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3 de Diciembre de 2009

Mitología de la Mesopotamia

Transcripción automática

0:00:00 Bien, vamos a hablar un poco de la mitología de la mesopotamia, no de la mitología de la región que encierran los ríos Paraná y Uruguay,
0:00:12 que es la primera mesopotamia que nos viene a la mente.
0:00:15 Otra mesopotamia.
0:00:16 Y hacemos bien en que sea la primera mesopotamia que acude a nuestra mente.
0:00:23 Pero aquella mesopotamia que se inscribía entre los ríos Eufraeticitiris, y allí vivían los sumerios, los acadios, los asirios, los caldeos, toda esa gente.
0:00:36 Casi todos ellos copiaron a los sumerios, según dice en un libro que hay Irene, trataré de acordarme,
0:00:45 que se llamaba todo como ensó en sumer, creo que es Seram, W. Seram, el autor, pero podría yo equivocarme.
0:00:53 Bueno, hablaremos de la mitología, pero de una pequeña parcibla, de esta mitología que no es tan rica ni tan poética,
0:01:05 ni tiene un sistema poético como ocurre con la mitología nórdica o la griega.
0:01:12 Hablaremos de la idea del infierno que tenían estas personas.
0:01:17 Les llamaban el kur.
0:01:20 La palabra kur quería decir montaña, después quiso decir país extranjero y después infierno.
0:01:27 Así eran los sumerios con sus palabras, me imagino yo, inconstantes.
0:01:32 Las palabras modifican su significado, o al menos eso me parece.
0:01:41 Desde el punto de vista cósmico, el kur era el espacio vacío que separaba la corteza terrestre del mar primordial.
0:01:52 Vamos a hacer un breve relato de cómo era la comología de los sumerios.
0:01:57 El universo visible era como una semiesfera, como esas semiesferas que te regalaban para navidad o que te regalaban,
0:02:05 ya nadie te las regala, igual las agitabas, yo tengo esas, y caía a nieve,
0:02:13 viste esas que tienen una casita y que se digo, se agitabas y cae a nieve.
0:02:17 Así era el mundo para los sumerios.
0:02:21 El cielo era la parte transparente y la tierra, esa especie de círculo que hay abajo,
0:02:27 era un poco sencillo en su comología, pero qué quiere que le haga.
0:02:31 Al universo le llamaban yanki, yanki decir tierra y ki quiere decir cielo o al revés, porque no manejo muy bien el sumerio.
0:02:40 Suspecho y la cadio, pero el sumerio, lo entiendo, si me lo hablan despaso.
0:02:49 Pero cuando alguien me quiere vender algo en sumerio, así en sumerio de corrido, se me escapa alguna cosa,
0:02:56 y lo mismo en las tablitas de Arsilla, no las regaló.
0:03:01 El cur, el infierno estaba debajo de la tierra, allí iban a parar todas las sombras de los muertos,
0:03:08 no se podía llegar hasta haber atravesado a bordo de una barca, un río devorador del hombre,
0:03:16 y esta barca era conducida por un señor al que se llamaban el hombre de la barca.
0:03:21 Sí, está bien, al del hombre. Algo así, al del hombre.
0:03:26 Ni más ni menos pensamos en el estigia de los griegos o el caronte de esa mitología,
0:03:32 pero este hombre no tenía nombre y el río tampoco. Ríos del infierno, hiidrografía infernal.
0:03:39 Tenemos el Aqueronte, que a mí me parece que es ese río el que navegaba Caronte,
0:03:46 el río de los lamentos, el río de las lágrimas que usted digaba la mismísima Medus.
0:03:53 Estaba el Flegetonte, que también le llamaba en el Piriflegetonte, que era un río en llamas como su nombre lo indica.
0:04:01 También estaba el Cosito, me refiero a un río.
0:04:08 También estaba el Cosito, parece un inciso no muy académico, pero también era un río.
0:04:14 Y el estigia naturalmente, que era una laguna y también tenía el mismo nombre, un río que les enfocaba en ella.
0:04:19 O sea, ustedes, el estigia era un río cuyas aguas curaban y tenía la propiedad de romper todo el recipiente
0:04:26 en el cual quisieran contener ese agua, salvo cascos de caballo.
0:04:31 Cuando querían un poco de agua de la estigia, lo juntaban en cascos de caballo.
0:04:37 Había, sin embargo, una fuente verdadera, ya no mitológica, en la Arcadia griega,
0:04:42 que se creía que tenía las mismas aguas que el estigia infernal, y usaban esas aguas para curar a la gente.
0:04:50 Se ve que si alguno estaba medio fulero lo tiraban a la fuente y el tipo la contaminaba.
0:04:58 Pero ellos lo decían que se curaban, no sé.
0:05:01 También estaba el leteo, el río leteo, el río del olvido.
0:05:05 El río se prohibía banearse en el leteo de los griegos, porque la gracia del infierno griego que no tenía ninguna en realidad
0:05:18 estaba en no olvidar lo que había sido en vida.
0:05:21 Era totalmente lo que había sido en vida.
0:05:25 Y si vos te olvidabas ya tus males, tus obsesiones, diría Rolón, tus traumas y tus negrosis,
0:05:35 si olvidan qué más quiere un neurótico que olvidarse, un obsesivo que olvidarse.
0:05:40 Y no te dejabas mojar en el leteo.
0:05:44 El leteo es un río muy útil para algo en que los griegos no creían mucho, que es la reencarnación.
0:05:51 Es indispensable para que funcione esta institución, la reencarnación.
0:05:59 O olvidarse de las vidas anteriores, sino todo es una cosa de venganzas, es mejor nacer y creer que uno nace por primera vez.
0:06:11 Porque uno se pone muy canchero la quinta vez que nace.
0:06:14 Ya vive la vida de Taquito.
0:06:16 Como sabe que va renacer, cruza con el semáforo rojo,
0:06:21 salta al paso de las apisionadoras de tierra y eso ya no tiene ninguna gracia.
0:06:26 Pero nos estamos yendo de la mesopotamia.
0:06:29 El caso es que entre los sumerios, que tenían un universo sencillito y un infierno también sencillito,
0:06:36 había un solo río, el río devorador del hombre.
0:06:39 Y había un tipo que ni un hombre tenía que te cruzaba en una barca.
0:06:43 En esos infiernos, morada de los difuntos, uno la pasaba más o menos igual que en la vida.
0:06:49 Es decir, muy mal.
0:06:51 Esto es propio de los infiernos primitivos que no eran un lugar de castigo.
0:06:56 Los castigos los propinaban los dioses en vida.
0:07:00 Dios te castigaba en vida.
0:07:02 Incluso en la religión judía, la idea del seol apareció tarde como lugar de castigo.
0:07:14 Dios intervenía en tu vida y te castigaba ahí.
0:07:17 No esperaba que te murieras para castigar.
0:07:19 Las enfermedades, las pestes, la muerte eran para aquellos pueblos los castigos que los dioses propinaban
0:07:26 para quienes se habían comportado de un modo indeseable.
0:07:29 A veces sucedía que se enferma un buen tipo y todos decía,
0:07:33 bueno, andá a saber lo que habrá hecho, porque miserable eso hubo siempre.
0:07:37 De este modo, los infiernos de Sumer no son pródigos en dolores físicos,
0:07:42 me aparecen estos eternos castigos de los mitos clásicos y después de la mitología cristiana.
0:07:48 Pero sí anda por ahí el desengaño y un cierto dolor melancólico,
0:07:54 porque la vida en los infiernos no es más que la continuación de la vida terrestre,
0:07:59 pero eso sí, en la más absoluta soledad.
0:08:05 Cuando después de su muerte, el rey Urnamu llegó al infierno, a curno,
0:08:14 yo ubicó tranquilamente en la residencia que le habían asignado.
0:08:18 Allí fue recibido por algunos muertos y al principio se sintió como en su casa.
0:08:23 Le avisaron cuáles eran las leyes, los reglamentos de la nueva patria,
0:08:28 pero al cabo de siete días llegó el desconsuelo, porque comprendió que así ya no tendría familia,
0:08:34 ni lo dejaría embesar a su esposa, ni tener en sus rodillas al hijo, iba a estar solo.
0:08:40 Al curvan no los malos, sino los que tuvieron mala suerte.
0:08:45 Es la patria de los desgraciados.
0:08:48 No son un castigo tampoco, sino una continuación, insisto, de la vida terrenal.
0:08:53 Si te habían castigado en la tierra, pues vas a continuar tu asunto en el infierno.
0:08:59 Las condiciones de vida del cur, están unidas a la suerte terrestre del cuerpo.
0:09:07 Los que sufrieron los accidentados, los ahogados, las núviles muertas vírgenes,
0:09:15 los que no tuvieron hijos, las mujeres muertas de parto, los que se agacharon a ver porque no explotaba el cuete,
0:09:22 todos esos van al cur, y allí amargados se hacen malos.
0:09:28 Y en los infiernos no solo atormentan a sus compañeros, sino también a los vivos,
0:09:33 a quienes cada tanto visitan mitad por jorobar.
0:09:38 Dicen que nuestro amigo Gilgamesh, el inmortal, se ve un día agredido por una tropa de estos espíritus.
0:09:44 Esto se lee en la Epopella Gilgamesh, aquella que encontraron en la biblioteca de Nínibus,
0:09:51 escrita en tantas tabletas de arcilla.
0:09:54 Bueno, Gilgamesh se encontró con una tropilla de estos espíritus, y solo pudo escapar rajando
0:10:02 a aquel héroe que había enfrentado tantísimos monstruos, como por ejemplo el gigante cumbaba,
0:10:10 aquel que era tan alto que la cabeza le llegaba al cielo y los piensa al infierno,
0:10:14 es decir, era tan alto como se podía en aquella cosmología.
0:10:19 Y sin embargo tuvo que escapar ante una tropa de espíritus desgraciado,
0:10:25 no es otra cosa que rajar.
0:10:27 Dicen que en el Cur se arman peleas en medio de la oscuridad y del polvo,
0:10:32 y se parece en esto mucho al seol de los hebreos, que también era un pozo lleno de polvos.
0:10:39 Los infiernos tienen desde luego guardianas que procuran que nadie se escape,
0:10:43 pero no tienen suplicios.
0:10:46 Los condenados sufren su propio resentimiento, y se atormentan los unos a los otros,
0:10:53 son sus propios verdugos.
0:10:56 Fieles a nuestro pensamiento de que los lugares son hechos por la gente que está en ellos,
0:11:02 digamos una vez más, que depende de quiénes encontremos allí,
0:11:06 el que un lugar sea el infierno o el cielo,
0:11:08 donde están ciertos tipos, será para mí el infierno,
0:11:14 aún cuando rotare hidromiel de las fuentes,
0:11:18 y por ejemplo donde están otras personas,
0:11:24 allí estará para mí el cielo, por muchas llamas que me consumen.
0:11:29 El mejor relato respecto de gente castigada en el Kurm es el de Dumusi, el Dios muerto.
0:11:39 En el Kurm no sólo había difuntos inmortales, también había algunos dioses,
0:11:43 en principio eran inmortales, pero que por ahí eran mandados al Kurm,
0:11:47 vaya uno a saber por qué.
0:11:49 El mismo el Il, el príncipe de los dioses, había sido expulsado en Ipur,
0:11:54 y enviado a los infiernos por haber violado a la diosa Ninlil.
0:12:00 Violar una diosa era tremendo por muy príncipe de él, universo que uno fuere.
0:12:05 Pero voy a contar la historia de Dumusi.
0:12:08 Entre los humerios, la diosa del amor era Inana,
0:12:12 no está mal que tenga este nombre, pues facilita la rima de los enamorados.
0:12:17 Y andaba medio novia en Dumusi, el Dios pastor.
0:12:22 Dumusi la había conquistado presentándose con algunos regalos en su puerta,
0:12:27 le ponía los regalos en la puerta.
0:12:29 Parece que Dumusi tenía la propiedad de hacer brotar queso de la nada.
0:12:36 ¡Qué lindo propiedad!
0:12:37 ¡Como tanta!
0:12:43 Bueno, aquí le traigo este queso y lo pongo en la puerta.
0:12:48 Bueno, parece que le hizo parecer un queso, pero la miró y no pudo resistir más,
0:12:56 y se unió a ella, de arriba abajo.
0:13:02 A continuación, la condujo a su casa, pero esto le trajo muchos problemas.
0:13:07 Inana era muy ambiciosa y se le ocurrió acrecentar su poderío,
0:13:12 y ser no solo la diosa del amor, sino también la diosa de los infiernos.
0:13:16 Y ahí nomás decidió bajar los infiernos para ver cómo podía realizar el proyecto.
0:13:21 Se metió en una laguna de agua negra, que era para los sumerios la entrada del infierno,
0:13:27 y allá estaba la diosa titular de los infiernos, que se llamaba Eresquigal,
0:13:32 que era la hermana de Inana.
0:13:36 Fíjese, le codiciaba la influencia a la hermana, que era la diosa del infierno.
0:13:42 Bueno, en realidad estaba muy enemistada, las dos hermanas,
0:13:48 tanto es así que Eresquigal era la peor enemiga de Inana.
0:13:51 Y como Inana temía que su hermana la matara, le dijo a uno de sus alcahuetes
0:13:57 que si ella no regresaba los tres días cumpliera con unas ciertas instrucciones.
0:14:03 Se metió en el infierno, se fue hasta el templo de Eresquigal,
0:14:07 que estaba construido con la Pislásuli.
0:14:09 Allí se encontró con el portero Netti, que le preguntó el nombre y el motivo de su visita.
0:14:14 Inana inventó un falso pretexto, Inetti la dejó entrar.
0:14:18 Inana sacó los cerrojos de las siete puertas infernales,
0:14:22 pero al pasar por cada puerta, Inana iba perdiendo una prenda.
0:14:28 Y cuando pasó la última puerta quedó completamente desnuda, disculpen ustedes,
0:14:33 y ahí sucedió algo espantoso.
0:14:35 Aparecieron unos seres que la arrastraron y la obligaron a ponerse de rodillas ante Eresquigal,
0:14:43 y siete jueces infernales dirigieron sobre ella la mirada de la muerte.
0:14:48 Y Inana pasó de inmediato de la vida a la muerte.
0:14:51 Su cadáver quedó suspendido de un gancho entre las tinieblas,
0:14:57 y empezó a ver cosas que le espantaban.
0:15:01 Bueno, estar uno colgado de un gancho bajo la forma de un cadáver ya es algo bastante espantoso.
0:15:06 Pero bueno, al cabo de tres días, como no volvió Inana,
0:15:10 el alcahuete puso en práctica las instrucciones que ella le había dado,
0:15:14 imploró, sería mucho mejor, ¿no?
0:15:17 ¿Es imploró o imploró?
0:15:19 Imploró.
0:15:20 Imploró.
0:15:21 Entonces imploró al dios Enki, y Enki modeló con arcilla dos entes asexuados,
0:15:25 Kurgarru y Kalaturru.
0:15:28 Qué lindo nombre.
0:15:29 Qué lindo nombre.
0:15:31 Y estos seres les confió el brebaje de la vida,
0:15:34 que sólo Enki podía preparar,
0:15:36 les ordenó que bajaran al infierno,
0:15:38 y que esparciaran el brebaje de la vida sobre el cadáver de Inana para que resucitaran.
0:15:44 Estos tipos se espolvorearon el brebaje,
0:15:47 la diosa resucitó, pero estaba en una situación comprometida.
0:15:52 Había una ley en suma que nadie podía quebrantar.
0:15:56 Sólo podía salir del infierno si otro ocupaba tu lugar.
0:16:00 Y le permitieron volver a la tierra acompañada de un demonio muy cruel
0:16:04 para buscar a alguien que la reemplazara.
0:16:07 Buscó, buscó, buscó, y nadie quería ocupar su lugar.
0:16:14 Luego de varios intentos, pensó en Dumusi,
0:16:17 y lo fue a buscar.
0:16:19 Y Dumusi estaba muy feliz,
0:16:21 la recibió con un traje de ceremonia,
0:16:24 pero inmediatamente Inana lo entregó a los demonios,
0:16:27 y se llamó a Ete, que me va a sustituir.
0:16:29 Y lo llevaron a la morada de los muertos,
0:16:31 y desde entonces Dumusi sólo gime y pide ayuda para que lo rescaten.
0:16:37 Ofrece a los demonios el queso,
0:16:40 que sigue teniendo la virtud de hacer aparecer,
0:16:44 pero los seres de Kur satisfechos de barro y polvo,
0:16:47 que es lo que la afran,
0:16:48 y no era por completo el queso de Dumusi.
0:16:52 Linda historia,
0:16:54 del enamorado que reemplaza en el infierno a la diosa amada.
0:17:01 ¿Ora de estos tangos? No hay.
0:17:04 Todos los tangos son estos.
0:17:06 Todos los tangos son de un enamorado,
0:17:09 que va al infierno por su amada.
0:17:12 Y como en aquel infierno,
0:17:15 el peor de los castigos era la soledad,
0:17:19 escucharemos un tango que fue escrito
0:17:21 como una descripción del Kur,
0:17:23 y se llama Soledad,
0:17:25 y lo canta Carlos Gardel.
0:17:51 Y por la noche,
0:17:53 el alcalde de la noche,
0:17:55 el alcalde de la noche,
0:17:57 y el alcalde de la noche,
0:17:59 y el alcalde de la noche,
0:18:01 y el alcalde de la noche,
0:18:19 y el ladónある consiste vombros de su cuarto,
0:18:21 a esperar esos pasos que quizá se los volverán.
0:18:27 A veces me parece que años en ATV
0:18:31 sin browser el Control en el Mirador,
0:18:34 pero no coffa a nadie hoy, больше no多少,
0:18:38 es unker greeting irritation isu para evaluation,
0:18:48 Se guisas en mi corazón
0:18:52 En la placia de espera de dolor
0:18:56 Las horas que agonizan se viergan a pasar
0:19:01 Hay un desfile de esteraña segura
0:19:05 Que me contemplan con dolor en mirar
0:19:09 Es una caravana interminable
0:19:13 Es si un veneno olvido por su cueca excederá
0:19:18 Se va con ella su boca que era mía
0:19:22 Solo me quera la angostía de mi mar
0:19:35 El lado aliente son dorados de mi cuarto
0:19:38 Y no le esperan sus pasos que quizás no volverán
0:19:44 A veces me parece que yo se si debo andar
0:19:48 Sin nacer e verse luego de esperar
0:19:52 Pero no hay nadie y en la noviembre
0:19:56 Es un pantasma que crea mi ilusión
0:20:01 Y que al desmualdese se va a dejar el don dubisio
0:20:05 En mi corazón

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