Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de los rostros anónimos de algunos personajes importantes en
0:00:06 épocas en que todavía no existía la fotografía ni otros medios por el estilo.
0:00:11 Hoy todo el mundo conoce la cara, pongamos por caso de presidente Bush,
0:00:17 de presidente Kirchner, hasta de los intendentes, el intendente Pellerman, de modo que si alguien
0:00:29 viniera, sí, el intendente Pellerman, vamos a denunciarlo porque aquí no le tenemos miedo a la denuncia,
0:00:35 el intendente Pellerman es pelado, incluso podrán no ser intendente si usted quiere,
0:00:41 ser la jefe de gobierno, pero como pelado es pelado.
0:00:46 Supongas que el retrato de Pellerman no estuviera tan visto por la gente o que no existiera tal cosa,
0:00:58 sería fácil hacerse pasar por Pellerman.
0:01:01 Claro, cualquier pelado.
0:01:02 No, ni siquiera.
0:01:04 Ah, qué sabe la gente si es pelado.
0:01:06 Por ahí hasta esa precaución puede tomar usted ya que a lo mejor se corrió la voz de que el
0:01:11 intendente era pelado.
0:01:13 Bien, vamos hoy a contar algunas historias que provienen justamente de la completa ausencia
0:01:20 de medios visuales de comunicación.
0:01:21 No, desde luego se pintaban retratos de los reyes y se utilizaban con el fin de que la
0:01:29 gente los conociera.
0:01:34 En algunos casos hasta era obligatorio ese conocimiento.
0:01:38 Se ha dicho que en tiempos de la dinastía sueg en la China durante el gobierno del emperador
0:01:44 Wenty muchos ciudadanos eran masacrados por su desdén ante la presencia imperial.
0:01:55 Sucedía lo siguiente.
0:01:56 Wenty tenía por costumbre eludir el protocolo y salir a caminar por los alrededores del
0:02:01 palacio sin un séquito importante y también sin las pilchas que lo acreditaban como príncipe.
0:02:10 Talía sino mas, una túnica de cedas para todo andar.
0:02:16 Pero estas salidas eran una trampa mortal para los caminantes que se los cruzaban porque
0:02:22 una ley ineludible indicaba que cualquier ciudadano debía echarse al suelo cuando pasaba el emperador.
0:02:30 Esto era absolutamente obligatorio.
0:02:32 Ahora bien, si el emperador pasaba y el ciudadano no lo reconocía, desde luego no se echaba
0:02:37 al suelo, pero la ley igual se cumplía.
0:02:43 Había unos burocratas que lo acompañaban dentro del reducido séquito que se encargaban
0:02:48 de arrestar a aquellos ciudadanos que no se hubieran proesternado y la pena era la muerte.
0:02:54 Hemos contado alguna vez que en la China había encargado de hacer sonar una campana cuando
0:02:59 el emperador se aproximaba a algún sitio para prevenir a los incautos.
0:03:05 Araca que está en puerta del emperador.
0:03:09 Pero como Wenty salía sin avisar a nadie y por otra parte el rostro de Wenty no era
0:03:14 conocido y también podríamos agregar que era el emperador de la China.
0:03:19 Y alguno podrá pensar que los rostros de la China son difíciles de diferenciar.
0:03:26 No comparto esa opinión pero alguno podrá agregar eso.
0:03:33 Entonces sucedía que era muy difícil darse cuenta de que se trataba del emperador.
0:03:38 En realidad el emperador Wenty no le importaba gran cosa pero los terribles burocratas que
0:03:44 lo acompañaban tomaban nota de todos aquellos que se lo cruzaban sin hacer la menor reverencia
0:03:49 y más tarde la guardia apresaba a los que no habían caído de rodillas y terminaban
0:03:56 en prisión y finalmente eran ejecutados.
0:04:00 Así que la conveniencia de conocer la cara del emperador para poder prosternarse al tiempo
0:04:07 era proverbial.
0:04:09 Supongo que en los colegios le mostrarían la cara del emperador.
0:04:13 Succede también que los pintores de aquellos años eran menos realistas que cortesanos
0:04:22 y entonces pintaban al emperador conforme a la idea abstracta que ellos tenían de un
0:04:26 emperador y no conforme al emperador de carne y hueso que era Wenty.
0:04:31 Y si Wenty era un poco narigón pues le quitaban arrugas, por otra parte como era difícil
0:04:39 estar ante la presencia del emperador por ahí el pintor pintaba de oído y los retratos
0:04:45 más que facilitar la cosa la complicaban más.
0:04:49 Usted veía un retrato y pasaba a un tipo que ni se parecía era el emperador y ahí cuando
0:04:54 te le acordaba lo ejecutaban.
0:04:56 Al uno por ahí andaba arrodillando o sea ante gente que no lo era.
0:05:00 Y también era eso.
0:05:01 No dice aquí si había alguna pena por arrodillarse porque no más por caso ante el lechero.
0:05:05 Había mucha gente que incluso se arrodillaba ante todo el que pasaba nada más que para
0:05:15 no correr ningún riesgo.
0:05:17 Nene, cuando veas pasar a uno arrodillaste.
0:05:20 Y el chino se arrodillara.
0:05:24 Esto era en el año 600 después de Cristo.
0:05:27 Por suerte en los tiempos que vivimos estas costumbres, estas locuras han quedado atrás
0:05:32 para siempre.
0:05:34 Más cerca de nosotros conocemos la costumbre del rey Fernando de Napoles que disfrutaba
0:05:41 enormemente del anonimato.
0:05:43 Y entonces, disimulaba su condición real, se vestía como un croto y se iba a la feria
0:05:51 en Apoles a vender pescado.
0:05:54 Le gustaba vender pescado al tipo.
0:05:57 Salía por ahí con unos pescados y se aburría de ser rey que quería ser vendedor de pescado.
0:06:04 ¡Eh, yularu!
0:06:06 No sé qué gritaría.
0:06:11 Pero no había ningún castigo para el que no lo reconocía.
0:06:14 Más bien el rey se fastidiaba cuando alguno sugería conocerlo.
0:06:20 Imagínese, el tipo estaba jugando al vendedor de pescado y venía a uno y le arruinaba y
0:06:26 dijo ¡Ay, su majestad, su majestad!
0:06:28 De no medio de marluz.
0:06:30 ¿Cómo el besú?
0:06:31 ¿Cómo tiene el surubí y su majestad?
0:06:34 Y él quería que lo trataran como un pescador cualquiera, porque no lo dijieran su majestad,
0:06:39 porque le arruinaban el juego.
0:06:41 Y hubo jugas que sos pescador y te dicen tu majestad, el juego se trope.
0:06:49 Una vez sucedió algo notable en Bohemia, allá por el año 1809, que tiene alguna relación
0:06:56 con ese anonimato del que podían gozar algunos poderosos.
0:07:02 No sé si gozar.
0:07:04 Succedió que Napoleón, Alejandro de Rusia y el emperador austríaco Francisco II se
0:07:09 habían reunido en una casería que tuvo lugar después de intensas gestiones diplomáticas.
0:07:16 En verdad Napoleón no era aficionado a las partidas de caza, pero no quiso importunar
0:07:21 al sar y al emperador austríaco y fueron todos a cazar.
0:07:25 Por ahí van los tres a caballo conversando y perdieron de vista a los otros cazadores,
0:07:30 incluso al séquito a toda la guardia.
0:07:35 Por ahí al rato los tres vieron una casa y se les ocurrió entrar para descansar un
0:07:41 rato y pedir algo para beber.
0:07:44 Era la casa de un leñador.
0:07:47 El leñador les abrió la puerta, le sirvió un poco de agua, algo de lo que sé, y les
0:07:53 preguntó quién era cera.
0:07:55 El primero en contestar fue Napoleón que se presentó como emperador de los franceses.
0:08:00 Los otros dos, desde luego enseguida aclararon su jerarquía.
0:08:04 Encantados, soy Alejandro el ser de Rusia, soy Francisco II, el emperador del emperio
0:08:09 austro-ungano y el leñador los miró con una sonrisa burlona.
0:08:15 Dijo esto me vienen a cargar.
0:08:18 Se sentaron y al rato cayó un vecino, golpearon la puerta.
0:08:26 El emperio medio asustado, se preguntó quién podría ser.
0:08:29 Y el leñador, que en realidad no les había creído nada, les dijo, mire, van a tener
0:08:37 que proesternarse porque el que golpea la puerta es nada menos que el emperador de la
0:08:41 china.
0:08:42 Y fue el leñador.
0:08:47 Van a ser serrana.
0:08:48 Y entró el vecino.
0:08:51 Y el leñador siguió con su vivella y les pidió a los tres que estaban sentados en
0:08:56 la mesa que se corriera de la mesa que abandonaran aquel lugar porque ahí se iba a sentar el
0:09:02 más ilustre de los visitantes.
0:09:04 Bueno, al rato los del sé quitó, toda la guardia, vio los caballos de Napoleón, de
0:09:12 Alejandro y de Francisco y supo que estaban en aquella casa y pararon ahí golpearon la
0:09:19 puerta.
0:09:20 Y preguntaron, ¿están los emperadores?
0:09:23 Y salió el leñador y se encontró con una caballería en galanada de 200 hombres.
0:09:29 Y entonces creyó.
0:09:30 Y se asustó, se tiró al suelo, besó la capa del sal Alejandro, pidió perdón, qué
0:09:39 se lló.
0:09:40 Bueno, Napoleón, el Sar y Francisco II se rieron, despidieron algo en hombre y saludaron
0:09:46 con grandes reverencias al vecino, al emperador de la China, que por otra parte parecía no
0:09:53 entender nada de lo que había sucedido.
0:09:54 Es una estupenda historia.
0:09:59 Muy linda.
0:10:00 Es muy linda.
0:10:01 Hubo un rey que aprovechó el poco conocimiento que la gente tenía de su rostro para disfrutar
0:10:11 de algunos asuntos amorosos con tranquilidad.
0:10:16 Algunos tenemos esa necesidad, digo la de no difundir nuestro rostro en los asuntos
0:10:21 amorosos.
0:10:22 Incluso de ocultarlo, llegado el caso.
0:10:27 Nos referimos a Amadeo, primero de Sabo, que reino en España ya por 1870, cuando por
0:10:32 un problema de sucesión se convocó a un noble extranjero para que rejenteara el país.
0:10:38 Fue regente.
0:10:40 Hemos contado hace tiempo que Amadeo estaba casado en Italia con María del Pozo de la
0:10:44 Chisterna.
0:10:45 Sin embargo, ella no lo acompañó a España, lo dejó un tiempo solo en Madrid.
0:10:50 Y allí Amadeo iba mucho al teatro y un día en el palco vio una muchacha en un palco,
0:10:57 vio una muchacha y se enamoró de ella.
0:11:00 Le gustó que se lo…
0:11:02 Amadeo preguntó a sus ayudantes por la identidad de la chica y le dijeron que se trataba nada
0:11:07 menos que de la hija del escritor y periodista mariano José de Lara, que se había suicidado,
0:11:13 como sabía usted, en aquel momento hacía ya 30 años.
0:11:17 El rey amonestó a sus acompañantes y le dijo que en realidad no estaba interesado, porque
0:11:20 le empezaron a hablar de Lara, de sus obras, que le dijeron.
0:11:24 Y le dijo que no estaba interesado en Lara, sino en la mina.
0:11:27 Bueno, más tarde los ayudantes le indicaron a Amadeo que la muchacha se llamaba Adela
0:11:35 y le indicaron dónde vivía.
0:11:37 El tipo fue, golpeó a la puerta y se presentó como un admirador.
0:11:43 No le dijo que era el rey.
0:11:47 Dijo no, soy un admirador, ¿qué sé yo?
0:11:48 Ella no lo reconoció, tuvieron una amable conversación, Amadeo prometió volver a visitarla
0:11:55 y en el segundo encuentro se hicieron amantes.
0:11:58 Amadeo nunca le dijo nada acerca de su condición, me refiero a su condición de regno, al menos
0:12:07 no durante los primeros dos meses.
0:12:10 Dice el cronista que su comportamiento amoroso fue digno de Reyes.
0:12:16 El cronista que era también un poco chupamévia.
0:12:21 La primera reacción de Adela cuando se enteró, porque en algún momento se enteró, el tipo
0:12:26 un día le dijo, mira, aquí donde vemos me ve yo y el rey.
0:12:33 La primera reacción de Adela fue la incredulidad, con la que vas a ser rey vos, gracias.
0:12:38 No son pantalones que parecen un vigilante provincia.
0:12:44 Bueno y cuando le crió lo quiso echar, dijo bueno vaya a ser majestad, pero luego pensó
0:12:49 que Amadeo no había usufructuado su jerarquía para seducirla y cayó enamorada.
0:12:56 Cayó enamorada es una metáfora desde luego.
0:12:58 No quiere decir que sea ya sentado en el piso que cayó sentada.
0:13:05 Aunque podría ser, ¿usted nunca cayó sentado de puro amor?
0:13:10 No, detrás, como se dice por ahí, ¿no?
0:13:19 No le pasa, nunca se enamoró tanto.
0:13:20 Siempre te van a...
0:13:21 El amor no es mucho, pero también...
0:13:23 No, no, no, si nunca se sentó, nunca cayó sentado, entonces no sabe lo que es el amor
0:13:28 de qué hombre.
0:13:29 ¿Qué por amor le pasó eso de...?
0:13:33 No, me pasó, no, exactamente por amor.
0:13:38 Una vez me sentó de un piniazo el novio titular de una mena.
0:13:45 Sí, sí, que hay sentado por amor, pero bueno.
0:13:48 Pero por amor de otro.
0:13:50 Bueno, pero la chica se enamoró y continuaron las visitas de Amadeo de Sago, ya ya he golpeado,
0:13:56 tienes el reinaldo, hasta que al poco tiempo quien llegó a Madrid, nada menos que María
0:14:03 del Pozo de la Chisterna, quien ha habíamos dejado, justamente ahí.
0:14:08 Sí, usando los beneficios de la inerancia.
0:14:10 Y lo vigiló tanto a Amadeo que nunca pudieron contarse otra vez.
0:14:19 Amadeo siempre tuvo esos gestos de renuncia.
0:14:21 En una oportunidad decidió dar un paseo por los alrededores del palacio, se cruzó con
0:14:26 una hermosa mujer que vendía violetas, violetas, violetas, caballeros, hay alguno, ¿no?
0:14:47 Y bueno, el tipo le dijo que tal, que se yo, se puso a hablar, tampoco, la mena, la violetera
0:14:52 no lo reconoció.
0:14:54 Y dijo, bueno, mira, le voy a comprar una violeta, dijo Rey.
0:14:59 Y buscó los juancillos y no tenía guita.
0:15:02 Como era Rey, salía siempre sin guita.
0:15:04 Sí, que tal lo invitaban a todos lados, como son los reyes, le garpan todo, le garpan.
0:15:12 El tipo buscó, no tenía guita y no le dijo, mire, soy el Rey, me olvide la plata.
0:15:17 No le dijo nada, no, lamentablemente dice, no tengo plata.
0:15:20 Pero la florista, al ver que él no tenía dinero, tuvo la gentileza de regalarle una flor.
0:15:26 Y el Rey se emocionó y empezó una animada charla con la muchacha.
0:15:32 Después llegó el atardecero, oscureció y ya que estaban, hicieron el amor en un banco.
0:15:38 En un banco de la plaza, no en el sentido financiero, no en el banco provincia.
0:15:46 En un banco de la plaza.
0:15:47 Qué cosa, no?
0:15:51 Dice qué plaza?
0:15:53 En la Plaza de Oriente.
0:15:55 De Madrid.
0:15:56 Que la que estaba frente al Palacio Real.
0:15:59 O sea que no iba muy lejos, el tipo salía del Palacio Real.
0:16:01 Sí, cruzaba.
0:16:02 Ficruzaba la plaza en frente a serse jubilado.
0:16:05 Hubiera ido a buscar guita al palacio.
0:16:08 Si tenía voluntad para comprar un tramo.
0:16:10 El juicio de vuelo.
0:16:12 Y por ahí se arrepentía y dice ahora vengo.
0:16:15 Y tú la usabas otra vez al Palacio.
0:16:17 Y hay algunos, hay algunos bancos ahí que están como para...
0:16:22 Ellos son muy cómodos.
0:16:23 Ellos son muy acogidores.
0:16:26 Y después se despidieron y jamás volvieron a verse.
0:16:32 Y la florista nunca se enteró de que el tipo era el Rey.
0:16:35 Yo que el tipo le digo.
0:16:39 ¿Sabes por qué?
0:16:40 Porque mirad si después lo va a buscar.
0:16:42 No, lo puedo ubicar fácilmente.
0:16:43 Claro, empieza de más por teléfono.
0:16:45 Y esto no me lo asesame.
0:16:47 Se le para la puerta de la asero.
0:16:50 ¿Por quién me tomaste?
0:16:55 O va y le dice ahora de estar el Rey.
0:16:58 Sí, está pero no sale.
0:17:00 Vio que la guardia se lo pide.
0:17:02 Bueno, no se me atiende.
0:17:03 Dígale que está la florista de ayer.
0:17:06 Él va a saber.
0:17:08 Él va a saber.
0:17:09 Que si no me atiende voy a hablar con la reina.
0:17:12 Usted y la reina la preguntan una que sale.
0:17:17 Yo mentiré hace poco que no viven malos reyes.
0:17:20 No viven más.
0:17:21 Yo mentiré cuando fui.
0:17:22 Buscaba.
0:17:24 Empecé a espiar por una ventana.
0:17:25 Saltavo así.
0:17:26 A ver si lo vi.
0:17:27 A ver si lo vi al Rey.
0:17:28 Que se lo vio que los reyes deben estar de gusto todo el día.
0:17:32 Y cuando la baraja, haciéndose masajear.
0:17:36 ¿Qué se dice?
0:17:38 Sí, no sé qué era.
0:17:39 No sé qué era.
0:17:40 Qué cosa que van si tiraba.
0:17:41 Yo si fuera Rey me haría atender todo el día.
0:17:43 Servir un ermuto.
0:17:44 Esa cosa.
0:17:45 Es Pajorobana.
0:17:46 Más nada más para demostrar mi poder.
0:17:50 Haría ostentación de poder entonces.
0:17:52 Hay gente que hace las cosas para demostrar que puede hacerlas.
0:17:57 Algunas personas que no son reyes también.
0:18:02 Pero no vivían ahí.
0:18:05 Es el rey no.
0:18:06 Se fueron.
0:18:07 Vivieron en un departamento allá enfrente.
0:18:09 Pero me parece que no estaba cargando.
0:18:11 Era muy grande para ellos.
0:18:15 ¿A quién dedicaré esto?
0:18:19 Adela que se ve que era muy hermosa.
0:18:22 A Florista también.
0:18:23 A mí el que me gusta es este rey último que usted nombró.
0:18:26 El Cádro.
0:18:27 Amor.
0:18:28 Me encanta que no haga un uso de su título.
0:18:33 Sí, de las cosas que seguramente tendría para poder ocupar ese puesto.
0:18:37 O sea, se ve que era un hombre muy galante, muy atento, muy seductor.
0:18:42 Y esas son las herramientas.
0:18:44 Me parece que está perfecto que no dijera nada.
0:18:46 De todos modos, ya sabe cómo opinamos aquí acerca del uso de las prerrogativas.
0:18:53 Las prerrogativas han sido conseguidas.
0:18:56 Si usted, por ejemplo, es un gran cantante y utiliza el yedón para seducir damas, parece
0:19:07 que está muy bien.
0:19:08 Es bastante lísico.
0:19:09 Porque es un don que le pertenece.
0:19:10 Seguro que sí.
0:19:14 Es como negarle a una mujer el derecho de usar su hermosura para seducir.
0:19:21 Y si a vos te quieren por los hombres porque sos linda, bueno, ¿y quién?
0:19:27 Y otros lo quieren porque canta bien.
0:19:29 Porque es un hombre bien.
0:19:30 Es un fenómeno.
0:19:32 Sí, esa es la persona.
0:19:33 Esa es la persona.
0:19:34 No hay usurpación ni sustitución.
0:19:36 Bueno, hemos resuelto utilizar una canción española también que se llama No Me Mires
0:19:41 Más, que es lo que le diría a Madre Eho a las mujeres que lo miraban insistentemente,
0:19:47 pues, que ahí a familia.
0:19:48 Que ahí a familia.
0:19:49 Eso te tengo de un billet.
0:19:52 De TV.
0:19:54 Y también hay un billet de salida en las monedas.
0:19:57 Qué guiso, rocas.
0:19:59 Estados hermanos de cualquiera.
0:20:03 Bueno, la canción se llama No Me Mires Más y la escucharemos en la escopé en la versión
0:20:08 de Lolita Tunfrici.
0:20:54 No me mire.
0:20:56 Si me vuelve otra vez.
0:20:59 No me mire.
0:21:02 Si me vuelve otra vez.
0:21:05 No me mire.
0:21:08 Si me vuelve otra vez.
0:21:52 Que por dos caminos
0:21:56 va nuestro destino.
0:22:17 Que te vayas de mi vida.
0:22:21 Yo te ruego que te alejes.
0:22:24 Yo te vivo que me dejes.
0:22:27 Y que olvides que te ames.
0:22:31 Pero lejos de mi vida.
0:22:34 Entre niebla, iglesia, ausencia.
0:22:37 Y ahora vivan presencia.
0:22:40 Te quieras que yo esté.
0:22:51 No es mi angustia.
0:23:00 Pero si me vienes.
0:23:03 Mira a mí a los ojos.
0:23:06 Mira a mí a los ojos.
0:23:09 Y allí te revas.
0:23:32 Que por dos caminos
0:23:36 va nuestro destino.
0:24:00 Hemos escuchado a Lolita Torres.
0:24:03 Qué felicidad.
0:24:06 No me mires más.
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