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0:00:13 Vamos a contar una historia de la patria. Hablaremos de Mariano Pasqual Necochea y de su amor Pepita Sagra.
0:00:28 Mariano Necochea nació en Buenos Aires en 1792. Su padre era de Navarra.
0:00:36 Bueno, es un apellido, ¿no? Vasco. Su madre se llamaba Mercedes Arasa.
0:00:42 Qué lindo la Mercedes Arasa. Y era criolla.
0:00:47 El viejo Don Casimiro murió en 1801 y subió 5 años más tarde.
0:00:55 Pero no se murió 5 años más tarde. 5 años más tarde se casó con otro.
0:01:00 Y se casó con el hijo del virrejo Joaquín del Pino. El virrejo del Pino.
0:01:06 Bueno, no importa. El caso es que al pibe, a Mariano, lo mandaron a estudiar a España y volvió allá por 1809.
0:01:15 17 tenía. Y volvió influido por las luchas patrióticas de los españoles que estaban invadidos por los ejércitos franceses.
0:01:27 Recuerde, sea aquella costa, los fusilamientos en 1808, Napoleón en Francia, el hermano de España, el hermano de Napoleón.
0:01:38 En fin, eran las vísperas de mayo, ¿no? Aquí. Y en el coche se incorporó entonces a la lucha emancipadora, fíjese usted.
0:01:47 En abril de 1812 se había convertido en alfeles del regimiento de Granadero Sacaballo, que organizaba San Martín.
0:01:56 Y así empezaba una brillante carrera militar. Un año después tuvo su bautismo de fuego, nada menos que en el combate de San Lorenzo.
0:02:06 Allí mostró un comportamiento tan notable en la lucha que fue elevado a capitán, tenía 20 años.
0:02:13 En 1814 San Martín fue enviado al norte para tomar el mando del ejército patriósta.
0:02:20 Y en el coche lo acompañó. Fue por esos tiempos que, además de su fama de estupendo guerrero, apareció también su fama de hombre galante y gran seductor.
0:02:33 Era muy apuesto, alto delgado y de conquistadores modales, especialmente con las mujeres, dice aquí.
0:02:44 Y un modo a mi juicio súper fluo.
0:02:48 Bueno, su primer amante fue doña Olanieta, una cosa o la otra.
0:02:56 Señor, a Olanieta da nombre.
0:02:58 La hermosa esposa de general español, Pedro de Olanieta.
0:03:04 Mientras su marido combatía en el Alto Perú contra los rebeldes, esta señora de Olanieta se entregó un arduo romance con Nacochea.
0:03:15 Según ha contado Vicente López, la mujer aprovechaba sus encantos para seducir a los oficiales criollos
0:03:25 y obtener de ellos información útil a los realistas, tal como, en sentido contrario, en el campo patriótano hacía Macacha Güemes.
0:03:34 Pero al parecer, doña Olanieta, primero le quiso sacar secretos a Nacochea, pero al final terminó enamorada de aquel hombre.
0:03:46 Él no le dio mucha importancia y la abandonó rápidamente.
0:03:50 Al poco tiempo se casó, en Potosí, con María Dolores del Puente.
0:03:55 ¿Qué lugar para sentir dolores?
0:03:58 Con ella, con María Dolores, tuvo a su única hija Benjamina.
0:04:03 Pero las ausencias demasiado prolongadas agotaron pronto el amor, no de María Dolores, sino de Nacochea, que se cansó y la dejó.
0:04:16 Y enseguida se enamoró de Ostras.
0:04:18 Era la esposa de un jefe español.
0:04:20 Parece que vencer a los realistas en el campo de batalla y también en el lecho era muy atractivo para este Nacochea.
0:04:31 Hasta San Martín conocía su fama en aquel aspecto.
0:04:35 Por entonces lo habían ascendido a Sargento Mayor por su asaña del Tejar.
0:04:41 Parece que se emidió a esnudo, saltándose, gron un caballo en pelo.
0:04:46 Sí, señor, claro.
0:04:49 El caballo que estaba en pelo quién era?
0:04:52 Nacochea, ya se ha dicho que estaba se emidió a esnudo.
0:04:55 Ah, él era, el caballo, se emidió a esnudo a sentar en pelo.
0:04:59 Era estar completamente desnudo.
0:05:05 Bueno, parece que con un sabre en la mano.
0:05:09 Logro abrirse paso entre un enorme grupo de españoles que lo habían sorprendido durante la noche.
0:05:16 Cuando San Martín le vio asumir la gobernación de Cuso y preparar el ejército libertador de Chile y Perú,
0:05:24 volvió a elegir a Nacochea y lo nombró jefe del quinto escuadrón de Granaderos destinado a ser su escolta.
0:05:32 A principios de 1817 Nacochea cruzó los Andes, fue el primero a pisar tierra chilena, pero bueno, es una cuestión casual.
0:05:43 Más tarde tuvo una decisiva actuación en Chacabuco.
0:05:47 Nacochea cargó con su escuadrón desde lo alto de la montaña contra los españoles que estaban amenazando a Oji y Ginza.
0:05:56 Los españoles que fueron derrotados en Chacabuco se fugaron hacia Valparaíso para poder embarcarse con rumbo al Perú.
0:06:05 La ciudad de Santiago quedó sin autoridades y presa del pánico por los aqueos de los vándalos que aprovechaban la situación.
0:06:14 San Martín ordenó a Nacochea que pusiera orden en Santiago y enseguida que persiguiera los que se habían fugado a Valparaíso.
0:06:23 Pero durante esta persecución ocurrió algo.
0:06:28 Marchaban y consiguen a todo Galoppe cuando divisó un carruaje que siga espiantando con rumbo a la costa y empezó una persecución.
0:06:39 Ya cerca del carruaje cuando estaba a punto de alcanzarlos apareció una banda de salteadores, unos bandoleros.
0:06:47 Detuvieron el coche y bajó un oficial español para enfrentarlo y los tipos lo mataron.
0:06:54 Enseguida bajó también una chica, joven y hermosa, que se inclinó sobre el cuerpo del oficial tendido.
0:07:03 Al observar más de cerca la mujer y al advertir que se trataba de una belleza, Nacochea empezó a combatir a los salteadores.
0:07:16 Los mató a todos. Desapareció el peligro. La dama que había caído ya fascinada por el valiente ya aclaró que el muerto era el elédecan de su marido.
0:07:30 Y dice, este que mataron es el elédecan de mi marido.
0:07:34 Y quién es su marido? le pregunto en el cochea. Mi marido es nada menos que el coronel español morgado.
0:07:42 Bueno, volvieron a Santiago. La muchacha se llamaba Josefa Sagra Morgado, Pepita Sagra.
0:07:52 Me cochea, empezó a hablarle, hicieron amantes, yo como son estas cosas, como le va, qué dice.
0:08:01 Cuando Morgado, el marido, que estaba prófugo, era uno de los españoles que había rajado de Santiago.
0:08:08 Y se enteró, estaban las afueras de Santiago. Se puso como lo que imaginése y decidió entrar solo en la ciudad para pelearlo a Nacochea.
0:08:19 Poco se sabe de lo que sucedió entre el ofendido Morgado y el ofensor Nacochea.
0:08:28 Lo cierto es que un día San Martín, que conocía las relaciones entre Pepita y el jefe de su escolta,
0:08:35 se enteró de que Nacochea había recibido un tiro en la mano, según él accidentalmente.
0:08:43 Además se enteró de que el coronel Morgado había sido encontrado en la ciudad y detenido.
0:08:51 Pobre salir en la mano, seguramente hubo un duelo galante que no conocemos,
0:08:57 Nacochea no pudo participar de la batalla de Maipum en 1818.
0:09:02 Más tarde, este Morgado, el marido de Pepita, fue muerto en San Luis.
0:09:09 Lo habían encerrado en la cárcel, quiso escapar junto a otros realistas y lo liquidaron.
0:09:16 Viuda, entonces, Pepita sagra, se entregó ya definitivamente a los brazos de Nacochea.
0:09:22 Igual ya se había entregado.
0:09:26 Bueno, ahí en Chile las muestras de amor de Pepita y Nacochea eran permanentes.
0:09:31 Lo ido latraba.
0:09:32 Ella incluso se enteró.
0:09:35 Se enamoró.
0:09:37 Mire lo que hizo.
0:09:39 Un día se acuerda que tenía una hija en la camina,
0:09:43 que vivía, quedó con la madre, con María Dolores, la que la abandonó.
0:09:47 Estaban viviendo en Buenos Aires.
0:09:49 Y una noche, en Nacochea, después del amor, vio cómo es.
0:09:53 Dice que es el yo.
0:09:56 Bueno, que bruto también.
0:09:59 La verdad, le comentó así como una cosa.
0:10:02 ¿Cómo extraño a mi hija, Benjamin, a cómo me gustaría volver a verla?
0:10:06 Y se durmió.
0:10:08 Se durmió y le agregó yo.
0:10:11 Y esta mujer, que solo quería complacer a Nacochea, cruzó la cordillera,
0:10:18 llegó a Mendoza y desde allí fue a Buenos Aires.
0:10:22 Raptó a Benjamina, que vivía con la madre,
0:10:26 la llevó hasta Mendoza, cruzó la cordillera otra vez y la entregó a su padre.
0:10:30 ¿Qué es esto, dijo Nacochea?
0:10:33 Esta es tu hija.
0:10:35 La extrañaba a cara a Tenejo.
0:10:37 Bueno, él no lo podía creer.
0:10:39 Claro que se emocionó, pero después él dijo que en un momento, que es esto.
0:10:44 Pensó, ¿cómo estará la madre desesperada?
0:10:48 Yo no quiero ser la causa de la desesperación de una madre.
0:10:51 ¿Qué se yo?
0:10:52 Entonces la mena no dijo nada.
0:10:54 Y al otro día agarró a la niña y otra vez cruzó la cordillera
0:10:58 con la niña Lomo de Mula, la devolvió y volvió a Mendoza para cruzar por cuarta vez la cordillera.
0:11:07 Desde entonces Nacochea ya no dijo nada.
0:11:13 En 1821 Nacochea se embarcó en la fragata consecuencia, rumbo al Perú.
0:11:20 Luchó en pisco y en las sierras, entró triunfante, entró triunfante, es muy difícil, ¿no?
0:11:28 En Alima, antes que nadie, siempre llegaba primero.
0:11:33 En ese año para tristeza de San Martín Nacochea se retiró del ejército de los Andes
0:11:39 con el grado de General de Brigada.
0:11:41 Se retiró a Trujillo para vivir en paz con Pepita Sagrada.
0:11:45 Bonto.
0:11:46 Sin embargo no pudo resistirse a su impulso por volver a luchar.
0:11:52 Regresó al Perú y se incorporó al ejército de Bolívar.
0:11:57 Cambió de proces.
0:11:59 Y en 1824 participó la Batalla de Junín, fue el año de Sisi, el triunfo final.
0:12:06 En 1824 fue la última batalla de Allacucho.
0:12:09 Él participó en la de Junín y transformó lo que parecía una derrota
0:12:15 en una de las más gloriosas victorias de la emancipación.
0:12:20 Nacochea había previsto una fuerza de reserva al mando del Colonel Suárez
0:12:26 que tenía que avanzar retrasada, sin ser vista por el enemigo
0:12:30 y con orden de atacar en caso de que la otra tropa sufriera un revés inicial.
0:12:37 Cosa que pasó, los realistas vencieron a la primera tropa patriota.
0:12:44 Y entonces creían que el triunfo les pertenecía
0:12:48 y en ese momento apareció el Colonel Suárez.
0:12:51 Chao, salieron todos rajando.
0:12:53 Y en medio de la refriega Nacochea recibió 11 heridas de lanza, imaginad de vos.
0:12:59 Casi muerto lo trasladaron a Tarma y así no murió.
0:13:05 Porque hubo otro extraordinario gesto de una dama.
0:13:11 Los médicos habían recomendado que las heridas de Nacochea
0:13:14 fueran limpiadas a través de subciones con la boca.
0:13:19 Y una dama española subjugada por el héroe se prestó.
0:13:25 Dijo, ¿a dónde...?
0:13:29 ¿A dónde está el enfermo?
0:13:35 ¿A dónde le duelen?
0:13:37 Pero, en eso, ¿quién llega?
0:13:40 Pepita sagra.
0:13:42 Dejen o más, dice, que a mi marido...
0:13:46 Sí, yo lo atiendo.
0:13:51 Y asumió a ella con dedicación exclusiva el cuidado de Nacochea.
0:13:55 La convalescencia fue larga y penosa, pero al fin se recuperó.
0:13:59 Nacochea no quiso mezclarse en las luchas políticas del Perú,
0:14:03 ni en las del resto de las nuevas repúblicas lideradas por Bolívar.
0:14:08 En 1826 quiso volver a su patria y ofreció su servicio frente a la guerra con Brasil,
0:14:15 y se asesinaba.
0:14:17 Viajó solo Buenos Aires.
0:14:19 Bueno, Nacochea pensaba que su experiencia de San Lorenzo, el ejército al norte,
0:14:25 la libertad de Chile y el Perú le darían un prestigio,
0:14:28 una preminencia sobre cualquiera de los otros generales destinados a la guerra.
0:14:33 Pero Riva Davia dio libre y guarde.
0:14:36 Lo nombró jefe de una reserva para ser usada en caso de necesidad.
0:14:42 Medio lo neutralizó con un nombramiento humillante.
0:14:47 Le ordenó que se yo, que tomara voluntarios cosas así.
0:14:55 Nacochea aceptó esa mínima tarea.
0:14:59 Al Brasil había partido, como sabemos, el general Alvear.
0:15:04 Riva Davia advirtió que Nacochea podía ser un enemigo político,
0:15:10 que el pueblo podía preferirlos y que volvía triunfante de la guerra.
0:15:16 Tenía que alejarlo como había hecho antes con San Martín.
0:15:20 Nacochea una vez más quiso evitar las luchas políticas y se fue a Lima
0:15:25 y se encontró con Pepita Sagra.
0:15:28 En Lima era mirado y venerado y se quedó allí para siempre.
0:15:33 Murió el 5 de abril de 1849 a 57 años.
0:15:38 El gobierno de Nacochea, que se reposa en Lima, en la iglesia de San Carlos,
0:15:43 le dejó toda Pepita Sagra de quien no sabemos que fue.
0:15:48 En 1949, según el Mente falleció,
0:15:54 en 1949, al recordarse el primer centenario de la muerte de Mariano Nacochea,
0:16:02 el gobierno del general Perón pidió el traslado de sus retos a Buenos Aires.
0:16:08 Las autoridades peruanas dijeron que Nacochea había vivido mucho más tiempo en Perú que en la Argentina,
0:16:15 que se había transformado el ciudadano peruano por propia decisión,
0:16:19 que el pueblo de Perú lo amaba y que era mariscal de sus escárcitos y no aceptó ese pedido.
0:16:27 Es el Nacocheal de la localidad valdiaria posiblemente.
0:16:34 Y Pepita Sagra o Sagra, que era la mujer de otro tipo, pero bueno...
0:16:42 Le puso onda ahí.
0:16:44 Le puso onda.
0:16:46 Ahora eso de ir a buscar a la hija nomás que la tenés, cruzar la cordillera cuatro veces, eso para mí es demasiado.
0:16:54 Yo cuando una mujer me da semejante muestra de adoración lo primero que hago es salir a rajar.
0:16:59 La cordillera.
0:17:01 La cordillera es toda la cordillera.
0:17:03 Con la hija, con la hija.
0:17:05 A lo largo de mula, con la hija.
0:17:07 Mira si se cae.
0:17:09 Eso es lo primero que hubiera dicho yo.
0:17:11 Mira si se cae.
0:17:13 Cuánto tardó.
0:17:15 Creo que veintián.
0:17:17 Igual es la hija le fue creciendo en el camino.
0:17:20 Vamos a escuchar entonces un tango que hace alusión.
0:17:25 ¿Serio?
0:17:26 Mariano Nacochea.
0:17:28 Es un tango que yo mismo he compuesto.
0:17:31 Y se llama El seductor.
0:17:33 Y lo escucharemos en la versión de Sandro.
0:17:37 Ufa.
0:17:49 Yo soy el seductor.
0:17:51 Puedo enseñarle los caminos periciosos que conducen por el amor.
0:18:00 Yo puedo conseguir.
0:18:02 Se lo aseguro.
0:18:04 Que el menor de sus caprichos se haga ley en los demás.
0:18:10 Estos truco son mentales.
0:18:14 Son encarnidos.
0:18:17 Mentillas dichas son sinceridad.
0:18:22 Amar es inventarse cada día falsedad o rotilas.
0:18:31 Ya lo verá.
0:18:34 Lobos al deseo.
0:18:38 Comen de mi mano.
0:18:40 Y cumbre con mi voluntad.
0:18:45 Y canciones pulgares.
0:18:48 Párate ese cartón y joyas para hacer segundo amor.
0:18:59 Dígale que es bello.
0:19:02 Hacáles regalos.
0:19:04 Por ejemplo, un velador.
0:19:10 Vista de ríe y fija indiferencia.
0:19:15 Se lo dice El seductor.
0:19:30 Mas suele suceder en ocasiones.
0:19:34 Los 11 congelados no parecen resultar.
0:19:40 Por suerte esto lo ocurre con frecuencia.
0:19:44 Una o dos veces en la vida le aseguró que no más.
0:19:51 Son sombras o espectros.
0:19:54 Son fantasmas.
0:19:57 Que algunos llaman verdadero amor.
0:20:03 Entonces caballero, yo lamento.
0:20:08 Su camino es el momento.
0:20:12 Y del dolor.
0:20:15 Lobos al deseo.
0:20:18 Morderán su alma.
0:20:21 Perderán su voluntad.
0:20:25 Y canciones sombras.
0:20:29 Pances en menor.
0:20:31 Y el llanto siendo el segundo amor.
0:20:39 Para conquistar.
0:20:42 Vaya este infierno.
0:20:45 Y viste a un gáseto.
0:20:47 Va a morir.
0:20:51 Usted y yo.
0:20:53 Sabemos que la vida
0:20:58 vale menos
0:21:02 que el amor.
0:21:17 Era Sandro de Alejandro Dolina, El seductor.
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