Transcripción automática
0:00:00 Tenemos otra anécdota de mi enlace. Es más que una anécdota, digamos. Un episodio que exige también algunas declaraciones laterales aquí, así que no se agotan.
0:00:17 Así que ubiquemos en Florencia, ya por 1496. La situación política era la siguiente. Atención. Florencia había sido invadida por los canseses de Carlos VIII, aquel que volvió con lo que llamó el mal de Nápolis.
0:00:44 Tanto él como muchísimos soldados de ese ejército volvieron a Francia con la sífilis. Dijeron que se llamaba el mal de Nápolis, otros le llaman el mal francés.
0:00:57 Bueno, Florencia había sido invadida por los canseses. Los médicos y que habitualmente dominaban la ciudad se habían retirado. Cuando las tropas de Carlos se fueron, la ciudad quedó bajo la guía de Girolamo Sabonarola.
0:01:13 Como el Sabiros Sabonarola tenía ideas extraordinariamente ascéticas y quiso convertir a Florencia en un modelo de Estado cristiano despojado de todos los vicios.
0:01:25 Las obras de arte alvieron en la famosa Oguera de las Vanidades, donde se compundían manuscritos griegos con libros ausenos, estatuas con azaítes, cedas y arpegios. Mejor que se compundieran estatuas con azaítes, cedas y arpegios.
0:01:44 El fuego tiraba todas las cosas al fuego para que vamos a ser malaprosa todo este día.
0:01:51 Sabonarola había organizado brigadas de niños que, destilos como cruzados, se dedicaban a saquear la Casa de los Burgueses con el pretexto de descubrir pinturas impúblicas y libros licenciosos.
0:02:08 Sabonarola había nombrado a Jesucristo, rey de la ciudad, y eso se había de ejercer de apunción de ministro.
0:02:15 Había a diario Florencia procesiones lagelantes que reclamaban que cagaran que cagaran todas las maldiciones sobre los rabiosos, que era como se llamaba a los partidarios de los médiches.
0:02:29 A su vez los seguidores de los médiches lo llamaban Piañón y Llorones a los discípulos de Sabonarola.
0:02:37 Por esos tiempos vivían Florencia y Miguel Ángel, tenía 20 años.
0:02:42 Los amantes del arte, desde luego, ocultaban en sus óptanos, 40 de los roperos, bajo de las camas, los tesoros de sus colecciones y las imágenes de arte pagano que tuvieron.
0:02:57 Miguel Ángel desafió las prohibiciones a Unarola y proclamó a sus amechas de fiel era artista y que tenía derecho a buscar la belleza en donde la encontrar.
0:03:06 En su taller, Miguel Ángel trabajó en una figura que les servía por los jóvenes que alimentaba la hoguera de las vanidades, seguramente sería arrastrada a las llamas y conduciría al escultor la prisión.
0:03:23 Miguel Ángel escultió un Eros, la imagen de uno de dos, y Dios se pagano más jodido por Sabonarola.
0:03:33 Para bien, en Florencia vivía un primo de los médiches que no se llevaba bien con la rama principal de la familia, que estaba exiliada.
0:03:40 Se llamaba Lorenzo igual que el Magnífico, y había conspirado a favor de la llegada de los franceses y aceptaba la dominación de Sabonarola.
0:03:53 Lorenzo había tenido la precaución de cambiarse el apellido médico para adoptar el de Popolani. Lorenzo Popolani era amigo de Miguel Ángel, y sentiró que había esculpido un Eros.
0:04:07 Fue entonces al encuentro del artista, y aquí el encuentro nació un destino extraño para que se abogara.
0:04:14 Aunque a la gola es cultura, Popolani le habló con sinceridad a Miguel Ángel. Le dijo que nadie tendría valor para comprarla, a menos que se arriesgara a recibir una paliza a manos de las legiones de Sabonarola.
0:04:29 Le recomendó a Miguel Ángel que vendiera el estatua a los romanos. Le contó que, en Roma, donde estaba en aquel entonces, es a favor, los dioses griegos eran aceptados con el mayor entusiasmo.
0:04:46 Sistemos la palabra de Popolani. Así encontraréis coleccionistas que se disputarán vuestro mármol por otra parte tan bello como el más bello de los mármoles antiguos. Así hablaba Popolani.
0:05:01 Después de hacer esta recomendación a Miguel Ángel, a Popolani se le ocurrió un negocio.
0:05:07 Dijo que, como las estatuas antiguas se vendían mucho mejor que las obras modernas, a lo mejor era preferible presentar aquel Tiero como una estatua griega reciente cubianza.
0:05:21 Bueno, al principio la idea no le gustó nada, Miguel Ángel, pero Popolani insistió y lo convenció con los siguientes argumentos.
0:05:29 Dijo, mira, no solamente vas a ganar más guista, si se hace figurar la estatua como un descubrimiento, vas a quedar libre de castigos y de paso te vas a dar el gusto de engañar a los diletantes.
0:05:47 Aquellos eran los falsos conocedores que se espaboneaban por Florencia Groma, incapaces de distinguir lo antiguo y lo moderno.
0:05:56 Bueno, Miguel Ángel evaló aquella posibilidad, es que aceptó, sabía que tenía habilidad para fraguar aquel engaño.
0:06:04 Cuando era alumno del Giro Landayo, en una ocasión su maestro, le había entregado uno de sus propios dibujos para que lo copiase.
0:06:15 Y Miguel Ángel le volvió la copia en vez del original, y Giro Landayo no se dio cuenta.
0:06:24 Entonces se puso a trabajar sobre el Eros, maquilló el mármol, le dio la patina que lo haría parecer como desenterrado.
0:06:36 Bueno, luego de preparar aquel disfraz, Miguel Ángel entró en contacto con Valdasarre de Milanez, que llevó el Eros a Roma y lo vendió al cardenal Rafael Eriario, por lo siento educado que era musa vida.
0:06:52 Pero sucedió algo, el mercader Valdasarre era muy hábil y muy entendido, y sí se dio cuenta de que el Eros no era un pino.
0:07:05 Luego de la venta, en el momento de enviar el dinero a Miguel Ángel, Valdasarre decidió entregarle 30 educados en vez de los 200.
0:07:15 Y el mercader pensó que Miguel Ángel no protestaría.
0:07:19 Si el artista se enteraba de que le habían enviado menos dinero y se quejaba, Valdasarre lo amenazaría con contar el gani.
0:07:28 Vamos, vamos a contarlo bien.
0:07:35 Valdasarre lo vendió a Rafael Eriario, por 200.
0:07:39 Pero no le dijo a Miguel Ángel que ya había dado 200.
0:07:43 Se le dio 3.
0:07:44 No hay quien sí.
0:07:45 Ya está, no hace falta para la mano.
0:07:47 En todo caso, si Miguel Ángel protestaba, Valdasarre lo iba a amenazar.
0:07:57 Y si llegaba que Valdasarre lo delenga, no hay, vamos todos.
0:08:01 Miguel Ángel recibió los 30 educados y cosas.
0:08:05 Después de algún tiempo, el cardenal Eriario, visitado por algunas personas entendidas,
0:08:15 supo que tenía una obra pacífica.
0:08:18 Viene un tipo, mi dolero, dice, pero que es de Eros, no es ni griego, ni romano, sino que hicieron la obra.
0:08:26 Entonces, indignado, envió a Florencia, un amistario, con la orden de investigar,
0:08:31 en chica ayer, si había podido construir semejante en gani.
0:08:35 Bueno, el amistario visitó muchos traseres y en el de Miguel Ángel constató que entre las obras que andaban por ahí,
0:08:42 había algunas que eran muy semejantes al Eros.
0:08:48 Y Miguel Ángel ha asustado el confesor poco.
0:08:52 Y en su confesión dijo que había hecho que lo vendiera en Roma el más calero Valdasarre de Miguel Ángel por 30 educados.
0:09:03 El emisario, el cardenal, grito que se habían pagado 200, como 30 200.
0:09:08 Ahí se enteró Miguel Ángel y de ese modo, tanto él como el emisario, quedaron muy dignos.
0:09:15 Bueno, al final llegaron una cuarta, ¿no?
0:09:19 Entre el cardenal y Reare, Reario y Miguel Ángel.
0:09:27 Miguel Ángel viajaría a Roma para trabajar en el palacio Cardenalicio.
0:09:32 Allí, bajo la protección del cardenal brazadeleriario, Miguel Ángel compreccionaría algunas obras como compensación
0:09:40 y bajo esa misma protección, no dejaría tranquilo al intermediario de Soniexto para que completara el pago por la obra falsa.
0:09:48 Miguel Ángel viajó a Roma, trabajó para Reario, pero de los 170 educados que faltaban, nunca vio.
0:09:57 Era el joven Miguel Ángel y sería el primero de muchísimos escenarios.
0:10:04 Miguel Ángel tuvo mucha mala suerte con sus negocios.
0:10:09 Siempre le quedaban debiendo o no podía completar las obras.
0:10:17 Y después no le pagaban.
0:10:21 Tenían a ver, después se iban.
0:10:26 ¡Miguel!
0:10:31 ¡Miguel!
0:10:36 ¡Miguel!
0:10:40 En fin, reencargaban las cosas imposibles de cumplir, la tumba del Julio II, la cistina, tamperla.
0:10:55 ¿Aquí quién quiere dedicar esto? Además de Miguel Ángel.
0:11:00 Este era un joven Miguel Ángel, de 20 años.
0:11:05 Yo fui de los dedicarian maestros, aquí en el bandario que era uno de los primeros contados de cuenta que en este pico.
0:11:22 Y después los otros no.
0:11:25 No hay ningún. Al emisario, al pobre cardenal, que después de todo fue en Daniel.
0:11:35 Miren que papeles lo venieron los amigos.
0:11:37 ¡Chueve! Dice, mirá, mirá, mirá, está tu avión que me he comprado, el chiro cuarto ante el Cristo.
0:11:44 No, dice esto, mirá lo que dice acá.
0:11:48 ¿Qué es lo que dice aquí?
0:11:50 Está de Elia y, tomando la tasa en el Eglancia, esto de que el arte como la busca
0:11:55 de la belleza, aquello que sigue teniendo esto, el arte diendo esto como la busca de la belleza.
0:12:00 No de, digamos, imitarla realiato también, de buscar decir verdad, sino de la belleza.
0:12:06 Es importante esto.
0:12:09 Sí, que él buscaba eso, él decía también.
0:12:13 Una estupenda trase de escultor, pero también de cubeta porque piso un soneto de ese modo.
0:12:23 Que el mejor artista no tiene, dentro de sí, ningún concepto, que la piedra ya no tenga en su interior.
0:12:33 Que lo que tenía que hacer era descubrir lo que la piedra escondía.
0:12:38 Y recuerdo haberle oído decir a Vitorio Gaspán con una servilleta la misma cosa.
0:12:48 Decía que iba sacando, iba sacando cosas como haciándose cultores.
0:12:58 Sacando lo que sobra.
0:13:00 Sacando lo que sobra.
0:13:02 Porque más que inventar el actor de Cubriza, de Cíac, se haga.
0:13:10 Bueno, hemos ido al discoteca a pedir discos sobre Miguel Ángel.
0:13:18 Pensar que no.
0:13:20 Eso es lo que creí yo.
0:13:22 No, no me ocurrió que los sautores de tango no habían hecho otra cosa que dedicarle milongas a Miguel Ángel,
0:13:28 si sientan un artista tan considerable.
0:13:30 Y me encontré, como que no era Cíac, aunque la ingratitud de los sautores de tango había sido tremendo.
0:13:43 Vemos a buscar, no, canciones criosas.
0:13:47 Hay canciones criosas, a ver un estilo dedicado al Michelangelo Bonarroti, tiene que haber.
0:13:57 Y se lo que va a armejar por la rima, fíjese,
0:14:01 Bonarroti tan rígido como son con la rima en las canciones criosas.
0:14:10 Si hubiera sido el de Urbino, Rafael de Urbino, era mejor.
0:14:19 Le estoy cantando al de Urbino, compañero, pasador,
0:14:23 y dedico el primer, le pasador argentino, le digo el canto prestino.
0:14:29 Pero, no me lo... pero ya Bonarroti qué sé.
0:14:34 Y entonces me dieron un disco que en realidad lo traje yo.
0:14:40 Misotros tan solo 20 años tenía.
0:14:42 Hasta muy bien.
0:14:43 Porque justo son los 20 años de este joven Miguel Ángel.
0:14:47 A falta de otro mejor, mejor disco, a falta de otro, otros mejores hay.
0:14:52 Pero era el único disco que tenía.
0:14:54 Lo voy a cantar yo y va a tocar usted además.
0:14:59 Así, porque el canto de guitarras está integrado por Carlitos Zoria, Carlitos Salmone y Gabriel Rolón.
0:15:07 Y el Bals que se escuchará, seguramente compuesto en virtud de Miguel Ángel joven,
0:15:15 por más que la leja diga cualquier otra cosa.
0:15:17 Pero, digo, lo que cantaremos es, yo tan solo 20 años tenía el Bals de Cádiz Camú y Sández.
0:15:29 Bueno, la letra puede ser que diga otra cosa.
0:15:33 Que no hable ni de pintura ni de culturas ni de Florencia, ni de Leonardo, ni de Lorenzo Magnífico, ni de Botticelli.
0:15:44 Pero es para el Simula.
0:15:49 Yo tan solo 20 años tenía.
0:16:00 Era el viejo Bals con parecía, una flor de la fiesta barriada.
0:16:11 Y yo tan solo 20 años tenía.
0:16:16 Y al mirarla en los ojos soñaba.
0:16:21 De esos ojos intentaban to' mirarlo.
0:16:26 Tu cuerpo tuve y quedó un poeta.
0:16:30 Tu sonido de aslava de amor, tu guía al rimarlo.
0:16:35 Resolvías con sus escuertenas.
0:16:39 Y en las noches del mar y al nortrido, con su luga mezclada que hacía.
0:16:48 Más romántico el de los venidos, más bendiz.
0:16:55 Al saber esperanía eran buenas tus manos del hílio.
0:17:04 Y un gramez donde no parecía.
0:17:09 Y esos ojos los dulce parecían.
0:17:13 Yo tan solo 20 años tenía.
0:17:18 Era el viejo Bals con llano a to' más.
0:17:23 Y al mirarla en los ojos soñaba.
0:17:27 Un sabisto en mi olor no arroba.
0:17:32 Ya he perdido por ella la calva.
0:17:37 Nunca más tiene ver en la rienta.
0:17:41 No te he unido para mí de engaños.
0:17:46 No a veces la rusa se ha denso en sus sentidos.
0:17:51 Y tan solo yo tengo 20 años.
0:18:03 Hemos escuchado yo tan solo 20 años tenía de Sander y Cadícamo,
0:18:09 interpretado por Alejandro Dolina.
0:18:12 Este tema forma parte del disco Tangos del Bar del Infierno.
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