jiges, pero al precio de condenar el destino de sus sucesores.
0:07:05 A los quince años del Sur reinado Creso empezó a inquietarse.
0:07:09 Creso creía por el poder creciente de los Persas, cuyo rey, Ciro, ya había conducido a sus tropas a comarcas vecinas de la Asia Minor.
0:07:21 Creso decidió optar por la ofensiva y cercenar el poder persa antes de que se volviese invencible.
0:07:28 Muy bien, dice Creso, voy a armar la estrategia militar para pelear contra los Persas.
0:07:35 Y qué hizo? Hombre inteligente, yo voy a consultar al oráculo.
0:07:39 Pero antes pensó en probar la capacidad de esos oráculos del siguiente modo.
0:07:44 Hizo una estrategia poperiana. Realizó la falsación de los oráculos.
0:07:51 A ver, cuál realmente daba buenos pronósticos.
0:07:54 Y entonces envió mensajeros al oráculo de Delfos, pero también a otros seis oráculos, e incluso a uno de Libia.
0:08:02 Libia con Velarga, no, Lidia, ¿no?
0:08:04 Para comprobar la exactitud de las profecías encargó que cada mensajero contara 100 días desde la partida
0:08:12 y entonces visitara el oráculo y preguntara qué era lo que Creso estaba haciendo ese día.
0:08:17 Y en ese centésimo día Creso se puso a hacer algo que resultara imposible de adivinar.
0:08:22 Concretamente lo que hizo fue despedazar una tortuga y un cordero
0:08:27 y mezclar los pedazos y cocinarlo en un caldero de bronce.
0:08:31 Era un poco difícil de adivinar.
0:08:35 Haga hacer la siguiente experiencia.
0:08:37 Pregúntese a cualquiera qué está haciendo fulano de estar en este momento
0:08:41 y muy pocos dirán, ha cortado una tortuga en pedazos y un cordero del mismo modo
0:08:46 y lo está cociendo en un caldero de bronce. Es muy difícil de adivinar.
0:08:51 Te me dijera, está durmiendo. Casi tenemos una posibilidad en 3 de acertar
0:08:55 porque pasamos un tercio de nuestra vida haciéndolo.
0:08:58 Pero no pasamos un tercio de nuestra vida cocinando trozos de tortuga y cordero en un caldero de bronce.
0:09:04 Es más, muchos de nosotros hemos vivido hasta ahora
0:09:08 absteniéndonos minuciosamente de hacer hervir un cordero y una tortuga en un caldero de bronce.
0:09:16 Pues bien, pensó Creso.
0:09:19 El mensajero que regresara con la respuesta correcta es porque había visitado el oráculo más confiable.
0:09:26 Bueno, cuando los mensajeros regresaron con las respuestas
0:09:31 les sorprendió saber que una de ellas se había acertado.
0:09:34 Se trataba de la que regenteaba precisamente el oráculo de Delphos.
0:09:39 Creso quedó contento por el prodigio, pero preocupado
0:09:43 porque precisamente ese oráculo había sido el que había determinado que la dinastía a la que pertenecía
0:09:49 se derrumbaría con aquel que encarnara la quinta generación.
0:09:53 Entonces Creso desesperado empezó a mandarle regalos al oráculo
0:09:58 para que le pronosticaran buenas cosas.
0:10:02 Creso le obsequió al templo Delphico 117 lingotes de oro puro, uno tras otro.
0:10:09 Y un león abreó que pesaba 270 kilos con el freno y la montura.
0:10:18 Qué lindo león de oro, ¿eh? ¿Quién se lo regaló al rey Creso?
0:10:22 Ordenó de más Creso que todos los lidios hicieran un sacrificio por el oráculo.
0:10:28 Bueno, entonces se hizo a preguntar.
0:10:31 Y el oráculo le dijo que si él le hacía la guerra a Ciro fue una respuesta muy famosa.
0:10:38 Dice, si usted le hace la guerra a Ciro un gran imperio se destruirá.
0:10:43 Y Creso creyó aquel oráculo sobornable.
0:10:48 Pero jamás pensó que se refería al imperio lidio y no al imperio persa.
0:10:53 Él creyó que era el imperio de Ciro el que se destruiría y era su uso.
0:10:57 Bueno, pero muy satisfecho y seguro Creso partió a atasar contra los persas.
0:11:03 El primer choque fue terrible pero terminó empatado.
0:11:07 Y Creso pensó entonces que le convenía retirarse a las puertas de la capital y aguardar a Ciro allí.
0:11:14 Y Ciro llegó.
0:11:15 Cuando el líder persa vio que Creso había colocado en vanguardia su poderosa caballería,
0:11:20 hizo algo también histórico.
0:11:23 Atacó con camellos.
0:11:25 Los camellos los utilizaba Ciro solamente para transportar víveres.
0:11:30 Pero los caballos le tenían miedo a los camellos y no soportaban su olor.
0:11:35 Entonces la caballería lidia se desordenó fatalmente.
0:11:40 Era la carga de los camellos.
0:11:42 Y todo el ejército lidio se recluyó en el interior de Sardres, de Sardres, la capital.
0:11:47 Y se sufrió una serie durante 14 de día.
0:11:49 Bueno, ganaron los persas.
0:11:51 Sí, ganaron los persas.
0:11:53 El niño se enojo.
0:11:56 Ciro, el rey de los persas, decidió celebrar su victoria prendiéndole fuego a Ciro, a Creso.
0:12:03 Dice, ¿cómo puedo ofrecer la victoria?
0:12:05 Pensó, Ciro, rey de Persia.
0:12:07 Bueno, prendiéndole fuego a Creso, rey de Lidia.
0:12:10 Entonces hicieron una pira en homenaje a los dioses persas.
0:12:14 ¿No es cierto, Rolón? ¿Qué le parece?
0:12:16 Bueno, bueno, ¿sabes qué está?
0:12:18 Cuentan que en el momento en que la pira fue encendida, Creso, aunque estaba yatado, ya empezaba.
0:12:23 Ya se estaba soplando las patas.
0:12:28 Lo de Creso, había.
0:12:36 Creso se acordó de Solón.
0:12:39 El rey, el líder, la tenía en segundo de los 7 sabios de Grecia.
0:12:45 ¿Quién este...
0:12:48 Muchas veces lo había exhortado la prudencia.
0:12:50 Bueno, invocó su nombre por tres veces.
0:12:53 Y Ciro se quiso saber quién era Solón.
0:12:56 ¿Acuérdate Solón, acuerda desde el final?
0:12:58 Ciro, se para.
0:12:59 A ver, apague en un cacho el fuego.
0:13:01 Sí, sacalo un cachito.
0:13:03 Sacalo un cachito.
0:13:04 Y dice, ¿qué Solón?
0:13:08 Hay un héroe americano que hubiera respondido.
0:13:12 Bueno, y lo sacó de la llama a Creso para que le explicara quién era Solón.
0:13:20 Y algunos se explican que Creso tenía buena información acerca de lo que sucedía al otro lado del Mar Egeo.
0:13:29 Precisamente donde quería llegar Ciro, a Grecia.
0:13:32 Y entonces le dijo, escúchame,
0:13:35 que le parece si yo me hago espía y ortiva de su ejército al precio de mi vida.
0:13:41 Y así fue, Creso salvó la vida, pero no su imperio.
0:13:45 Pasó el resto de sus días como esclavo de los persas,
0:13:50 dando información acerca del mejor modo de llegar a las costas ateniencias.
0:13:57 Es decir, se convirtió en ortiva y alcahueste.
0:14:03 Así termina la historia lamentablemente,
0:14:05 que para los niños tiene una cierta moralega, que también es más ser alcahueste.
0:14:13 Es horrible eso que te ha dicho.
0:14:15 Lo cual muchas veces es cierto, a que nega.
0:14:18 Si, una alcahueste la pasa mejor con el hueve.
0:14:20 Claro, justamente por eso es heroico ser héroe, porque no la pasan bien.
0:14:25 Si lo heroico consistieran, comprar camionetas 4x4 y pegarle a los más débiles,
0:14:31 sería muy cómodo ser héroe.
0:14:33 Ser héroe es incómodo, porque por ahí te matan.
0:14:38 En cambio, ser alcahueste es cómodo.
0:14:40 Así que, y hay una disultiva que tenemos todos los chicos allá por los 8 o 9 años.
0:14:47 O me siento al final de la clase y hago amistad con los peor renombrados del aula
0:14:57 y bajo mis calificaciones ejerce una moral heroica,
0:15:02 me hago amigo de los valientes y finjo algunas ignorancias solamente por solidadio.
0:15:07 O me siento en primer banco y regalo en manzanas a los mares.
0:15:15 Ya voy, estoy pensando.
0:15:18 De me tiempo.
0:15:20 La historia de Creso terminó aquí.
0:15:24 Además es muy fácil ser héroe y cómodo, cuando no estás sentado aquí en Dolores, en un teatro.
0:15:29 Lo difícil es hacerlo cuando te tienen atado una pira.
0:15:32 Ahí te quiero ver, yo le digo lo que quieren oír.
0:15:35 Le digo que lo saquen me y lo le alcahuesteo todo.
0:15:38 Si, y lo que no se me lo invento.
0:15:40 Que no se me lo invento.
0:15:41 ¡Oh! Y si usted no sabe con quién anda fulanas.
0:15:45 Ya le creían todos esos adornales típicos.
0:15:47 Solón, solón.
0:15:50 Bueno, bueno. La vida dirá, la vida dirá, donde estamos sentados y que somos.
0:15:57 ¿Usted quién quiere dedicar la charla?
0:15:59 La mujer de Candáulis, que somos muchísimas.
0:16:03 ¡Oh! Qué buena que estaba la mujer de Candáulis.
0:16:05 Según 8.
0:16:08 La reserva de Río.
0:16:09 Sí, que me parece a mí que...
0:16:10 El chino Candáulis.
0:16:12 Que a mí no le había gustado Jíges.
0:16:16 Ah, todo eso lo hizo para Jíges.
0:16:20 Qué lindo el nombre Jíges.
0:16:21 Es un poco difícil.
0:16:24 Parece un diminutivo, a ver, ahora que se acostumbran muchos.
0:16:27 Sí, pero no sé de qué.
0:16:28 Claro, porque Jime puede ser, pero Jime.
0:16:30 Claro, Jime es Jimena.
0:16:32 Pero Jíges de qué?
0:16:33 Ah, es Jigena.
0:16:34 Que le ha pesido.
0:16:36 Ah, que le ha pesido.
0:16:38 Y le decían Jíges.
0:16:39 Está bien, como usted dice en dolo.
0:16:42 Qué es Jigena.
0:16:43 A mí yo tengo nombre.
0:16:45 A mí me venga a poner nombre este.
0:16:48 Bueno, y yo al propio El Chino Candáulis, al seductor, ¿no?
0:16:53 Este hombre que, este, bueno, intentaba a sus amigos.
0:16:58 Sí, algunas cosas más o menos divertidas, ¿no?
0:17:04 Es otro que te convieran asados y que te ha jugado al tute.
0:17:10 Así que, bueno, no sé.
0:17:12 El caso es que el tango que vamos a escuchar ilustrando esta pequeña charla, este intento
0:17:18 de sobornar al adivino, como si el adivino fuera el gestador del futuro.
0:17:24 Ese es un grueso error.
0:17:26 El adivino no maneja el destino.
0:17:28 Solamente te da información.
0:17:30 Te dice, te la van a dar.
0:17:33 Pero no es sílil que decide.
0:17:36 El otro dice, ¿por qué no?
0:17:39 No sé nada.
0:17:40 Yo solo sé lo que va a pasar.
0:17:42 No puedo cambiarlo.
0:17:43 Así que, es dinero tirado a la calle, ese león de 270 kilos.
0:17:47 Plata tirada a la calle.
0:17:50 Bueno, no me arruina el negocio ahora.
0:17:53 Es como si a ustedes le dijieran, ¡uh!
0:17:57 Yo le digo, mire que si sigue así su mujer lo va a dejar.
0:18:00 ¡Uh! No, doctor. A ver, tome. Tome 200 pesos.
0:18:04 Cambia el diagnóstico.
0:18:09 El tango que vamos a escuchar se llama el seductor.
0:18:12 Pertenece a la opereta lo que me costó el amor de Laura.
0:18:14 Y lo escucharemos en la voz de un amigo de esta casa, Roberto Sánchez Sandro.
0:18:38 Los caminos perniciosos que conducen para el amor.
0:18:44 Yo puedo conseguir, se lo hacen uno,
0:18:48 que el menor de sus abrillos se haga en el otro.
0:18:55 Son trupos con mantades, son en un cálido.
0:19:01 Mentiras, biches o sinceridad.
0:19:07 La madre sin ventanas, secradía, falsedad,
0:19:13 y un pintar ya lo verán.
0:19:19 Los vosotros deseos comien de mi mano
0:19:25 y cumplen con mi voluntad.
0:19:29 Y canciones vulgares, braces de cartón
0:19:35 y collas para ser generó.
0:19:43 Digale que es mejor,
0:19:46 hacerles regalos.
0:19:49 Por ejemplo, un velador,
0:19:54 mis caserías y finca indigencia.
0:20:00 Ese no dice el seductor.
0:20:14 Masúeles suceden,
0:20:17 en ocasiones los toncetos de edad
0:20:21 no parecen resultados.
0:20:25 Por suerte esto no ocurre
0:20:27 con secuencias autobesas.
0:20:30 El día le aseguro que no más
0:20:35 con tanres de respeto.
0:20:38 Son fantasmas
0:20:41 que alguno llame
0:20:44 verdadero amor.
0:20:47 Entonces caballero,
0:20:50 solamente su camión se triunfa en mi toro.
0:20:57 Y te duró.
0:21:00 Los vosotros deseos
0:21:03 moverán su alma,
0:21:05 perderán su rica.
0:21:10 Digan,
0:21:11 sonencias sombrías,
0:21:14 falsedad menor
0:21:16 y el llanto siendo lo segundo amor.
0:21:24 Para conquistarla
0:21:27 vayas a estar infiando
0:21:30 y distongas de morir.
0:21:36 Usted y yo sabemos
0:21:40 que la vida
0:21:43 vale menos
0:21:46 que el amor.
0:21:58 hemos escuchado a Sandro
0:22:00 interpretando de Alejandro Dolina
0:22:02 el seductor.
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