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0:00:00 Miguel Ángel contra los Métis
0:00:05 En más de 1527 estalló en Florencia una revolución que expuso a los Métis.
0:00:15 Los repusados eran, según algunos historiadores, mediocres descendientes de Cósimo de Lorenzo de Métis.
0:00:26 Segundó, no hay personas sin mucha importancia.
0:00:31 Nada los hacía buenos para el gobierno, salvo su parentesco con el Papa, Clemente Cértimo, que era Florencio y no.
0:00:40 Y era también Métis, se llamaba Julio Piedra.
0:00:43 Los gobernantes de puestos eran Hipólico y Alejandro, y eran sobrinos del Papa.
0:00:50 Pertenecientes a la familia Métis, expulsados de Florencia por una revuelta que se llamaba.
0:00:56 ¿Cáqueas? Muy bien.
0:00:58 Después de la revuelta, el Papa, naturalmente, que era el tío de los dos repulsados,
0:01:04 preparó un ejercito para restablecer el poder de sus sobrinos y esperó el momento adecuado para atacar.
0:01:12 Ya van a haber, o me imagino, lo que sé.
0:01:16 Miguel Ángel, que estaba del lado de los revolucionarios, fue invitado a formar parte del gobierno provisional,
0:01:24 establecido por un concaloniero Nicoló Caponi.
0:01:29 Esa invitación era para que Miguel Ángel trabajara como artista.
0:01:35 Los nuevos encargos estaban vigilos a retratarme, imagino yo, a celebrar a los héroes de aquella revuelta.
0:01:47 Rápidamente le dieron unas cuantas toneladas de mármol y un taller estupendo para trabajar,
0:01:54 cosa que en verdad Miguel Ángel había tenido muy pocas veces en su vida.
0:01:58 No era tan sencillo conseguir buen mármol y buenos talleres.
0:02:03 Los tipos de jerovenga, de hostella que sin partiza con nosotros, aquí tiene el mármol, aquí tiene el taller,
0:02:12 inmortalizan hoy una vez.
0:02:15 Pero vio a suceder que al poco tiempo cayó Caponi, de quien en realidad se sospechaba que instilgaba en secreto con el papa.
0:02:24 Se pensaba que este Caponi, que era uno de los jefes del gobierno provisional, estaba de acuerdo con el papa,
0:02:31 como hemos dicho, con los ejércitos ahí esperando el mejor momento para atacar.
0:02:38 Asumió entonces Carducci, la función, de un faloniero, y el nuevo jefe de Florencia,
0:02:46 y no creo que era mejor utilizar el talento de Miguel Ángel para otras actividades,
0:02:51 no para andar inmortalizando a los funcionarios.
0:02:54 Y lo nombró jefe de fortificaciones.
0:02:58 Miguel Ángel debía encargarse de la arquitectura de defensa de la ciudad.
0:03:03 Sabemos que Miguel Ángel ha sido un arquitecto bastante considerable.
0:03:09 Sin embargo, la arquitectura de defensa, digo, la construcción de murallas, de torres, etc.
0:03:21 Es una cosa tan usual que cualquier arquitecto tenga la obligación de saber.
0:03:27 Para esos trabajos, Miguel Ángel tenía que estar en contacto con Malatesta Valloni,
0:03:33 Malatesta Valloni, el general de los ejércitos en Florencia.
0:03:37 Malatesta era condotiero, quiero decir, que había entrado al servicio de Florencia porque le pagaban,
0:03:42 como senables.
0:03:44 Era un hombre, el amigo Malatesta Valloni, que como tanto por esos tiempos asumía la defensa de un Estado,
0:03:50 sin poseer ningún espíritu patriótico.
0:03:53 Y también necesitamos que, y particularmente en Italia, había casi tantos estados como ciudad.
0:04:00 No había un Estado italiano.
0:04:05 De modo que entonces parecía más usual que un hombre fuera cambiando de banda,
0:04:13 porque después de todo, hoy estaba con Ferrar, mañana con Bologna,
0:04:17 y pasado con Florentia, eso es, motocicleta, como fue.
0:04:24 El caso que entre Miguel Ángel y Malatesta Valloni surgían conflictos todos los días.
0:04:29 Miguel Ángel despreciaba al condotiero porque me parecía que era medio zaino,
0:04:36 le veía una vocación de traidor.
0:04:39 Y por otra parte, Malatesta despreciaba al artista que, convertido en improvisada satérea,
0:04:46 pretendía tratar con él de igual a igual en lugar de someterse a sus dictámenes.
0:04:51 Se cuenta que Miguel Ángel hizo una instrucción veloz acerca de algo,
0:04:55 de lo que se había poco, como hemos dicho.
0:04:57 Y yo iba a pasar unos días a Ferrar para aprender del Duque de Ferrar.
0:05:01 Había estado en la familia Reste, cuestiones acerca de la construcción de Murallas y la defensa ante un sitio.
0:05:10 El Duque, experto en polioarcética, así se llama esta ciencia,
0:05:14 dio varios consejos y Miguel Ángel, que tenía por entonces más de 50 años,
0:05:18 escuchó con enorme atención las indicaciones que se le hicieron.
0:05:23 Las indicaciones que se le hicieron.
0:05:26 El trabajo de Miguel Ángel era difícil.
0:05:29 Tenía que construir Murallas y para levantarlas a veces tenía que demoler barrios enteros.
0:05:36 Y con eso, naturalmente, se ganaba el dobro de muchos florentinos.
0:05:42 También tenía su cargo en la fortificación de otras ciudades vecinas,
0:05:45 que dependían de Florencia, como Pisa o León.
0:05:50 Cuentan que Miguel Ángel galopaba sin descanso de una ciudad a otra,
0:05:54 controlando los trabajos, corrigiendo los planos,
0:05:57 estimulando a los obreros con britos tales como Ea.
0:06:03 Había que trabajar a toda velocidad porque se prevía que los enemigos no tardarían en presentarse.
0:06:08 Los enemigos eran como se clade el papa que mente y sus faríontes medis
0:06:13 que venían a recuperar los pibeles que ocurrieron.
0:06:17 Mientras hacía su trabajo, Miguel Ángel observó que las medidas de protección
0:06:21 tomadas por mala cesta eran sospechosas.
0:06:25 Cipo miró, llegó a Eallón las medidas de propiedad de mala cesta.
0:06:36 Y que podían ser peligrosas para la ciudad.
0:06:39 Y lo elijo, pero ahora yo elijo casi.
0:06:42 Caducci, el nuevo mojalonero, ya había rejolido de un modo grosero
0:06:48 que él seguramente hablaba así de mala cesta porque estaba siloso el general.
0:06:53 Pero que en ti escucho estas advertencias de Miguel Ángel por el propio mala cesta.
0:06:58 Que hay que decirlo ahora que estamos solos.
0:07:01 Verdaderamente estaba planeando una traición.
0:07:05 Y él sí escuchó a Miguel Ángel y decía,
0:07:08 sí, qué sorpresa que lo voy a traicionar.
0:07:11 Un día en que el migrantes trabajaba en los bastiones de San Maniato,
0:07:14 uno de sus amigos, Rinaldo Corsini,
0:07:17 se le acercó y le dijo algo terrible acerca de lo que se había entegado.
0:07:21 Malapet, Tavallón, había dado a sus hombres la orden de asesinar a Miguel Ángel
0:07:27 porque era que se sospechaba de su traición.
0:07:31 Corsini, desesperado, le sumplicó a Miguel Ángel que usera deslorencia inmediatamente.
0:07:36 Y Miguel Ángel salió rajando.
0:07:39 Llegó hasta Venecia.
0:07:41 Allí le dieron una recepción con honores
0:07:44 y el ofrecimiento de pasar en la ciudad el resto de sus días
0:07:47 con una en la paga y un buen trabajo.
0:07:50 Se le propuso reconstruir el puente Rinaldo
0:07:53 y así a poco había sido destruido por el fuego.
0:07:57 El puente más lindo de los que había en Venecia.
0:08:00 Pero Miguel Ángel no aceptó porque a los pocos días le llegó una noticia espantosa.
0:08:05 Carducci creyó que Miguel Ángel era un traidor
0:08:09 porque había abandonado el trabajo de fortificación
0:08:13 y el castigo iba a caer sobre los familiares que tenían Miguel Ángel,
0:08:17 la llena de Florencia.
0:08:19 Allí estaban su hermano, su padre,
0:08:21 que podían ser desposeídos de sus bienes y encarceladas.
0:08:25 Entonces Miguel Ángel aún este...
0:08:29 ante el peligro volvió.
0:08:32 La ciudad resistía.
0:08:34 Mala testa todavía no había consumado su traición.
0:08:37 El Ejército extranjero, digo el Papa, con los amigos de los médicis,
0:08:41 se acercaba, pronto dio comienzo el sitio.
0:08:45 Nuevamente Miguel Ángel corrió de fortificación en fortificación.
0:08:50 Se encargó de evitar que los monumentos antiguos fueran dañados por la metralla.
0:08:55 Se lo vio para las cúpulas y a los campanarios para instalar en ellos cohesiones protectores.
0:09:02 Porque se lo se maquina con cañonadas, pero que es...
0:09:05 Llegó el día en que lo que él había anunciado se cumplió.
0:09:09 Mala testa valió y se pasó al enemigo.
0:09:13 Las puertas de las murallas que había construido Miguel Ángel se abrieron de par en par
0:09:20 y entraron los licenciores de los médicis y incluso los propios obrinos del Papa que habían sido expulsados.
0:09:27 Aquí ya defensa fue en vano, los médicis recuperaron el poder y vinieron las represales.
0:09:33 Los primeros encercados fueron naturalmente los que habían formado parte del gobierno.
0:09:38 Carduchis fue ejecutado con él todos los notables que se habían comprometido.
0:09:43 No se olvidaron de Miguel Ángel y los soldados fueron a buscarlo a su casa, pero no lo encontraron.
0:09:49 Se preguntaron al viejo, al hermano, a varios amigos, pero nadie sabía nada.
0:09:53 Lo mandaron a buscar en otra ciudad, espero que lo pueda.
0:09:57 Al cabo de un mes, los médicis que habían liquidado a todos los enemigos
0:10:02 pensaron que saldrían ganando si practicaban la clemencia.
0:10:05 La clemencia tardía es una actitud muy propia de los peores tirados.
0:10:10 Una vez que liquidan a todos sus enemigos y les da por la clemencia,
0:10:15 a mitad porque ya no tienen aquí en liquididad.
0:10:18 Pero como justo a Miguel Ángel no lo habían encontrado, esta clemencia tardía vino a favor de hacerlo.
0:10:26 Clemente séptimo hizo proclamar por toda Italia
0:10:31 que se garantizaría la vida de Miguel Ángel y que podría volver a disfrutar de sus honores.
0:10:39 Y entonces Miguel Ángel apareció.
0:10:41 Jamás había salido de la ciudad.
0:10:44 Durante todo el tiempo había estado escondido con la complicidad de un cura.
0:10:49 En el campanayo de la iglesia de San Nicoló poniéndose paños en los oídos,
0:10:57 porque estaba en el campanero que a veces sonaba las horas,
0:11:01 les llamaban a la misa, imaginaste vos.
0:11:03 Poco después Miguel Ángel y con resignación debió aceptar encargos de aquel mismo papa
0:11:10 y viajó a Roma para cumplir con ellos.
0:11:12 Lo que sucedió así la es parte de otra historia.
0:11:16 Esta solamente es la de la razonada revuelta contra los médicos
0:11:24 y la de el peligro que corrió la vida de Miguel Ángel.
0:11:31 Esconderse en un campanario es un asunto serio.
0:11:36 Suena muy fuerte, ¿no?
0:11:40 Y más en aquellos tiempos en los oídos de las personas no estaban adiestradas
0:11:46 por la concurrencia dicoteca, por el paso de motosutilistas de muchachos que llevan pizza
0:11:54 y todos esos ruidos por los perros.
0:11:57 Todos esos ruidajes que el ciudadano de hoy ha ido incorporando a sus costumbres,
0:12:04 que a lo mejor han cerrado en un campanario en mi niña o en las campanas.
0:12:08 Pero la gente de aquel entonces tenía oídos más delicados, me parece.
0:12:12 De hecho, Víctor Hugo, su personaje que vivía en el campanario,
0:12:15 recuerda, lo construyó sordo, alcorobado, por las campanas.
0:12:20 Muy bien. ¿A quién quiere dedicarles?
0:12:23 Con el coacimodo a Víctor Hugo.
0:12:25 No, al cura de San Nicoló, que le dio al verga el amigo de Ángel.
0:12:30 Lo escondió a Miguel Ángel, que tenía que hacer como la mitad de sus cosas.
0:12:37 Porque Miguel Ángel vivió mucho tiempo y laburó mucho.
0:12:42 Bueno, vamos a contar también lo que pasó con Piedmont después.
0:12:49 Hemos ido a la discoteca a buscar un disco sobre revoluciones en Florencia.
0:12:56 No había.
0:12:59 Sobre...
0:13:03 Malatesta valió, ni...
0:13:05 ¿Dan poco?
0:13:06 ¿Un balpecito sobre él, no?
0:13:09 Sobre el Papa Clemente VII y la recuperación del poder perdido por su pariel de tampoco.
0:13:19 Sobre el ruido que hacen las campanas, cuando uno está escondido en el campanario,
0:13:25 ahí empezó a ver.
0:13:29 Y en el mes de 2011, el rey se ha tomado que cantar ahora, Agustín Ilustra,
0:13:34 integrando el perigo Ilustra Júcer Marín.
0:13:47 Entonces tú tenías los otros primeros eras,
0:13:52 no me ha incluido el tesoro, me voy a comenzar a usar,
0:13:56 en un coleccio de un feminino, un chonero, y solo los amigos sabías rapacer,
0:14:03 del corazón de la mujer que daba su vida.
0:14:07 Ahí lo se ire un brante de gracias, humejín,
0:14:11 y yo te saludaba con mi mejor sonrisa,
0:14:15 que tú correspondías con la de Manjón, sí.
0:14:27 Vos eres el hombre que llamando a mi chaveón,
0:14:34 cuantas plumillas voló, cantaron de las campanas,
0:14:43 en la suelinda mañana, de mi coraja ilusión,
0:14:52 y te arrobaré para el mundo, me ajo al debo y a ti beso,
0:15:01 y solo traigo al regreso, cansancio en el corazón.
0:15:11 No sé si era pecado decirte que dices tú,
0:15:23 algo frente a la imagen, tal vez tú,
0:15:26 lo cierto es que haces el mundo en desventuras,
0:15:30 y por aquel sender tu amor e a la luz,
0:15:34 hoy seguirás con las valiosas palabras emocionadas,
0:15:40 que pura y tira amor en tanto que mi alma enferma
0:15:46 y deja usiada, soltó en la ventana el sueño evocador.
0:15:59 Mi sol, yo ya no he oído el venudo,
0:16:09 cuantas plumillas voló, cantaron de las campanas,
0:16:17 en la suelinda mañana, de mi coraja ilusión,
0:16:29 y te arrobaré para el mundo, me ajo al debo y a ti beso,
0:16:38 y solo traigo al regreso, cansancio en el corazón.
0:16:58 Hemos escuchado al trío argentino interpretando Niza de Once.
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