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12 de Marzo de 2008

Quienes vieron el Paraíso antes de morir

Transcripción automática

0:00:00 Es una hechala que hemos hecho hace algunos años y accediendo a gentiles pedidos,
0:00:07 a un pedido, vamos a repetirla, con algunas consideraciones nuevas,
0:00:15 son personajes que vieron el paraíso antes de morir.
0:00:19 Ya se sabe que uno para ver el paraíso tiene primero que morirse
0:00:23 y después haber tenido una conducta honrada o algo así.
0:00:28 Pero lo primero es morirse.
0:00:31 Aquí hay personajes que antes de morirse pudieron espiar estos lugares.
0:00:37 ¿Dónde quedaba el paraíso? Estamos hablando de la tradición judeo-cristiana.
0:00:42 Bueno, fue situado a modo de conjetura por los eruditos, primero en el monte de Dios,
0:00:49 después en Siria, después en Ebrón, después en Jerusalén,
0:00:54 esto después que el rey David trasladara allí su capital,
0:00:58 y durante el cautiverio babilónico se supuso que a la entrada del Golfo Pérsico,
0:01:05 allí donde se juntan o se juntaban el Tigris y el Eufrates.
0:01:14 También se dijo que el paraíso estaba en Armenia o en Jordania Central,
0:01:19 pero allí no había ríos importantes y como sabemos el paraíso es un lugar que requiere ríos.
0:01:26 Si no hay ríos importantes es que no es el paraíso.
0:01:29 Se sabe que el jardín estaba custodiado por un par de querubines
0:01:35 que constituían una asociación llamada La Llama de las Espadas Vibrantes,
0:01:42 una agrupación de querubines.
0:01:45 Ya se sabe que los querubines son funcionarios angélicos,
0:01:48 hay nueve coros y los querubines son el segundo en importancia de esos coros.
0:01:54 En fin, cierto rey de Judá se propuso descubrir el paraíso, sabiendo o no sabiendo estas cosas.
0:02:02 Dijo, bueno, vamos a ver si puedo espiar como es el paraíso.
0:02:06 Se subió al monte Levián desde cuya cima se podía oír el sonido de las espadas vibrantes de los querubines.
0:02:14 Después de ordenar a varios de sus cortesanos que bajasen al valle,
0:02:19 les dijo seguir el sonido, las espadas hacen un ruidaje,
0:02:25 será fácil localizar el paraíso simplemente parando la oreja.
0:02:30 Ninguno de los cortesanos regresó con noticias ni con vida.
0:02:36 Dicen que le den, tiene siete puertas.
0:02:40 A la última se llega desde la cueva, Macpela que hemos mencionado hace algunos programas,
0:02:47 cueva de Lebrón que fue descubierta por Adán cuando estaba sepultando a Eva.
0:02:53 Pero ahí también está sepultado a Adán y también, como hemos dicho, Abraham y Sara,
0:02:59 Jacob está con Raquel, pero antes estaba Isaac con Rebeca.
0:03:07 Jacob está con Raquel o con Liga, yo no me acuerdo.
0:03:12 No, con las dos no. Está con la que él no quería.
0:03:17 Con Liga entonces. Está con la que él no quería.
0:03:23 Lamentablemente tengo que decirlo.
0:03:26 Bueno, ahí esa cueva marca de algún modo la entrada del paraíso según algunos.
0:03:32 El primer hombre que entró vivo en el paraíso después de Adán fue Enoj.
0:03:37 Pudo conocer allí el árbol de la vida y logrió descansar a Dios,
0:03:42 y parece que descansa justamente a la sombra de ese árbol.
0:03:46 ¿Algún domingo?
0:03:47 Sí. Isaac, que también, o sea, en este caso era sábado,
0:03:52 Isaac, que también pudo conocer el paraíso, estudió así tres años.
0:03:58 Eso también. Ir a estudiar al paraíso es lo mejor que uno puede hacer.
0:04:03 Hay gente que va al paraíso y va a perder el tiempo, nada más.
0:04:14 Bueno, más tarde, estamos hablando de Isaac, que estudiaba en el paraíso,
0:04:20 su hijo, Jacob, recién nombrado, obtuvo el derecho a entrar.
0:04:24 Lamentablemente ninguno de estos tres, Enoj, Isaac y Jacob,
0:04:29 dejó constancia de lo que allí vio.
0:04:32 Moisés también anduvo por las Regiones Celestiales.
0:04:36 Lo llevó de visita a un ángel que le mostró 70 tronos, ni uno menos,
0:04:41 adornados con joyas que se alzaban sobre patas de oro puro y oro puro,
0:04:46 y refurgían desafíros y diamantes.
0:04:50 En el mayor de los tronos se sentaba el padre Abraham.
0:04:56 Después de Moisés no se encontró ningún otro mortal que fuera digno de un paraíso anticipado,
0:05:02 salvo aquel que motiva nuestra charla de hoy, y que es Jehochua Ben-Levi,
0:05:10 un maestro de excepcional piedad.
0:05:14 Fue director de la escuela rabínica durante los comienzos del siglo III
0:05:19 y protagonista en numerosas anécdotas, lamentablemente edificantes.
0:05:25 Las anécdotas son buenas, pero siempre aparece una moral leja que un poco las estropea.
0:05:31 Dice la crónica que cuando Jehochua era allá muy viejo,
0:05:35 Dios ordenó al ángel de la muerte que concediera a este piadoso maestro un último deseo.
0:05:42 Muy bien, apareció el ángel de la muerte, le dijo esto a Jehochua,
0:05:48 y el viejo pidió ver cómo era el paraíso antes de morirse.
0:05:52 Curioso pedido, y inmediatamente aceptaron el pedido,
0:06:00 pero antes de salir Jehochua exigió al ángel de la muerte
0:06:04 que le entregara la espada que este ángel siempre llevaba por razones profesionales desde luego,
0:06:10 incluso para sentirse más seguro.
0:06:13 Ya desarmado el ángel y llegando al muro que rodea el edén,
0:06:20 o que uno conjetura que debe rodear el edén,
0:06:23 no tanto para que no se escapa en los de adentro, sino para que los pibes no empiecen a espiar.
0:06:28 La especie de cante.
0:06:30 Si le cuelen.
0:06:32 Bueno, el ángel puso al maestro sobre sus hombros para que espiara,
0:06:37 y le dijo, bueno, espiar.
0:06:39 Jehochua hizo entonces algo inesperado,
0:06:42 saltó por arriba del muro y se tiró de cabeza dentro del paraíso.
0:06:47 Y allí, lejos del alcance del ángel de la muerte,
0:06:50 el maestro Jehochua declaró que se quedaría allí.
0:06:54 Naturalmente los ángeles, ayudantes,
0:06:58 se quejaron de aquella intromisión ante el mismo Dios.
0:07:01 Le dijeron que aquel hombre había tomado por asalto el paraíso.
0:07:05 La divinidad se limitó a pedir informe sobre la conducta del maestro.
0:07:10 Informado por los ángeles de la rectitud de Jehochua,
0:07:14 ordenó que lo dejaran adentro sin molestarlo.
0:07:18 Solo debió de volver la espada, la espada, al ángel de la muerte,
0:07:23 que anduvo unos cuantos días sin poder cumplir con sus obligaciones.
0:07:28 Y Jehochua anduvo entonces por el paraíso y dijo lo que a continuación detallaremos.
0:07:34 Hay tres, siete puertas.
0:07:36 La primera casa frente a la entrada alberga a los conversos que llegaron a Dios por su propia voluntad.
0:07:43 Las paredes esas casas son de cristal y sus vigas de cedro.
0:07:48 Ardías, el profeta justo, goberna allí.
0:07:52 La segunda casa está construida de manera semejante y recibe a los penitentes de Israel.
0:08:00 La tercera casa es de oro puro.
0:08:03 Y se centra el árbol de la vida en cuyas sombras se sientan Adán, Isaac, Jacob,
0:08:10 los patriarcas de las doce tribus, todos los israelitas que salieron de Egipto
0:08:18 y toda la generación del destiarro.
0:08:21 También está allí el rey David, su hijo Salomón,
0:08:23 todos los reyes de Jura excepto Manases, que según le informaron a Jehochua, está en el infierno.
0:08:31 La cuarta casa está hecha de oro y sus vigas son de madera de olivo,
0:08:35 alberga a los justos cuya vida fue amarga, o sea, a casi todos los justos.
0:08:43 La quinta casa por la que fluye el río Guijón está hecha de plata, cristal de roca, oro y lino.
0:08:51 La fragancia del lívano impregna todas sus salas.
0:08:55 Curioso porque no hay cedro aquí.
0:08:58 Y Jehochua vio paños de puro pura tejidos por la propia Eva
0:09:03 y madejas de hilo escarlata y pelo de cabra trenzado por ángeles.
0:09:08 Así mora un Mesías que le preguntó a Jehochua lo siguiente.
0:09:12 ¿Cómo pasan el tiempo los hijos de Israel en el mundo del que vienes?
0:09:17 Esperando tu advenimiento, respondió el maestro, al oír estas palabras en Mesías y Joro.
0:09:24 La sexta casa alberga a quienes murieron mientras cumplían su deber con Dios.
0:09:30 La séptima, a quienes han muerto de pena.
0:09:33 Algunos dicen que los habitantes del paraíso están cabeza abajo y caminan con las manos.
0:09:40 Si un insiciero convoca al espíritu de un muerto, el muerto camina siempre invertido,
0:09:46 a menos que lo invoque un raíz.
0:09:49 En tal caso, el muerto aparecerá de pie para mostrar su respeto a la realeza.
0:09:55 Digo todo esto para aquellas personas que resolvan convocar finados.
0:10:00 Salvo que se trate de Reyes, del Dr. Reyes.
0:10:05 ¿Le van a aparecer cabeza pa' abajo?
0:10:07 Le va a aparecer el finado caminando con las manos, lo cual provoca un gran susto.
0:10:12 Ya que se te aparezca un muerto, te da un poco de susto.
0:10:16 Si el muerto viene caminando con las manos, el estupor puede desmayarnos.
0:10:24 Estos son todos los datos que nos ha dado el Maestro Yehoshua acerca del paraíso.
0:10:32 En otras mitologías de otras regiones, visitantes del EDN, un poco más minuciosos en sus descripciones,
0:10:40 algunos signos, por ejemplo, creían frevientemente que era posible visitar la morada de los muertos
0:10:46 y regresar mediante ciertos conjuros.
0:10:49 Algunos hechiceros mandaban a personas a visitar el mundo de los muertos
0:10:55 y les encargaban que se brigaran quienes estaban entre los bienes aventurados y quienes no,
0:11:01 para luego volver y dar esa información en la tierra.
0:11:05 Naturalmente, para enviar a alguien al mundo de los muertos, hay que matarlo.
0:11:10 Y resulta que toda esa gente, todos esos emisarios, iban y después no volvían.
0:11:16 Una ingratitud que los hechiceros chinos no perdonaban.
0:11:27 Hay otros datos.
0:11:35 Un viajero de Constantinopla aseguró en una ocasión que solamente era destinado al paraíso
0:11:46 una persona de cada 30.000 que moría.
0:11:50 Es una cifra que llamó mucho la atención en aquel momento.
0:11:56 Porque uno todos nos creemos buenos.
0:11:59 Bueno, parece que no.
0:12:00 Eso es lo que decía este tipo de Constantinopla.
0:12:02 Pensando quiénes eran los otros 29.999.
0:12:08 Si mueren 30.000, uno vacilose en la proporción.
0:12:12 Tantos así que en el infierno deben estar por esa misma causa montonados como perefiles más de...
0:12:18 Mientras que los paraíso...
0:12:20 Han hecho seguir un catrero.
0:12:21 ...que dan desierto como hoteles marplatenses en invierno.
0:12:27 El tipo se cambian de catrera todas las noches.
0:12:31 Desperdicio.
0:12:35 Bueno, a quién podemos dedicar esta pequeña charla.
0:12:38 Más o menos centrada en la personalidad de Jesucristo Ben Levy.
0:12:44 Pero que ha rosado a algunos que también han ido.
0:12:48 El propio profeta del Islam también estuvo en el cielo.
0:12:55 Por eso no hemos contado, no hace muchos días, acordándonos de aquella mula.
0:13:03 Era un tiempo psicológicamente largo, pero cosmológicamente breve.
0:13:14 Estaba el profeta por ahí, en el desierto, y una mula.
0:13:21 La mula Gura, creo que se semano no me acuerdo.
0:13:24 Le volcó una jarra con agua.
0:13:27 Y el profeta fue elevado en ese mismo momento a los cielos.
0:13:32 Allí saludó a la misma divinidad.
0:13:35 Regateó con la divinidad el número de oraciones que los musulmanes tienen que hacer.
0:13:43 Por día que cuántas son, cinco.
0:13:45 ¿Dónde hay un musulmana? ¿Qué como no?
0:13:48 El día que vea.
0:13:50 En este programa que nos escuchan muchísimo, musulmanes de cartel.
0:13:58 Regateó largamente con el mismísimo Dios, que le habían puesto primero 40, 30, etc.
0:14:07 Muy curioso el viaje del profeta al cielo.
0:14:12 Y cuando regresó después de hablar con todos los profetas anteriores, con Abraham,
0:14:18 con el mismísimo Cristo, a quien los musulmanes llaman Isa, volvió.
0:14:27 Y la jarra todavía no había caído y se alcanzó a Andrés.
0:14:31 Así que el tiempo que había transcurrido era verdaderamente breve.
0:14:38 ¿A quién dedicamos esta charla?
0:14:41 Aquí siempre evocamos una frase muy amorosa y muy poética que es,
0:14:49 El paraíso estaba donde ella estaba.
0:14:53 ¿Qué más avisa?
0:14:55 ¿Dónde está el paraíso?
0:14:58 ¿Dónde está ella?
0:15:01 Es un bello inciso.
0:15:03 También la dan, creo que el poeta lo atribuye a Dan.
0:15:09 Atribuye esta frase a Dan, a quien le preguntaron dónde estaba el paraíso
0:15:13 y dónde estaba Eva, dónde va a estar.
0:15:16 Y también a Emanuel Sperenbork, que vio uno de los paraísos que más me gustan.
0:15:22 A mí que es un paraíso donde no entran los estúpidos.
0:15:25 Yo no voy a entrar, pero va a ser un lindo lugar.
0:15:30 Bueno, hemos ido a la discoteca a buscar discos que tengan que ver con esto,
0:15:37 es decir, con personas que hayan visitado el paraíso sin morirse reglamentariamente.
0:15:44 Y hemos elegido la bella canción que se llama Tú Que Puedes Vuelve Te,
0:15:49 que es lo que suelen decirle, lo que están en el más allá,
0:15:54 a los que llegan sin autorización o estando vivos todavía.
0:15:59 Y escucharemos esta bella canción de Atahual Pallupanqui
0:16:02 en la versión de una gran artista argentina que es Summa Paz.
0:16:29 Soy el que el río me hablaba, como de nieve con preña,
0:16:49 y dulce me recordaba las cosas de mi querencia,
0:16:59 qué cosas más parecidas,
0:17:05 este destino y el milo,
0:17:11 andar penando y cantando por esos lados caminos.
0:17:24 Tú Que Puedes Vuelve Te,
0:17:29 me dijo el río llorando,
0:17:34 los cerros que tanto quieres,
0:17:38 me dijo allá te están esperando,
0:17:44 los cerros que tanto quieres,
0:17:48 me dijo allá te están esperando.
0:18:08 Tienes que ser río
0:18:13 que cosa triste ser río
0:18:18 quién pudiera ser laguna
0:18:23 y oír el silbo del junco
0:18:28 que te haces,
0:18:34 y oír el silbo del junco
0:18:39 cuando lo ves a la lura.
0:18:48 Tú Que Puedes Vuelve Te,
0:18:53 me dijo el río llorando,
0:18:58 los cerros que tanto quieres,
0:19:01 me dijo allá te están esperando,
0:19:11 me dijo allá te están esperando.
0:19:17 Tú Que Puedes Vuelve Te,
0:19:29 me dijo el río llorando,

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