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5 de Agosto de 2011

Olimpia Mancini y Luis XIV de Francia

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos entonces de Olimpia Manchini y de Luis XIV de Francia.
0:00:05 Hemos hablado alguna vez de Maria Manchini, que era una de las sobrinas del cardenal Masarino.
0:00:11 Él las había traído desde Italia y estaban allí en la Corte Francesa.
0:00:18 María, de quien no hablaremos hoy, había logrado enamorar al joven Luis XIV.
0:00:25 Y eso había traído el siguiente problema.
0:00:27 Luis se quería casar con ella. Pero claro, ese matrimonio no podía prosperar,
0:00:32 porque estaba en juego, por ejemplo, la paz con España, que todos pensaban
0:00:37 se iba a gestar con la boda de Luis con María Teresa, la hija del rey de España, Felipe IV.
0:00:43 De modo que la mamá de Luis, Ana de Austria y el cardenal Masarino, siempre ocuparon.
0:00:52 Y trataron de alejar a María Manchini del rey.
0:00:56 Después de muchas idas y venidas lograron convencer a María
0:01:02 de que su casamiento sería perjudicial para el reino.
0:01:05 Y entonces esta chica abandonó a Luis XIV para que pudiera casarse, efectivamente, con María Teresa.
0:01:13 Luis aceptó el destino que le habían impuesto y chau.
0:01:18 Muy bien. El 7 de noviembre de 1659 se firmó un tratado con España,
0:01:24 en virtud del cual, por el matrimonio con María Teresa, Francia se anexaba a Sardegna, Artois,
0:01:31 algunas plazas de Flandes y Luxemburgo. Ese era la dote de María Teresa.
0:01:37 Cuando se trató de fijar la fecha del matrimonio, Masarino declaró que era imposible hacer viajar al rey de España,
0:01:46 a España, a través de las rutas que eran muy peligrosas,
0:01:56 además todavía no había llegado el buen tiempo, etc.
0:01:59 Se acordó entonces que Luis XIV desposaría a María Teresa recién en primavera y quedaban unos meses.
0:02:08 Esta dilación era problemática porque el rey, en una de ellas, se enamoraba de otra mina,
0:02:12 o incluso podía volver con María Mancini, así que había que sossegarlo al rey,
0:02:18 o en todo caso dirigir sus pasiones hacia algún lugar que no pusiera en peligro las relaciones con España.
0:02:24 Y Masarino hizo entonces lo siguiente.
0:02:27 Encargó a Olimpia Mancini, otra de sus sobrinas, que por otra parte respondía con total devoción a los designios del Cardenal,
0:02:38 le encargó a hacerse cargo del rey y ser ella la encargada de mantenerlo tranquilo hasta la primavera.
0:02:45 Muy bien, vino Olimpia, logró seducir a Luis, dice el cronista que era ardiente esta chica,
0:02:52 y que el rey utilizaba todo su tiempo libre en deshacer con ella los lechos del palacio.
0:03:00 El trabajo de Olimpia fue perfecto. El 3 de julio de 1660, Luis detuvo sin mayor pena sus caricias a Olimpia,
0:03:09 de quien no estaba enamorado, para casarse con María Teresa.
0:03:13 Había llegó el verano, ¿no?
0:03:15 Dicen que cuando vio por primera vez a la infanta María Teresa, no se disgustó,
0:03:21 es que era rubia de ojos claros, ¿no?
0:03:24 Entonces, Anita de Austria, la mamá del rey, ¿no?
0:03:27 Y el Cardenal Masalino agradecieron a Olimpia con algunos honores,
0:03:32 la casaron con un Conde que tenía muchachita, se hizo con desa,
0:03:37 y le pidieron que continuara una vida lejos del rey.
0:03:40 Muy bien, cada uno por su parte se casó, uno con la infanta, la otra con el Conde.
0:03:49 Olimpia se había enamorado.
0:03:52 Pasó algún tiempo, ella veía como al rey,
0:03:56 además de continuar su idilio, digamos, con su esposa,
0:04:01 tomaba por amante a Luisita de la Valleer, aquella que le cantaba,
0:04:06 y entonces se puso celosa, no pudo soportarlo.
0:04:09 Lo primero que pensó fue separar a Luis de Luisa,
0:04:13 haciendo expulsar a esta chica de la corte.
0:04:17 Para eso decidió armar un escándalo y convencer a la reina
0:04:22 de que echara a Luisita de la corte.
0:04:26 Lo hizo de siguiente modo.
0:04:28 Entró en trato con dos cortesanos intrigantes,
0:04:33 llamados Vargue y de Guich.
0:04:35 Juntos estos dos atorrantes escribieron una carta en español
0:04:39 y se la mandaron a María Teresa en un sobre con remitente en Madrid,
0:04:43 diciendo cosas acerca de la favorita.
0:04:47 El caso es que la carta llegó, pero no la tomó la reina,
0:04:51 sino la primera dama de la reina, llamada Molina, casualmente.
0:04:56 Y sospechando al mostrarme en el asunto,
0:05:00 le mostró la carta no a la reina, sino a Ana de Austria,
0:05:03 la mamá del rey, y Ana, una vieja intrigante,
0:05:07 le contestó que se la mostrara directamente al rey,
0:05:10 no decirle nada a la reina.
0:05:13 El rey le dio la carta unas veinte veces,
0:05:16 porque vio que se trataba de algo que estaba planeado
0:05:19 contra su favorita, alguien estaba intrigando.
0:05:23 Y no podía creer que hubiera en el reino alguien
0:05:26 tan arriesgado como para meterse en sus entreveros amorosos
0:05:32 y operar en su contra.
0:05:34 Y entonces decidió desemmascarar a los culpables.
0:05:37 Tuvo la mala suerte de encargar esa misión
0:05:39 justamente a uno de los intrigantes, el señor Barber.
0:05:43 Luis le explicó el asunto y le dijo que encontrar a los autores de la carta,
0:05:49 bueno, la investigación no se resolvió nunca,
0:05:52 y Olimpia la sacó barata.
0:05:55 Pero después de este fracaso no se dio por vencida
0:05:57 y continuó intentando separar al rey de todos sus amantes
0:06:01 para ver si ella podía pescar algún lugar.
0:06:05 Una vez enteró de que el rey iba a encontrarse
0:06:08 con la princesa de Mónaco.
0:06:10 Parece que Luis le hizo un filo rápido hacia la princesa
0:06:14 y le dijo, anda tal pieza que ahí voy a estar.
0:06:17 Por casualidad Olimpia se enteró de la cita,
0:06:21 le dio instrucciones al cortesano Luiz Sán,
0:06:24 que estaba enamorado también de la princesa de Mónaco,
0:06:27 Filiute, para sabotear el encuentro.
0:06:30 Luiz Sán se escondió en un pasillo
0:06:34 y esperó a que el rey entrara al apartamento.
0:06:37 Entonces entró él, sacó la llave que estaba puesta
0:06:41 y cerró la puerta con llave.
0:06:43 Se la llevó y se volvió a esconder.
0:06:46 Cuando llegó la princesa de Mónaco,
0:06:48 y golpeó, dice, aquí estoy,
0:06:51 entrá nomás, dijo el rey.
0:06:54 No puedo, dijo la princesa.
0:06:56 Entonces el rey empezó a tratar de abrir la puerta,
0:06:59 no podía, que se oye, en eso aparecen como 50 guardias
0:07:02 y la princesa de Mónaco, que no quería una escanda,
0:07:04 lo salió rajando y nunca más volvió
0:07:07 desde tanta vergüenza que le dio.
0:07:09 Hubo otras intrigas.
0:07:11 Por ejemplo, un día Olimpia organizó un baile
0:07:14 en el que todas las muchachas tenían la orden
0:07:17 de no darle bolicia al rey.
0:07:19 Calculaba que después de muchos rechazos,
0:07:22 bueno, el rey finalmente se iba a dirigir a ella.
0:07:27 Y empezó la milonga,
0:07:29 Luis intentó seducir a casi todas
0:07:32 y todas lo retrasaron,
0:07:34 con gran exquisité desde luego, ¿no?
0:07:36 Pero a pesar de todo, nunca se acercó a Olimpia.
0:07:40 Un día ya, harta de estas intrigas,
0:07:42 decidió ir directamente al rey
0:07:45 y seducirlo con recuerdos picantes.
0:07:48 Los recuerdos nunca son picantes.
0:07:50 Cuando las cosas se hacen recuerdos,
0:07:52 ya no son picantes.
0:07:54 Se hacen recuerdos justamente, pues ya no te pica.
0:07:57 ¡Adentro!
0:08:01 Entonces, bueno, lo fue a buscar.
0:08:04 Luis estaba ocupado con unos planos
0:08:06 de la construcción del futuro palacio de...
0:08:13 de Versalles.
0:08:15 Era un joven Luis XIV.
0:08:17 La recibió un poco indiferente.
0:08:20 Olimpia invitó al rey a dar un paseo
0:08:24 y después lo invitó a amarla en los términos más crudos.
0:08:28 Luis XIV quiso ser galante,
0:08:31 pero le salió una respuesta muy cruel.
0:08:34 Le dijo que estimaba mucho su presencia en la corte,
0:08:37 pero no tenía ningún interés en volver a serla su amante
0:08:40 por no ser de su gusto su persona.
0:08:44 Elegantísimo, ¿eh?
0:08:46 Contundente.
0:08:48 Y el asunto terminó del siguiente modo.
0:08:52 La vida cortesana de Olimpia Manchini fue
0:08:55 opacándose poco a poco y terminó mal.
0:08:59 Parece que, en otro orden de cosas,
0:09:02 la vida en la corte era muy costosa
0:09:05 y había que financiarla de algún modo.
0:09:08 A veces las herencias eran una forma
0:09:12 de salvarse de una premio financiero
0:09:15 y algunas brujas de París prometían ayudar
0:09:19 a encontrar esas herencias
0:09:21 y ofrecían el famoso polvo de herencia,
0:09:25 que no era otra cosa que un veneno para matar a algún pariente.
0:09:30 Pídalo así.
0:09:32 Polvo de herencia.
0:09:35 Si se te acaba la paciencia.
0:09:38 Polvo de herencia.
0:09:41 Si perdiste la inocencia.
0:09:43 Se te alarga la regencia.
0:09:48 Y uno que murió de forma extraña
0:09:50 fue justamente el Conde de Suazon,
0:09:52 que no era otro que el marido de Olimpia.
0:09:58 Entonces el prefecto de Francia investigó
0:10:03 y en 1680 dio la orden de arrestar a Olimpia Manchini.
0:10:09 La muchacha rajo de Versalles y nadie supo más de ella.
0:10:13 En realidad, sí.
0:10:15 Nosotros hemos sabido de ella.
0:10:17 Parece que se refugió en Bruselas,
0:10:21 protegida por el gobernador español,
0:10:24 a quien tuvo la delicadeza de seducir.
0:10:27 Y después viajó a Inglaterra, viajó a España también,
0:10:31 donde fue expulsada porque la acusaron
0:10:34 de haber envenenado a la reina María Luisa de Ordeán,
0:10:38 consorte del rey Carlos II, uno de los reyes más queridos.
0:10:41 La acusaron sin prueba.
0:10:43 Pero bueno, qué sé yo, no le fue muy bien.
0:10:48 Es una historia triste la de Olimpia.
0:10:50 Y rara, porque en realidad Luis XIV era un hombre
0:10:56 bastante hospitalario en asuntos de Venus.
0:11:01 ¿Agradecido, no?
0:11:02 Sí, sí, agradecido.
0:11:04 Algunos dicen que las hermanitas Manchini,
0:11:06 que no me acuerdo si eran tres o cinco,
0:11:08 eran bastante fuleritas.
0:11:12 Parecen unas gasetitas, las fuleritas.
0:11:15 Pero el rey tenía las minas que querían,
0:11:17 para eso era rey, qué sé yo.
0:11:22 Dedicamos esta historia,
0:11:24 yo la dedico a Aradorio,
0:11:25 va a ser la dedicatoria correspondiente
0:11:31 a todas las hermanas Manchini,
0:11:35 a todas, a las cinco.
0:11:37 Yo estoy pensando porque creo que Luis XIV
0:11:40 tuvo incluso un estofado
0:11:42 con una tercera hermana Manchini.
0:11:44 ¿Me recuerda la casa bolena, esta de Inglaterra?
0:11:47 Donde también, previo al su escandaloso romance con Ana,
0:11:51 el rey había estado con la hermana.
0:11:54 Con la mayor.
0:11:55 Y además se comente, hemos descubierto hace poco
0:11:57 en una pequeña investigación
0:11:58 que también supo estar en una pasada adolescente
0:12:00 con la mamá de la bolena.
0:12:02 Lo cual explica...
0:12:03 Todas las familias bolen...
0:12:04 Exactamente, los bolen, como su nombre lo indican,
0:12:06 personas generosas y hospitalarias
0:12:08 con la corona y gran monetaria.
0:12:09 Pero pensaba, Alejandro, que estas historias,
0:12:12 usted decía esto de Luis, los capetos en general,
0:12:15 gente acostumbrada a que se les sirviera
0:12:18 de manera irrestrita, ya fuera en términos del amor
0:12:20 o de los caprichos varios,
0:12:22 y que no lograron hacer otra cosa que,
0:12:24 decir cosas como después de Miel Diluvio
0:12:27 y ese tipo de historias,
0:12:28 pintan una época en la que ciertamente
0:12:31 el placer estaba condicionado por otras variantes.
0:12:34 Y era muy difícil lograr una asaña amorosa
0:12:36 y en todo caso poder contarla después.
0:12:38 De hecho, buena parte de la narrativa ulterior,
0:12:41 esto más bien en el siglo final, en el XVIII,
0:12:44 nos cuentan esas historias en las cuales lo único
0:12:46 que aparecía como heroico era el servicio
0:12:49 hacia la majestad, el servicio hacia una corona
0:12:52 que ciertamente no había producido hechos interesantes.
0:12:55 De modo que las historias amorosas y los reyes
0:12:58 son semejantes a esas historias que uno liga, por ejemplo,
0:13:02 en esos bailes de homenaje donde todos están ocupados.
0:13:05 Entonces salvo los mozos y uno a quien se va a dedicar a seducir gente.
0:13:09 Esas son historias del caballo del comisario.
0:13:12 Y digo, ese tipo de historias,
0:13:14 aún no que han remado las historias de amor,
0:13:17 que las ha sufrido y que las ha sostenido
0:13:20 con el cuero y con la verba, digo,
0:13:22 ese tipo de cosas ciertamente es lo único del amor
0:13:25 que aún no le produce ningún tipo de nostalcias.
0:13:28 Y nostalcias es el tema que el discotecario,
0:13:31 en atención a sus decires, acaba de alcanzarme
0:13:34 en la versión de Don Hugo del Carril.
0:14:04 Y aquí vengo para eso,
0:14:07 pa' borrar antiguos besos en los besos de otra boca.
0:14:12 Si su amor fue flor de un día,
0:14:16 porque canse siempre mía,
0:14:19 es acoro el preocupación.
0:14:22 Y quiero por los dos pico palzales
0:14:25 para olvidar mi obstinación
0:14:28 y mal la vuelvo a recorrer.
0:14:31 Y mal la vuelvo a recordar.
0:14:35 Nostalcias
0:14:39 de escuchar su risa loca
0:14:42 y sentir junto a mi boca como un fuego,
0:14:46 su respiración.
0:14:50 Angudias
0:14:54 de sentirme abandonado
0:14:57 y pensar que tras su lado,
0:14:59 pronto, pronto, te hablará de amor.
0:15:03 El hermano
0:15:08 no quiero rebajarme ni pedirle y llorarle
0:15:12 ni decirle que no puedo más vivir.
0:15:20 Deje mi triste soledad
0:15:23 en la rosa puerta de mi juventud.
0:15:31 Y me mandó neón tu tango gris
0:15:35 y esas a ti te hieran igual
0:15:38 algún dolor se entimenta.
0:15:43 Ahora mi alma de tantoche
0:15:46 sola y triste en esta noche,
0:15:48 en negra y sin esteredas.
0:15:53 Si las compas traen consuelo,
0:15:56 aquí estoy con mi desvelos
0:15:58 para hogarlos de una vez.
0:16:02 Quiero emborra echar al corazón
0:16:05 para después poder brindar
0:16:08 por los fracasos de la voz.
0:16:12 Nostalcias
0:16:16 escuchar su risa loca
0:16:18 y sentir junto a mi boca
0:16:20 como un pueblo,
0:16:22 su respiración.
0:16:27 Angudias
0:16:31 de sentirme abandonado
0:16:33 y pensar que tras su lado,
0:16:35 pronto, pronto, te hablará de amor.
0:16:41 El hermano
0:16:45 cuando quiero rebajarme
0:16:47 ni pedirle ni sonar
0:16:49 ni decirle que no puedo más vivir.
0:16:57 Deje de mi triste soledad
0:17:00 en la rosa puerta de mi juventud.
0:17:10 Era hugo del carril en la venganza,
0:17:12 era terrible nostalgia.

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