https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_I_del_Sacro_Imperio_Romano_Germánico
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0:00:00 Tenemos hoy nuevos datos sobre indulnerabilidad.
0:00:05 Cienta Brantom que las tropas cristianas eran palpadas, antes de las batallas,
0:00:12 para saber si los soldados llevaban escondidos talismanes
0:00:16 que no tuvieran que ver con la ayuda natural que debía brindarle a Dios.
0:00:21 Brantom dijo que su tío, el señor de la Ixepeniray,
0:00:26 fue palpado antes de ir a luchar y que se lo vendió muchísimo
0:00:32 y retó a duelo al que lo registró por no confiar en él en su fe y en su brazo para la guerra.
0:00:39 Vamos a contar una historia breve.
0:00:41 En la localidad de Danzig vivía a mediados del siglo XVI un hombre llamado Honorius Ofe.
0:00:49 Vendía todos tipos de amuletos que daban a su portador el poder de iludir cualquiera estocada.
0:00:57 Ofe era un mercader de telas que ocultaba entre cedas y tercios pelos, estos amuletos
0:01:04 y también elictives para que cualquier herida se volviera intranscendente y sanara rápido.
0:01:11 Cuentan que a la tienda de Ofe llegaban mujeres virtuosas, guerreros temerosos,
0:01:17 herejes perseguidos y criminales precabidos.
0:01:22 Los productos que vendía Honorius Ofe eran de una ineficacia completa.
0:01:29 Este vendedor de Elixir creyó que la comprobación de esto debía ser imposible.
0:01:34 Los que salían victoriosos creían fervorosamente en los productos de Ofe.
0:01:39 Los que quedaban mal heridos no perdían tiempo en quejar su, y desde luego los que morían
0:01:44 tampoco presentaban queja alguna ante la venta de la grune.
0:01:49 Pero vino a suceder algo que Ofe no esperaba.
0:01:53 No fue infrimilada en un hereje ni un guerrero, el que se acercó para pedirle ayuda.
0:02:00 Enterado por la abladuría del pueblo, el rey Fernando I, que fue su sector de Carlos V en Alemania,
0:02:06 decidió visitarlo porque se iba a someter a una operación en el estómago que lo tenía aterrorizado.
0:02:14 Fernando I pidió a Ofe un decor para no sentir los dolores de una operación que por esos tiempos era bien cruenta.
0:02:24 Honorius Ofe no tuvo otra alternativa que entregar un Elixir, que desde luego no dio el menor resultado.
0:02:32 Fernando I pareció, se llamó, por decir, todos los horrores de una operación para la cual incluso por beberse el Elixir de Ofe no tomó ni siquiera vino.
0:02:43 Decidió enviar al fraudulento al potro.
0:02:47 Se le ofrecieron incluso a Ofe y sus propios licores, antes del tormento, pero no los aceptó.
0:02:57 Los padecimientos fueron tremendos y tras eso murió en el año 1562.
0:03:06 Avancemos algunos años y ubiquemosnos en Irán.
0:03:11 Hacia mediados de siglo XIX apareció una fe conocida como vavismo, considerada eréptica por el rito oficial.
0:03:21 El fundador fue Milta Ali Mohamed, a quien sus seguidores llamaron Bab, el Bab, es decir, la Puerta.
0:03:28 Recordar el estrecho de Bab el Mando, que es el estrecho que se paraba el Mar Rojo del Océano Índico.
0:03:40 Mérisa decía que él encarnaba la Puerta entre la aquí y el más allá.
0:03:47 Viajó a la Meca y anunció la inminente llegada a un ser de luz, una encarnación divina.
0:03:55 El Bab era el mensaje, era una especie de profeta del futuro imán Almas Rí, el Mesías escondido, cuyos arvenimientos esperaban los chistas.
0:04:07 Alshad al parecer no le gustó nada a ese presagio.
0:04:11 El señalamiento de un Mesías venidero podía desbancar lo que acude usted.
0:04:16 Y empezó la persecución. El Bab fue acusado de herergía y detenido.
0:04:22 Se mostraba ningún temor.
0:04:25 Mérisa, al leer Mohamed, el Bab, dijo a sus seguidores y a sus carceleros que no estaba preocupado de lo más medio porque era invulnerable.
0:04:37 Involverable soy, le pidió.
0:04:41 Así que nada podrá ir contra mí.
0:04:45 Dijo también que era pura piedra divina y coraza intonetrable, el más vivenilero.
0:04:53 El Alshad le crió la ejecución, grisa Alshad, a Mérisa, que tuvo lugar el 9 de julio de 1850 aprovechando que la fería.
0:05:04 En Taurí.
0:05:10 Y sucedió un milagro.
0:05:13 Pero como veremos el Bab necesitaba dos.
0:05:17 Un par de soldados se encargaron de ejecutar sentencia.
0:05:21 Los soldados ataron al profeta uno de sus jóvenes discípulos cara a cara.
0:05:27 Y se hizo fuego.
0:05:29 El Bab no resultó ni siquiera en vivo ni el discípulo tampoco.
0:05:33 Los soldados retrocedieron espantados y casi convertidos al babismo.
0:05:39 Mientras tanto el Bab dresaba jacancioso, si me permite la parada.
0:05:46 Antes de que los súbricos se enteraran del prodigio, el funcionario encargado de la ejecución, que era luego un exéptico,
0:05:55 como también conviene un funcionario encargado de ejecución.
0:05:57 Sí, claro, no iban armatando que no a quien que eran más o menos que la puerta para el otro mundo.
0:06:04 Imagínense que tiene que no creer, funcionario de esa jerarquía.
0:06:09 Este funcionario comprobó el estado de las armas.
0:06:15 Y yo creo que los cañones estaban totalmente deteriorados y que los fusiles estaban mal. ¿Qué es eso?
0:06:25 ¿Cañones los fusiles? ¿No es que los hubieran tirado cañonas?
0:06:30 Que por eso los disparos se habían ido con que el Bab.
0:06:34 Pero el Bab gritó que los había hablado Dios.
0:06:38 Lo que siguió fue el horror.
0:06:41 Se reunió un regimiento de 30 soldados que se instaló a dos pasos en los cerejes para no fallar en tío.
0:06:48 El hombre que ordenó los disparos le sugirió a el Bab que rogaran que se perjudicaran 30 fusiles.
0:06:55 Y uno a dos.
0:06:57 El Bab respondió que un solo milagro ya había sido suficiente para solidificar la creencia.
0:07:03 Y ciertamente no hubo otro.
0:07:05 La sola evasión de las primeras balas alcanzó.
0:07:10 El Bab mismo, sin embargo, se sottubó.
0:07:12 Un tal Hussein Ali Nuri declaró que era aquel cuya avenida había sido anunciada por el Bab
0:07:20 y adoptó redondamente el nombre de Bajalá, el esplendor de Dios.
0:07:25 ¿Qué sucedió con él? Lo contaremos en otra oportunidad.
0:07:30 En otro lugar.
0:07:34 Y bien otra vida.
0:07:38 Se cuenta la siguiente historia que la más brea y la más brea.
0:07:42 Y la última.
0:07:44 Xiao Wang fue el cuarto emperador del antiguo dinastía Zhou en la China.
0:07:49 Vivió entre 1052 y 2002 ante el Cristo.
0:07:53 Un mago de su córpele dijo a Xiao Wang cuando era un niño que había conseguido volverlo impulnerable.
0:08:01 Xiao Wang vivió concierto hasta que un día en un paseo por los campos se clavó una espina en el pie.
0:08:09 Le dolió y sáncaro.
0:08:12 Xiao Wang vivió triste al resto de sus años sabiéndose engañado, sabiéndose vulnerable y sabiéndose mortal.
0:08:25 ¿A quién se viene a dedicar estas historias de impulnerables?
0:08:30 A los Miguel Lina Munoz, el permiso de Alejandro, que ha utilizado muy bien esto de la angustia que genera saberse vulnerable, saberse mortal en la escenitiva.
0:08:39 Este sentimiento tráfico de saber que no se espera la muerte.
0:08:47 Hemos ido a la discoteca y hemos contado estas historias varias veces al encargado.
0:08:54 Y he quedado especialmente impresionado por los elixires que disipaban la covardiga.
0:09:01 Y entonces nos dio el vals que se llama temblando, que es como uno va a las batallas, que es como uno encarga las situaciones decisivas y agudla de amor.
0:09:15 Está bien porque no está loco, Alejandro.
0:09:17 Pero de cierta cosa uno tiene que hacer las temblando.
0:09:23 Ignacio Porcini cantará este hermoso vals, que se llama justamente temblando.
0:10:00 Y el deshendrajador.
0:10:05 Estaban como nunca la había visto.
0:10:09 He sido ni bien ir donde estará.
0:10:12 Con el pelo volcado, pero nosotros,
0:10:15 se dieron a un aviso y se encontró en la casa.
0:10:18 Y el jamillo ninguno dijo nada.
0:10:22 Con sus ojos me vivió temblando.
0:10:26 Debo de todo que tenía en la mano, me hacía su hablar.
0:10:31 Y se quedó temblando.
0:10:35 Era el recuerdo del amor primero.
0:10:39 Amor la fría de nueve.
0:10:41 Era el recuerdo del amor primero.
0:10:46 Amor la fría de nueve.
0:10:49 La febrana como estas flores rosas.
0:10:52 A ver los santos de las desesperadoras de la mañana.
0:11:11 Amor que estaba junto el locador.
0:11:16 De su raíz, su paterno, su entendimiento.
0:11:20 Y en la corpresa de un delvabrio se escribió.
0:11:25 Con la punta de Cullido.
0:11:30 Me dijo él, capturando el capito.
0:11:34 Como quien se confía de una trampa.
0:11:37 Conviendo recuerdos y emociones.
0:11:41 Entre las risas de mi punto campan.
0:11:45 Conviendo el capito.
0:11:51 No sé qué me pasó.
0:11:54 Monfea caballo.
0:11:57 Y salí la ropia barriendo a su vuelta.
0:12:01 Con todos los recuerdos y emociones.
0:12:03 Que en la limiza del poncho está en vuelta.
0:12:07 Listo está con la cara.
0:12:10 En quien la vives.
0:12:12 El barrio de su bracha acomodando.
0:12:15 Y aunque guapo, pasó donde se enseña.
0:12:19 Yo pude hablarla.
0:12:22 Y me quedé temblando.
0:12:28 Hemos escuchado Ignacio Corquini interpretar de Marques y Acuña temblando.
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