Transcripción automática
0:00:00 Vamos a hablar esta noche de Napoleón y Carlota.
0:00:07 Napoleón buscaba esposa nueva.
0:00:13 Estamos en Francia en el año 1807.
0:00:19 Todos los historiadores se están de acuerdo en que Napoleón tenía una extraordinaria capacidad de trabajo.
0:00:27 Y esta cualidad, vamos, que le permitía ocuparse simultáneamente de un tratado de paz o de la etiqueta en la corte de Vespalia,
0:00:40 o de las fuerzas francesas, del número de botones, de las chaquetas.
0:00:49 Bueno, de todo eso al mismo tiempo, le permitía también ocuparse de su vida sentimental.
0:00:57 Por esos tiempos Napoleón llegó a tener 17 amantes en actividad.
0:01:04 Es decir, amigas que le gustaban y que lo correspondían.
0:01:10 Y a las que podía convocar para encontrar una mutua satisfacción, sin dilaciones, ni entreveros verborrágicos.
0:01:20 Es decir, una colección de seminobias, por decirlo así.
0:01:26 Esta actividad galante no impedía a Napoleón el continuar la búsqueda de una mujer más prolífica que Josefina.
0:01:35 Todavía estaba el casado con Josefina.
0:01:39 Y recuerde que ella no le daba a hijos a una parte y por ese motivo el matrimonio empezaba a desgastarse.
0:01:47 Allá, a principios de noviembre de 1807, Napoleón supo que la hermosa princesa Augusta de Vaviera,
0:01:55 la hija del rey de Vaviera, tenía una hermana más chica.
0:02:00 Era la princesa Carlota.
0:02:05 Augusta de Vaviera se había casado con Eugenio de Boarnet, casualmente el hijo de Josefina,
0:02:13 pero el hijo que tenía Josefina con su primer esposo, no con Napoleón, sino con el fina de Boarnet.
0:02:20 Dice el cronista que Napoleón, al conocer que Augusta de Vaviera tenía una hermana,
0:02:30 se levantó de su escritorio, anduvo caminando a lo largo de su despacho un poco nervioso
0:02:36 y se dijo que si la hermana estaba tan buena como su hermana mayor, sentiría gran placer en acostarse con ella cada día.
0:02:46 Entonces llamó de inmediato a su ayudante y será...
0:02:56 No sé, a su ayudante que puede ser Rostán o puede ser Constán, que era el mayor don.
0:03:04 Y el otro era Diroc, uno de los mares cares, y les comentó un plan que se le había ocurrido.
0:03:11 Y les dijo, bueno, convocad en Milán a la princesa Augusta de Vaviera,
0:03:17 decirle que traiga a su hermana... Decirle que traiga a su hermana es delicioso.
0:03:23 Y nosotros nos encaminaremos hacia allí inmediatamente,
0:03:27 dijo utilizando la primera persona del plural como suelen hacer los emperadores.
0:03:32 Bueno, pocos días después, Napoléon salió desde París hacia Italia con una pequeña hueste,
0:03:39 con el mariscal Diroc, ahí muy entusiasmado, lleno de ilusión por encontrar a la mujer de sus sueños,
0:03:47 calculando que Carlota iba a estar todavía mejor que Augusta,
0:03:51 porque las hermanas menores suelen ser, si no, más lindas, al menos más jóvenes que las mayores.
0:04:01 La idea de él era repudiar a Josefina por no darle decendencia y casarse, en fin, con quien fuera.
0:04:09 Ahora bien, el viaje fue una porquería, fue muy penoso, Napoléon padeció, se expuso a graves peligros,
0:04:18 y si ésta fuera una película podríamos contar que a mitad de camino apareció un huracán,
0:04:25 contorbellinos de nieve, que se llegaron a los caballos, y que los caballos se negaron a continuar adelante,
0:04:31 como si fueran camellos, ya se sabe que es proverbial la prudencia de los equinos,
0:04:36 que se niegan a continuar cuando hay ventarrón.
0:04:40 Impaciente al verse inactivo y desesperado por llegar,
0:04:44 Napoléon descendió del coche con el mariscal de Iroqu y con el ayudante,
0:04:49 y anduvieron los tres con la intención de alcanzar una pequeña barraca.
0:04:54 La tormenta arreció, el emperador se sofocó, perdía la respiración.
0:04:59 Iroqu, a pesar de ser muy fuerte, tenía dificultades para luchar contra el viento, río de viento, por favor.
0:05:08 Bueno, finalmente llegaron a una barraca, y había un campesino allí que vendía a Guardiente a los caminantes.
0:05:18 Napoléon recuperó el sentido y preguntó qué convenía hacer.
0:05:23 En realidad lo preguntó sólo para probar a sus hombres.
0:05:27 Iroqu y el otro dijeron que había que volver, y el emperador se indignó y dijo que había que avanzar.
0:05:35 Al final armaron unos trineos y de ese modo llegaron a destino.
0:05:40 A Augusta de Guadalajara los recibió con sus galas, ya intuía los planes de buena parte.
0:05:48 En realidad ya habían llegado los chismes y no se hablaba de otra cosa.
0:05:54 Napoléon cansado como estaba, apenas si tuvo tiempo para acicalarse un poco,
0:06:00 y pidió audiencia con la corte completa para poder, al fin, después de terribles peripesias, conocer a Carlota.
0:06:10 Bueno, efectivamente caminó hasta el salón donde estaba la corte y allí vio a Carlota de Vaviera.
0:06:23 Era horrible.
0:06:30 Él no dijo nada, pero se puso de mal humor.
0:06:35 No saludaba a nadie, se enojó con uno de sus saludantes, y no hizo otra cosa que mirar a Augusta
0:06:45 y luego a su hermana en un perpetuo ir y venir de sus ojos para certificar el fiasco.
0:06:51 Pero además, tal vez por el viaje, tal vez por el desengaño,
0:06:55 se agarró un refrío que lo dejó postrado en Milán por varios días.
0:07:00 Más allá de todos esos gestos, Napoléon no hizo ningún comentario desdeñoso respecto de Carlota.
0:07:11 Pero algunos sospechaban del desengaño de Napoléon y habían quedado tristes.
0:07:17 Entre los que esperaban un casamiento de Napoléon con Carlota, estaba el rey Bávaro.
0:07:25 Y Napoléon, que tampoco quería perder la influencia que tenía en aquella región,
0:07:31 intentó para mantener el decoro y las buenas relaciones hacer algo.
0:07:37 Y se le ocurrió la segunda y pésima idea.
0:07:43 Y eso se llamaba Luciano, a su hermano Luciano, una parte que estaba en Italia.
0:07:49 Ahora bien, Luciano se había casado.
0:07:53 Se había casado sin el consentimiento del emperador,
0:07:57 con Madán de Júbertun, una mujer divorciada de un agente de cambio de sonesto.
0:08:07 Cuando Luciano llegó de donde estaba Napoléon, el emperador le dijo enseguida,
0:08:12 te ordeno que te divorcies.
0:08:16 El hermano Napoléon, estupefacto, arguyó que amaba a su esposa.
0:08:22 Ivona Párt, dijo que no podía quedar mal con la casa de Vabiera
0:08:26 y que era necesario que él se casara con Carlota, Luciano.
0:08:31 Y se produjo un entredicho familiar, no político, sino de hermano a hermano.
0:08:38 Luciano, en el tono más cotidiano y familiar, le dijo que no se iba a casar
0:08:43 ni loco con esa mujer tan fea y que después de todo él mismo,
0:08:48 Napoléon se hiciera cargo del error de cálculo que había cometido.
0:08:52 Napoléon insistió en que se divorciara y que le iba a mandar la policía detenerlo,
0:08:57 si no se casaba con esa mina.
0:08:59 Y el otro insistió en que prefería pasar 12 años presos en la isla de Iv,
0:09:05 antes de acercarse a Carlota.
0:09:10 Y se fue dando un portazo.
0:09:13 Pero sucedió algo espantoso.
0:09:17 ¿Quién estaba escuchando esa discusión en el pasillo?
0:09:22 No me diga.
0:09:27 La princesa Carlota escuchó todo lo que hablaban
0:09:33 y cuando pudo verlos juntos, antes de partir a Napoléon y a Luciano,
0:09:40 hizo que una de sus damas de compañía les llevara un mensaje que decía así.
0:09:48 No os preocupéis demasiado.
0:09:52 Vosotros tampoco me gustáis.
0:09:57 Muy bien, Carlota.
0:09:59 Y ya lo he explicado.
0:10:05 Napoléon abandonó Milán sacudido por la esperanza rota
0:10:10 y también por la humillación a que lo había sometido a aquella princesa.
0:10:15 Es una historia interesante que debería dejarnos algunas enseñanzas.
0:10:25 No sé qué enseñanza realmente, pero debería dejarnos algunas.
0:10:31 Tal vez, por ejemplo, que hay que hablar de espacio.
0:10:40 O también que a lo mejor, no siempre las hermanas de las Lindas son también Lindas.
0:10:48 A ver, hagamos 20 segundos de evocación de las hermanas que conocemos
0:10:58 para ver si hay con alguna frecuencia una que sea más fea.
0:11:07 ¿Por qué hermanas?
0:11:13 Porque la historia es con la princesa Carlota.
0:11:22 Bueno, a veces sí y a veces no.
0:11:25 No hay una constante.
0:11:27 Parecer se parecen, pero el parecido no garantiza nada.
0:11:32 Muchas veces dos personas se parecen y una es linda y la otra no lo es.
0:11:37 Pero en la mayoría de las veces sí.
0:11:40 Si una hermana es linda, la otra también.
0:11:45 Así que yo creo que el cálculo de Napoléon fue razonable, pero no tuvo suerte.
0:11:53 Ahora yo creo que el que hace un cálculo así tiene que cargar con su error.
0:11:58 Tiene que cargar con su error.
0:12:01 Eso les ha pasado a muchos y a muchas que hacen citas a ciegas y se van por ejemplo hasta la nuce.
0:12:15 Hay citas a ciegas y citas a tuertas.
0:12:19 Porque a veces uno no ha visto a la dama con la que se va a juntar
0:12:25 o a veces la ha visto, pero la ha visto mal o no la ha visto completamente.
0:12:33 Pero hay que admitir que no todo es belleza, que hay gente que tiene un ánimo,
0:12:40 una espíritu que salva todo de más o que nos interesa mucho más.
0:12:47 También hay gente que es linda, pero tiene un espíritu que le cuida el cuerpo.
0:12:54 Por decirlo de esa manera.
0:13:00 Así que no, me parece que no hay una enseñanza que podamos aprovechar aquí.
0:13:04 Vamos a dedicar esto a todas las hermanas de nuestras novia, a las huestes de hermanas de nuestras novia.
0:13:15 Usted me dirá que puede darse el caso de que alguna de las hermanas de nuestra novia fueran también nuestras novia.
0:13:24 Podría ocurrir eso.
0:13:26 O que lo hayan sido en forma sucesiva, o que lo sean simultáneamente o secretamente.
0:13:32 A veces con la ignorancia de uno mismo puede suceder.
0:13:38 Pero en este caso doblemente, si lo hemos dedicado a nuestras novia
0:13:43 y a las hermanas de nuestras novia, doble dedicatoria.
0:13:48 Hemos ido a la discoteca y no estaba el discotecario, pero sí el hermano.
0:13:58 Que era mucho más lindo que el discotecario.
0:14:06 Y enseguida nos dio una hermosa milonga.
0:14:12 Que vamos a escuchar en la voz de nuestra querida María Marta Pichy.
0:14:17 Se llama La Solita, esta milonga.
0:14:20 Y fue compuesta para dedicarse a la pobre Carlota de Vavillera.
0:14:29 Adelante, María Marta.
0:14:41 Dicen que nada le apena y que por nadie ha llorado.
0:14:57 Y que por nadie ha llorado.
0:15:04 Si de penar esta vieja y de llorar se alcanzan
0:15:13 pa' el campo santo, pa' el cielo uno a uno se han llevado.
0:15:21 Solita quedó en las casas y dicen que no ha llorado.
0:15:31 Dicen que nada le apena y que por nadie ha llorado.
0:15:48 En la puerta de sus días mirando al cielo rogo.
0:15:59 Mirando al cielo rogo que le dijeran aquellas palabras que nunca oyo.
0:16:12 Recontando sus mentiras la esperanza la llevó por mil caminos vacíos.
0:16:25 Y dicen que no lloró.
0:16:31 Dicen que nada le apena y que por nadie lloró.
0:16:48 Se fue blanqueando su pelo y esperándolo siguió.
0:16:58 Y esperando lo siguió, todas se fueron casando.
0:17:07 Nadie en su puerta se apeó el viento con su malicia.
0:17:16 Por su ventana pasó la noche más noche y lerta.
0:17:25 La vio llorando y siguió.
0:17:31 Dicen que nada le apena y que por nadie lloró.
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