Transcripción automática
0:00:17 Vamos a hablar de maldiciones y maleficios en los mitos clásicos
0:00:24 Así que, ¿sabes ustedes?
0:00:29 Muchos personajes mitológicos han sufrido la ira de los dioses, otra vez la ira de almas de los muertos
0:00:41 En fin, las divinidades no sólo provocaban muertes violentas o transmutaciones,
0:00:47 digo por ahí te convertían en piedra o castigos corporales,
0:00:53 sino que a veces castigaban a los culpables con suplicios prolongados o maldiciones
0:01:01 que muchas veces llevaban a la ruina ciudades enteras o a generaciones subsiguientes
0:01:09 Hay que decir, sin embargo, que muchas veces y por motivos diversos los dioses perdonaban
0:01:14 Así que vamos a ver algunos episodios
0:01:16 Empecemos por los Heráclidas
0:01:18 Se llaman Heráclidas a los descendientes directos de Heracles y de Yannira, su última mujer
0:01:26 Una mujer que el más quiso quizá y también la que lo llevó a la muerte
0:01:31 Ya hemos contado alguna vez cómo
0:01:34 Y eran también no solo los hijos de ellos, sino todos sus descendientes hasta la última generación
0:01:41 Parece que los Heráclidas, después de la muerte de Heracles, vivían alejados del Peloponeso
0:01:49 que era su lugar de origen
0:01:51 Y pensaron en volver a la Sichella, tendremos que volver al Peloponeso
0:01:58 Pero había dificultades, no, tenían muchos enemigos
0:02:02 Particularmente el rey Euristeo, que fue el gran enemigo de Heracles
0:02:08 El que le había impuesto los dos de trabajo
0:02:12 Trataron de hacerlo, casi todos murieron en el intento
0:02:18 Hasta que primero les dio batalla al ya mencionar Euristeo
0:02:23 Después el rey de Tegea Ítimo
0:02:26 Y fueron un oráculo
0:02:32 Y el oráculo les dijo, bueno, ustedes van a poder volver al Peloponeso
0:02:38 después de la tercera cosecha
0:02:41 Y los tipos esperaron tres años o tres cosechas, no sé cómo era el asunto ahí
0:02:45 Trataron de volver y siempre eran derrotados
0:02:49 Hasta que alguien se dio, ocurrió que los oráculos nunca son literales
0:02:56 Y pensó que el oráculo decía en realidad
0:03:00 que podían volver recién después de tres generaciones
0:03:04 Y así fue, ahora, tres generaciones y tres cosechas es muy distinto
0:03:08 Y a la tercera generación trataron de volver
0:03:13 Se dispuso una flota, empezó a reivindir un ejército
0:03:19 Pero una nueva maldición cayó sobre ellos
0:03:24 Una peste, le pasaba de todo
0:03:29 Entonces fueron a consultar una vez más al oráculo
0:03:34 Y el oráculo les dijo que aquella maldición provenía
0:03:38 del enojo de una persona que ellos habían matado
0:03:44 Y recordaron que en una ocasión habían visto acercarse al campamento
0:03:50 A un adivino llamado Carno
0:03:53 Que era un hombre que en realidad venía con intenciones amistosas
0:03:57 Pero los Heráclidas creyeron que el tipo venía a atacarlos
0:04:04 O a maldecirlos o a generarle algún tipo de maleficio
0:04:09 Y entonces lo mataron, lo liquidaron
0:04:12 Un señor llamado Hipótes, uno de los Heráclidas
0:04:17 Con una jabalina con mucho rasco de croto
0:04:21 Bueno, crea su error porque se levantó una tempestad
0:04:24 Que dispersó y desbarató a la flota
0:04:26 Y después vinieron los males a causar los cuales estaban
0:04:30 Consultando al oráculo
0:04:33 Por cierto, fuera poco el hambre se abatió sobre el ejército
0:04:37 Y bueno, volvieron a consultar al oráculo
0:04:44 Que en realidad la única manera de solucionar
0:04:48 Aquel asunto era que desterraran al asesino de Carno
0:04:52 Por 10 años
0:04:55 Y además tenían que encontrar como guía
0:04:58 De su ejército a un ser que tuviera tres ojos
0:05:03 Bueno, primero era relativamente fácil
0:05:06 Se expulsó a Hipótes, aquel que había matado a Carno
0:05:11 Y estaban buscando a alguien con tres ojos
0:05:15 Hasta que después se presentó una metáfora bastante floja
0:05:20 Apareció un señor tuerto, montado en un caballo
0:05:24 Con sus ojos
0:05:26 Y entonces se pusieron, ya que eran poetas presosos
0:05:31 Que ese era el ser de tres ojos que estaban esperando
0:05:34 Y se llamaba Óxile, que era el rey de Élide
0:05:38 Entonces le ofrecieron la dirección del ejército
0:05:40 El rey de Élide, el tuerto
0:05:43 Pidieron solamente que le restituyeran su reino de Élide
0:05:48 Que había perdido
0:05:49 Vio que en aquellos tiempos se perdían reinos como quien pierde gorras
0:05:56 Sí, también se ganaban
0:05:58 También se ganaban, claro
0:06:00 Bueno, y entonces recién volvieron
0:06:04 Después de tantos consultas y tantos oráculos
0:06:08 Volvieron los Heráclidas al Peloponeso
0:06:12 Otro que sufrió una terrible maldición fue floja esta historia
0:06:16 Es floja
0:06:18 Y eso desde un tuerto en el caballo
0:06:23 Otro que sufrió una terrible maldición fue Ydomeneo
0:06:26 Era un rey de Cresta, hijo de Deucalión
0:06:29 Y nieto de Minos
0:06:31 Fue un héroe que sobresalió en la Guerra de Troya
0:06:35 Mandaba la flota Cretense con 80 naves
0:06:39 Cuando la guerra terminó
0:06:41 E inició su regreso desde Troya a Cresta
0:06:44 La flota de Ydomeneo se vio asotada por una tempestad
0:06:48 Como les pasó a todos los aqueos que venían de la Guerra de Troya
0:06:54 El regreso, también producto de correspondientes maldiciones
0:06:59 Fue pésimo para todos
0:07:02 Parece que la flota de Ydomeneo también sufrió
0:07:06 Los vientos no se detenían nunca
0:07:08 Y lo tenían al tipo de un lado para otro
0:07:11 Como zapallo en carro
0:07:13 En un momento pensando que todos iban a morir antes de llegar a Cresta
0:07:17 Ydomeneo ofreció a los dioses
0:07:21 Sacrificar el primer ser humano que encontrase en su reino
0:07:25 Si llegaba sano y salvo
0:07:28 Los vientos se detuvieron
0:07:31 Y la primera persona que se presentó ante Ydomeneo fue su hija
0:07:35 Bueno, entonces se desesperó ya que no podía dejar de ser fiel a la promesa
0:07:42 Entonces hizo un simulacro de sacrificio
0:07:45 De unos vistajes ahí, pero no mató a su hija
0:07:49 El dios Posidón, que era el dios del mar desde luego
0:07:53 El que había detenido a la tormenta
0:07:56 No creyó el simulacro
0:07:58 E inmediatamente se produjo en toda Creta una epidemia
0:08:02 Cuando los cretences enteraron a ser que a las razones de sus penas
0:08:07 Decidieron aplacar el enojo del dios
0:08:12 Espulsando y Domeneo apatadas para siempre
0:08:15 Y ese fue el destino del héroe de Troya
0:08:18 Tuvo que vivir toda su vida fuera de su tierra natal
0:08:24 No sabemos qué pasó con la epidemia que asolaba la ciudad
0:08:27 Pero después de todo que nos importa
0:08:29 Ya debe haber terminado
0:08:31 Acerca de los cretences hay otra maldición también
0:08:35 Una vez le tocó a Ydomeneo
0:08:38 Ser Árebitro en un concurso de belleza que disputaban Tétis y Medea
0:08:42 Y Domeneo eligió a Tétis, yo hubiera hecho lo mismo
0:08:46 Pero Medea se enojó
0:08:48 Y dijo todos los cretences son unos embusteros
0:08:52 Y maldijo la raza de Ydomeneo
0:08:54 Condenándola a no decir jamás la verdad
0:08:56 Y ese es el origen de la creencia
0:08:58 Conforme era cual todos los cretences son mentirosos
0:09:02 Y ahí proviene también la famosa paradoja de piménez
0:09:07 Es que partiendo de la base de que todos los cretences mienten
0:09:14 ¿Qué pasa cuando un cretence se presenta
0:09:17 Y dice estoy mientiendo?
0:09:21 Si está mintiendo ya que todos mienten
0:09:25 Entonces dijo la verdad
0:09:29 Pero si dijo la verdad entonces mintió
0:09:35 Porque dijo que estaba mintiendo
0:09:37 Ese es la vieja paradoja de piménez
0:09:40 Que se repite después por mucho tiempo
0:09:43 De muchas maneras diferentes no importa
0:09:47 Una manera muy linda es la que asume en el Quijote
0:09:51 En el Quijote y en la isla que gobierna Sancho Pansa
0:09:59 Me parece que es ahí
0:10:01 Un guardia recibe la orden de hacerle una pregunta a cada viajero que llegue
0:10:09 Y entonces el que miente tiene orden de ahorcarlo
0:10:16 El que dice la verdad lo deja pasar
0:10:18 Y llega un ginecte y el guardia le hace la siguiente pregunta
0:10:24 ¿A qué vienes?
0:10:26 Y él dijo vengo a que me ahorquen
0:10:28 Y entonces si lo ahorcaban estaba mal
0:10:35 Porque el tipo había dicho la verdad
0:10:37 Y si no lo ahorcaban pues entonces merecería ser ahorcado
0:10:41 Porque había mintido
0:10:44 En otra forma es muy linda de la paradoja de piménez
0:10:47 Este está en el Quijote
0:10:49 Hablando de Posidón
0:10:53 También este Dios ha hecho sufrir de ser a ciudades enteras
0:10:58 Vamos a ver lo que pasó con la ciudad de Argos
0:11:00 El Dios estaba con la montura laveada
0:11:03 Porque Quiro Sintos estaba enojado
0:11:05 En la división de los distintos reinos
0:11:08 Argos fue adjudicado a Era
0:11:11 Y no a él
0:11:13 Y entonces de bronca de envidioso que era
0:11:15 Decidió dejar a Argos sin agua
0:11:17 Tiempo más tarde
0:11:21 A Mimone una chica
0:11:23 Que era la más hermosa de las 50 hijas del rey de Libia
0:11:27 Dana o las Danaides
0:11:29 Saben ustedes era en 50
0:11:37 Acompañó a Mimone a su padre
0:11:39 A Argos para que se hiciera cargo del trono
0:11:42 Se estableció Dana en el trono de Argos
0:11:46 Envió a sus hijas en busca de agua
0:11:48 Dicen, no hay agua que andaba a Dana a buscar agua
0:11:50 Y a Mimone partió con sus hermanas
0:11:52 Luego de una larga caminata quedó apartada de las otras 49
0:11:57 Y se durmió en el campo
0:11:59 Mientras dormía surgió un sátiro
0:12:03 Que trató de atropellarla aquí entre nosotros
0:12:06 Entonces la joven llamó en su ayuda a Posidón
0:12:09 Posidón, Posidón
0:12:11 El Dios se presentó al instante
0:12:13 Repelió al sátiro
0:12:15 Con un golpe de tridente
0:12:17 Y a Mimone otorgó al Dios lo que había negado al sátiro
0:12:21 Y así fue como Posidón ya completamente enamorado de a Mimone
0:12:25 Le reveló la existencia de la fuente de Lerna
0:12:28 Para que consiguiera agua
0:12:30 Y después, más enamorado todavía
0:12:32 Comenzó a juerear con su tridente las rocas
0:12:35 Para que la agua fluyera de ellas
0:12:38 Y regara nuevamente la ciudad de Argos
0:12:41 Una simpática situación
0:12:45 Pero la más terrible para mí fue la sufrida por Minos
0:12:49 El rey de Creta, que estaba casado con Pacifáez
0:12:52 Pero igualmente se le atribuían muchas aventuras amorosas
0:12:56 Y en realidad eran tantas que la mujer Pacifáez
0:12:59 Se enojo y le echó una maldición espantosa
0:13:04 Todas las mujeres con las que el rey Minos se acostaba
0:13:07 Morían devoradas por escorpiones y serpientes
0:13:11 Que le insalían del cuerpo al propio Minos
0:13:15 En el mejor momento del asunto
0:13:18 Imagínese, pobre tipo
0:13:21 ¡Oh, qué suave! Te amo, no sé qué
0:13:24 Yo me quejo de las polísias, mira
0:13:26 Vino una dama llamada Procris
0:13:29 Que la libró, lo libró a Minos de aquella maldición
0:13:33 En realidad Procris conocía el antídoto
0:13:37 Que podía librar lo a Minos de aquel asunto
0:13:41 Tenía unas hierbas mágicas que le había dado la maga sírese
0:13:48 Entonces la muchacha le dijo a Minos
0:13:52 Que ella se iba a costar con él y le iba a curar
0:13:56 Pero a cambio quería dos cosas que Minos tenía
0:14:00 Que era un perro que no dejaba escapar
0:14:04 Nunca la pieza que perseguía
0:14:06 Y una jabalina que jamás cerraba el blanco
0:14:11 Entonces bueno, curó a Minos, estuvo con él
0:14:17 Se llevó el perro y la jabalina
0:14:20 Pero después se fue de Creta porque los celos de Pacifáez
0:14:23 Era muy peligroso
0:14:26 Y una última maldición extraña fue la de Hypno
0:14:30 Hypno es la personificación del sueño
0:14:33 Saben ustedes, el hijo de la noche y el éremo
0:14:36 Y hermano gemelo de la muerte
0:14:39 ¿Qué otra cosa es un desmayo?
0:14:42 Qué un ensayo de la muerte
0:14:46 Calderón de la barca, decía
0:14:48 Bueno, vivía Hypno en el infierno
0:14:52 Se trataba de un señor alado
0:14:54 Que recorría velozmente la tierra
0:14:57 Y aletargaba a los demás seres
0:15:00 Y sí, una disión fue curiosa
0:15:02 Se enamoró de Endimión
0:15:05 Otro señor llamado Endimión
0:15:08 Y como le gustaban tanto sus ojos
0:15:11 Hizo que Endimión durmiera por el resto de sus días
0:15:15 Con los ojos abiertos
0:15:17 Porque Hypno no podía soportar
0:15:19 Y durante el sueño de su amado
0:15:22 No pudiera mirar sus ojos
0:15:25 Así que el pobre Endimión
0:15:29 Durmió así toda su vida
0:15:32 Con gran sequedad de su público
0:15:34 Claro, pobre, sí
0:15:36 La mirada del dormido es una mirada también
0:15:39 Sí, que prefiero que sea de los ojos
0:15:41 Sí, perdida
0:15:42 Bueno, he ido a la discoteca
0:15:44 Hablé con el discotecario
0:15:46 Y empezó la última
0:15:48 Esta
0:15:50 Porque él también dormía con los ojos abiertos
0:15:53 Mitá por miedo a que lo robaran
0:15:56 Porque viaja mucho en su terreno
0:15:59 Pero señor
0:16:01 Y entonces sin hacer caso de maldiciones
0:16:05 De maleficios, me dio un disco sobre ojos
0:16:08 Y se trata de este lindobal
0:16:12 Que a veces cantamos nosotros
0:16:14 Y nos llama a unos ojos
0:16:16 Que vamos a escuchar en la versión
0:16:18 Del orquestra de Anibal Troilo
0:16:20 En Mundo Rivero y Aldo Calderón
0:16:23 Esta es la versión que escucharemos
0:16:26 De este bal
0:16:27 A unos ojos que fue compuesto
0:16:30 Conmemoración de ese episodio
0:16:33 En el que Hypnos maldice a su amante Endimión
0:16:38 Para que nunca pueda dormir con los ojos cerrados
0:17:26 Tus ojos que contemplo con delicia
0:17:30 Vienen el mismo brido de la aurora
0:17:34 Vienen la suavidad y la calicia
0:17:38 Y la dulce mirada que enamora
0:17:41 Y por eso yo los adoro
0:17:45 Y hasta el apunto del alma me envenece
0:17:49 Y a ver y por arre despele a cuando yo
0:17:53 Y se mueren mi amor cuando lo dejo
0:17:57 Y se mueren mi amor cuando lo dejo
0:18:01 Y se mueren mi amor cuando lo dejo
0:18:11 Vienen sabes que mi vida está en tus ojos
0:18:16 Ellos son mi alegría y mi amargura
0:18:20 Ellos me hacen sufrir con sus enojos
0:18:24 Y me deran de paso en su ternura
0:18:27 Ay, me deran de paso en su ternura
0:18:31 Y por eso yo los adoro
0:18:35 Y hasta el apunto del alma me envenece
0:18:39 Y a ver y por arre despele a cuando yo
0:18:55 Tus ojos de mirada adormecido
0:18:59 Vienen la suavidad del agua en calma
0:19:03 Y muestran en sus ojos cuando cristalino
0:19:07 La divina pureza de tu alma
0:19:11 La divina pureza de tu alma
0:19:15 Y por eso yo los adoro
0:19:18 Y hasta el apunto del alma me envenece
0:19:22 Y a ver y por arre despele a cuando yo
0:19:36 Cuando lo dejo
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