https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_I_del_Sacro_Imperio_Romano_Germánico
Transcripción automática
0:00:00 Tenemos algunos datos nuevos sobre talismanes para hacerse invulnerable. Atención amigos.
0:00:08 Puente a Brantum que las tropas cristianas en épocas de las cruzadas, supongo, eran palpadas, eran revisadas, para saber si los soldados llevaban escondidos talismanes que no tuvieran que ver con la ayuda natural que debía brindarle a Dios.
0:00:27 No sé si eran las cruzadas, pero bueno. Brantum dice que su tío, el señor de la yas teñeraio, fue palpado antes de ir a luchar y que se ofrendió muchísimo y retó al huelo a que lo revisaba porque no confiaba en él en su fe y en su brazo para la guerra.
0:00:45 Es decir, se suponía que si un tipo tenía un talismán de los muchos que se repartían por ahí, era porque no tenía confianza ni en sus fuerzas y en Dios que era lo único que podía proteger.
0:00:57 Así que los palpaban. Antes de entrar en batalla, los revisaban para ver quién andaba con un talismán a bajo oponso.
0:01:06 Vamos a contar una historia de neve. En la localidad de Danzig vivía, me voy a decirlo, 16, un hombre llamado Honorius Ofre.
0:01:17 Vendía todo tipo de amuletos que daban al suportador el poder de eludir cualquier estocada, cualquier golpe. Ofre era un mercader de telas que ocultaba entre sus sedas y sus perciopelos y sus higielas estos amuletos.
0:01:38 Y también tenía el higieles para que cualquier higiela se volviera intrascendente y sanara con la mayor prontictura.
0:01:46 Cuentan que a la tienda de Ofre llegaban mujeres virtuosas, guerreros, herejes perseguidos, criminales precavidos.
0:01:56 Los productos que vendía Honorius Ofre eran de una inesficacia completa. No servían panada.
0:02:06 Ahora bien, este vendedor, Rellis Sir, creyó que la comprobación de esa inesficacia iba a ser imposible.
0:02:14 Los que salían victoriosos, desde luego creerían pervientemente en los productos de Ofre.
0:02:22 Y los que quedaban mal heridos, no iban a perder tiempo en quejas.
0:02:29 Desde luego los que morían tampoco iban a ir a guerraros.
0:02:32 Pero vino a suceder algo que Ofre no había esperado.
0:02:36 No fue un criminal, ni un hereje, ni un guerrero, y que se acercó para pedirle ayuda.
0:02:41 Resulta ser que enterado por abladurías de pueblo, el rey, Fernando I, que fue sucesor en Alemania, Carlos V,
0:02:52 no fue a ver. Fernando estaba por operarse del estómago.
0:02:58 Y estaba terrorizado naturalmente, operarse del estómago, en el siglo XVI daba más miedo que ahora, sin que calcule.
0:03:06 Mucho de ti.
0:03:07 Y entonces Fernando le pidió a Honorius Ofre un licor para no percibir los dolores de una operación que calcule en aquel entonces,
0:03:20 y hacer premiezo. Honorius Ofre no tuvo otra alternativa que entregar un elixir, que desde luego no dio el menor resultado.
0:03:33 Fernando primero que padeció todos los horrores de la operación,
0:03:44 y mediatamente cuando pudo hacerlo, apresó a Ofre y lo mandó al potro.
0:03:53 Lo mandó a darle tormento.
0:03:56 Se le ofrecieron incluso, antes de acormentarlo, a Ofre su propio producto para evitar los dolores, y él ni siquiera los aceptó.
0:04:13 Así que los padecimientos fueron los pertinentes y tras ello murió, era el año 1562.
0:04:22 Ahora estemos algunos años y vayamos a Irán. Allá, mediados el siglo XIX, apareció una secta, una fe, podríamos decir, conocida como el babismo,
0:04:36 que desde luego era considerada eréctica por el rito oficial.
0:04:40 El fundador fue Mirza Ali Mohamed, a quien sus seguidores llamaron el bab, es decir, la fuerta. Recuerde ser el estrecho de Bab el mande.
0:04:52 Mirza decía que él encarnaba la fuerta entre la quí y el más allá.
0:04:59 Viajó a la meca y anunció la inminente llegada de un ser de luz, encarnación divina.
0:05:07 El bab era el mensajero, una especie de profeta del futuro imán Almas Di, el mesías escondido, cuyo arvenimiento esperaba a los chistas.
0:05:20 Alshad el perciero le gustó nada ese presagio. El señalamiento de un mesías venidero podía causar desperturbaciones.
0:05:31 Empezó perseguiendo. El bab fue acusado de herigía y detenido por la canaveri.
0:05:40 Sin mostrar ningún temor, Mirza Ali Mohamed, es decir, el bab, dijo a sus seguidores y incluso a sus carceleros que era invulnerable,
0:05:50 pura piedra divina y coraza impenetrable del más adivinero.
0:05:56 Eso le dijo a los carceleros muy fuertes.
0:05:59 El Shah, entonces, decretó la ejecución de Mirza que tuvo lugar el 9 de julio de 1850 en Tabriz.
0:06:07 Y sucedió un milagro, sucedió un milagro que no cambió la historia porque hubieran sido necesario dos.
0:06:16 Un par de soldados se encargaron de ejecutar sentencia.
0:06:21 Los soldados ataron al bab, al profeta, junto con uno de sus jóvenes discípulos, cada cara los ataron ahí.
0:06:30 Y abrieron fuego. Y el bab no resultó ni siquiera herido, y el discípulo tampoco.
0:06:36 Los soldados, que habían escogido los disparos, retrocedieron espantados y convertidos al babismo.
0:06:46 El bab rezaba cactusioso, como diciendo.
0:06:51 Visto. No les he dicho acaso que soy invulnerable, pura piedra impenetrable del más divinerio de venileros.
0:07:03 Antes de que los súbricos de persias enteraran a que el prodigio se convirtiera masivamente,
0:07:11 el funcionario encargado de la ejecución, que era un escéptico, es decir, que usted no lo convence ni apartadas,
0:07:20 revisó el estado de las armas con que habían sido afectados los disparos.
0:07:26 Con toda malicia, yo como son los escépticos, con todo el mundo,
0:07:32 onprobó que los cañones estaban vencidos y que los disparos le habían ido a parar a coger parte.
0:07:38 El bab, ante esta declaración que hizo en Bosalta el funcionario escéptico,
0:07:45 grito que los cañones habían sido vencidos por Dios.
0:07:49 Lo que siguió fue el horror.
0:07:52 Se reunió un regimiento de 30 soldados que se instaló a dos pasos de los sedeges.
0:08:00 El hombre que ordenó los disparos le sugirió a el bab que rogara que se perjudicaran 30 fusiles.
0:08:08 El bab respondió que un solo milagro ya había sido suficiente para solidificar la creencia.
0:08:18 Y ciertamente no hubo otro milagro, eh.
0:08:22 Ya con las primeras balas alcanzó.
0:08:26 En realidad el babismo se sostuvo, porque creyeron que un milagro, yo creo también eso.
0:08:32 Un milagro basta para comprobar nada menos que la posibilidad del milagro.
0:08:37 Y hay un milagro.
0:08:40 Parece que un tal, Josein Alín Uri, declaró que era aquel que la avenida había sido anunciada por el bab.
0:08:46 Inmediatamente después de aquel episodio.
0:08:49 Y adoptó entonces el nombre de Baja Alá, el esplendor de Dios.
0:08:55 Otro día contaremos lo que sucedió con él, el suceso.
0:08:59 Ahora estamos con Invulnerables y la última historia es China.
0:09:06 Xiaowan fue el cuarto emperador de la antigua dinastía Zhou en la China.
0:09:11 Vivió entre el año 1052 y el mil dos ante el Cristo.
0:09:16 Un mago de su corte le dijo a Xiaowan, cuando era un niño,
0:09:22 que había conseguido volverlo Invulnerable.
0:09:27 Niño, eres gracias a mí, Invulnerable, le dijo el mago.
0:09:34 Xiaowan vivió contento.
0:09:37 Hasta que un día, en un paseo por los campos, se clavó una espina en el pie.
0:09:44 Le dolió y sangró.
0:09:46 Xiaowan vivió triste el resto de sus años, sabiéndose engañado,
0:09:52 sabiéndose vulnerable y sabiéndose mortal.
0:10:03 ¿A quién dedicar este catálogo de supuestas invulnerabilidades?
0:10:13 Xiaowan me gustó mucho dejando los puestos.
0:10:15 ¿Al programa Invulnerables de la televisión?
0:10:19 ¿No está mal?
0:10:23 ¡Vulnerables!
0:10:25 ¡Ah! ¿Con razón no lo entendía?
0:10:27 ¡Vulnerables!
0:10:29 Bueno, al programa Vulnerables.
0:10:31 Era muy bueno.
0:10:33 Se ha visto que después de todo,
0:10:35 estos tipos que la iban de Invulnerables fueron Vulnerables.
0:10:40 Y uno entiende el dolor de Xiaowan Alejandro,
0:10:44 todo aquel que se ha creído en algún momento para alguien especial,
0:10:47 cuando se da cuenta que no lo oligar.
0:10:49 ¿Qué profundo el dolor?
0:10:51 Sí, sí. Es uno de los.
0:10:53 De los únicos dolores posible.
0:10:56 Podría de un modo cínico decir que toda historia es esa.
0:11:06 Es creer que uno ocupa un lugar y descubrir que ocupa algo.
0:11:12 Describo casi cualquier historia de la madre.
0:11:16 Acabo de...
0:11:18 Estoy escribiendo una novela.
0:11:22 No lo contesto.
0:11:24 Muy simple. Un señor ocupa un lugar,
0:11:26 pero cree que ocupa otro.
0:11:31 Y esa es la novela que se dice.
0:11:35 A arrancar está bien.
0:11:37 Ocupa un lugar, a saber, es un pobre loco de una aldea manchega,
0:11:43 y cree ocupa otro.
0:11:45 El de caballero.
0:11:46 El de caballero andante.
0:11:49 Una dama ocupa un lugar, esposa y un maestro de provincia,
0:11:54 y cree ocupa otro, reina del corso.
0:11:58 Y ese mago.
0:12:01 Sin embargo, un señor ocupa un lugar,
0:12:07 héroe de las fuerzas, de los aqueos en troya,
0:12:12 y sin embargo cree que ocupa ese lugar.
0:12:17 Es decir, en la orición, en la ilia funciona,
0:12:20 porque aquí les sabe que va a morir,
0:12:23 es un hombre que va a morir pronto,
0:12:25 y cree exactamente eso.
0:12:30 Así que todo lo que se ha dicho es absolutamente falso.
0:12:36 Es decir, creíamos ocupar un lugar,
0:12:39 a saber, el de un señor que inventa una teoría,
0:12:43 y ocupamos otro.
0:12:45 A saber el de un señor que no ha inventado ninguna teoría funciona.
0:12:51 De todos modos nuestra dedicatoria,
0:12:53 está reservada a los que ocupan un lugar creciendo ocupar otro.
0:12:58 Personas que ni siquiera se sentirán aludidas por esta dedicatoria.
0:13:14 Hemos ido a la discoteca, que está cerrada por ser hoy navidad.
0:13:18 No era, no era hoy.
0:13:20 Está cerrada por la hora.
0:13:22 Porque es tarde, es la hora.
0:13:25 Es un pretexto para cerrar.
0:13:27 De todos modos, por abajo de la puerta nos han pasado un disco que alude
0:13:32 a los sufrimientos, de los que son incinerados, por ejemplo.
0:13:41 Entonces, en qué tal, y van algunos, vengas.
0:13:45 A fue voler.
0:13:49 Y está interpretado por el famoso Teto Buenos Aires.
0:13:53 Escúchenlo porque es un aspecto interesante.
0:13:55 Lo forman.
0:13:57 Hasta el que asolegió Polo Federico en bandoneones,
0:13:59 a Tillo Stampón en piano, Enrique Francini en violín, Hugo Baralis,
0:14:04 en violín, Brasil Málvicino en guitarra,
0:14:07 Don José Bragato en cielo y Juan Basalo en bas.
0:14:23 En el que asolegió Polo Federico en bandoneón,
0:14:26 en violín, Brasil Málvicino en piano,
0:14:28 en violín, Brasil Málvicino en piano,
0:14:30 en violín, Brasil Málvicino en piano,
0:17:50 en violín, Brasil Málvicino en piano.
0:17:52 Heo se cuchado al放a Buenos Aires
0:17:54 interpretando de Oralio Salgan
0:17:56 neo Golento,
0:17:58 cauliflower
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0:18:02 sound
0:18:03 ny
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