Transcripción automática
0:00:00 ¿Será terrible desde el teatro auditorium de la ciudad de Mar del Plata la semana que viene en Montevideo?
0:00:12 Cuando termine el programa estaremos en el hall, como siempre estamos sacando los fotos y saludando.
0:00:19 Digo porque algunos ya están sacando aquí y no nos molestan absoluto, al contrario nos gusta,
0:00:25 pero nos vamos a quedar hasta que saquemos todas las fotos que sean necesarias.
0:00:31 Vamos al tema iniciado del programa de hoy.
0:00:35 Sabe que en este programa hay muchos catálogos de milagros, juntamos milagros.
0:00:42 Y hoy tenemos uno muy lindo, vamos a contar algunos milagros.
0:00:47 Incluso milagros chinos, que son milagros muy breves y sencillos. Empezamos con este.
0:00:55 En el siglo VIII los Longobardos, que era un grupo germánico que había invadido el norte de Italia,
0:01:02 los Longobardos hicieron prisionero a un diácono y lo querían degollar.
0:01:08 Tenían ahí presos, lo vamos a degollar, lo vamos a degollar.
0:01:11 Había por ahí también un sacerdote llamado, disculpen ustedes, Santulo.
0:01:17 Se llamaba Santulo y eran felices los tres.
0:01:24 Entonces, Santulo, que me dio andaba bien con los Longobardos,
0:01:29 consiguió que le dejaran a su cargo la custodia de este diácono al que pensaban degollar.
0:01:36 Y yo lo voy a cuidar. Los Longobardos dijeron, pero no lo voy a dejar escapar.
0:01:40 No, no, dijo Santulo, respondo con mi vida. Si el prisionero se escapa, mátenme a mí.
0:01:48 Y el prisionero se le escapó.
0:01:55 Pero Santulo se ofreció incluso voluntariamente a los invasores y dijo, bueno, no lo persigan.
0:02:02 Aquí estoy yo. Me hago cargo.
0:02:05 Y los Longobardos los condenaron a muerte.
0:02:08 Y entonces es cuando empieza a suceder algo milagroso.
0:02:13 Cuando llegó el momento de decapitar a Santulo,
0:02:17 el verdugo quedó con el brazo levantado sin poder descargar el golpe.
0:02:22 Y pues yo llegué y quedó con el brazo así, detenido en el aire.
0:02:27 Santulo lo había inmovilizado o mejor todavía.
0:02:32 La divinidad lo había inmovilizado al verdugo para salvar a Santulo.
0:02:38 Salvar a Santulo suena extraordinario.
0:02:42 Bueno, en medio de esta escena, a saber Santulo acostado esperando el golpe
0:02:47 y el verdugo detenido con el hacha en alto,
0:02:52 y Santulo prometió, aprovechando que estaban todos quietos,
0:02:56 prometió restituirle el movimiento al verdugo
0:03:00 después de hacerle jugar a él.
0:03:03 Yo no sé cómo habrá jurado al verdugo que no podía moverse, pero bueno.
0:03:07 Lo hizo curar al verdugo y a los jefes Longobardos
0:03:11 que después de esa ejecución no matarían a ningún cristiano más.
0:03:16 Cuenta la crónica que los Longobardos, algunos espantados
0:03:20 y otros evangelizados al instante al ver semejante prodigio,
0:03:25 liberaron a Santulo.
0:03:28 Le ofrecieron bueyes y caballos e incluso la libertad de otros presos que habían tomado.
0:03:34 Después de ese reconocimiento, el verdugo recuperó su andar.
0:03:40 Este es el primer milagro, un milagro un poco flojo,
0:03:44 solamente salvado por el nombre del protagonista.
0:03:50 Segundo milagro, lo ha contado San Ambrosio
0:03:54 y sucedió en los primeros tiempos cristianos.
0:03:57 Inés era una hermosa doncella romana.
0:04:02 Había abrazado el cristianismo y hecho votos de castidad.
0:04:08 Al verla, el hijo del noble Sempronio se enamoró de ella,
0:04:15 pero no podía seducirla con dadivas ni con ruegos.
0:04:19 Bueno, no son dos métodos muy nobles de seducción.
0:04:22 Usted cómo seduce en los bailes,
0:04:24 con dadivas primero y con ruegos después,
0:04:27 daré que te cuesta y tomar estos 20 centavos.
0:04:37 Bueno, para decirlo bien, el hijo del noble Sempronio estaba enamorado,
0:04:41 trataba de seducirla, no se vio de qué modo, y nada.
0:04:45 El padre, el muchacho, es decir, el propio Sempronio,
0:04:48 se entiró del mal de amor de su hijo
0:04:51 y ordenó como funcionario y noble que era,
0:04:54 Inés, que se rindiera a los deseos del joven.
0:04:58 Le dijo, hoy, Inés, como funcionario,
0:05:02 te ordeno que te rindas a los deseos de este joven
0:05:05 que casualmente es mi hijo.
0:05:06 Y ella se negó con firmeza.
0:05:09 Sempronio, entonces, la hizo exponer desnuda en una mansevilla.
0:05:14 Ahora vas a ver, dijo. Mejor dicho, ahora van a ver.
0:05:18 Y ahí es donde vino el milagro.
0:05:21 Dice la historia, es un milagro extraordinario.
0:05:24 Para disimular la desnudez
0:05:28 y en defensa del pudor de esta doncella,
0:05:31 comenzó a crecerle en su cabeza
0:05:34 y a brotar de modo visible
0:05:37 gran cantidad de pílido
0:05:40 que ella usó con toda astucia
0:05:43 para tapar aquello que había sido obligada a mostrar.
0:05:48 Pero los milagros no terminaron allí.
0:05:51 El hijo de Sempronio quiso tocar a su amada
0:05:55 corriendo esa cortina de cabellos
0:05:58 que parecía la de una peluquería, ¿no?
0:06:01 que cubrían a la chica.
0:06:03 Pero al tocarla, cayó muerto a sus pies.
0:06:10 Estas historias siempre tienen su momento edificante, ¿no?
0:06:14 Es decir, como este.
0:06:16 Parece que Sempronio, naturalmente,
0:06:18 quedó destruido por la pérdida de su hijo.
0:06:21 Y Eynés, con sus rezos, mire qué buena que era,
0:06:24 obtuvo la resurrección del enamorado.
0:06:28 El pibes que había caído muerto resucitó.
0:06:32 Pero eso sí, nunca correspondió a su amor.
0:06:36 Porque vio como es uno, ¿no?
0:06:39 Los resucitás a uno y ya se creen con derecho a todo.
0:06:44 Le dijo la mina, no crea que porque lo resucité
0:06:48 voy a andar concediendole otros favores.
0:06:52 Dijo mientras se peinaba todos los pelos que tenía
0:06:56 con glóctora.
0:07:00 Me gustó este milagro, ¿no?
0:07:01 Sí, claro, me gustó muchísimo.
0:07:03 Algunos milagros chinos muy breves.
0:07:06 Ha habido otro milagro más brutal todavía,
0:07:09 de una donsella que quería conservar su castidad,
0:07:13 que era muy hermosa, y accediendo a sus rezos,
0:07:16 el cielo la volvió fea.
0:07:21 Es decir, la cara le cuidaba la castidad.
0:07:31 Tenemos en el catálogo algunos milagros chinos muy breves.
0:07:38 Xiaou Kai era un hombre que había muerto de muerte natural.
0:07:44 El espectro regresaba cada tarde a su hogar para tomar un té.
0:07:49 Como Xiaou Kai no hacía mucho más que tomar té en su hogar.
0:07:55 En vida.
0:07:58 Nadie lloró una ausencia.
0:08:03 Un hombre que en vida sólo tomaba té.
0:08:06 Regresó el fantasma, también tomó té,
0:08:09 y nadie notó su ausencia y ni siquiera el milagro.
0:08:14 Al gobernador de la prefectura de Bo-Hae,
0:08:17 le gustaba una muchacha de la que logró una promesa de casamiento.
0:08:23 Ahora, pasaron muchos años y ella no cumplía la promesa.
0:08:27 El gobernador, Arto Ya, descapitó a la prometida,
0:08:32 le cortó la cabeza.
0:08:34 Al día siguiente se presentó la cabeza en su sala de trabajo.
0:08:39 La cabeza le dijo lo siguiente, estúpido.
0:08:45 Y voló a encontrarse en las alturas con otra cabeza.
0:08:49 Ah, voló además.
0:08:50 Sí, la de un muchacho que había corrido su misma suerte.
0:08:55 Es decir, siempre encontramos nuestra cabeza gemela.
0:08:59 Último milagro chino.
0:09:02 Hubo en la prefectura de Siang-Sia, una familia, los Wang,
0:09:07 que fueron a bañarse al río Pang.
0:09:10 La señora Wang estuvo en el agua mucho tiempo y se transformó en tortuga.
0:09:16 Todos los parientes quedaron llenos de estupor
0:09:19 y regresaron a la casa sin la señora Wang.
0:09:24 Volvamos a los milagros cristianos.
0:09:29 Este es uno de los que más me ha gustado.
0:09:32 Macario, el egipcio, vivió en el siglo IV.
0:09:37 En una oportunidad, las autoridades encontraron a un hombre muerto
0:09:42 y señalaron a otro como el posible asesino
0:09:46 y lo persiguieron para apresarlo.
0:09:48 Y el sospechoso se refugió donde vivía Macario, que era un santo.
0:09:55 Los guardias llegaron hasta la casa de Macario
0:09:59 y le pidieron que entregara al hombre que buscaban.
0:10:02 Y el buscado gritaba desesperadamente desde dentro de la casa
0:10:06 que él no tenía la culpa de que esa muerte y se negaba a entregarse.
0:10:10 Soy inocente, soy inocente.
0:10:12 Macario, entonces, pidió a todos que lo acompañaran
0:10:16 hasta el sepulcro del hombre muerto.
0:10:19 Una vez allí, Macario miró al sepulcro y dijo,
0:10:23 te pedo, y mando que digas si este hombre te mató.
0:10:29 Y el muerto, con voz clara,
0:10:32 respondió que aquel hombre no era el asesino.
0:10:37 Los presentes quedaron atónitos
0:10:40 porque pensaban que sí era el asesino.
0:10:46 Y luego le suplicaron a Macario que ya que estaba,
0:10:50 le preguntara al muerto quién había sido realmente el matador.
0:10:55 Y Macario respondió lo siguiente,
0:10:58 a mí me basta que el que no tiene culpa no tenga pena,
0:11:02 que sea castigado o culpado no me toca.
0:11:05 Y además no soy el cagüete.
0:11:16 Y se volvió a su casa.
0:11:18 Me gustó muchísimo este milagro.
0:11:21 Alguna vez contamos un milagro que consistía en castigar
0:11:25 a un hombre con una lluvia particular,
0:11:28 una lluvia escueta que perseguía al desdichado a donde fuere.
0:11:35 Sando Nato fue un obispo de la Toscana
0:11:39 que vivió en el siglo IV.
0:11:42 Conseguía, Mercedes de la Oración,
0:11:45 sequías particulares.
0:11:47 No se mojaba si yo veía porque sobre él
0:11:50 los aguaceros no caían nunca.
0:11:52 Es un milagro muy funcional.
0:11:56 Hemos ido a la discoteca
0:12:00 y el descotecario tardó mucho en llegar.
0:12:05 Tardó tanto que no vino más.
0:12:15 Hasta que por ahí llegó
0:12:17 y nosotros ya habíamos elegido otro disco,
0:12:20 era inútil su presencia.
0:12:23 Nos preguntó acerca de qué era.
0:12:28 Le contábamos milagros.
0:12:31 Él nos contestó que un milagro tardío ya no es un milagro.
0:12:38 Cuando un milagro se hace demasiado tarde, no sirve para nada.
0:12:42 Y nos dijo el discotecario que evidentemente era otro
0:12:46 porque que nos atiende siempre es un salarme.
0:12:49 Nos dijo lo mismo sucede con la justicia tardía,
0:12:54 que no es justicia.
0:12:56 Y sucede también con el amor.
0:12:59 Un amor que llega tarde,
0:13:01 uno está años y años detrás de alguien
0:13:04 y cuando ya uno se acostumbró,
0:13:06 ese alguien aparece a tocar el timi y dice,
0:13:08 ¿qué sé?
0:13:11 Es tarde.
0:13:14 Y vamos a escuchar una canción
0:13:17 que se llama Si no me quieres hoy.
0:13:20 Si no me quieres hoy, ya no me quieras más.
0:13:24 Es una canción que hemos grabado para una pequeña ahorita
0:13:29 con Cecilia Milone y un pequeño conjunto.
0:13:33 También lo hemos cantado hace mucho tiempo
0:13:36 con Soña Rollón, que está aquí mirándonos
0:13:39 y que seguramente va a disfrutar de esta especie de balcecito
0:13:44 muy, muy raro, un duro muy raro,
0:13:48 pero que era el único disco que teníamos.
0:13:52 Si no me quieres hoy, Cecilia Milone y algunos más.
0:14:22 No me quieres hoy.
0:14:24 No me quieres hoy.
0:14:26 No me quieres hoy.
0:15:01 No maquicos más la��en por동a
0:15:07 en la nada de la decepción
0:15:27 Un brujo de panto que da desidos
0:15:32 Dios se sabe igual que vos
0:15:37 Déjos de la luz del Dino, tu de brino pa' camí de vil visión
0:15:48 Si no me quieres hoy ya no me quieras más
0:15:54 Daco Vendur, Daco Vendur
0:15:59 Se va, se va
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!