Transcripción automática
0:00:00 Teníamos un nuevo catálogo de sustituciones amorosas,
0:00:04 es decir, de personas que se hacen pasar por otras para reemplazarlas en el lecho.
0:00:10 Y en un tiempo se hace pasar por el marido, por la novioculana y disfruta de su lana por eso.
0:00:18 Generalmente lo hacían los dioses que tenían la posibilidad de metamorfosearse.
0:00:27 Entonces se disfrazaban de acuerdo a las circunstancias.
0:00:32 A ver, este es como un sostegu con la mamá de Grácteles, se disfrazaban del marido ausente.
0:00:39 Ese es lo más común y lo más eficaz realmente.
0:00:43 En algunos casos no, en algunos casos es la última persona de la cual uno debe disfrazar.
0:00:51 En otros casos el disfraz obedecía a un padre demasiado vigilante.
0:00:58 Entonces ahí lo tiene a Zeus disfrazado de lluvia, de lluvia de oro.
0:01:06 Pero en este caso vamos a comenzar con una primera historia de sustitución que pertenece a la mitología de la India.
0:01:15 El Gran Mayana contiene un episodio en donde se cuenta con bastante vergüenza, no?
0:01:22 Un pecado de Indra, el Dios del firmamento en cuyas manos, digamos, estaban el trueno y el relámpago
0:01:30 y por cuya voluntad caían las lluvias.
0:01:32 Quiere decir que, quiero decir que era un Dios importante.
0:01:36 Indra montaba el elefante Ayuravata.
0:01:41 Y digo porque a nosotros siempre nos interesa saber cuál es la monta de cada uno de los Dioses.
0:01:47 En alguna oportunidad Indra quiso seducir a la esposa de un sabio llamado Gautama
0:01:54 que no debe confundirse con el Ura, no?
0:01:56 Yo pregido era ésta.
0:01:58 La mujer se llamaba Ahalya, Ahalya se llamaba y era hermosa, la mujer de Gautama.
0:02:08 Bien, el Dios Indra dice vamos a ver si la seducemos.
0:02:12 Y para seducirlo tomó la forma del sabio Gautama, descendió a la tierra y se presentó en la casa de Ahalya
0:02:23 un poquito antes de que el esposo regresara al hogar.
0:02:26 Y así convertió en Gautama y Indra tenía la esperanza de huirse a la mujer.
0:02:33 Cuenta la historia que Ahalya supo que alguien se había presentado, pero también supo que era Indra.
0:02:41 Y sabe por qué lo supo? Porque vio al elefante Ayuravata en la puerta.
0:02:45 Así fue jocacionado al elefante.
0:02:47 Exactamente, por eso le dije y leí el dato porque no era un dato cualquiera.
0:02:52 La vela se asomó justo cuando le entró al marido y vio al elefante de Indra en la puerta, dijo.
0:02:59 Acá hay algo raro. Primero, porque mi marido hasta ahora no vuelve.
0:03:03 Y segundo, porque no va a venir montado en el elefante de Indra.
0:03:07 Para mí que es de Indra.
0:03:08 Se dio cuenta, pero se hizo la autaria.
0:03:13 Y se unió al Dios muy contenta.
0:03:16 Y en todo caso pensó que si se descubría una supuesta falta, podía explicarse si había sido en la diada.
0:03:23 Y dicen que Ahalya...
0:03:31 Bueno, aquí es donde cuenta... Disculpenme, están mal escritos aquí.
0:03:34 Donde cuenta que vio al elefante.
0:03:39 Pero bien, estaba la hija, él, el que era él.
0:03:43 ¿Qué sé yo? ¿Cómo le va? ¿Qué tal? ¿Marido o mí? ¿Dónde decía ella? ¿Cómo te ha ido hoy en el trabajo?
0:03:49 ¿No parece ese mismo? Esa cosa.
0:03:51 Claro que le dicen a la señora, claro que te pasa, no sé.
0:03:55 Y en eso aparece el verdadero Gautama. Le llega.
0:03:59 Y se encontró nada menos que con él mismo seduciendo a su esposa.
0:04:05 En el mismo momento en que fue descubierto el Dios Indra, volvió a su forma inmediatamente.
0:04:12 Y entonces el verdadero Gautama profilió una maldición sobre el Dios y su esposa.
0:04:19 Digo, maldigo, maldigo, maldigo.
0:04:22 A consecuencia de esto, Indra perdió su habilidad.
0:04:26 Y Ahalya fue condenada a vivir invisible en un bosque durante muchos años.
0:04:32 Después Rama la encontró y la ayudó a ser visible otra vez.
0:04:39 No sé cómo la había encontrado.
0:04:43 Otra versión de este maleficio cuenta que Indra fue obligado a llevar mil marcas de sonrosa sobre su cuerpo
0:04:52 para que todos pudieran conocer el pecado de él que era culpable.
0:04:57 Así que, bueno, muchas sorpeza en esta historia, ¿no?
0:05:02 ¿Quién va a hablar de eso?
0:05:04 Otra, esta pertenencia a los mitos griegos.
0:05:06 El rey Salmoneo de Tesalvia, allí donde había buenos caballos,
0:05:11 era aquel que pretendía ser Zeus.
0:05:14 Digo, recorría a las cárcel lo hemos contado alguna vez,
0:05:17 arrastrando calderos de bronce atados detrás de su carro para imitar el trueno de Zeus.
0:05:24 Y al mismo tiempo tiraba al aire unas flechas encendidas,
0:05:28 algunas de las cuales caían y quemaban a sus incortunados súbditos.
0:05:35 Y él tenía, si hacía la ilusión de qué taplesas se van a hacer,
0:05:39 confundidas con rayos, ya que otra virtud de Zeus era el rayo.
0:05:45 Al final, Zeus lo reventó con un rayo, pero de verdad.
0:05:51 Este Salmoneo tenía una hija hermosa que se llamaba Tiro,
0:05:54 que era casi como una confesión.
0:05:57 La muchacha se había enamorado de un río,
0:06:02 del río Enipeo, más bien de su persamificación,
0:06:06 ustedes saben que todos los ríos tenían un dios, el dios río,
0:06:09 y que, según el caso, se persamificaban con la mayor solvencia.
0:06:14 Entonces vagaba día tras día por las orillas del río, llorando su soledad.
0:06:19 Pero el dios fluvial Enipeo, a pesar de sentencia lagado
0:06:23 y divertido por la pasión que desactaba, no le daba bolisa.
0:06:28 Y cuenta Grace.
0:06:30 Un día, el dios Poseidon, que era el dios del mar,
0:06:33 es decir, un dios mucho más grande, si es que ya lo estamos hablando,
0:06:36 decidió aprovecharse de esta situación.
0:06:39 Tomó la forma de Enipeo e invitó a Tiro a un encuentro.
0:06:45 Cuando ella se presentó encantada, Poseidon no sostuvo su figura impostora.
0:06:52 Volvió a ser quien era Poseidon.
0:06:55 Pero la subió en un sueño mágico.
0:06:58 Mientras tanto, una enorme ola se levantaba con una montaña
0:07:02 para ocultar esta fechorilla.
0:07:05 Y así, con la mina dormida y la ola ocultando todo,
0:07:09 Poseidon la amó.
0:07:13 Cuando Tiro despertó, Poseidon le dijo que tendría estupendos mellidos.
0:07:19 Hijo de un padre mejor que un simple dios fluvial.
0:07:23 Y esos hijos fueron peleas y meleo.
0:07:27 También otra sustitución bastante desempadada.
0:07:35 Porque no llega hasta el final.
0:07:38 Por el tema que Enipeo ni nada.
0:07:41 Bueno, dormir a la dama es peor que sustituir al marino, me parece.
0:07:47 Y además, mucho menos gozoso.
0:07:52 O sea que es proverbial la falta de colaboración de las damas dormidas
0:07:56 en esta clase de la ansia...
0:08:00 La última historia es de China.
0:08:03 Figura entre las historias extraordinarias citadas por Gambao,
0:08:07 hace el hombre del siglo XIII p.C.,
0:08:10 que no ha sido literatura, sino que compuso una antología de sucesos extraños,
0:08:15 más bien con intenciones notariales y de investigación.
0:08:19 Las tomaba de libros antiguos y de narraciones orables.
0:08:23 Ocurre sin embargo que ahora esto sí es literatura.
0:08:27 Yudin, era un hombre especialmente hermoso,
0:08:32 que vivía en la localidad de Yuziaou en la China.
0:08:37 Tenía un puesto alto en la administración.
0:08:40 En aquella localidad, en Yuziaou, vivía la familia Zhu.
0:08:45 La hija menor del viejo Zhu era hermosa como ninguna otra mujer de la región.
0:08:53 Un día los Zhu tuvieron una visita inesperada del funcionario Yudin,
0:09:01 que como se ha dicho era especialmente hermoso.
0:09:06 El padre lo trató con gran cortesilla, estuvo agasajando lo largo tiempo,
0:09:11 de la emacita, de la vermú.
0:09:14 Y le robó que, al terminar la reunión,
0:09:23 le robó que no regresara a su casa porque era muy tarde,
0:09:26 y que lo honraste quedando sin dormir bajo sus techos.
0:09:29 Yudin aceptó,
0:09:32 pero inmediatamente le habló con Franqueza,
0:09:34 que a la enfección le dijo,
0:09:36 que su hija le parecía extremadamente bella,
0:09:40 y que le estaba enamorado.
0:09:42 Y finalmente, ya rejugado,
0:09:45 preguntó si no podía quedarse con la mina hasta el día siguiente.
0:09:49 El funcionario Yudin, que era muy hermoso.
0:09:54 El padre ofendió un poco por lo inmoral de la propuesta,
0:09:58 pero considerando el gran prestigio y poder de Yudin,
0:10:02 accedió y llamó a la señora hija.
0:10:05 Y ahora mira, le gustó.
0:10:07 Le gustó el tipo, le gustó Yudin.
0:10:10 Y esa noche,
0:10:12 durmieron un momento.
0:10:16 Yudin con la hija menor del señor Su.
0:10:19 A partir de aquella vez,
0:10:22 a Yudin se dio juego de seguida,
0:10:25 y empezó a ir cada tanto,
0:10:28 a morfar, chupar de ojo a la casa de los Su.
0:10:33 Y bueno, tomaban unos vinos,
0:10:35 se comían unos aramines,
0:10:39 y se hacía tarde,
0:10:41 Yudin se quedaba polisando con la hija menor de Su.
0:10:46 Un día, incluso, el funcionario le declaró a el señor Su
0:10:51 que a modo de agradecimiento,
0:10:53 por tanto, delisió a sus bocados,
0:10:56 lo iba a ayudar en cualquier asunto
0:10:59 con lo que la administración pudiera molestar.
0:11:02 Se sabe que Yudin era un alto funcionario de la administración,
0:11:05 y que si tenía algún problema que lo buscara.
0:11:08 Bueno, pasó el tiempo y todo siguió.
0:11:10 Un día, el señor Su fue convocado por el Estado por una deuda.
0:11:14 El hombre fue a buscar a Yudin a su despacho,
0:11:19 de la administración, para pedirle ayuda tal como había prometido.
0:11:23 En cuanto se presentó la respuesta del funcionario,
0:11:26 respecto del funcionario,
0:11:28 Yudin fue la siguiente.
0:11:30 ¿Cómo se atreve a pedirme este favor?
0:11:33 Si no, no sé, ¿quién es usted?
0:11:35 Y no lo he visto en mi vida.
0:11:38 El señor Su estupefacto,
0:11:42 le contó con todo detalle en qué circunstancias lo había visto.
0:11:47 Vea, lo veo toda semana, ¿y a usted?
0:11:50 A comer a casa y pues se queda polisando con mi hija.
0:11:55 El funcionario Yudin lo miró con mucha estrenía,
0:11:58 y finalmente le dijo,
0:12:00 si vuelvo a aparecer por su casa, mátenme.
0:12:05 Pocos días más tarde,
0:12:08 Yudin se presentó en la casa del señor Su,
0:12:14 y el señor Su lo amenazó de muerte,
0:12:18 y en pocos instantes,
0:12:20 Yudin dejó de ser Yudin,
0:12:22 y fue otro señor Su,
0:12:24 fue tigre, fue zorro, fue perro, fue grito,
0:12:29 y se disolvió en el aire.
0:12:32 ¿El verdadero funcionario Yudin
0:12:37 nunca se interesó por la hija del señor Su,
0:12:40 que sufrió mucho?
0:12:43 ¿Cuál le gustó más?
0:12:45 Esa búsqueda, el concepto de esta serie,
0:12:48 para contar la búsqueda, es aliento,
0:12:50 el cupendo relato.
0:12:54 Con características extrañas de los tres,
0:12:58 no, Alejandro, o no tal extrañas,
0:13:00 no sé, pero me quedé pensando
0:13:02 cuando usted nos contaba,
0:13:04 que en todo tenemos lo que usted llama
0:13:06 una sustitución descendente,
0:13:09 decir, uno sea no que sea ese río,
0:13:11 que sea ese esposo,
0:13:13 alguien con este poder, que sea que sea funcionario,
0:13:15 es decir, esta cosa es que para producir alguien,
0:13:17 a veces, hay que mochar el dedo de lo que uno es.
0:13:19 Eso es algo
0:13:23 muy, muy inteligente,
0:13:25 eso que se acaba de decir,
0:13:29 y créanme que se lo agrade.
0:13:36 Yo creo que si hubiera seguido ese consejo,
0:13:38 me hubiera anotado algunos triunfos
0:13:40 que no me anotean,
0:13:42 pero estoy bien seguro
0:13:44 de que me hubiera anotado otras derrotas
0:13:46 que me hubieran dolido más.
0:13:50 Así que prefiero perderme una mena
0:13:52 por tratar de ser mejor.
0:13:57 Pero está muy bien,
0:13:58 si usted dijo.
0:14:01 Hemos ido a la discoteca,
0:14:03 ajechear un disco,
0:14:05 que tuviera como tema
0:14:07 estas sustituciones,
0:14:09 y las hacerte pasar uno por otro,
0:14:11 etcétera,
0:14:13 y encontramos el tango
0:14:15 que se llama, nunca sabrás quién soy,
0:14:17 que pertenece al Radio Cine,
0:14:19 en el factor bubar contra el ladrón de Vélez,
0:14:21 que es cantado nada menos,
0:14:23 que por Guillermo Fernández.
0:14:25 Guillermo Fernández se apresca
0:14:29 a cantar en una serie de recitales
0:14:31 de los que daremos de vida magica.
0:14:33 Lo digo para ver si alguno se da cuenta
0:14:35 de lo bien que canta Guillermo Fernández,
0:14:37 y a ver si lo invitan a algún lado,
0:14:39 porque cada vez que hay que invitar
0:14:41 a un cantor de tango,
0:14:43 invitan a otros,
0:14:45 que no son Guillermo Fernández.
0:14:47 Y no ser Guillermo Fernández
0:14:49 es un gravísimo de fe.
0:15:03 El sufrimiento de El Señor,
0:15:06 que lo mejor de la voz,
0:15:08 que es la ilusión.
0:15:13 Y en tres más podres la verdad,
0:15:16 llega con la realidad,
0:15:19 en la despección.
0:15:23 Y por eso hay que desear
0:15:26 que los muertes no se cumplan,
0:15:30 nunca más.
0:15:34 Tal vez la vida se espera,
0:15:37 un tren que no te detendrá,
0:15:40 no será así.
0:15:44 Solo se puede hablar
0:15:48 lo que dibujó la imaginación.
0:15:54 Nunca sabrá quién soy,
0:15:59 no sabrá,
0:16:04 quién es el desengadio de Terafuela,
0:16:08 Dios,
0:16:09 puede tan solo un cuello,
0:16:12 pero soy,
0:16:16 no es posible saber
0:16:19 quién es el soñado
0:16:22 y el soñado.
0:16:34 Hemos escuchado,
0:16:36 nunca sabrás quién soy,
0:16:38 del rabios cine en el sector bubar,
0:16:40 contra el ladrón de belleza de Alejandro Dolina,
0:16:43 interpretado por Guillermo Fernández.
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