Transcripción automática
0:00:00 Alejandro D'Olinna, ¿de qué viene la charla del día?
0:00:03 Hablaremos hoy sobre Madame de Stel, que se llamaba Anne-Louise-Germain-Neker, o Neker tal vez, porque el padre era suizo, ese Neker no parece muy francés que digamos.
0:00:18 Ese era el verdadero nombre de Madame de Stel. Su padre, Jacques Neker, era un suizo y era uno de los hombres más ricos de Europa.
0:00:28 Había prestado, parece, dinero al gobierno francés.
0:00:33 Este es un dato que contribuye a despertar en los presentes aquí en el Paso de la Plaza la sensación de que Neker era rico.
0:00:42 Es una sensación deseable para la mejor interpretación de esta charla.
0:00:48 Era rico.
0:00:50 Había sido además, Neker, ministro de finanzas del rey Louis XVI, y la mamá de Madame, que se llamaba Suzanne, era escritora e hija de un clérigo calvinista y además muy hermosa la vieja, Susan.
0:01:08 Bueno, Anne nació en París el 22 de abril de 1776. Pasó su niñez en medio de una atmósfera intelectual.
0:01:18 ¡Ah! ¿Cómo ha pasado su niñez, Madame? Ya lo ve. En medio de una atmósfera intelectual.
0:01:26 ¿Y por qué no recargada de etiquetas y protocolos? Fue una niña precoz.
0:01:38 A la edad de cinco años, parece, cuenta, no anda a saber, ¿no? Porque los parientes suelen mentir y cuentan anécdotas de los 17, como si fueran de los 16.
0:01:48 Pero a los cinco años, entró al salón de su madre y preguntó una anciana duquesa que estaba allí.
0:01:53 ¡Madame! ¿Cuáles son sus puntos de vista sobre la amor y la muerte? Le dieron un bollo y la mandaron a Dors.
0:02:04 A los 14 años conoció a Éric Magnus, el varón de Stelholstein, que era 17 años mayor que ella.
0:02:14 Parece que era el encargado de negocios suecos en París y era pobre por muy varón que fuera.
0:02:21 A Necker, el papá de Anne, le cayó bien este varón de Stelholstein y compró para él el cargo de embajador con el fin de hacerlo más digno para su hija.
0:02:34 Compró y le dio a Stelholstein un cargo de embajador sueco en Francia.
0:02:42 Al poco tiempo, a Anitta, se casó nomás con Éric, con este varón de Stelholstein, y se convirtió en Madame de Stel.
0:02:52 Hay que decir que ella no le entusiasmaba nada de este matrimonio y que desde el principio se mostró muy poco entusiasta.
0:03:01 Parece que el matrimonio no le proporcionaba demasiado disfrute, entonces se dedicó a escribir.
0:03:10 Si todas las mujeres aburridas de sus maridos se escribieran, no alcanzarían la biblioteca de este mundo para albergar las obras hijas de ese pebío.
0:03:22 El caso es que publicó rápidamente dos novelas.
0:03:26 Un tratado político, unas cartas sobre Jean-Jacques Rousseau. Tenía 20 años, no Rousseau, pero sí Madame de Stel.
0:03:37 También tuvo una hija, pero la hija murió pronto y tras un periodo de duelo Madame se olvidó de su marido y se olvidó también de la literatura para dedicarse con mucho entusiasmo al adulterio.
0:03:52 En realidad no tenía muchas armas para jugar este juego porque era más bien fea.
0:03:59 Dicen que tenía lindos brazos.
0:04:04 Pero tener lindos brazos es como tener linda la parte de atrás de la rodilla.
0:04:13 Son lugares de difícil apreciación, por lo menos. Tenía así hermosos ojos.
0:04:20 Parece que vestía trajes y mangas para poder mostrar los brazos ante dichos, pero en cualquier caso no necesitaba de la belleza para seducir a los hombres.
0:04:31 Era inteligente, agresiva y muy segura de sí misma.
0:04:35 Y además no tenía ninguna inhibición por decirlo así.
0:04:40 Entre sus primeros amantes aparecieron nada menos que joven Taylor Anne y el Conde de Narbonne.
0:04:47 Luego de algunos encuentros nocturnos se alejó de Taylor Anne porque se sintió ofendida.
0:04:54 Parece que en una fiesta Madame de Estel le preguntó a Taylor Anne si la quería tanto como a otra señora.
0:05:01 Se lo preguntó del siguiente modo.
0:05:03 Señor, si las dos cayéramos al agua ¿a quién sacaría usted primero?
0:05:08 Y Taylor Anne le respondió, estoy seguro de que ustedes saben a dar como una limpa.
0:05:17 Me encantó ¿no?
0:05:22 Más tarde, Anitta Madame de Estel estuvo con Narbonne de quien se decía que era hijo ilegítimo de Luis XV.
0:05:32 El hombre era oficial del ejército y ella lo visitaba en la tienda de campaña vestida de hombre.
0:05:39 Tuvieron dos hijos y parece que daba el resultado, el disfraz.
0:05:45 Pero Narbonne la abandonó.
0:05:48 Por esos tiempos Madame escribió Zulma, una novela hecha con profundo rencor por el hombre que la había abandonado.
0:05:56 En un pasaje dice, su espada ya no lo convierte en hombre de honor,
0:06:00 sus inciñas, canzolas por ser malvadas y cruel con sus mujeres.
0:06:04 Eso es pavón, Narbonne le habrá dicho.
0:06:07 Claro, una dedicatoria.
0:06:09 Y ese palo es patrugallineo.
0:06:12 De todos modos es una mala política escribir novelas acerca del tipo que acaba de dejarnos.
0:06:19 Sale mal, se estropean de puro en cono.
0:06:22 Entonces el degenerado de Narbonne dijo.
0:06:27 ¡Es homogéfica!
0:06:29 Hay que decir que a pesar de tanta actividad extra marital, tuvo tiempo de darle a su marido tres hijos.
0:06:36 Cuando llegó la revolución Madame de Stel, que tenía avanzadas ideas políticas, por decirlo así,
0:06:43 creció que iba a jugar un papel importante y reunió en un salón algunos realistas que eran partidarios de una constitución.
0:06:52 De una constitución.
0:06:53 Eran monárquicos, pero moderados constitucionales.
0:06:57 Bueno, vino el terror y estas ideas que a ella le parecían avanzadas,
0:07:01 no le alcanzaron ni para permanecer en París sin peligro y tuvo que tomársela con el hilo de una pata.
0:07:08 Se fue a Suiza mientras sus maridos, sus maridos no tenían un soldo en realidad, el varón hacía negocios en Suecia.
0:07:17 En Suiza conoció Benjamin Constanck, un suizo escritor, te conocen, y más tarde político,
0:07:25 que contribuyó al desarrollo de romanticismo y más tarde al desarrollo de la novela psicológica.
0:07:31 Constanck era alto, torpe y pelirrojo.
0:07:36 Así que Madame confesó que al principio el aspecto de Constanck la llenó de una invencible repulsión física.
0:07:46 Repulsión que no parece tan invencible porque tuvieron una hija.
0:07:51 Bueno, Madame de Stel le prestaba dinero a Constanck para que publicara y cada vez que le reclamaba la devolución,
0:07:59 Constanck respondía con cumplidos.
0:08:02 Por ejemplo, la conversación era más o menos así.
0:08:05 Benjamin, devolveme los 50 pesos que te presté, devolveme.
0:08:09 Y él le decía, tenéis unos magníficos ojos y unas manos deliciosas.
0:08:16 Tal vez es verdad, respondía ella, pero he tenido el placer de oír estas mismas alabanzas gratis.
0:08:24 ¡Muah!
0:08:31 Bueno, un tiempo más tarde Madame se fijó en otro hombre, y ese hombre era nada menos que Napoleón Bonaparte.
0:08:37 Era el futuro emperador todavía general en Italia.
0:08:42 Y un día recibió una extraña carta de Madame.
0:08:46 En esta carta le reprochabas un matrimonio con Josefina Bonet y le decía,
0:08:51 la unión de un genio con una pequeña criolla indigna de apreciarle es una monstruosidad.
0:08:58 Dicen que lo primero que comentó Napoleón fue, esta mina está loca.
0:09:03 Madame de Stel persistió en su persecución de Napoleón.
0:09:07 En realidad quería influir en él con sus propias ideas políticas, más que convertirse en su amante.
0:09:13 De todos modos hizo toda clase de esfuerzos para llevarlo a su cama,
0:09:17 en la inteligencia de que esa era la mejor manera de influir en sus políticas.
0:09:23 Seguir a por su amante Constant, anduvo en París, se reunió con su marido,
0:09:28 pero movió cielo y tierra para ver si le presentaban a Napoleón.
0:09:32 Cuando pudo verlo se puso tan nerviosa que no consiguió hablar.
0:09:36 La segunda vez recuperó la voz, trató de hablar de política,
0:09:41 pero notó que ese tema no le interesaba a Napoleón.
0:09:46 En la siguiente ocasión se mostró más seductora y como Napoleón no le daba bolilla,
0:09:51 ella le dijo gromeando, no le gustan a usted las mujeres,
0:09:55 a lo que Napoleón contestó lapidariamente.
0:09:59 Me gustan todas menos una.
0:10:09 Pero, madame, no se dio. Desesperada se le metió en la gasa un día para buscarlo.
0:10:16 Y anduvo por todas las piezas y lo encontró en el baño.
0:10:21 Bueno, Napoleón se incorporó violentamente de donde estaba sentado
0:10:25 y protestó contra aquel ataque a su pudor.
0:10:29 Y ella dijo fríamente, señor no se preocupe, el genio no tiene sexo.
0:10:34 A lo que Napoleón respondió cerrando violentamente la puerta.
0:10:41 Bueno, al fin cansada de que el tipo no le diera bolilla,
0:10:45 empezó a escribir en contra de Napoleón.
0:10:48 Atacaba sus políticas y él lo soportó todo,
0:10:51 pero al enterarse de que la mujer dirigía un salón
0:10:54 en el que Constán y otros manifestaban sus sentimientos contra el primer cónsul,
0:10:59 se le acabó la paciencia y la desterró, la hecho del país.
0:11:04 En realidad Napoleón no fue la única persona a la que Madame Destel ofendió.
0:11:10 Por entonces su marido, el varón, estaba ya medio harto de ser engañado y se separaron.
0:11:17 Perdió el cargo de embajador, el varón, el marido,
0:11:20 y ella le suspendió su asignación.
0:11:23 Recordemos que era pobre el sueco, ¿no?
0:11:27 Y lo dejó en la villa.
0:11:29 Tras haber sido apartados de París por Napoleón, Madame Destel hizo amante Constán.
0:11:34 Decidieron exiliarse y escribir,
0:11:37 y ahí conocieron a Getty, Schiller, Lorbion,
0:11:41 con Getty tuvo una entrevista de una hora,
0:11:44 y Madame Destel, que era bastante arrogante y que se creía una celebridad,
0:11:50 se inclinó solemnemente ante una señora que le abrió la puerta
0:11:55 y le dijo, yo soy la autora de Corín,
0:11:58 que era la novela más famosa que había escrito ella.
0:12:01 Y la señora le dijo, y yo soy la madre de Getty.
0:12:11 Buenísimo.
0:12:14 Mira lo que hice yo, dijo la vieja.
0:12:17 Después le preguntaron a Getty sobre aquella visita,
0:12:20 y él dijo, es una muchacha interesante,
0:12:23 pero yo no pude hablar mucho porque ella habló todo el tiempo.
0:12:28 Más tarde Madame Destel se arrepentió toda la vida por no haber escuchado aquel hombre.
0:12:33 Ella y Constant raras veces se separaban.
0:12:37 Constant estaba empezando a cansarse,
0:12:40 no soportaba el carácter dominante de Madame.
0:12:44 Ella tenía la arrogancia de la riqueza,
0:12:47 pero creía demasiado en su superioridad intelectual,
0:12:51 y el amante Constant escribió,
0:12:54 nunca vi una mujer mejor ni con más gracia y devoción,
0:12:58 pero admito al mismo tiempo que jamás vi una mujer
0:13:01 cuyas exigencias absorbieran tanto la vida de quienes rodeaban,
0:13:05 y se fue.
0:13:07 Dijo eso y salió rajando, la abandonó.
0:13:10 En 1809 se fue Constant.
0:13:13 Se quedó sola, escribió un libro llamado Alemania,
0:13:18 y Napoleón le confiscó toda la edición, los 10.000 ejemplares.
0:13:22 Esto le causó una gran amargura,
0:13:24 como suele ocurrir con todos los que escriben un libro llamado Alemania,
0:13:27 cuya edición de 10.000 ejemplares se secuestrada por Napoleón.
0:13:32 Pasó por agudas depresiones, su cuerpo se deterioró,
0:13:37 Madame sentía horror a la vejez,
0:13:40 se estremecía ante la idea de que llegase.
0:13:43 La palabra juventud tenía, como después contó Bayon,
0:13:47 un encanto musical tan grande para ella y para cualquiera,
0:13:51 que se complacían intercalarla constantemente en sus frases.
0:13:56 Después de Baterló, regresó a París y presidió un nuevo salón,
0:14:01 pero la salud no la acompañó, se murió.
0:14:07 Decir que la salud no la acompañó para indicar que se ha muerto.
0:14:12 Generalmente al que se muere la salud no la acompaña.
0:14:17 Se queda de este lado la salud.
0:14:21 ¿Bien qué hace?
0:14:23 Nunca vi un muerto saludable, con eso le digo todo.
0:14:28 Se murió en julio de 1817 a los 51 años.
0:14:32 Lord Bayon participó en sus últimas reuniones
0:14:36 y tiempo después llegó a decir que se vea Madame de Estel,
0:14:39 la aparición del espíritu romático.
0:14:41 No será para tanto, Bayon.
0:14:44 De todos modos fue una figura que casi es un ejemplo, es paradigmática,
0:14:49 porque hubo muchas Madame de Estel en la historia de Francia.
0:14:54 Cuando recordamos a estas mujeres ilustradas y ricas
0:14:59 que se complacían en armar un salón,
0:15:02 aquellas mujeres que aparecían incluso en las comedias de Oscar Wilde,
0:15:06 cuando alguien nos pide que demos un ejemplo real de esta clase de mujeres,
0:15:11 uno piensa enseguida en Madame de Estel,
0:15:14 que fue quizá la más famosa de ellas,
0:15:18 y tal vez la más talentosa, porque en realidad escribí aceptablemente.
0:15:23 Aquí nosotros hemos tenido también algunas Madame de Estel.
0:15:27 Piensan las más ilustres que habrá sido Vitorio Campo.
0:15:33 Bueno, ¿quién quiere dedicar a usted este recuerdo de Madame?
0:15:40 No hay mucha gente alejando.
0:15:42 ¿Cómo que no? Yo había como 50.
0:15:44 Tengo que pensar en Quiet en Chile, en Bayron,
0:15:48 estoy pensando en esta gente que ella conoció después,
0:15:52 porque esta mujer tenía una combinación fatal,
0:15:56 era, por lo que usted dice, un poco fea, muy insistente y resentida.
0:16:01 Era resentida con los tipos que no le daban bolillas,
0:16:04 que es muy feo.
0:16:06 Si yo estuviera resentido con las minas que no me dieron bolillas.
0:16:11 Por eso, tenía una combinación fatal,
0:16:14 así que prefiero dedicarse a estos poetas,
0:16:17 a estos escritores que ella le tocó conocer.
0:16:20 ¡Putés, mamá!
0:16:22 Lo ve pasar a Quiet y dice...
0:16:27 ¡A la madre!
0:16:29 ¡A la madre!
0:16:31 ¡A la madre!
0:16:33 ¡A la vieja!
0:16:35 ¿Usted qué... no me va a decir que usted le gusta a Madame?
0:16:39 ¡No, no, no, no!
0:16:41 Tenía lindo caso.
0:16:43 Acá hay que dedicarse a usted, yo dedico a todos los que me conocen.
0:16:46 Gente así.
0:16:49 Bueno, hemos buscado tango sobre Madame de Stur y no nos sirvieron.
0:16:58 Pero algunos podrían estar dedicados a ella,
0:17:02 algunas milongas, alguna...
0:17:04 Estamos pensando en la señora de Chalet.
0:17:07 Que no está mal para una señora que presta a su salón
0:17:11 para reuniones literarias y así.
0:17:18 No le gusta, yo creo que para mí...
0:17:20 La milonga de la señora de Chalet fue compuesta pensando en Madame de Stur.
0:17:25 Le hice un modo muy terminante, como si estuviera muy convencido de ello.
0:17:32 Estoy absolutamente convencido, no estoy, pero casi.
0:17:36 Me falta...
0:17:37 Aparece algo en la letra que...
0:17:39 No, no, no, la letra no dice absolutamente nada, más bien.
0:17:43 Parece, claro, la letra parece compuesta para disuadirnos de esa idea, ¿no?
0:17:47 Pero eso es lo que me hace sospechar más.
0:17:51 Yo, mire, cuando algo parece que no es...
0:17:54 Blanco sospecho que está hecho así para alejarnos del concepto verdadero.
0:18:01 Yo tengo una idea conspirativa, no solamente de la historia, el mundo y las ciencias humanas,
0:18:07 sino incluso de la física.
0:18:09 ¿Cómo de la física?
0:18:10 Cuando una cosa es verde, es que nos parece verde, pero en realidad es roja.
0:18:18 ¿Me debería haber sido analista usted?
0:18:20 Sí, los analistas también.
0:18:22 ¿Qué trabajan de eso, las analistas?
0:18:24 Una idea conspirativa del asunto y trabajan por los contrarios.
0:18:26 Por ejemplo, cuando un hombre demasiado agresivo para vencer su timidez,
0:18:30 cuando demasiado tímidos para vencer su agresividad,
0:18:33 y así uno estudia cinco años y comprende perfectamente a Freud.
0:18:50 Bueno, pero pensémoslo, mire que...
0:18:53 Eso de que un hombre es agresivo porque es tímido, o que es tímido porque es agresivo,
0:18:59 o que esta canción como se escuchará ahora está dedicada a Madame de Stel.
0:19:03 Y yo ahora me dejó con la duda después de usarme.
0:19:05 Muy bien, vamos a escuchar entonces la señora de Charlet,
0:19:08 en la voz de Don Edmundo Rivero. Adelante.
0:19:28 No lo pongo, allí no lo hagas encontrar.
0:19:30 Vas a ver que estén dijeros con tu nueva indumentaria.
0:19:35 Pajero en la sotaria que tienen que elaborar.
0:19:40 Ya voy a empinchar debut en una maizón francesa,
0:19:43 ya de blanco, ya de fresa, ya de paño, crema un gol,
0:19:47 con cuatro o cinco pulseras, un pendiente y con brillante,
0:19:50 y un sarso con un diamante más brilloso que un parón.
0:19:54 Dejarás de ser la pobre mi tonguera, mi ciazera,
0:20:00 y una vez llena de filas, cambias de nombre también,
0:20:04 te encajes uno de aquellos para opiememente a francésaro,
0:20:09 y verás que a tu pasado sin grupo le haces a mes.
0:20:14 Tendrás un sofrer de búsqued postamente uniformado,
0:20:18 y un buen cusquita mimado que te ayude a ver si qué.
0:20:21 Así lo gires del barrio, Alberto, Finti, y tu bienes miran todos.
0:20:25 Allá viene la señora del Salé.
0:20:28 Tendrás piano para tocar, y qué sé yo qué mobiliario.
0:20:34 Y hurarás en los diarios en galerías social,
0:20:38 aunque yo va a mantenerte.
0:20:41 Estás siempre engasolado,
0:20:44 y eternamente escarachado en clónica policía.
0:20:52 En la venganza Serà Terrible hemos escuchado al mundo rivero
0:20:56 con la orquesta de Mario de Marcos,
0:20:58 interpretar de José Pagano, la señora del Chalet.
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