Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy otra vez acerca de Paulina Bonaparte, la hermana del emperador.
0:00:06 Hemos visto como Paulina después de la muerte de su primer marido, el general Leclerc,
0:00:12 murió acá en América, se casó con un rico italiano, Camilo Goyece.
0:00:19 Y con él se fue a vivir a Roma, pasó allí algún tiempo,
0:00:23 hasta que deseó desesperadamente volver a Francia porque se aburría mucho
0:00:30 y la diversión que le proporcionaba Goyece era más bien de Parque del Joliu Parque.
0:00:40 Tenía una brisa llena de pequeñas atracciones, puentes levadizos, calecitas
0:00:47 y las diversiones a que aspiraba Paulina eran otras, en las que el príncipe,
0:00:51 cual es y que uno era muy bien.
0:00:54 Por esta razón y por otras, Paulina quiso volver a Francia y el príncipe volviese,
0:00:59 se opuso a ese capricho.
0:01:01 Pero ella se metió en la cama, rechazó todo alimento y di claro que estaba dispuesta a morir
0:01:06 si no se la complacía.
0:01:08 Se debilitó tanto que finalmente tuvo de un médico la hora de vivir con urgencia
0:01:14 a tomar las aguas de Echán en la cabolla.
0:01:18 Después de pasar por allí, completamente curada, partió hacia París
0:01:22 y el marido quedó esperando en Roma.
0:01:24 Cuando Napoleón supo que su hermana estaba en París, se enojo.
0:01:28 Era muy celoso de Paulina y en verdad sabía que en cualquier momento ella iba a hacerse docenas de amantes
0:01:36 y el emperador quería evitar todo escándalo y pensó en ordenarle que regresara de inmediato a Roma
0:01:42 junto a su esposo.
0:01:44 Pero no pudo hacerlo.
0:01:46 Paulina lo visitó en el Palacio de las Tuyerías y le dijo a Napoleón que si le permitía quedarse en París un tiempo
0:01:53 y daría todo lo posible por hacer que una amiga suya, Cristina de Matí, se entregará a él.
0:02:01 Y Napoleón ya le había echado el ojo a la tal Cristina, así a ratito, y entonces agarrovia.
0:02:07 Y yo, bueno, entregáme a Cristina y eso te dejó quedar.
0:02:11 Al poco tiempo la agniega de Paulina entró en la cama de Napoleón y Napoleón ha agradecido
0:02:17 y le dio a su hermana nada menos que el castillo de Nellí para que se instalara cómodamente.
0:02:22 En aquel Palacio concebido para su placer, Paulina vivió de manera completamente impública,
0:02:28 vamos a decirlo ahora que estamos solos.
0:02:30 Se paseaba desnuda por los alones, recibía sus amistades en el baño
0:02:37 y tenía los más íntimos cuidados de su persona en presencia de todo el personal que trabajaba para ella.
0:02:44 No sé si me interpreta lo que le quiero significa.
0:02:48 Desde luego tenía amantes todo el tiempo, dicen las crónicas.
0:02:52 Había el de la mañana, el del almuerzo, el de la tarde
0:02:57 y el que tenía el privilegio de pasar con ella toda la noche.
0:03:01 Y se cruzaban unos con otros, habiendo pasillos de Nellí.
0:03:10 Estos caballeros eran elegidos por Paulina en el ejército
0:03:14 y más específicamente en el estado mayor de Embarquería.
0:03:18 Entre estos muchachos Paulina se fijó un día, en julio del Canubil,
0:03:22 que era jefe del cuadrón de Uxares.
0:03:25 Se fijó y se bajó.
0:03:27 Los llevó a Nellí una noche y se enamoró de él.
0:03:31 Durante algunas semanas, julio del Canubil pasó todas las noches con Paulina,
0:03:37 pero tan agradable convivencia terminó mal.
0:03:41 Parece que el sar alejandro de Rusia había ofreciado a Napoleón
0:03:47 tres piezas de cibelina, la Marta Cibelina, es una piel de valor incalculable.
0:03:54 Siempre generó a Napoleón ofreció una de aquellas pieles a su hermana Paulina,
0:03:59 otra se la vio una mina ganaba con él y la otra se la quedó para él.
0:04:04 Una noche que Canubil se mostró particularmente bogosó,
0:04:09 Paulina le regaló su piel de Marta Cibelina.
0:04:12 Encantado del capitán, declaró que siempre luciría aquellas pieles en su uniforme de ceremonia.
0:04:20 Unos días más tarde Napoleón pasó revista en el patio de la cuidad
0:04:24 y de repente el caballo de Canubil empezó a recular a pesar de los recuerzos de su finete
0:04:30 y tropezó con el planco de la montura del empeador.
0:04:34 Napoleón dio media vuelta a Dios Canubil y reconoció la Cibelina.
0:04:40 Ni siquiera le preguntó cómo la había conseguido.
0:04:44 Correnó inmediatamente que Canubil salía aquella misma tarde hacia Portugal
0:04:50 para llevar unos despacios insignificantes.
0:04:55 Paulina se consiguió entonces un nuevo amante y lo hizo rápido.
0:05:00 Empezó a compartir la noche con Aquiles de Septuil, un capitán de dragones.
0:05:06 Aquiles de Septuil, Aquiles cometió una imprudencia, en verdad.
0:05:11 Maravillado con su conquista, según dicen las crónicas,
0:05:15 Aquiles contó sus encuentros con Paulina y lo hizo en tono de compidencia
0:05:20 con no menos de 80 soldados.
0:05:24 Y Napoleón se enteró y empureció una vez más en vio a ese capitán, Aquiles de Septuil,
0:05:30 a Portugal con otro despacio sin importancia.
0:05:34 Paulina correció entonces a Claude Fournier, una puesta guardia de las suyerías.
0:05:40 Fournier pasó varias noches con la hermana emperador
0:05:44 y también fascinado por el asunto, fue poco causto.
0:05:49 Una noche mientras Paulina dormía, Fournier hizo robarse una sábana de la cama que había usado.
0:05:57 Pesó que era algo demasiado arriesgado y se arrepintió.
0:06:01 Se decidió a romper la sábana y recortó la porción que se grababa las iniciales de Paulina,
0:06:06 PPVB, princesa Paulina con la parte yborgesa.
0:06:10 Y se se vuelve de aquí el predacito estaba. No hay recuerdo para después hacer bandera en el club.
0:06:17 Al poco tiempo se produjo un robo en las suyerías.
0:06:21 Alguien se había llevado información muy valiosa acerca de estrategias bélicas y comerciales
0:06:27 que iba a llevar adelante Napoleón.
0:06:29 Aunque muchos pensaban en hombres cercanos a Tallerán como los culpables
0:06:35 y incluso en personajes de Díaz o María Luisa, Napoleón decidió dar un escarmiento a la guardia en las suyerías.
0:06:42 En qué punto se se apugnió por no haber notado el robo y lo amenazó con un juicio marcial por su falta.
0:06:50 Y en guardias, esperado al verse retado por Napoleón, no tuvo mejor ocurrencia que mostrarle al emperador a modo credencial
0:06:58 aquel pedazo de sábana que lo acreditaba como hombre querido por la princesa Paulina.
0:07:03 Y bueno, aparte se indignó y Club Fugnie debió partir a poco tiempo a Portugal con un paquete vacío.
0:07:12 Paulina continuó entonces eluciendo a otros muchachos del ejército.
0:07:18 Esta vez le tocó a Francois Babel.
0:07:20 Tras varios encuentros Babel envió a Paulina una carta casi pornográfica,
0:07:26 lista del programa de Roland O'Hanley.
0:07:29 Lo mataré a Ramírez, pondré en tu...
0:07:34 Siempre son partes del cuerpo que el tipo acariciará tu...
0:07:41 y se trunca así igual en las cartas.
0:07:47 Napoleón interceltó la carta.
0:07:53 Babel fue trafasado a la Reserva Francesa en Portugal.
0:08:01 Esta vez Paulina fue puesta bajo custodia hasta que se le ordenara su partida a Roma porque Napoleón ya estaba repodrido.
0:08:08 Lo curioso es esta historia, que Julio de Canubíle, Aquiles de Certil, Club Fugnie y Francois Babel se encontraron en Portugal
0:08:16 y entablaron una amistad que en principio fue producto de un lamento común que sólo hablaba del deshierro.
0:08:25 Pero bastó que Aquiles contara la verdadera razón de su deshierro para que los demás también lo hicieran
0:08:31 y se formara entonces un pequeño bantallón de hombres dispuestos a volver a entrar en la Cama de Paulina.
0:08:38 Se curamentaron para lograr aquel objetivo.
0:08:43 Decidieron los cuatro viajar a París en secreto y una noche llegaron hasta la residencia de Paulina.
0:08:51 Algunos creíban que una fuerte disputa con la guardia que custodiaba aquel lugar.
0:09:00 Postos dicen que aquellos guardias eran viejos conocidos de los muchachos y los dejaron pasar.
0:09:07 Y dicen también que galantemente se presentaron ante Paulina y ella los recibió emocionada.
0:09:14 Nuestra cronista en este caso es la Duquesa de Abrams.
0:09:18 Dice que la princesa no se rindió fácilmente y luchó contra aquellos cuatro soldados que le dieron sitio en su habitación.
0:09:27 Es eso lo que querrá decir la Duquesa con estas metáforas guerreras.
0:09:34 El caso es que antes de la manesera el Canubil, Certule, Founie y Babel se retiraron y regresaron a salvo a su lugar de destino.
0:09:46 Volvieron a Portugal pero no con las manos pasías.
0:09:50 Si termina, se terminó en Sectoria de Paulina.
0:09:53 Buena parte cambiando de amante conforme su hermano se lo iba echando a Portugal.
0:10:01 Me gustó, me gustó muchísimo.
0:10:03 Quiero dedicar este estudio primeramente a Paulina por parte por su generosidad.
0:10:10 Después a estos cuatro soldados que sirvieron el mismo cuerpo.
0:10:16 Porque estoy a viajar la vida para volver a encontrarse con una amante también está fenómeno.
0:10:32 Eso es digno de almiración en estos tiempos.
0:10:37 Hay gente que deja de hablar de los amantes porque viven de joven.
0:10:41 Claro, los amantes son Paulina por parte.
0:10:44 Nos dice unos gente indignada de la última fría que hoy no quiso ir a ver a una novia que tienen justo Anáctea.
0:10:59 Alzar a Alejandro de Rusia que se había llovado con tres piezas de Marta Civil.
0:11:04 Lo que no me gusta de estos cuatro es que ciertamente eran un poco boquiflócos.
0:11:10 Que no se la con quien estuvo.
0:11:13 Mira, aquí tengo la C99.
0:11:20 Hemos ido a la Leicoteca a buscar discos con historias de Paulina por una parte,
0:11:26 con historias de Portugal, con historias de Caprichos Amorosos.
0:11:31 Y todo eso y mucho más tiene el vecísimo Fado Caprichosa.
0:11:35 Que tiene que ver con Portugal porque es un fado, que tiene que ver con Paulina porque se llama Caprichosa.
0:11:43 Y que va a cantar en homenaje a todos los protagonistas de esta hermosa historia, Don Carlos Jorge.
0:11:50 Estiendo también la dedicatoria, a todos aquellos que alegremente vuelven,
0:11:57 sin celos, sin decor y sin ansias de exclusividad, a los amantes amables.
0:12:04 Hay un grado de lopismo que no es el amor, que no implica la propiedad ni la pertenencia ni la solidaridad.
0:12:10 Y que mejor se amiga de vivirse con alegría.
0:12:13 Cuando uno no aprende a vivir con alegría, estas dichas menores del amor tampoco están preparados para pasar a las ligas mayores.
0:12:20 Así que a los que saben disfrutar de un amorío, con dignidad, con amistad y con alegría,
0:12:31 eso también se dedico especialmente a esta canción que va a cantar Don Carlos.
0:12:36 ¡Sorgnante por favor!
0:13:01 ¡Sorgnante por favor!
0:13:31 ¡Sorgnante por favor!
0:14:01 ¡Vale de mí!
0:14:03 ¡Sienes precioso!
0:14:06 ¡Dejame ver que apriendo por tu beca y tan de vida decente!
0:14:11 ¡Pero el pueblo no es de ninguna igual!
0:14:14 ¡Para ahora va negado!
0:14:16 ¡Solo el tiempo que hay oído!
0:14:19 ¡Mierda que estar un pado!
0:14:21 ¡Ni un tiempo que fue en un beca!
0:14:24 ¡Vamos juntos para alza!
0:14:27 ¡Y abro un apunto de decirle vos, la canción que apuete tu boca!
0:14:47 Ha cantado Carlos Gardel de Aguilar Caprichosa.
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