Transcripción automática
0:00:00 Nuevas historias de dentaduras. Atención a nuestros amigos dentistas. Atención a nuestro amigo Raúl Barragán.
0:00:11 Hace un tiempo hemos hablado de los problemas dentales de algunos personajes históricos,
0:00:15 y hoy tenemos otros episodios a ese respeto.
0:00:20 En principio, hemos por Carlos I de España, Carlos V del Impel, que tenía tremendos problemas odontológicos.
0:00:29 Hay tres retratos, tres cuadros que son característicos de Carlos, y que fueron pintados en distintos momentos de subida.
0:00:39 Uno se lo ve muy joven, con la boca abierta que uno cree que es producto del afloramiento propio de la juventud.
0:00:49 Veremos el por qué no.
0:00:51 Un otro, allá por los 36 años conquistador de Europa, y el tercero ya recluido en el monasterio, el Uste, ahí abricado quizás.
0:01:05 Y en los tres se ve un tremendo prognatismo.
0:01:10 El prognato es el que tiene la mandíbula de una situación prominente, que tiene la morrera al revés.
0:01:18 Casi todos los afurgos tienen características, son un arrojo familiar, pero bastante molesto, porque la mandíbula desmesurada le provocaba a Carlos muchas, muchos inconvenientes.
0:01:37 El Corrista Santa Cruz dice, en ella la dentadura tan desproporcionada que los dientes no se encontraban nunca.
0:01:46 Lo de arriba y lo de abajo no se juntaban.
0:01:52 Bueno, de ese problema surgían dos cuestiones distintas.
0:02:01 Primero, no se la entendía cuando hablaba.
0:02:04 Y segundo, no podía mascar lo que comía.
0:02:09 Y eso le provocaba también enfermedad porque se trajaba las cosas enteras.
0:02:14 Los alimentos enteros, sin maticarlo porque no podía hacerlo.
0:02:19 ¿Y a los alimentos hay que maticarlo?
0:02:21 Sí, 300 veces.
0:02:23 Dice que se lo comprendía poco a Carlos Pinto, y su discurso se veía siempre duplicado.
0:02:29 La primera frase que lanzaba era Siento Inoperante, y luego sobrevenía el eco porzado.
0:02:37 Se constituía en una clarificación de lo que había dicho antes.
0:02:41 Y la crónica dice, todo lo que el drag-dijo en su vida debió decirlo al menos dos veces.
0:02:47 Y en cuanto a las comidas, tragava piezas enteras e incluso producían chácreas que se le escapaban los trozos de la boca por el espacio que había entre los dos ejércitos mentales, el de arriba y el de abajo.
0:03:04 Otro que también tenía problemas mentales fue George Washington.
0:03:10 Cuando en 1790 fue investido presidente de los Estados Unidos, tenía un solo diante, el premolar inferior izquierdo para ser más preciso.
0:03:21 Pero además había sufrido mucho para llegar a ese estado.
0:03:27 En aquel entonces, los dentistas de la etapa colonial británica eran unos personajes no muy respetables, que andaban de ciudad a ciudad, y que operaban con distintos criterios.
0:03:41 Pero uno de los Philip Trumbach, ejercía en Finalesía, decía que todo el arte de la extracción se sufraba en un brazo vigoroso y un sólido trozo hierro.
0:03:54 Así que había que tener una buena pinza y darle para adelante.
0:03:58 Bueno, cuando Washington ya tenía un solo diente, se presentó ante él un cirujano naval francés llamado Jacques Carreste.
0:04:06 En aquel tiempo y en esto también, un cirujano naval debía saber un poco de todo.
0:04:12 Imaginaste que si en alta mar que pasa algo, el tipo tiene que servir tanto para un barrio como para un regalo.
0:04:18 Pero este cirujano era también dentista, se había afincado en Pensibania, y escribió un artículo crecido.
0:04:29 Cirujano, dentista del país, que coloca dientes artificiales en el menor dolor y con tal parecido, que es imposible distinguir lo verdadero de los pasos.
0:04:39 Pero como una especie de aviso mundial.
0:04:41 Washington se enteró y lo fue a ver al Iván César.
0:04:46 Y el Iván César le fabricó una prótesis dental, pero que en realidad se desarmaba cada momento.
0:04:53 Washington se despertaba con todo lo diente artificiales, esparcido por toda la caprega, y algunos se lo fragaba.
0:05:09 Entonces muy decepcionado por este hecho, Washington fue a ver de nuevo a otro tipo, fue a ver a otro, se llamaba Greenwood.
0:05:19 Otro dentista famoso.
0:05:22 De 1767 se anunciaba Greenwood como experto en colocar dientes artificiales.
0:05:29 Bueno, Washington lo consultó y fue un poco mejor, pero esta dentadura de Greenwood, eran incomodísimas.
0:05:37 Para facilitar la adhesión, llevaban unos resortes, los cuales a veces hacían saltar la dentadura de la boca, proyectándola contra el tipo que estaba enfrente.
0:05:52 Era necesario quitarse la para comer.
0:05:55 ¿Cómo hacía?
0:05:57 Greenwood insistía en que estos aparatos, además de engalanar el rostro, eran capaces de masticar, pero no siempre se lograba.
0:06:07 Otro inconveniente era que al poco tiempo de llevarlas en la boca, se pudrían... se pudrían la dentadura por tí, se lo abandan.
0:06:18 Terrible, ¿no? Que no le pase con la propia, está bien.
0:06:22 Muy bien, Washington fue a ver a otro, a Dixató, otro francés.
0:06:31 Pero en realidad no, no llegó a ver a Dixató, que fue el que inventó la dentadura de porcelana, que por lo menos no se pudrían.
0:06:41 A Washington me interesaba que su boca no se hundiera, porque como le quedaba un solo aliente, los labios se arrugaban y le producían malas pestares.
0:06:52 ¿Chiérrez como?
0:06:53 Como un conejito.
0:06:55 Y a Falsón decía de Washington que era un hombre hermoso, alto y muy proporcionado, y que estar sin dientes lo mortificaba muchísimo.
0:07:04 En tanto es así que el pintor, Gervos Tivar, que fue uno de los retratistas que lo pintó, le rellenó antes de pintarlo el labio superior con algodones.
0:07:16 Bueno, el ventista Gringwood siguió a Washington en realidad toda su vida.
0:07:21 Se escribían cartas y de esas cartas sacamos estos datos.
0:07:25 Antecada dentadura inadecual, Gringwood sugería a Washington cómo debería enseñárselas para mantenerla del artefacto limpio.
0:07:35 La última historia tiene que ver con el legendario Yolinda Paraní.
0:07:41 Desde muy joven se había quedado sin dientes.
0:07:44 Dice la crónica que engullía los alimentos prácticamente enteros.
0:07:49 Las salsas le decoraban el mentón, lo que remediaban amiéndose con la lengua que proyectaba fuera de su boca con la habilidad de un camaleón.
0:08:00 En París paganíneos lo hablar de las máquinas para masticar, es decir, las dentaduras postricias.
0:08:08 Era para entonces que hacían de porcelana.
0:08:11 Antes se hacían de hipopótamo, de marfil de hipopótamo, o de...
0:08:19 También en una época se hicieron bien pesumarlos.
0:08:23 Se habían dejado de usar porque muchos tenían miedo de contagiarse enfermedades ancestrales.
0:08:31 Héctor Berlioz, a quien Paraníne fue a visitar para encargarle un concierto de viola en los ejáros en Italia,
0:08:38 le indicó cuál era lo mejor el dentista.
0:08:40 Le habló de un tal de lavabo.
0:08:42 Parece que Berlioz estaba muy atento a las dolencias dentales de los amigos y se había mucho de bien.
0:08:50 Hacía poco y lo había acompañado a France List, a los de lavabo, para que le sacara algunas muertas.
0:08:57 Bueno, paganíne fue a lo del dentista, a lo del de lavabo, y se hizo acompañar por Berlioz.
0:09:03 El doctor de lavabo atendía a lo más enécto de la sociedad de París.
0:09:08 Eh... Muy bien.
0:09:12 Le mostró a paganíne unas dentaduras y fue a suavirar hasta que preguntó, ¿podré comer con ella?
0:09:22 Y el lavabo respondió lo que sigue.
0:09:24 Mire, comer lo que se dice comer.
0:09:28 A veces no se consigue si el paciente no posee paciencia y habilidad,
0:09:35 pero desde luego mejora la presencia y la pronunciación.
0:09:39 Paganíne se llevó una dentadura para probar y prometió pagarla después de la prueba.
0:09:47 ¿Puede viajar par cuando veas si le gusta?
0:09:51 Bueno, será como Andú, con lo diente por ahí, Paganíne.
0:09:54 Todo lo felicitaba, Andró, Sán, Alejandro, Rúmar, Víctor, Rubo, Rossini, el propio List.
0:10:01 Bueno, todo fue bien hasta que un día el dentista de lavabo, eh...
0:10:06 Un poco preocupado porque Paganíne no le...
0:10:09 No le ganó.
0:10:10 Contraría a no su nombre y no le actuaba.
0:10:14 No, Paganíne mandó un cobrador.
0:10:16 Un cobrador a Paganíne, no parece.
0:10:19 Un oxímoron.
0:10:21 Pero el cobrador no fue bien recibido.
0:10:23 Cuando se llamó a la puerta, Paganíne salió como un loco envuelto en una...
0:10:28 una sábana, le saltó a la garganta y empezó a buscarlo,
0:10:32 mientras emitía sonidos incomprensibles.
0:10:36 Mientras se ahorcaba el cobrador se le cayó la sábana y Paganíne,
0:10:39 parece un espileto, salió de la mortaja.
0:10:42 Un grupo de transeúntes corrió a salvar al cobrador.
0:10:46 Todos creían que el atacante era un loco escapado del manicomio.
0:10:50 Con la ayuda de la agente el cobrador se ha ido rajando.
0:10:54 Pronto Paganíne se tranquilizó y le señaló a quienes habían salvado al cobrador...
0:11:01 eh... su boca.
0:11:04 No podía cerrarla.
0:11:06 Muchos pensaron que había dado un ataque de algo,
0:11:10 pero no, la ventadura que había salido de su sitio,
0:11:14 se había roto uno de los muertes, se había vuelto al revés.
0:11:19 Y Paganíne no podía colocarlo en su sitio ni tampoco sacársela,
0:11:23 por muchos esfuerzos que así.
0:11:26 Y justo en ese momento golpearon la puerta para cobrarle.
0:11:33 Bueno, después de muchos esfuerzos varios hombres consiguieron sacarle de la boca
0:11:38 la terrible ventadura a Paganíne.
0:11:41 Al día siguiente Paganíne le mandó al doctor de Navajo una disculpa,
0:11:45 la plata, pero también el manojo de dientes que había quedado en aquel artefacto,
0:11:50 y anduvo sin dientes de ahí el mar.
0:11:53 Son unas asombradas, muy bien.
0:11:56 Bueno, nosotros este es el fin del catálogo de asuntos centrales,
0:12:01 que saludamos a todos nuestros amigos,
0:12:04 dentistas y desde luego a Raúl Baragán,
0:12:07 el de Cano, de los dentistas,
0:12:11 sino que fabricó una ventadura postilla también verdaderamente extraordinarias.
0:12:15 Él no la fabrica como otros que te la hacen a medida, ahora, ¿no?
0:12:20 No, con pasas y registres en la vidriera como si la Paganíne.
0:12:23 Ahí te la llevas, ahí.
0:12:24 ¿Qué la llevas?
0:12:25 Tiene que esperar.
0:12:26 No tenes que esperar, si venga a buscarla,
0:12:28 tiene el mecánico dental y esto que no.
0:12:30 No, nada, verdad.
0:12:32 ¿Qué es esto que tiene que hacer justo?
0:12:35 A lo mejor si la ventadura tiene un poco de juego,
0:12:38 uno puede divertirse,
0:12:40 claro, jugando y sorprendiendo a sus amigos,
0:12:43 y sacando de golpe la ventadura en medio de una reunión,
0:12:49 incluso uno sale con una dama,
0:12:51 y por ahí está tomando un café,
0:12:54 están un poco aburrilos,
0:12:55 uno no sabe qué historia contarles,
0:12:57 y de golpe la mira hacia los ojos y le saca la ventadura en cedas.
0:13:07 Mirá lo que hago.
0:13:09 Y la mira pensará,
0:13:10 quien es capaz de lo menos puede ser capaz de lo más.
0:13:14 Mirá lo que hago y esto nada más que con los dientes,
0:13:17 y esto calcula para...
0:13:21 Bueno, hemos buscado empezarlo mal.
0:13:24 Tango dental es en nuestra discoteca y hemos hallado trisa loca.
0:13:31 Hermoso tango que va a ser interpretado por Horacio Salgan y Ubaldo de Lío.
0:13:56 el día de hoy,
0:13:58 el día de hoy,
0:14:00 el día de hoy,
0:17:22 el día de hoy.
0:17:25 ¿¡Qué ketidoszers!
0:17:28 noche...
0:17:30 ¡Mas que struck!
0:17:32 simple...
0:17:34 ¡ 끝� WILDM było pat Ronald
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