Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Rible, estamos en el auditorio de Radio del Plata,
0:00:08 Gorriti 5963 entre Arriba Virreviñali y Berdel Plata, comiendo una factura, tomando mate.
0:00:16 Y con mucha gente amiga que está haciendo lo mismo, la medida que puede, porque hay una gran merman en el número de equipos de mate,
0:00:24 yo he sido robados, se los llevan en las ropas y volando que son parte de su cuerpo, vienen de otras radios a llevarse los mate.
0:00:32 Sí señor, bueno, dale, hablaremos de Napoleón y Esther Berge, un episodio no muy conocido en la historia de Napoleón.
0:00:46 Como bien sabemos Napoleón vivía o vivió en sus últimos años en una isla, la isla de Santelena que estaba bajo el protectorado inglés,
0:00:54 no tenían así presionado los ingleses.
0:00:57 Y allí estaba acompañado por algunos neatos de una especie de séquito que le habían permitido conservar,
0:01:07 la mayoría de ellos traidores, pero bueno, allí tuvo amores acerca de algunos de los cuales ya hemos hablado,
0:01:17 y en aquella isla de Santelena allí donde Judas perdió el poncho, en la porquería, pasaban cosas extrañas.
0:01:25 Los francíses que compartían el estierro de Napoleón se divertían con las esclavas de James Town, que era el capital de Santelena.
0:01:34 Las mulatas en las cuales recaía la elección de los compañeros de Napoleón sentían una gran vanidad ante esa preferencia.
0:01:43 Y algunas incluso no querían hablar más que en francés, disfrutaban mucho los encuentros con los exilados franceses,
0:01:50 porque también era un modo de revelarse ante el maltrato de sus patrones, de sus sueños, de sus amores ingleses.
0:01:58 En algún caso los marinos ingleses, no los maridos, los marinos eran desdeñados por sus propias servidoras, no sé,
0:02:08 y estaban desde luego furiosos.
0:02:10 Una noche en una taberna del puerto donde paraban marinos ingleses y franceses,
0:02:16 una mulata hermosa y muy querida llamada Esther Verge,
0:02:22 osó declarar que los súbditos de Napoleón eran los mejores amantes de la esla, y que sólo amaría a ellos.
0:02:29 La idea de que aquella muchacha tan seductora concediera a los franceses algo que pertenecía por derecho a Inglaterra enojo más a los ingleses.
0:02:41 Si levantaron con la intención manifiesta de hacerlo olvidarme,
0:02:46 durante un castigo ejemplar, el recuerdo de cualquier abrazo francés.
0:02:51 Los marinos franceses saltaron en su defensa, se produjo un barullo, volaron botellas, vasos, tabuletes,
0:02:58 hubo tres muertos y 21 heridos en aquella bronca.
0:03:02 Después de aquel escándalo, Esther Verge pasó a servir a la señora de Montolón.
0:03:10 Montolón era un meato bastante traidorazo, y la señora de Montolón era una dama del séquito de buena parte en la isla,
0:03:18 y en la mujer de mí.
0:03:20 Al poco tiempo, Esther reveló a sus amos que estaba embarazada.
0:03:29 No, una vez ahora.
0:03:31 Señora, estoy embarazada, dijo la morocha.
0:03:36 Esta noticia no tardó en causar una gran preocupación entre los desterrados, quiero decir, entre los franceses.
0:03:42 Esther, que tenía costumbres muy ligeras, había estado en realidad en diversas camas de distinta importancia.
0:03:51 La consideraba la amante habitual de Marzán en la ayuda de Cámara de Napoleón,
0:03:56 pero no era imposible que hubiese intentado consolar al emperador también.
0:04:01 Al menos esa era la opinión de los ingleses.
0:04:03 Ellos decían que la señora de Montolón había contratado a Esther Verge para ponerla cerca de Napoleón,
0:04:09 mientras que Marzán hacía de tapadera.
0:04:13 Es factible que Esther haya sido amada por muchos, y que entre todos ellos figurara Napoleón.
0:04:19 Pero aunque nadie tuviera certezas respecto de la paternidad de este niño, que estaba por nacer,
0:04:27 era lógico que fuera otorgada al más importante de los supuestos amantes,
0:04:32 solo por un deslizamiento de sentido común.
0:04:35 El asunto fue que aquel embarazo puso muy nervioso a todos los habitantes de la iglesia.
0:04:40 Todos pensaban que Napoleón iba a tener otro bastardo.
0:04:43 Y esos rumores llegaron hasta el propio Napoleón, y Napoleón sin digno.
0:04:49 Preocupado por levantar su prestigio alicaído, Napoleón negó todo,
0:04:55 y ordenó que Esther fuera expulsada de su séquito.
0:04:59 Los ayudantes de Napoleón le hicieron observar respetuosamente
0:05:03 que hice despido que usaría un muy mal efecto en la población,
0:05:07 y que los ingleses publicarían en los periódicos que el emperador caído echaba las criadas a las calles
0:05:13 después de haberles hecho un niño.
0:05:15 Bueno, qué le habla.
0:05:17 La verdad es que todos los hombres del séquito francés estaban enamorados de Esther.
0:05:23 No querían que se fuera.
0:05:25 Entre los enamorados figuraba Mar-Jean, y también el general Gurgot,
0:05:30 ayudante de campo en Napoleón.
0:05:32 Desesperado ante la posibilidad de una expulsión, Mar-Jean se plantó ante Napoleón y le ofreció una solución.
0:05:39 Propuso casarse él directamente con Esther.
0:05:42 De este modo, los rumores de un embarazo gestado por Napoleón se esfumarían.
0:05:49 Napoleón le dijo a Mar-Jean que estaba loco, que no podía casarse con una chica tan generosa en amores.
0:05:56 Napoleón le advirtió a Mar-Jean que ningún hombre de aquella pequeña tropa francesa
0:06:00 podría mirarlo luego a los ojos o afectar en diferencia.
0:06:04 Mar-Jean insistió, aseguró que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por el bien de su emperador,
0:06:10 y Napoleón prometió pensarlo.
0:06:13 A los pocos días, llamó a Mar-Jean y le negó su autorización.
0:06:18 Le explicó que en los periódicos no dejarían de decir que había sido él el culpable de aquel embarazo
0:06:25 y que había obligado a esa ayuda de cámara a casarse con la sospechosa, según la costumbre de los grandes señores.
0:06:32 Y le ordenó otra vez a Mar-Jean que expulsara a Esther de su casa.
0:06:38 Mar-Jean se retiró muy apelada.
0:06:41 Entonces apareció el ayuda de campo.
0:06:44 Luego, que se plantó ante Napoleón y le dijo,
0:06:47 vea, me quiero casar con Esther por el bien del emperador.
0:06:51 Bueno, a partir de indignados, se obtuvo aquellos mismos argumentos que había expuesto ante Mar-Jean.
0:06:57 Y aquella misma noche, era octubre de 1816,
0:07:01 Esther de Bergen salió del séquito de Napoleón y de la servidumbre de la señora de Montolón
0:07:07 y fue a vivir a un homil de casa en Jenstland con la estricta prohibición de acercarse a la fortaleza
0:07:13 donde se alojaba el emperador.
0:07:15 Mar-Jean, Gurgo y 14 marinos del ejército francés la despidieron tristemente.
0:07:22 En su casa de Jenstland, Esther tuvo su hijo y lo llamó Jimmy.
0:07:28 En 1821, después de la muerte de Napoleón, Esther emigró con su hijo a Londres
0:07:35 y se casó con un relojero llamado Gordo.
0:07:40 Jimmy se estableció más tarde en Estados Unidos, en Connecticut
0:07:44 y se dedicó al periodismo y a la política.
0:07:47 Le decían el Napoleón Negro, le decían, porque era el vivo retrato del emperador.
0:07:54 Las personas que no estaban en el secreto de su nacimiento,
0:07:58 aun cuando lo vieran por primera vez, se quedaban asombradas por su parecido.
0:08:03 Él por su parte se mostraba muy reservado a este respecto
0:08:06 y solo hablaba de su asendencia bajo el influjo de la bebida.
0:08:11 Jimmy murió el 25 de mayo de 1886.
0:08:15 Y esta es la historia que queríamos contar acerca de Esther Virgin
0:08:19 y de lo que pasaba con los franceses en Santa Helena
0:08:23 y también de los celos nacionales que suelen existir,
0:08:26 una forma más de tantas supersticiones xenófobas que existen por ahí.
0:08:32 Es que se escribe que los franceses son mejores amantes que los ingleses
0:08:36 y que los ingleses son más valerosos que los belgas,
0:08:39 que los belgas son mejores billaritas que los checos y todo así.
0:08:43 Bueno, a quién quiere dedicar esto?
0:08:46 Estaba pensando, sí, hay muchas gente.
0:08:48 Estaba pensando en conductas nobles, ¿no?
0:08:50 En principio, para ir no tratando de cifrar nada ni averiguar nada,
0:08:55 pero sí, como para echar un poco más de luz, no sería extraño
0:08:58 porque fuera su majestad, el amante de Esther,
0:09:01 puesto que la mujer de su vida fue otra mulata, José Fina Bárrez.
0:09:04 Le gustaban las morochas americanas, por lo menos, y esto es posible.
0:09:08 Me parece muy interesante, ya demasiado la cañenamente,
0:09:11 para usted que el tipo que prefería compartir con todos se llamara Marjan.
0:09:15 Si la chica era una obra de arte, es lógico que el señor quisiera compartir con los muchachos.
0:09:19 Pero pensaba también en esta especie de cosa curiosa
0:09:22 que han establecido las naciones dominantes.
0:09:25 Diz que cuando establecen una clase dominante en cualquier lugar,
0:09:28 si se trata de algo prestigioso, aunque sea inútil, es responsable, es el señor.
0:09:33 Si es algo provioso, aunque sea responsable, el único impune es el señor.
0:09:38 Es un curioso lugar de preminencia que ha establecido la dominación inglesa.
0:09:42 Sobre todo en la India, ¿no?
0:09:43 Ser padre puede ser bueno o malo, según el caso.
0:09:46 Y en este caso, ninguno de ellos supos que era bueno o malo.
0:09:49 Digo también que había otra cosa en este juego Alejandro.
0:09:52 Y es que nadie creía, y esto fue hasta 1821,
0:09:56 y para muchos de nosotros, seguidores del emperador, hasta el día de hoy,
0:09:59 que un tipo como Wellesley, un hombre tan mediocre como Wellington,
0:10:03 hubiese derrotado al gran Napoleón Volaparte.
0:10:06 Y que en esta historia, cada vez que se hacía comientan,
0:10:09 igual que el chiste aquel de los ublemias, los ridículos,
0:10:11 no hay más que un paso, el paso de Calais, que se pare en ingleses de franceses,
0:10:14 cada vez que alguien agruía alguna superioridad francesa,
0:10:18 decía el Riemembert Batheurlo, en buen flamenco.
0:10:22 Nosotros seguimos creciendo que una derrota no hace, ciertamente,
0:10:25 la grandeza de un hombre.
0:10:27 Pero también podemos ver aquí que los opresores, en este caso, los británicos,
0:10:32 lograban que una clase dominante, otra caída,
0:10:35 los franceses se aliase con las muchachas,
0:10:37 porque los opresores se creen que casi todo aquello que dominan les pertenece en serio.
0:10:41 Y hay cosas que ni con la fuerza se obtienen, ni con el dinero se compran,
0:10:45 y esas cosas siempre pasan por el lado de la pasión.
0:10:47 Pero para cerrar esto, quiero sumar un dedicado más.
0:10:52 Además de Gurgot, que algo bueno tenía, porque en esas runflas de traidores
0:10:56 supo ser la ayuda de campos, de otros campos del emperador.
0:10:59 Digo, estaba pensando en algo, con su aniversario se produjo hace poco,
0:11:03 en el retorno del general Perón a la Argentina,
0:11:05 que fue precedido por un montón de diálogos entre el hombre que estaba exiliado
0:11:08 y de algún modo derrotado por la historia y el general Lanuse.
0:11:12 Y hay una serie de respuestas enormes,
0:11:14 de las cuales una de las finales es, déjale a Lanuse,
0:11:18 que voy a volver cuando yo lo decida y aquí se termina la conversación.
0:11:21 Lo que quiero decir es que un líder en cualquier situación que esté,
0:11:24 un hombre que ha tenido el amor de su pueblo y que ha conocido la victoria,
0:11:28 sabe que está pulseando simplemente con la historia,
0:11:31 y que entonces sus decisiones valen mucho más allá de lo que pasa realmente en los hechos,
0:11:35 y por eso a veces es necesario cuidar la imagen.
0:11:38 Eso claro, no lo saben simplemente los hombres poderosos,
0:11:41 sino lo saben un líder, un hombre, un varón, un hombre de honor, Comilfó.
0:11:46 Comilfó es el tango que vamos a escuchar en la versión de Horacio Sagan y Hugo Aldo de Lío.
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