Transcripción automática
0:00:00 Bien, hablemos entonces de Pablo I de Rusia para ubicarnos, digamos que Pablo era hijo de Catalina la Grande y de Pedro III.
0:00:11 Fue Star entre 1796 y 1801 y se casó dos veces.
0:00:16 La primera esposa se llamaba Natalia, pero murió en el parto junto con el recién nacido.
0:00:23 Después casó con María Fiorodovna y el primer hijo de Pablo, con María, fue Alejandro, que iba a ser Zardel Imperio y un sar importantísimo, el sar que dialogó y litigó y peleó contra Napoleó.
0:00:38 El día en que tuvo lugar la fiesta de la coronación de Pablo I, Pablo estaba enfurecido porque no había mucha gente y parece que los que había eran poco entusiastas.
0:00:50 El organizador, un señor Wallwef, para aplacar un poco a Pablo le pidió a algunos de los que asistieron que se saludaran más de una vez al sar, como si fueran otros niatos.
0:01:03 Y eran siempre lo mismo que iban dando vuelta.
0:01:06 Por suerte, Pablo vio así una mina que le gustó mucho y se olvidó de todos estos asuntos.
0:01:11 La mina se llamaba Ana Lupujina, que lo sorprendió y lo sedujo en ese orden.
0:01:18 El sar estaba casado ya y tenía tres chicos.
0:01:22 Pablo hizo unas maniobras para poder unirse a Ana con tranquilidad, sin que su esposa lo molestara mucho.
0:01:30 Parece que la azarina estaba embarazada por cuarta vez, pero no soportaba este embarazo con la soltura con que había llevado los anteriores.
0:01:40 El parto fue complicado y después del nacimiento, Pablo se reunió con un consejo de médicos.
0:01:47 La resolución de este grupo fue que con ese parto María había puesto en peligro su vida.
0:01:53 Y entonces decidieron que no debía tener más hijos y en consecuencia, como medida de seguridad extrema, debía evitar las relaciones con su hogares.
0:02:02 Algunos historiadores dicen que ese diagnóstico lo redactó el propio Pablo para evitar las periódicas atenciones con su mujer.
0:02:14 Lo que sabemos con certeza es que buscó una reemplazante de su esposa a toda velocidad y que esa reemplazante fue desde luego Ana.
0:02:22 En otro baile de gala, el Zar volvió a encontrarse con Ana y ella que estaba encantada con el Zar, sí las arregló para cruzarse con él en rinconas de la fiesta.
0:02:35 Después de algunas conversaciones en las escaleras, Pablo ordenó mudar a Ana y a toda su familia las dependencias del palacio y así se hizo.
0:02:48 Mientras tanto, la Zarina, María Fiodorovna, intentó persuadir a su esposo que después de unos meses de reposo ya iba a estar en forma para recibirlo en el lecho.
0:02:57 Pablo, mientras se declaraba encantado por la perspectiva de regresar al lecho de su mujer, decía que había que hacer caso más que al propio deseo, a las necesidades de la patria, etc.
0:03:12 Si eran las excusas, la Zarina las tomó como un ultraje, yo como son las Zarinas, y le escribió a quien, Ana Lupugina, una carta amenazadora.
0:03:25 Señora Ana Lupugina, ahora va a haber.
0:03:30 Pero la correspondencia de la Zarina parece que era revisada y la carta terminó en el escritorio de Zar.
0:03:37 Pablo llamó a su hijo Alejandro y le ordenó que fuera a ver a su madre y le advirtiera que, por orden de su majestad que era el mismo, le quedaba prohibido intervenir en los asuntos que fueran tantos sentimentales como políticos de su esposo.
0:03:56 Pero el Sarevich Alejandro se reveló contra su padre y rechazó la misión.
0:04:04 Pablo entonces lo molió a Pablo, le dio la salsa y lo encerró junto a la madre en los aposentos de Palacio.
0:04:13 Pablo primero recibió entonces a Ana y a su familia en el Palacio, al mismo tiempo que reorganizaba la cúpula del Estado, ya que uno por uno los que eran más amigos de la Zarina iban cayendo en desgracia, y eran reemplazados por amiguetes de Lupugina.
0:04:30 A partir de entonces fueron hombres inexperiences los que aconsejaron a Pablo en sus decisiones.
0:04:38 Ahora bien, el Zar se encontraba todos los santos días con Ana.
0:04:43 Las uniones amorosas, sin embargo, eran relativamente pocas porque Pablo consideraba que la castidad junto a una dama hermosa,
0:04:52 procuraba placeres más delicados y duraderos que los que provenían de una unión sexual o carnal, convencional.
0:05:02 Como solía suceder en las cortes de aquellos tiempos, el Zar casó a Ana con otro.
0:05:08 Era usual que el amante principal del rey se casara con otro señor.
0:05:12 Esto se hacía mucho en Francia para comodidad de la favorita.
0:05:16 Y en este caso fue un príncipe, el príncipe Gagarin, homónimo del héroe del espacio.
0:05:22 Yuri, claro.
0:05:23 Este era un militar, me refiero a los dos.
0:05:27 ¿No era un militar?
0:05:28 Al que el Zar nombró su EDECAM.
0:05:31 La relación entre Pablo y Ana no duró mucho, a mi presura decir.
0:05:35 No fue el amor lo que se terminó.
0:05:38 Su sé que el Zar era odiado por unos cuantos que decidieron un día atentar contra él.
0:05:45 ¿Qué les parece si atentamos contra el Zar?
0:05:48 Las razones eran varias.
0:05:50 Primero, Pablo estaba un poco loco, padecía ataques de furor y de llanto en cualquier circustancia.
0:05:56 Y esto, bueno...
0:05:58 No está bien visto.
0:05:59 No está bien visto y no acompaña a los buenos gobernantes.
0:06:03 Los muy nacionalistas no toleraban el amor de Pablo I por Prusia,
0:06:07 nación de la cual se había copiado hasta la indumentaria militar.
0:06:11 Y ahí estaba también su hijo Alejandro,
0:06:13 quien no parecía oponerse a quienes querían derrocar a su papá,
0:06:17 tal vez como venganza por los malos tractos y de paso para quedarse ahí con el tron.
0:06:22 En verdad sucedió.
0:06:23 Recordemos que algunos párrafos más atrás, Pablo primero le había dado la salsa a Alejandro.
0:06:32 El 11 de marzo de 1801, por la madrugada, una afacción de nobles, de bollardos.
0:06:39 Los bollardos, los buenos bollardos.
0:06:40 Y rompió en el palacio.
0:06:42 Pablo escuchó la llegada de los soldados, quiso esconderse,
0:06:46 que es lo que hace uno cuando ve que llegan los soldados para derrocarlo.
0:06:50 Se esconde.
0:06:51 Incluso quiso entrar en los aposentos de su esposa María,
0:06:54 que todavía vivía en el palacio.
0:06:56 Pero por desgracia, a partir del momento en que habían dejado de amarse,
0:07:00 la farina había adquirido la costumbre cerraconjada, así que no pudo entrar.
0:07:04 Se escondió entonces detrás de un vión, porque como se sabe, es un escondite más bien pueril.
0:07:09 Precario, sí.
0:07:10 Enseguida lo encontraron.
0:07:12 Y un general le dijo, venimos en nombre de la patria para rogarle a su majestad que abrique.
0:07:18 Y le acercaron un papel para que firmara.
0:07:22 Y Pablo se negó y lo reventaron a patadas y después lo ahorcaron.
0:07:28 Lo ahorcaron.
0:07:30 Cuando los soldados salieron del aposento, cientos de nobles y servidores estaban fuera.
0:07:36 Se informó que el Zara había muerto por una poplegía, causada por una soga y muchas patadas.
0:07:46 Y que el nuevo soberano era Alejandro y nadie protestó.
0:07:50 El vinatorio se retrasó, porque tuvieron que restaurar el cuerpo maltrecho de Pablo
0:07:56 para que los funerales no fueran vergonzosos.
0:07:58 La primera medida tomada por el nuevo Zara, Alejandro, fue que Ana lo pujina a abandonar a la corte.
0:08:05 Fue obligada a salir con su marido y los mandaron a la lejana Serteña.
0:08:10 A la lejana y hermosa Serteña.
0:08:13 A mí me gustaría mucho...
0:08:15 Entre Sibeli y Serteña le digo que la sacó rebarada.
0:08:19 Baratísimo.
0:08:21 Bueno, y esta fue la historia del final y del principio del Reynado de Pablo I, Sarder Rusia.
0:08:26 ¿A quién podríamos dedicar esto, querido Jorge?
0:08:29 Veamos, Alejandro, en principio nuestro Pablo I, ahí sumergido entre dos reinados grandes para la madre Rusia,
0:08:37 como le decían sus hijos, los rusos, digo entre Catalina y Alejandro, tiene poco que hacer en la historia.
0:08:43 Y en la vida privada también.
0:08:45 Se me ocurre pensar en alguien que ni siquiera se llamaba Pablo, pero que hizo lo suficiente para operar la mayor maniobra de marketing de todos los tiempos.
0:08:53 Un señor llamado Saulo y la ha sido en Tarso, un curío griego, que después se hizo llamar Pablo
0:08:57 y logró que esa empresa, hasta el día de hoy, sea una empresa bastante próspera.
0:09:00 Para San Pablo, entonces, para Pablo Neruda, que me cacha un poco, era de todo Pablo y Neruda,
0:09:05 para Pablo Picasso, para Paul Berlén, para Paul Eloard, amigos de este programa, todos ellos.
0:09:10 Para Pablo Casals, que se coló.
0:09:12 Para todo Casals, que se cuela siempre.
0:09:14 Se coló entre ambos Pablo Neruda y...
0:09:17 Y para mi hermano Pablito, digo, porque en verdad son las cosas que uno hace y no las que se va puestas.
0:09:22 Para nuestro compañero de equipo, Pablito Díaz, que también es un gran jugador.
0:09:26 Digo, que son las que consisten después en que haya una importancia de llamarse Pablo.
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