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15 de Junio de 2007

Murallas

Transcripción automática

0:00:00 Lo escucho del libro.
0:00:01 Hablaremos hoy de Murallas.
0:00:03 El otro día nos acordábamos de Siguantí,
0:00:06 el emperador chino que había ordenado la construcción de la Gran Muralla,
0:00:12 y recordamos más que nada los soldados de Terracota que se descubrieron en su tumba.
0:00:24 Pero hoy haremos hincapié en la muralla china y en otras murallas.
0:00:31 Y quizá, si tenemos suerte, en la demostración de que estas murallas finalmente son inútiles.
0:00:39 Hay, como decíamos el otro día, una ciencia que estudia el arte de sitiar,
0:00:47 el arte de asediar ciudades, los procedimientos que deben seguirse.
0:00:53 Se llama esta ciencia poliorcética.
0:00:57 Y el aprendiz de sitiador podrán encontrar en ella consejos prácticos de los ingenieros,
0:01:05 pero también ejemplos históricos de agudeza, de valor, de perseverancia.
0:01:11 Seguramente estudiando eso conocerá el efecto de moledor, de las trompetas de Jericó,
0:01:19 aquellos incrementos que tenían la virtud de hacer temblar murallas,
0:01:25 o que al menos consiguieron derribar las correspondientes a Jericó.
0:01:31 Conocerá, ya de un modo menos mítico, el drama de Masada,
0:01:39 aquella fortaleza natural donde se habían refugiado los hebreos,
0:01:48 que era una especie de meseta en lo alto de un altísimo promontorio,
0:01:54 que fue asediada por las huestes romanas de Fabio Silva.
0:02:00 Y ahí todavía se conservan los restos de una enorme rampa de tierra
0:02:09 que fue construida por los romanos para tratar de llegar a aquella altura,
0:02:14 que si tenía 400 metros de altura.
0:02:18 Finalmente, como bien saben ustedes, la determinación de Eleazar,
0:02:23 el jefe de los hebreos que estaban refugiados allí,
0:02:27 fue ordenar a los sitiados darse muerte unos a otros,
0:02:32 el suerte que cuando llegaron allí los romanos estaban todos muertos.
0:02:37 Y que podrá, incluso si estudia el sitio de Lisboa,
0:02:44 recordar la aparición de Jesucristo ante el rey Enrique de Portugal,
0:02:50 que un poco le reprochó al Cristo de este modo,
0:02:54 dijo Señor, hazte visible mejor ante los arrasenos que no creen en ti.
0:03:00 ¿Para qué te me apareces a mí? Que yo ya creo.
0:03:03 Que parecerse ante los infieles que no creen.
0:03:07 También está la pertinacia de los egipcios en el sitio de Cadêjo,
0:03:15 aquel Tutmosi III.
0:03:18 También está la tradición de Teodoricón, Rabena,
0:03:22 y desde luego, más tarde o más temprano,
0:03:26 daremos con la más emblemática de estas aventuras,
0:03:31 como fue el sitio de Troya.
0:03:34 Me dará el gusto de recordar algunos datos.
0:03:37 Dante ubica a Ulysses y Diómedes entre las llamas del infierno de los embaucadores.
0:03:45 Los hace pagar allí la culpa de haber urbido la estrategia de caballo de Troya
0:03:50 para poder entrar a la ciudad sitiada.
0:03:54 Ustedes recuerdan que el sitio de Troya duró nueve años
0:03:57 y que, como no podían entrar, los griegos construyeron un caballo de madera,
0:04:04 se metieron dentro, etc.
0:04:07 Pues bien, la sanción del Dante, a saberla, de poner a Ulysses y Diómedes como embaucadores,
0:04:14 es injusta, porque aún siendo aquellos dos héroes muy inclinados a la astucia y la ocultación,
0:04:21 fueron inocentes del engaño que se desatribuye.
0:04:25 En verdad, la diosa Atenea reveló a Prilis, que era un adivino de lesbos,
0:04:31 que los griegos sólo podrían entrar a Troya escondidos en el interior de un caballo de madera.
0:04:38 Así que la idea fue de Atenea.
0:04:41 Cuando las naves de los griegos pasaron por lesbos,
0:04:45 es que adivino, Prilis, comunicó a los jefes el dictamen de la diosa.
0:04:50 Pero, mira, acá, Atenea me dijo que por más que ustedes hagan fuerza,
0:04:55 sólo podrán entrar en Troya dentro de un caballo de madera.
0:05:00 Y había un señor llamado Epeo, que había nacido Cobarde, por dictamen de los dioses,
0:05:07 y era artesano exquisito y se ofreció voluntariamente para construir el caballo.
0:05:14 Se dice que empleó tablones de pino.
0:05:17 En uno de los costados estaba el escotillón que permitía el ingreso y el egreso de los guerreros.
0:05:22 Del otro lado se habían grabado grandes letras que completaban la siguiente dedicatoria.
0:05:29 En agradecida anticipación a nuestro regreso feliz, los griegos dedicamos este caballo a Atenea.
0:05:37 Era una dedicatoria.
0:05:39 El tamaño de la construcción sólo puede conjeturarse.
0:05:44 Y puede conjeturarse por el número de personas que iban dentro.
0:05:48 Pero hay de nosotros los poetas e historiadores no terminan de ponerse de acuerdo al respecto.
0:05:56 Algunos se hablan de 23, otros de 30 o de 50 y hasta 3000.
0:06:03 Así que no podemos saber cómo era de grande el caballo de Troya.
0:06:08 Conocemos eso sí, el nombre de algunos de los que estuvieron dentro del caballo.
0:06:12 Recordemos a Melelao, justamente el marido de Elena.
0:06:17 Acamante, toante, neoptólamo, esteleno, ulices y diomares.
0:06:25 Epeo también, el cobard del artesano exisito, formó parte del grupo.
0:06:31 Los subieron de prepotencia y los sentaron junto a la cerradura
0:06:36 con el pretexto de que era el único que sabía hacer la funcionar.
0:06:41 Suele decirse, especialmente en las conversaciones de las pizzerías,
0:06:46 que el caballo fue presentado a los troyanos como un obsequio.
0:06:51 De allí que se habla muchas veces de presente griego.
0:06:55 No fue así.
0:06:57 En realidad los griegos incendiaron el campamento
0:07:00 y se hicieron alamar fingiendo que abandonaban el sitio.
0:07:04 Incluso decían cosas en voz alta como,
0:07:06 ya estamos cansados, no vale la pena.
0:07:09 ¿Ajuntamos, no?
0:07:11 Claro, cuándense la ciudad que nos importa.
0:07:16 Pero ocultaron las naves detrás de una isla cercana y allí esperaron.
0:07:20 El caso es que al día siguiente los troyanos encontraron la campiña desierta
0:07:24 y en medio de las cenizas del campamento, muerto de risa,
0:07:28 el absurdo caballo que había construido Epeo.
0:07:31 Ellos no lo sabían pero dentro había 23, 30, 50 o 3000 de reglas.
0:07:38 Pues bien, el rey Príamos, el rey de Troya, y los suyos
0:07:43 se acercaron a examinar aquel caballo
0:07:46 y surgieron opiniones diferentes.
0:07:49 Dimetes insistían en llevarlo a la ciudad.
0:07:53 Capis propuso quemarlo.
0:07:55 La Oconte recordó que no había que confiar en los griegos.
0:07:59 Y Cassandra, la hija del rey, que poseía el Donde Profetizar,
0:08:03 reveló que el caballo estaba lleno de guerreros.
0:08:06 Pero Cassandra estaba también condenada a que nadie le creyese.
0:08:11 Y aquí entratallaron guapo de verdad, sino él espía.
0:08:16 Los griegos lo habían dejado en tierra
0:08:20 y él no tardó en hacerse tomar prisioneros.
0:08:24 Conducido ante Príamos soportó el interrogatorio del rey
0:08:29 con fingida reserva.
0:08:32 Se dice que no habló hasta que no le cortaron la nariz y las orejas.
0:08:36 Y después recién habló.
0:08:38 Todo esto para hacerse más creíble.
0:08:41 Asegurada de este sangriento modo, su credibilidad,
0:08:46 engañó a los troyanos con la siguiente historia.
0:08:49 Dijo que los griegos estaban hartos de la guerra
0:08:52 y que se habían ido para siempre.
0:08:54 Explicó que lo habían dejado en tierra a causa de su enemistad con Ulysses.
0:08:58 Y con respecto al caballo, dijo que era una ofrenda que los griegos hicieron a Atenea.
0:09:04 Querían recuperar el favor de la diosa, que estaba muy mal dispuesta con ellos.
0:09:09 Príamos preguntó por qué lo habían hecho tan grande.
0:09:12 Y, si no, habló de una predicción de la Divino Cadi Cante.
0:09:17 Si los troyanos despreciaban la ofrenda, serían destruidos.
0:09:20 En cambio, si lo introducieron en troya,
0:09:22 se hallarían en condiciones de conquistar mis senas.
0:09:25 Así que lo habían hecho grande porque no pudieran entrar.
0:09:31 Para su desgracia, el rey Príamos le creyó.
0:09:35 Hizo agrandar las puertas para entrar al caballo.
0:09:38 Eso era mucha fe.
0:09:40 No sólo le creyó al espía, sino que creyó en las predicciones del oráculo.
0:09:47 O de la Divino Calcante.
0:09:49 Bueno, si Calcante dijo que entrado el caballo en troya,
0:09:54 estaríamos con la victoria en nuestras manos, entrémoslo.
0:09:58 Hizo agrandar las puertas para entrar al caballo.
0:10:02 Lo dedicó a la diosa y después los troyanos directamente empezaron a festejar la victoria.
0:10:07 Nada de esperar.
0:10:11 No se dormía la borrachera, sino encendió unos fueguitos en la plaza.
0:10:17 Era la señal convenida con la flota griega.
0:10:20 Los barcos se acercaron y los guerreros salieron del interior del caballo.
0:10:25 El primero en hacerlo parece que fue Equión, que se rompió el alma.
0:10:30 Se bajó y se rompió el cogote.
0:10:33 Bueno, después comenzó la matanza.
0:10:37 En todo cerco se supone que el sitiador es el dueño del territorio vecino,
0:10:45 supone también que está en situación de impedir el abastecimiento del sitiado
0:10:50 y se supone también que es el que toma las decisiones.
0:10:54 Puede decirse que todas las plazas sitiadas caen más tarde o más temprano.
0:11:01 El destino de toda muralla es ser derribada.
0:11:08 Y aunque la muralla china no haya sido derribada, es porque no fue necesario.
0:11:16 Finalmente, la muralla que no es derribada es rodeada, o vulnerada, o agujeriada,
0:11:24 o sobrepasada por encima.
0:11:29 Antes de una semejante postulación, los espíritus prácticos podrán sostener la inutilidad
0:11:37 de cualquier resistencia al acedio.
0:11:40 Si al fin habremos de capitular, ¿a qué demorarse en las tribulaciones del heroísmo?
0:11:47 La respuesta a tan liviana agujesión es contundente, aunque me dan cólica.
0:11:52 Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil.
0:11:57 El rey Príamos sabía que el destino de Troya era el fuego, pero combatió durante 10 años.
0:12:03 El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive, y se resiste a la muerte tanto como puede.
0:12:10 Es mortal en beligerancia.
0:12:17 Alguien podría, algún lector poliorciético, hablar de las murallas interiores,
0:12:26 murallas psicológicas, murallas de protección que algunos de nosotros construimos
0:12:33 en torno a nuestro sed, a nuestra psique, a nuestra organización psicofísica.
0:12:44 Es una metáfora interesante, a ver cómo uno va resistiendo a serios.
0:12:52 Pero interesante, pero en algún punto impropia, íbamos a encontrar inmediatamente algunas cosas que no riman.
0:13:01 Yo prefiero creer que es más conducente comparar a la persona y su contacto con el entorno
0:13:13 de un modo más científico, con justamente, con lo que se llaman sistemas y lo que se llaman entornos.
0:13:21 Que no tiene nada que ver con el sitio.
0:13:24 La relación que tenemos con el mundo es una relación de intercambio, una relación activa,
0:13:33 una relación de predicciones, de intentos de modificar una cosa y otra,
0:13:39 y se produce o la adaptación o la catástrofe.
0:13:43 La relación que tenemos con el situador es más clara, es más clara, es más evidente.
0:13:52 Y lo que yo creo que es que produce angustia, estar sitiado produce una angustia.
0:13:58 Y lo que sí me parece es que si nosotros somos asediados, el asedio no es el mundo que nos rodea.
0:14:07 Yo creo que el asedio es nuestra finitud.
0:14:10 El sitiador es la muerte, no solo las demás.
0:14:14 El sitiador es la muerte.
0:14:16 El que está fuera esperando nuestra rendición es la muerte.
0:14:21 Así funciona la alegría y la metáfora.
0:14:26 ¿A quién quiere dedicar esta consideración acerca de murallas, murallitas, murallones,
0:14:33 puertas, puertitas, verjas, casagañotes, trincheras, una muralla al revés.
0:14:40 Una muralla al revés es la sanja de alcinas.
0:14:43 Una sanja es una muralla al revés.
0:14:46 Qué curiosa forma de construir murallas que tenían los creosos que hicieron una sanja,
0:14:53 una muralla invertida.
0:14:55 Como algunos dicen que la torre de Babel tiene un modo de veridad,
0:15:00 que viene a ser un pozo que se propone ir al infiar.
0:15:05 Eso también tiene su gracia.
0:15:07 Ver como un tapial es también una muralla.
0:15:11 Como una puerta con alambre de enrejado finito es también una muralla.
0:15:17 Se propone evitar la invasión de los bárbaros,
0:15:21 siendo en este caso en este caso una muralla.
0:15:24 Bueno, estaba pensando en Sinón y en el Peo Alejandro.
0:15:29 Obviamente se los vamos a contar sin mi amigo.
0:15:31 Sinón les está valiente y Peo el constructor covado.
0:15:34 Sí, que representan y vas a acordar mucho a esta intriga permanente que aparecen
0:15:38 en nuestros admirados, Vio y Borges, por saber si eso no es valiente.
0:15:43 Sí, que representan y vas a acordar mucho a esta intriga permanente
0:15:48 que aparecen en nuestros admirados, Vio y Borges,
0:15:51 por saber si eso no es valiente.
0:15:54 Esa duda que tiene especialmente el hombre de las ciudades contemporáneas,
0:16:00 que no tienen mucha ocasión.
0:16:03 Antes era más fácil darse cuenta si no era guapo.
0:16:06 Cada vez es menos épica la vida y más burguesa y más segura, por qué no es así.
0:16:12 Bueno, y se lo ve el cara a un poeta árabe, a Hakim Sanay,
0:16:17 que escribió un libro que se llamaba el Jardín Amurallado de la verdad.
0:16:22 Donde él decía que la verdad estaba realmente protegida por murallas
0:16:27 y que había que ser muy distro, muy sacrificado y muy valiente
0:16:30 para ir haciendo huecos en esa muralla para hacerse de ella.
0:16:34 Bien, hemos ido a buscar tangos de murallas, de asedios, de poliorcética,
0:16:42 de catapultas, de cuencos de aceite hirviendo que caen desde arriba,
0:16:48 de escalas que se ponen desde abajo, de máquinas de guerra, de torres de asalto
0:16:54 y no encontramos ningún.
0:16:57 Encontramos sí un tango cuyo título establece,
0:17:03 paralelo con el deseo, con el objeto final del sitiador.
0:17:08 El tango se llama o la milonga, por mejor decir, se llama el desalojo.
0:17:13 El desalojo muchas veces es el final de una serie.
0:17:18 Así que escucharemos ahora a Edmundo Rivero, nuestro querido amigo,
0:17:24 participante asigo del programa donde Edmundo leone al Rivero,
0:17:29 en la interpretación de esta milonga poliorcética que se llama el desalojo.
0:17:35 ¡Vale, Edmundo!
0:18:05 El perciente al instaleado, saludar con alegría,
0:18:10 pero hoy, en los buenos días, al encontrarme me hará.
0:18:21 Al rato vi mi bomblaje, empilado por la escalera,
0:18:26 la guitarra, la piambrera, el corso viejo y el traje,
0:18:31 y después todo el menaje dentro la mesa y pf,
0:18:36 y un elástico de freje que dice, desde Turquía,
0:18:41 y quiere de una tía que se murió en cruz de leje.
0:18:50 A pena de bien tres años ya le vos a picardía,
0:18:53 qué suerte la vida mía, siempre siempre les engaña.
0:18:57 Los ojos de los extraños relan paguevan de gozo
0:19:02 y el vigilante curioso dijo, mostrando las viendas,
0:19:08 que va a decirla de enfrente al ver su mueble lujoso.
0:19:19 Y en la vereda marchitas, mis pobres cosas llegaron,
0:19:24 yo sé bien que se nublar tus sofitos, les imitan.
0:19:30 Lo que me atene me agita es que por ser angedito,
0:19:34 a aquel dorado marchito que siempre me acompañan.
0:19:41 El changador me afanau con tu estampa, Che Carlito.
0:19:54 En la venganza será terrible hemos escuchado al mundo rivero
0:19:58 interpretando el desalojo.

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