Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos en Napoleón, de Luis Sufran y de la Panadera de Honor.
0:00:06 Es un estrés que hemos contado, pero hoy lo haremos con mayor detalle.
0:00:11 Así que, muchiéndonos en Francia, en tiempos de la caída Napoleónica,
0:00:16 eran los momentos posteriores a los 100 días,
0:00:21 aquellos en los cuales Napoleón había salido de la isla delva para volver a tomar el poder,
0:00:27 después de aquellos 100 días y después de la derrota en Bácterlo,
0:00:32 Napoleón salió hacia el puerto de Rossefort con la idea de ir a México.
0:00:39 Esa era la idea, ¿no?
0:00:41 Cuentan que cuando Napoleón tomó la decisión de retirarse,
0:00:45 se iría a acercar a muchísimas de sus antiguos amantes para pedirle que no lo hiciera.
0:00:52 Además, por devoción, incluso las menos avispadas en los eventos políticos,
0:00:59 se convirtieron en espías, en consejeras y le hicieron advertencias que en algún caso debieron ser seguidas.
0:01:09 Napoleón las escuchó poco y las amó sosteneramente en estas jornadas de despedida.
0:01:16 Con quien más se encontraba era con una dama de lectura de Ortencia de Holanda,
0:01:21 a quien se muerde las crónicas y le gustaba hacerse acariciar, le gustaba.
0:01:27 Decimos que escuchó poco a estas damas porque en más de una ocasión se le advirtió a Napoleón
0:01:35 que en el puerto de Rossefort lo esperaba una trampa.
0:01:40 Y sabemos que así fue.
0:01:42 Cuando llegó allí lo esperaban unas embarcaciones interesas que lejos de Duvargo América
0:01:49 lo llevaron a la famosa isla de Santa Elina, una isla más bien superfueca que se hay en el medio de la nada.
0:01:58 Pero en el viaje de París a Rosfort sucedieron varias cosas.
0:02:03 Tuvo lugar una aventura estupenda en la que participó Napoleón como cómplice involuntario de un levante.
0:02:12 Es una historia de amor interesante.
0:02:16 En la localidad de Norgh, cercana a Rosfort, desde hace un tiempo un hombre llamado Luis Sufán
0:02:24 cortejaba a la viura de un panadero.
0:02:28 La dama que era hermosa se llamaba Leonor Javier y había pasado a ser la dueña de la panadería,
0:02:35 panadería que llevaba el previsible nombre de Leonor.
0:02:41 Aquella dama no le daba bolilla a Luis.
0:02:45 Dice Cronesta, a fin de darle largas, la mujer adoptó la costumbre de contestar
0:02:53 que se convertiría en el amante de Luis el día en que Napoleón se parase delante de la panadería.
0:03:00 Una forma de decirle que nunca, ¿no?
0:03:03 Cuando los sapos criancó, la...
0:03:07 El caballero, que jamás entendió estos lichos como un rechazo,
0:03:12 sintió surgir en su alma una insensata esperanza al saber que el emperador pasaría por Nior en su escape.
0:03:22 Luis Sufán se informó sobre la ruta que iba a seguir Napoleón para dirigirse al hotel La Bola de Oro.
0:03:30 Maravillado vino a enterarse por los guardias legales,
0:03:33 que buena parte debía pasar por la calle donde estaba el negocio de la panadera.
0:03:40 Era muy difícil que la calesa imperial se detuviese precisamente en ese paraje.
0:03:47 Por lo tanto había que ayudar a la casualidad, cosa a la que Luis Sufán se dedicó con entusiasmo.
0:03:57 Muy bien, la hueste de Napoleón, la hueste derrotada, ¿no?
0:04:00 Ejercito en derrotas que venía acompañando Napoleón hasta el cuarto.
0:04:07 Esta hueste atravesó a Chartres, Bandón, Poitiers y finalmente llegó a la pequeña ciudad de Nior en julio de 1815.
0:04:17 Unas horas antes de pasar Napoleón, por la panadería de Leonor, Sufán se dijido a un estanque cercano y capturó algunas ranas.
0:04:29 Después fue hasta la casa indicada a esperar de pasar a Napoleón.
0:04:35 Se mezclo en la muchedumbre que ya estaba allí delante de la panadería y esperó.
0:04:41 De repente llegó a sus oídos un rumor, después los gritos, vio al operador que llegó a hacer.
0:04:47 Lentamente la calesa de Napoleón avanzó y cuando estaba unos metros de la panadería,
0:04:53 él enamorado soltó las ranas y saltaron hacia la calle y asustaron a los caballos imperiales.
0:05:01 Caballos se pararon en seco, Napoleón asomó la cabeza, dice que tenía un atentado,
0:05:08 preguntó qué ocurría y le consideró que con todo lo de las ranas que habían saltado unas ranas que habían asustado los caballos.
0:05:16 Había mucha gente, amontonada, la detención fue finera y Luis Sufán supo que aquel momento no podía valer para...
0:05:27 Fue con algún reclamo, ¿no?
0:05:29 Y entonces se produjo el milagro.
0:05:32 Trancido por la ausencia de cualquier amenaza y seducido por los aromas que lanzaba el horno de la panadería,
0:05:39 Napoleón decidió bajarse en la calesa y entrar a comprar una fartura.
0:05:47 Y Luis Sufán estaba loco de contento, consiguió mezclarse entre los hombres de Napoleón y entró casi junto con él a la panadería.
0:05:56 Bueno, aparte ya estaba a punto de hacer su pedido cuando Luis, experimentado como un íntimo, le gritó a Leonor,
0:06:06 sirva al emperador aquella ogaza del medio.
0:06:11 Napoleón agradeció la sugerencia, cruzó dos palabras con Luis acerca de que el pueblo y las condiciones del camino y se retiró alegremente.
0:06:21 Leonor quedó estupefasta, dice Cromiesca, intentó creer que la operación de aquel milagro la debería enamorar automáticamente de Luis,
0:06:31 pero luego supo que su condición había sido mal elegida.
0:06:35 No había nada que pudiera hacer que Sufán le gustara.
0:06:39 Debió haber sido más contundente en la imposibilidad de su correspondencia.
0:06:45 Entonces quiso huir.
0:06:48 Cuando vio que Luis se acercaba, empezó a rajar.
0:06:54 Pero, Luis le dijo, ahora ya no tiene derecho a negarte.
0:06:57 Esto ha susto todavía más de Leonor que salió rajando.
0:07:01 Pero vino a suceder algo curioso.
0:07:04 Los vecinos, que le habían oído muchas veces hacer su falsa promesa, la rodearon y la instaron a corresponder a Luis.
0:07:14 Estaban indignados por el incumplimiento y entonces la empujaron hasta una granja y le dijeron que tenía que pagar su deuda.
0:07:24 Dice el Cromiesca.
0:07:27 Poco después, bajo la custodia de un pueblo vigilante, el joven pescador de Ranas se unió alegremente y por única vez a la panadera.
0:07:41 Cuentan que la panadría Leonor cerró y su dueña, obligada a cumplir con decires inoportunos,
0:07:50 pasó a vivir un bandón y se hizo borbónica, creviente.
0:07:57 Una liña historia que tiene también su costado edificante porque viene a enseñarnos a no utilizar
0:08:07 juegos de palabras para hacer promesas que después puedan ser exigidas.
0:08:12 Con su cumplimiento para ser exigidos.
0:08:15 Sí, también han hecho de que una negativa debe ser totalmente clara.
0:08:20 Y no no puedo con estas cosas que parecen que nunca van a estar.
0:08:24 Vení después o ni siquiera.
0:08:26 Le llevo a parrilla.
0:08:28 No es lo.
0:08:29 No es lo.
0:08:30 Pero hay gente que no entiende.
0:08:33 No solo no entiende el cuando Napoleón se para adelante la paradería como uno, sino que tampoco entiende uno como uno.
0:08:42 No entiende nada como uno.
0:08:46 Ahí ya estamos en problema.
0:08:47 Ahí ya estamos en problema.
0:08:49 Ya estamos en problema.
0:08:51 Pero hay gente que aún después del decimotito no sigue preguntando o sigue acorralando a las
0:09:02 paladeras, a los paladeros, a los que enfuen.
0:09:05 Así que yo acá estoy del lado de la paladera.
0:09:10 Sí, es más, yo no quería que la paladera cumpliera.
0:09:15 Se puede hacer todo lo que va a forzar, algo que ya no se pueda.
0:09:18 Sí, pero porque además ahí está la interpretación literal de lo que es una metáfora.
0:09:24 Cuando Napoleón se para adelante la paradería es una metáfora de nunca.
0:09:30 Una integralidad de cuando Napoleón se para adelante la paradería.
0:09:38 El día de la tarapela no se dice.
0:09:40 Es nunca.
0:09:44 Entonces a quién quiere dedicar esto?
0:09:46 A los que saben cuándo es lo que usan.
0:09:49 Eso no.
0:09:51 Hemos ido a la, a la paradería, iba a decir.
0:09:59 Hemos ido a la discoteca y ya que comprendió el valor de lo literal, el discotecario nos
0:10:09 entregó para ilustrar esta charla, el tango que se llama PAN, que escucharemos en la versión
0:10:18 de la Ucarlo Campeón.
0:10:50 Él sabe que tiene para dar borrando la tendencia y que lo va a transporar.
0:10:57 Así era el teléfono con mi cuya mano.
0:11:01 La luna, la aurora, lo va a mirar.
0:11:05 Si quieres que algún día pudieras escucharlo, en el que lo cuente hace la fe.
0:11:16 Y ver si es tu mano que condena, o no haber robado un callo de PAN.
0:11:25 Sus hijos no lo dan por el dorado.
0:11:29 Ni pide ni paquita ni chistes ni dulce ni leor.
0:11:35 Su tiempo se muere en el frío y solo la amarene con el PAN.
0:11:42 La huella se quesa de dolor.
0:11:46 Un no miente reforcio y jovenencia sordina.
0:11:51 También su mujer es cualidad y placa.
0:11:59 En una mirada toda la ferageria me ha dado enterro.
0:12:06 El abazador es enterla mano pidiendo al que pasa.
0:12:14 Y por la por qué recibir la frente de un perro de hermano.
0:12:19 El que afuerta y quiere valor y alcine.
0:12:23 Se dormieron todos, cachó la barreja y se solucionó.
0:12:29 Que hay un esbalz.
0:12:36 Un vidrio jubro frito carrera caucío.
0:12:42 Un hombre que no le dio un caso de paz.
0:12:52 A cantado Carlos Gardel de Flores y Pereira, PAN.
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