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1 de Julio de 2009

Los ocho inmortales

Transcripción automática

0:00:00 El tema de hoy son los 8 inmortales, 8, quiere decir, en chino muchos.
0:00:07 Co-ung divide a los inmortales en distintas jerarquías, que se establecen al considerar los procedimientos utilizados para alcanzar la vida perdurable.
0:00:20 En lo más alto están los que han tomado el elixir de oro o de jade y que han realizado 1200 buenas acciones.
0:00:31 Estos inmortales pueden optar entre la ascensión a los cielos en pleno día o la permanencia en la tierra como maestros de alquimia.
0:00:40 Al observar que algunos inmortales se morían, el pensamiento tagoista formuló una explicación.
0:00:47 Según la teoría de Chiquier o separación del cadáver, el inmortal asume la apariencia de un muerto antes de efectuar la ascensión al cielo.
0:00:58 Así la muerte es en verdad la liberación de lo que es terrenal, la condición de la transformación esencial que la inmortalidad requiere.
0:01:07 Para saber si un difunto es inmortal hay que abrir el ataúdo un tiempo después del entierro y señales positivas, por ejemplo la desaparición del cadáver,
0:01:19 o su aspecto lo sano, o la salida del cuerpo flotando en el aire siendo esta última la señal más intensa.
0:01:28 Usted abre el ataúdo y sale el fiambre flotando en el aire y ciertamente está en presencia de un inmortal.
0:01:34 Los inmortales vivían en los montes, los bosques, en los cielos, en las islas del este o en la corrisera del Kunlun al oeste, viajaban montados en gruyas.
0:01:46 En épocas tardías fueron considerados como inmortales algunos personajes de la historia china, arruinando la leyenda desde luego.
0:01:55 Los más conocidos son los ocho inmortales.
0:01:59 El arte los representó con el cuerpo emplumado, tal vez como referencia al ideograma de la Escritura que los aludía.
0:02:07 Este ideograma consistía en un signo cuyo significado era elevarse en el aire, más tarde vino a utilizarse otro signo formado por los ideogramas hombre y montaña.
0:02:20 Esto implica en cierto modo que un inmortal es en verdad uno que busca la soledad de las montañas.
0:02:26 Vamos a ver cuáles eran los ocho inmortales.
0:02:29 El primero es Lee Kiekwai, o sea como bien sabemos, Lee, el de la muleta de hierro.
0:02:35 Se lo representa con cara negra, cabeza puntiaguna, cabello embaraneado, una pierna renga y llevando una muleta y una calabaza que contiene drogas mágicas.
0:02:47 Parece que cierto día, Lao Tse, el fundador del Tao, bajó del cielo para enseñarle a Lee por menores de la doctrina taboísta.
0:02:56 La docencia fue ejercida con tal acierto que al poco tiempo Lee alcanzó la inmortalidad.
0:03:04 Una tarde, resolvió abandonar su cuerpo para dirigirse al monte Guá sin molestos contrapesos.
0:03:12 ¿Cuál es la mejor manera de dirigirse al monte Guá?
0:03:15 Bueno, dejando el cuerpo abajo.
0:03:17 Por precaución encargó a un alumno que le cuidara el organismo durante su ausencia, sin explicar por qué ordenó aquel discípulo,
0:03:28 que si él no regresaba y acaba de una semana incinerar al cuerpo, a los saídias el alumno se enteró de que su madre estaba muy enferma.
0:03:40 Entonces, quemó el cuerpo de Lee y corrió a cumplir con sus deberes de hijo.
0:03:45 Lee regresó al séptimo día y después de encontrar sus propias cenizas, no tuvo más remedio que buscar un nuevo cuerpo a los apurones.
0:03:55 En una encrucijada pudo ocupar el cadáver de un mendigo feo y rengo, Lee pensó en deshacerse de aquella envoltura carnal tan pronto como pudiera.
0:04:05 Pero la OZS bajó del cielo nuevamente para pedirle que no abandonara aquel cuerpo y parece que acompañó esta solicitud, la OZS,
0:04:15 con dos discretos obsequios, una banda de oro para sujetar las creenchas y una muleta de hierro.
0:04:23 El segundo inmortal se llamaba Chang Guo Lao, había sido funcionario de la dinastía Tang.
0:04:32 Parece que tenía un burro blanco que podía recorrer mil millas en un día.
0:04:38 Este animal podía además doblarse como si fuera un pañuelo y guardarse en el bolsillo.
0:04:44 Los Vikings hablaban de la nave Stittblatner, que también tenía ese carácter plegable.
0:04:54 Chang Guo Lao murió solo en las montañas. Años después sus discípulos abrieron el ataúd y lo encontraron vacío.
0:05:05 El tercer inmortal, Xun Li Chuan. Algunos dicen que era un mariscal que en la vejez se retiró a las montañas,
0:05:16 se lo representa como un hombre corpulento, pelado y con una barba hasta el ombligo.
0:05:23 Parece que una tarde mientras meditaba en una celda se derrumbó la pared y apareció una caja de jade
0:05:32 que contenía la receta de la vida eterna.
0:05:35 Xun Li Chuan siguió las instrucciones y enseguida una nube multicolor lo transportó a la morada de los inmortales.
0:05:43 Hay que tener mucha suerte para meditar en una celda que al derrumbarse deja la vista una caja de jade en cuya interior
0:05:53 está nada menos que las instrucciones para convertirse en inmortal.
0:05:57 Muchos de nosotros hemos meditado en celdas que no solo no se han derrumbado, sino que al derrumbarse
0:06:05 no han dejado caja alguna de jade a la vista y aún si la han dejado no había en el interior de ella instrucciones
0:06:13 para alcanzar la vida eterna y si la sabía estas instrucciones eran falsas.
0:06:22 El siguiente inmortal es Lu Tung Ping.
0:06:25 Nació en el año 798 en el norte de la China, pertenecía a una familia de funcionarios.
0:06:33 Siendo muy joven emprendió un viaje a los montes Lu en el sur.
0:06:37 Allí se cruzó con un dragón de fuego que le obsequió una espada mágica.
0:06:42 Lu Tung Ping fue el primero en usar el elixir interno y juraba que la misericordia era el factor esencial para el logro de la perfección.
0:06:54 Su espada mágica no es el símbolo de la destrucción, sino el del triunfo sobre el deseo, el encono y la ignorancia.
0:07:03 Sao Kuo Chiu es el quinto inmortal y se lo representa con unas castañuelas en la mano.
0:07:11 Era cuñado de un emperador, su hermano menor cometió un asesinato y Sao, avergonzado, no, avergonzado
0:07:21 se retiró a las montañas para vivir como un hermitáneo.
0:07:25 Un día se lo encontraron Chun Li Chuan y Lu Tung Ping, o sea, dos inmortales de los cuales hemos hablado.
0:07:33 Y le preguntaron qué andaba haciendo por aquellos anduriales, qué se por acá, o Sao Kuo Chiu.
0:07:40 Sao contestó que estaba estudiando el Tao, es decir, el camino.
0:07:44 Los dos inmortales le preguntaron dónde estaba ese camino.
0:07:48 Y Sao señaló el cielo.
0:07:50 Inmediatamente se le preguntó dónde estaba el cielo.
0:07:53 Y Sao señaló su corazón.
0:07:55 Complacidos por aquellas respuestas, los maestros resolvieron a diestrar a Sao en el logro de la perfección.
0:08:02 En pocas clases, el alumno se convirtió en un inmortal.
0:08:07 El sexto es Han Xiang Su, que era el sobrino de An Yu, el poeta antibudista de la dinastía Tang.
0:08:15 Se lo representa por lo común con algo en la mano.
0:08:19 No importa qué. Puede ser un ramillete, una flauta o un durazno.
0:08:24 Es clásico el diálogo.
0:08:26 Ose An Xiang Su, qué es eso que llevo a hacer la mano, respuesta.
0:08:31 Puede ser un ramillete o una flauta o un durazno.
0:08:37 Se le atribuze el prodigio de haber hecho flores ser peonias en pleno invierno.
0:08:43 Quizá debía decir peonías, no sé cómo se dice.
0:08:46 Todas estas flores llevaban en sus pétalos escrito un poema, siempre el mismo.
0:08:52 El poema es este.
0:08:54 Las nubes ocultan la cumbre del Qing Ling.
0:08:57 ¿Dónde está tu hogar?
0:08:59 La nieve es profunda en el paso del Lang.
0:09:02 Los caballos no avanzan.
0:09:06 Zhou Xien Q. es la única mujer de los ocho inmortales.
0:09:10 Siempre vivió retirada en las montañas.
0:09:13 Cuando tenía 14 años, un espíritu le ordenó en sueños moler una piedra y comerse el polvo resultante.
0:09:21 El espíritu aseguró que este procedimiento la volvería al mismo tiempo liviana e inmortal.
0:09:29 Zhou Xien Q. cumplió aquella comisión a la que agregó como yapa un voto de celibato.
0:09:36 Desde ese momento tuvo el poder de volar entre las montañas.
0:09:40 Además, ya no necesitó alimentarse.
0:09:43 Los losadores heterodoxos aseguran que el vuelo, la saciedad y la inmortalidad fueron conferidos por un durazno
0:09:52 que le convidó un maestro del Tao con el que se cruzó mientras estaba perdida en la montaña.
0:09:57 Y aquel maestro no era otro que el ubicuo Lu Tung Ping del que hemos hablado hace un minuto.
0:10:03 Y el octavo inmortal es Lan Sae Ho.
0:10:07 Se lo dibuja rotoso con un cinto de madera y un pie de escalzo.
0:10:12 En verano andaba con mantos gruesos y en ojosas ufandas.
0:10:17 En invierno salían camiseta.
0:10:19 Su respiración ardía.
0:10:21 Mendigaba por las calles borracho cantando y tocando las castañuelas.
0:10:26 Un día en la puerta de una posada se despojó de sus ropas montó en una gruya que pasaba por ahí y desapareció en las nubes.
0:10:38 Esta es la historia de los ocho inmortales taoístas.
0:10:42 Hemos ido a la discoteca y le hemos contado esta pequeña historia.
0:10:50 Yo aclaré que el que más me gustaba era aquel que le habían comendado a un falto el cuidado de ese organismo mientras ascendía a los montes.
0:11:02 Encierra muchas verdades.
0:11:05 La primera es que el cuerpo es un impedimento para escalar el hebre.
0:11:10 Y la segunda es que no se puede dejar el propio cuerpo al cuidado de cualquiera.
0:11:15 Cuidame el cuerpo que ahora vengo.
0:11:18 Y pues llegó y el otro deporta.
0:11:21 ¿Cuál fue la acusa?
0:11:22 Bueno, la madre se enfermó.
0:11:24 Le quemó el cuerpo.
0:11:27 Yo vuelvo y veo que me quemaron el cuerpo.
0:11:31 Y bueno, ahí se me termina el inciso.
0:11:34 Es que son pocas las cosas que uno puede hacer, ¿no?
0:11:38 Claro, no puedes hacer nada.
0:11:39 Te querés vengar y no tenés cuerpo con qué vengar.
0:11:42 No, el cuerpo es un instrumento de venganza prácticamente insustituible.
0:11:46 De ahí viene el hilo de cuerpo, ¿no?
0:11:48 Cuando uno...
0:11:51 Viene de ahí.
0:11:52 Es probable, es probable.
0:11:54 Ahora, ¿y usted cuando le deja el cuerpo a cuidar a otro, en qué circunstancia lo deja por el cuerpo, que hay movilizado sin usted?
0:12:02 Circunstancia en que yo tengo que sentarme en lugar donde el cuerpo es un impedimento.
0:12:06 Claro, pero en qué situación queda el cuerpo, le queda sentado por el menos.
0:12:09 Y el animado, por supuesto.
0:12:12 Yo me hilo, me da el cuerpo ahí como lo que en realidad es cuando yo no estoy.
0:12:16 Una marioneta.
0:12:17 Una marioneta, efectivamente.
0:12:21 Sin hilos.
0:12:22 Y así que tuvo que buscar otro cuerpo.
0:12:24 Tuvo que buscar otro cuerpo y no tuvo suerte, porque el único que había por ahí era un rango que había...
0:12:30 Estaba ahí, un tipo medio rotoso, un pobre hombre, ¿no?
0:12:34 Y al rango de cerca dice, le usó el cuerpo...
0:12:37 No, estaba muerto, un cadáver.
0:12:39 No, un cadáver, sí, si surpo un cadáver, pero no es fácil encontrar un cadáver así nomás.
0:12:43 Porque además tiene que enseguida, no puedes demorarte.
0:12:47 No puedes demorarte, porque no sé por qué.
0:12:51 Además es difícil elegir.
0:12:53 Te vaporas, te vas diseminando por toda la atmósfera.
0:12:58 Y es difícil además elegir entre cadáveres también, ¿no?
0:13:01 Porque hay gente que por ahí es linda en vida.
0:13:04 Y sí, usted tiene mucha pretensión.
0:13:07 No dice este, no, el otro, no, y aquel, morocho, morocho no me gusta.
0:13:12 Y acostados son más o menos todo parecidos.
0:13:16 Bien, el discotecario finalmente dijo que le gustaba el pordiocero.
0:13:23 El pordiocero en cuyo cuerpo había reaparecido este hombre, ¿no?
0:13:31 Porque el discotecario en verdad es un pordiocero en el cuerpo de un discotecario.
0:13:37 Y me entregó el tango que se llama pordioceros.
0:13:41 Es un bellísimo tango que canta Carlos Gardel, acerca del cual llamamos la atención muchas veces por la dificultad de los arpegios iniciales.
0:13:50 Canta entonces Carlos Gardel, este tango compuesto en honor al primero de los ocho inmortales,
0:13:56 Lee, el de la muleta de hierro, que se llama pordioceros.
0:14:57 Donde si hay alfesto al truíza, o qué de grandes antes pueblas,
0:15:04 si a los peores del entreniebla no se les quiere fiel dar,
0:15:09 pero a todos lo que pasan, sin que nada les ponduera, sin que nada les frea un buque de la vida en su ocular.
0:15:16 Y él no sabe el de goizas que la frase que consuela,
0:15:20 vale tanto más acaso que la misma realidad.
0:15:23 Mientras sigo me pregunto si no clavarán mi vida,
0:15:27 la garra de mi fortunio que castigan más y más,
0:15:30 pues comprendo que en la vida puede haber una caída,
0:15:34 y pasarnos esa marga junto a un míselo por nada.
0:15:39 Más revero ante el destino purueno,
0:15:43 que en mis sueños y dolores da,
0:15:46 y apenados con preguros donde ha estado la caída.
0:15:53 Donde si hay alfesto al truíza, o qué de grandes antes pueblas,
0:16:00 si a los peores del entreniebla no se les quiere fiel dar.
0:16:10 Era Carlos Gardel.
0:16:13 En la venganza será terrible por Dios Cero.

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