Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de los últimos días de Francisco I de Francia, Francisco I de Valois, un gran rey verdaderamente, pero un poco libertino, era un poco degenerado, era un hombre demasiado aficionado a la vida galante, muy aficionado.
0:00:20 Un día le gustaban las conversaciones picantes y un día estaba con su primer ministro, que ahora no me acuerdo cómo se llamaba, hablaban de lo que era un verdadero enamorado y lo que era simplemente una conversación interesante,
0:00:39 ¿Qué es un verdadero enamorado y qué es un lujurioso, un libertino, un hombre que únicamente se interesa para el pasado?
0:00:49 Entonces el primer ministro le pregunta ¿y cuál es, señor, la distancia que hay entre un verdadero enamorado y un mero libertino?
0:01:01 Francisco estaba sentado y dice ¿la distancia que hay desde su silla al almena?
0:01:06 Bueno, dice la crónica que los encuentros excesivos que Francisco había tenido con las mujeres lo habían transformado en un ser físicamente deplorable.
0:01:23 En aquel tiempo se creía que el trato sexual era pésimo para la salud.
0:01:27 Francisco a los 52 años ya pareció un anciano, sin embargo al rey todavía le gustaba presentarse galante cuando se daba la ocasión y todos los cortesanos estaban de acuerdo en que aún sabía comportarse como era debido en la cama.
0:01:45 En verdad todo eso me imagino que sería pura o secuencia. Francisco se consolaba escuchando o relatando al mismo historias picantes en las que describía ardores pretéritos.
0:02:01 Y ya en 1546 Francisco prefería la soledad.
0:02:07 La señora de Thump creo que se llamaba Guadalvazesio Amante, ¿no?
0:02:13 Ya lo tenía podrero ¿no?
0:02:16 Francisco pasaba días en un palacio solitario en Jamboll, ajeno a los Ríos de París, y aquel lugar le traía buenos recuerdos porque allí se había convertido en el amante de una muchacha de Blois,
0:02:35 que tenía 17 años. En aquel lugar tumba de un amor de la juventud, el rey escribió versos melancólicos y fue allí donde grabó sobre la pared con un pedazo de yeso caído, estas palabras.
0:02:53 Toda mujer varía.
0:02:56 Más tarde la frase se convirtió en un distico añadiendo y es loco el que se fija.
0:03:03 El último verso provenía de una antigua balada del trovador Mark Ablon.
0:03:09 Más tarde la frase la tomó Vitorugo, que escribió una tragedia cuyo protagonista era Francisco I.
0:03:17 Debido a la censura de la época, no a la censura de Francisco I, a la censura de la época en que escribió Vitorugo, el escritor debió cambiar el nombre del protagonista, que se convirtió entonces en el duque de mantua.
0:03:30 Y así pasó a llamarse el protagonista de la ópera Rigoletto.
0:03:35 Aquella frase, con música de verde, pasó a la romanza del cuarto acto, toda mujer varía, o sea, la dona es móvil.
0:03:48 En enero de 1547, Enrique Octavo de Inglaterra, que había sido muy enemigo de Francisco I, los enemigos de Francisco habían sido Enrique Octavo de Inglaterra y Carlos V de España,
0:04:04 se amigaban, se aliaban unos contra otros, pero tenían un cacho de bronca.
0:04:12 Cuando en enero de 1547 Enrique Octavo murió, Francisco se alegró un cacho, pero enseguida se le pasó porque pensó que el finado tenía su misma edad y se asustó.
0:04:24 Unos días más tarde, Francisco se agarró un referido, nadie se preocupó, y después empezaron unas fiebres tremendas y la corte empezó a murmurar que se trataba de una enfermedad.
0:04:40 Se trataba de una enfermedad, murmuraba la corte, y una enfermedad incurable.
0:04:48 Pero el rey quiso presentar lucha a la muerte, y cada vez que se reponía un poco, cabalgaba, corría por el bosque, o hacía una tibia cortesía a las damas de la corte.
0:05:04 El 12 de marzo de 1547 el rey sufrió nuevas fiebres.
0:05:10 El señor Semmoli, funcionario de la corte, declaró, el monarca está tan podrido que los médicos desesperan.
0:05:21 Ese es el diagnóstico. Yo cuando van todas a la puerta del sanatorio a ver cómo está alguno, eso dígero.
0:05:28 El 31 de mayo, Francisco, que se sentía muy mal, hizo echar a todos los que lo acompañaban.
0:05:36 En verdad, no toleraba que los demás observaran su agonía, y ese mismo día murió.
0:05:43 Los doctores abrieron su cuerpo y, según la crónica, hallaron todo desecho.
0:05:48 ¿Qué cosa? Uno de los médicos, refiriéndose a la Constitución Galante del Rey, sugirió que había sido castigado allí mismo por donde había pecado.
0:06:00 Un médico dijo eso.
0:06:02 Sí. Aparecieron, entonces, algunas historias. Se comenzó a creer que Francisco había tenido sífilis.
0:06:10 Parece que en una de sus últimas aventuras, Francisco buscó a la esposa de un abogado de París, que era muy hermosa, la TIPA, y la AMO.
0:06:24 El marido permitió a su esposa que se acomodase a la voluntad del Rey, como no tenía otra alternativa, y fingió estar ocupado en el campo algunos días.
0:06:36 Dijo, ve al campo acá a chargéles.
0:06:39 Sin embargo, después, cuando estaba en el campo, le agarró el ultraje. Se sintió ultrajado.
0:06:48 Entonces, ¿qué hizo? Empezó a frecuentar burdeles de París para contagiarse las sífilis.
0:06:54 Pretendía pasársela a su esposa para hacérsela llegar al Rey.
0:07:00 Mira que venga tibo.
0:07:02 Encontró lo que buscaba. Según algunos, todo funcionó maravillosamente.
0:07:08 Esta dama era la esposa del señor Rerón, que llamaba la bella Reronier.
0:07:14 Dice la crónica, que era fina, sinuosa, morotcha, y que llevaba una alaja sostenida por un lasito de seda en medio de la frente.
0:07:25 Esta moda, que ella misma impuso, tiene una historia que se relaciona con su primera entrevista con el rey Francisco.
0:07:32 Cuando Francisco la llamó a su palacio, a su palacio es mejor, ¿no?
0:07:37 Quiso arrastrarla a la cama con cierta precipitación.
0:07:42 Pero ella se indignó tanto que se le rompió una avena frontal.
0:07:48 Del enojo.
0:07:49 Se le rompió la avena sobona.
0:07:58 Bueno, de todos modos, una hora después, era la amante del rey.
0:08:03 Y el día siguiente, disimuló el morretón de su frente con una cosa.
0:08:08 Para algunos, sin embargo, no fue ella que le contagió la sífiliza Francisco.
0:08:13 Dice que el rey ya había tomado la precaución de contagiarsela mucho tiempo antes.
0:08:19 Así que el tipo había trabajado de gusto, el frero.
0:08:24 Otros dicen que Francisco murió tuberculoso.
0:08:29 De todos modos, la historia del abogado, frero, circuló mucho.
0:08:34 Y otros nobles y plebeños imitaron la leyenda.
0:08:38 Cuando eran ultrajados en su honor, iban a los burbeles a contagiarse algún mal para pasárselo a su rival.
0:08:46 Bueno, no sabemos qué pasó.
0:08:48 Pero uno tiene siempre ese deseo teatral de que una muerte sirva para algo,
0:08:54 para vengar el honor de un abogado, para cumplir un deseo, o qué sé.
0:08:59 Uno tiene esa idea, pero en verdad la muerte nunca clansura nada.
0:09:02 Y es un episodio falto de simetría y de gracia.
0:09:07 Esta es la historia que queríamos contar de los últimos días de Francisco I de Valois.
0:09:15 Padre de Enrique II también revalúa la dinastía que cicla usura
0:09:24 con la llegada al trono de Enrique IV de Navarra I de los Orgones.
0:09:30 Yo dedicaría esta historia a quien?
0:09:37 A la verdad.
0:09:40 Y a Verdi, a Vitorugo, y a Rigoleto, la don es móvil.
0:09:49 Pero el hombre también.
0:09:52 Daleis el carácter de la mutación inevitable de la vida y de los sentimientos.
0:10:00 Pero ya no soy el mismo que era ayer.
0:10:03 Y mañana no seré este que soy yo.
0:10:08 Y ya que hay que cambiar, eso sí, comienzo a cambiar para mejor.
0:10:12 Hemos ido a la discoteca, y el discotecario se hizo explicar varias veces esta historia.
0:10:21 Y no entendió nada.
0:10:24 Como suele ocurrir.
0:10:26 Finalmente, entonces, me engrupió diciendo que había un tango
0:10:31 que le decía a Francisco primero para darle ánimo en sus momentos de vejez.
0:10:40 Vamos, vamos, ay no viejo, le decía a sus amantes.
0:10:44 No es muy estimulante.
0:10:46 No es muy estimulante.
0:10:48 Y ya por lo bajo.
0:10:52 Bueno, vamos, vamos, ay no viejo, ya me esté tango, que escucharemos en la versión de Carina Beorle,
0:10:58 con nuestros guitarristas Juárez, Salmone y Soria.
0:11:28 Avanso le igualza al tranco con mi carro, y me parece que estoy siempre en el barro.
0:11:37 Y es que no tengo quién me preparo más de.
0:11:41 Y quién me ayude a ensillar el perecherón, acariciando a mi perro chocolate.
0:11:50 Tomaba alegre un trango del porro.
0:11:56 Tranco a tranco te den su pena recordando mi pasado pensando que fue tan buena y el destino tan maldado.
0:12:14 Vamos, vamos, ay no viejo, ya estamos los dos iguales, nos hemos ido tan lejos son 50 carnavales.
0:12:26 Vamos, vamos, ay no viejo, ya es hora de descansar.
0:12:36 Recuerdos tristes se agolpan cada año pensando en ella que hoy cumplía sus años.
0:12:47 Y me esperaba sonriente y buena moza porque así era mi vida María Rosa.
0:12:55 Y hoy ya no tengo quién me preparo más de.
0:13:00 Y quién me ayude a ensillar el perecherón, solo me queda mi perro chocolate entre las ruinas del viejo corralón.
0:13:14 Tranco a tranco te den su pena recordando mi pasado pensando que fue tan buena y el destino tan maldado.
0:13:32 Vamos, vamos, ay no viejo, ya estamos los dos iguales, nos hemos ido tan lejos son 50 carnavales.
0:13:44 Vamos, vamos, ay no viejo, ya es hora de descansar.
0:14:01 Era Carina de Orlégui en la venganza será terrible, vamos, vamos, ay no viejo.
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